Deir el-Bahari
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Deir el-Bahari (árabe: دير البحري ) literalmente significa "El convento del Norte" y es un complejo de templos funerarios y tumbas que se encuentra en la ribera occidental del río Nilo, en el IV nomo del Alto Egipto, frente a la antigua ciudad de Tebas, la actual Luxor, en Egipto.
En Deir el-Bahari se encuentra el singular templo de la reina Hatshepsut (XVIII dinastía), el más monumental de los construidos en el valle y único en su género en todo Egipto. La obra fue diseñada por el arquitecto Senemut, construida en forma de amplias terrazas, con edificios porticados y patio de columnas, en perfecta armonía de proporciones que se integran magistralmente con la escarpada ladera de la montaña, situada tras el templo, logrando una espectacular escenografía. El primer monumento construido en el sitio fue en el templo funerario de Mentuhotep II de la XI dinastía.
Situado en la orilla oeste del Nilo, este recinto, “El más sagrado de los sagrados”, constituye toda una exaltación de los logros de la reina Hatshepsut, aunque su significado va más allá.
Es uno de los logros más visibles del reinado de Hatshepsut.
Una obra de arte arquitectónica diseñada por el factótum Senenmut, quien, con permiso de su reina, dejó en el edificio varios retratos suyos en lugares ocultos a la vista. El modelo en el que se inspiró fue el cercano templo de Montuhotep II, que ya tenía medio milenio cuando Hatshepsut decidió añadir su DjeserDjeseru: “El más sagrado de los sagrados”, al circo de Deir el-Bahari.
El templo de millones de años mira hacia la entrada del recinto sagrado del templo de Amón en Karnak, estableciendo una relación visual con el dios y los muchos añadidos arquitectónicos realizados allí por la reina.
Más que un templo funerario, el edificio está compuesto por tres terrazas consecutivas, a las que se accede por dos rampas, una distribución que ofrece al visitante cinco fachadas bajo otros tantos pórticos. Las cuatro primeras sirven como lienzos para los relieves que cuentan la historia y los logros de la reina. Abajo, en el pórtico norte, vemos a Hatshepsut destruyendo a sus enemigos, cazando y celebrando la fiesta Sed; en el sur, la construcción del templo y la erección de obeliscos; arriba, en el norte, su nacimiento divino; en el sur, la expedición a la mítica tierra del Punt.
El quinto pórtico no tiene o no conserva relieves; pero destaca porque el frontal de sus columnas está decorado con impresionantes estatuas de la reina en forma de Osiris. Por detrás, un patio decorado da paso, hacia el norte, a un altar solar, y al sur, a varias capillas: Para la homenajeada, para su padre y para su dios; mientras que hacia el oeste y el Valle de los Reyes, que está justo detrás del risco, se excavó en el acantilado la capilla funeraria de la reina.
La segunda terraza queda encuadrada al sur por una monumental capilla de Hathor, con capiteles en forma de cabeza de vaca, y una más discreta capilla de Anubis al norte. Asimismo, el comienzo de la primera rampa estaba flanqueado por dos estanques en forma de T y filas y filas de árboles de incienso llevados desde la tierra del Punt en honor de Amón.
Es una obra maestra de la arquitectura faraónica, destinada no solo a servir de templo funerario de la reina, sino también como telón de fondo de ceremonias sagradas, entre ellas, la Bella Fiesta del Valle, algo así como el día de los difuntos faraónicos, que contaban con la participación de los tebanos que se acercaban a la necrópolis a conmemorar a sus muertos y disfrutar de la aparición de la estatua de Amón, que cruzaba el río.

