Demócrito

Demócrito
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Demócrito, filósofo materialista de la antigua Grecia
NombreDemócrito de Abdera
Nacimientoaprox. 460 a. n. e.
Abdera, Tracia, Antigua Grecia
Fallecimiento370 a. n. e.
Ocupaciónfilósofo
Conocido porsu teoría atómica

Demócrito de Abdera. Filósofo materialista de la antigua Grecia, discípulo de Leucipo, primera mente enciclopédica entre los griegos (Marx). Lenin consideraba a Demócrito como el defensor más brillante del materialismo en la Antigüedad clásica.[1]

Síntesis biográfica

Nace en Abdera (Tracia) en el año 460 a.C. Fue discípulo de Leucipo y es probable que haya estudiado con maestros magos y caldeos. Si bien estuvo en Atenas, su interacción con los filósofos de la época fue mínima. (Se dice que no se animó a presentarse ante ellos).[2]

Principales teorías

Demócrito es uno de los fundadores del atomismo. Admitía dos elementos primarios: los átomos y el vacío. Consideraba que los primeros, es decir, las partes indivisibles de la materia, eran invariables, eternos, se hallaban en movimiento constante y se diferenciaban entre sí únicamente por su forma, magnitud, situación y orden. Tales propiedades como sonido, dolor, sabor, entre otras no son propias de los átomos, sino que existen solo eventualmente, “no por la naturaleza de las cosas mismas”.

En esta concepción, figuran ya los gérmenes de la teoría acerca de las cualidades primarias y secundarias de las cosas. Los cuerpos están formados por la unión de átomos; la desintegración de los átomos conduce al aniquilamiento de los cuerpos. Una multiplicidad infinita de átomos se mueve eternamente en el vacío infinito, se desplazan en direcciones diversas sin chocar nunca entre sí y forman torbellinos. Así se da la multiplicidad infinita de mundos “que nacen y mueren”, que no son creados por Dios, sino que surgen y se destruyen por vía natural, necesariamente.

Identificando la causalidad con la necesidad, Demócrito negaba la causalidad, y la consideraba como resultado del no saber. En teoría del conocimiento, parte de la conjetura de que los cuerpos fluyen –se desprenden, se separan- finas envolturas (“ídolos”, imágenes) de las cosas, que actúan sobre los órganos de los sentidos.

La percepción sensorial constituye la fuente básica del conocimiento, pero proporciona solo un saber “confuso” de los objetos; sobre este saber se eleva otro, “luminoso”, más sutil, el saber por el intelecto, que conduce al conocimiento de la esencia del mundo: de los átomos y del vacío. Con esto, Demócrito planteó el problema de la correlación existente entre los sentidos y la razón en el conocimiento.

Políticamente, Demócrito fue un representante de la democracia antigua, adversario de la aristocracia esclavista. Hicieron suyo –y continuaron-, el materialismo de Demócrito, Epicuro y Lucrecio Caro.

Obra

Demócrito fue tan famoso en su época como otros filósofos de la importancia de Platón o de Aristóteles y debió de ser uno de los autores más prolíficos de la Antigüedad, aunque sólo se conservan fragmentos de algunas de sus obras, en su mayoría de las dedicadas a la ética, pese a que se le atribuyen diversos tratados de física, matemáticas, música y cuestiones técnicas.[3]

Referencias

Fuentes