Aristóteles
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Aristóteles (Estagira, 384 a. n. e. isla de Eubea, 322 a.n.e.). Filósofo griego de conocimientos enciclopédicos, fundador de la lógica como ciencia y de varias ramas concretas del saber.[1] Escribió cerca de 200 tratados sobre una enorme variedad de temas. Fue el padre de la Lógica formal, Economía, Astronomía, precursor de la Anatomía y la Biología y un creador de la Taxonomía (padre de la Zoología y la Botánica). Está considerado (junto a Platón) como el determinante de gran parte del corpus de creencias del pensamiento occidental del hombre corriente (aquello que hoy denominamos “sentido común” del hombre occidental).
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en una pequeña localidad macedonia cercana al monte Athos llamada Estagira (en la península de Calcídica) de donde proviene su sobrenombre, el Estagirita. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a la familia de los Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de generación en generación. Ello invita a pensar que Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina y de ahí le vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al cual pudo mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.
En el año 367 a.n.e., es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue enviado a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué clase de relación personal se estableció entre ambos filósofos, pero, a juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en sus escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual, por otra parte, resulta lógico si se tiene en cuenta que Aristóteles iba a iniciar su propio sistema filosófico fundándolo en una profunda critica al platónico. Ambos partían de Sócrates y de su concepto de eidos, pero las dificultades de Platón para insertar su mundo eidético, el de las ideas, en el mundo real obligaron a Aristóteles a ir perfilando términos como “sustancia”, “esencia” y “forma” que le alejarían definitivamente de la Academia. En cambio es absolutamente falsa la leyenda según la cual Aristóteles se marchó de Atenas despechado porque Platón, a su muerte, designase a su sobrino Espeusipo para hacerse cargo de la Academia. Por su condición de macedonio, Aristóteles no era legalmente elegible para ese puesto.
Vínculos con Alejandro Magno
A la muerte de Platón, ocurrida en el 348 , Aristóteles contaba treinta y seis años de edad, habla pasado veinte de ellos simultaneando la enseñanza con el estudio y se encontraba en Atenas, como suele decirse, sin oficio ni beneficio. Así que no debió de pensárselo mucho cuando supo que Hermias de Atarneo, un soldado de fortuna griego (por más detalles, eunuco) que se habla apoderado del sector noroeste de Asia Menor, estaba reuniendo en la ciudad de Axos a cuantos discípulos de la Academia quisieran colaborar con él en la helenización de sus dominios. Aristóteles se instaló en Axos en compañía de Xenócrates de Calcedonia, un colega académico, y de Teofrasto, discípulo y futuro heredero del legado aristotélico.
El Estagirita pasaría allí tres años apacibles y fructíferos, dedicándose a la enseñanza, a la escritura (gran parte de su Política la redactó allí) y a la reproducción, ya que primero se casó con una sobrina de Hermias llamada Pitias, con la que tuvo una hija. Pitias debió de morir muy poco después y Aristóteles se unió a otra estagirita, de nombre Erpilis, que le dio un hijo, Nicómaco, al que dedicaría su Ética. Dado que el propio Aristóteles dejó escrito que el varón debe casarse a los treinta y siete años y la mujer a los dieciocho, resulta fácil deducir qué edades debían tener una y otra cuando se unió a ellas.
Tras el asesinato de Hermias, en el 345 a.n.e., Aristóteles se instaló en Mitilene (isla de Lesbos), dedicándose, en compañía de Teofrasto, al estudio de la biología. Dos años más tarde, en el 343 a.n.e., fue contratado por Filipo de Macedonia para que se hiciese cargo de la educación de su hijo Alejandro, a la sazón de trece años de edad. Tampoco se sabe mucho de la relación entre ambos, ya que las leyendas y las falsificaciones han borrado todo rastro de verdad. Pero de ser cierto el carácter que sus contemporáneos atribuyen a Alejandro (al que tachan unánimemente de arrogante, bebedor, cruel, vengativo e ignorante), no se advierte rasgo alguno de la influencia que Aristóteles pudo ejercer sobre él. Como tampoco se advierte la influencia de Alejandro sobre su maestro en el terreno político, pues Aristóteles seguía predicando la superioridad de las ciudades estado cuando su presunto discípulo estaba poniendo ya las bases de un imperio universal sin el que, al decir de los historiadores, la civilización helénica hubiera sucumbido mucho antes.
Regreso a casa
Poco después de la muerte de Filipo, Alejandro hizo ejecutar a un sobrino de Aristóteles, Calístenes de Olinto, a quien acusaba de traidor. Conociendo el carácter vengativo de su discípulo, Aristóteles se refugió un año en sus propiedades de Estagira, trasladándose en el 334 a Atenas para fundar, siempre en compañía de Teofrasto, el Liceo, una institución pedagógica que durante años habría de competir con la Academia platónica, dirigida en ese momento por su viejo camarada Xenócrates de Calcedonia.
Los once años que median entre su regreso a Atenas y la muerte de Alejandro, en el 323, fueron aprovechados por Aristóteles para llevar a cabo una profunda revisión de una obra que, al decir de Hegel, constituye el fundamento de todas las ciencias. Para decirlo de la forma más sucinta posible, Aristóteles fue un prodigioso sintetizador del saber, tan atento a las generalizaciones que constituyen la ciencia como a las diferencias que no solo distinguen a los individuos entre sí, sino que impiden la reducción de los grandes géneros de fenómenos y las ciencias que los estudian. Como él mismo dice, los seres pueden ser móviles e inmóviles, y al mismo tiempo separados (de la materia) o no separados. La ciencia que estudia los seres móviles y no separados es la física; la de los seres inmóviles y no separados es la matemática, y la de los seres inmóviles y separados, la teología.
La amplitud y la profundidad de su pensamiento son tales que fue preciso esperar dos mil años para que surgiese alguien de talla parecida. Y durante ese período su autoridad llegó a quedar tan establecida e incuestionada como la que ejercía la Iglesia, y tanto en la ciencia como en la filosofía todo intento de avance intelectual ha tenido que empezar con un ataque a cualquiera de los principios filosóficos aristotélicos.
Sin embargo, el camino seguido por el pensamiento de Aristóteles hasta alcanzar su actual preeminencia es tan asombroso que, aun descontando lo que la leyenda haya podido añadir, parece un argumento de novela de aventuras.
Muerte
Cuando Alejandro murió ―en el año 323& a.n.e.―, Atenas se volvió un lugar incómodo para los macedonios como Aristóteles. Aristóteles abandonó Atenas, y ―en clara alusión a la condena de muerte contra Sócrates, en el 399 a.n.e.― declaró: “No veo razón para permitir que Atenas peque dos veces contra la filosofía”.
Aristóteles se estableció en la villa de Calcis, tierra de su madre, en la isla de Eubea, donde murió extrañamente al año siguiente (en 322 a.n.e.) a la edad de 61 o 62 años, por una enfermedad de los órganos digestivos.
Obra
A diferencia de lo que ocurría con Platón, de quien conservamos prácticamente todos sus diálogos, es decir, las obras llamadas exotéricas por estar dedicadas al gran público, y no las lecciones internas de la Academia, de Aristóteles nos han llegado las obras escritas para uso interno del Liceo. Conservamos, en efecto, muchas de sus obras esotéricas, es decir, lo que probablemente fueron las notas y apuntes de las lecciones impartidas en el Liceo, destinadas a un círculo reducido de alumnos, habiéndose perdido la práctica totalidad de las obras destinadas al gran público, (o de las que solo conservamos algunos fragmentos), escritas, al igual que las de Platón, en forma de diálogo.
Por lo general se tiende a contraponer Platón y Aristóteles en cuanto al estilo utilizado en sus obras: más fluido y literario en Platón, más tosco y abstruso en Aristóteles. Hemos de tener en cuenta, sin embargo, que las obras que conservamos de Aristóteles, al ser resúmenes de las lecciones impartidas en el Liceo, no pueden presentar las características de una obra cuidada y dirigida al gran público; pero sí encontramos esa fluidez en sus diálogos, obras de juventud realizadas a la sombra de su maestro Platón y que no están exentas de ciertas gracias literarias. La contraposición de estilos procede, pues, de la comparación de obras destinadas a públicos diferentes y elaboradas con criterios pedagógicos o literarios, también diferentes.
Además de esta distinción entre obras esotéricas y exotéricas, se suele clasificar la obra de Aristóteles en función de los períodos en los que fue elaborada, siguiendo, por lo tanto, un orden cronológico. Dichas obras eran conocidas por los miembros del Liceo, pero no fueron dadas a conocer al público hasta el siglo a.n.e. por Andrónico de Rodas, estableciendo una clasificación que se mantuvo posteriormente durante siglos.
Los estudios realizados por los especialistas (W. Jaeger o P. Aubenque, entre otros) a lo largo de los siglos XIX y XX han permitido esclarecer la evolución sufrida por el pensamiento aristotélico, así como la correcta datación de algunos libros que fueron agrupados por Andrónico de Rodas en la misma obra y que pertenecen a periodos distintos. De acuerdo, pues, con esta datación cronológica, podemos clasificar las principales obras de Aristóteles como sigue.
Clasificación cronológica
Primer período
- (368-348): la época de la permanencia en la Academia. Se caracteriza por la aceptación de la filosofía platónica y pertenecen a él:
- "Eudemo" o "Sobre el alma" (un diálogo en el que se mantiene la teoría de las Ideas y la inmortalidad del alma)
- "Protréptico" (carta en la que también se mantiene la teoría de las Ideas
Segundo período
- (348-335): desde el abandono de la Academia hasta su retorno a Atenas. En este periodo Aristóteles comienza a apartarse de la de las tesis predominantemente platónicas y comienza a elaborar su propio pensamiento, aun considerándose todavía un "académico", al menos en su primera fase.
- "Sobre la filosofía" (crítica la teoría de las Ideas, al menos en su interpretación matemática que las identifica con los números).
- "Ética a Eudemo" (se atribuye a sus años en Assos, ateniéndose aún a la concepción platónica de la virtud).
- "Del cielo" (Cosmología).
- "De la generación y la corrupción".
- W. Jaeger atribuye también a esta época algunos de los libros de la "Metafísica" y de la "Política.
Tercer período
- 335-322: desde su retorno a Atenas, coincidiendo con su actividad en el Liceo. A este período pertenecen la mayor parte de las obras conservadas, destacando claramente la orientación empirista y científica de su pensamiento en contraposición a la filosofía de Platón. A pesar de la unidad con la que se nos han presentado por los recopiladores posteriores, las obras de Aristóteles de este período, tal como las conocemos, son el resultado de las lecciones impartidas en el Liceo, y fueron publicadas aisladamente como tales; solo posteriormente se las fue agrupando en tales obras, en un trabajo de composición quizá iniciado ya por Aristóteles pero continuado, con seguridad, por sus discípulos en el Liceo.
Podemos clasificarlas en cinco grupos, ateniéndonos a las más significativas:
- Lógica.
- "Categorías" (Sobre los géneros supremos del ser y del decir).
- "Sobre la interpretación" (Sobre el enunciado y la proposición).
- "Primeros analíticos" (Los silogismos).
- "Analíticos posteriores" o "segundos" (La demostración científica).
- "Tópicos" (Los recursos silogísticos para solventar cualquier dificultad).
- Metafísica.
- Los libros "Metafísicos". Componen el tratado del ser en cuanto ser, es decir, la ontología aristotélica. Se puede acceder a la Metafísica de Aristóteles, en traducción del gijonés Patricio de Azcárate (1800-1886) en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
- Obras científicas.
- "Física" (Tratado sobre la naturaleza. Análisis del cambio)
- "Meteorológicos".
- "Historias de los animales" (Zoología: un conjunto de estudios a los que dedicó la mayor parte de su actividad y que para algunos es su obra maestra)
- "Del movimiento de los animales".
- "De la generación de los animales".
- "Sobre el alma" (La psicología)
- "Parva naturalia" (conjunto de pequeños tratados sobre la percepción, la memoria, el sueño...)
- Ética y política.
- "Gran moral" (Según algunos especialistas, como P. Aubenque, no sería una obra de Aristóteles; otros, como J. Ll. Ackrill, consideran que sí).
- "Ética a Nicómaco". Obra que contiene la doctrina ética de Aristóteles.
- "Política". Exposición del pensamiento aristotélico sobre la organización social y política.
- "Constituciones". Análisis de numerosas constituciones de las polis de su época.
- Estética.
- -"Retórica" (El arte de convencer)
- -"Poética" (Sobre la creación artística, obra perdida en su mayor parte)
Filosofía
Aristóteles se ha significado como uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos y ha sido uno de los pilares del pensamiento occidental. Sus obras, escritas hace más de dos mil trescientos años, siguen ejerciendo una influencia notable sobre innumerables pensadores contemporáneos y continúan siendo objeto de estudio por parte de múltiples especialistas. La filosofía de Aristóteles constituye, junto a la de su maestro Platón, el legado más importante del pensamiento de la Grecia antigua.
Pese a ser discípulo de Platón, Aristóteles se distanció de las posiciones idealistas, para elaborar un pensamiento de carácter naturalista y realista. Frente a la separación radical entre el mundo sensible y el mundo inteligible planteada por las doctrinas platónicas, defendió la posibilidad de aprehender la realidad a partir de la experiencia.
Así pues, en contra de las tesis de su maestro, consideró que las ideas o conceptos universales no deben separarse de las cosas, sino que estaban inmersos ellas, como forma específica a la materia. Por estos motivos, otorgó gran importancia a los estudios científicos y a la observación de la naturaleza. Sin embargo, las preocupaciones de Aristóteles no se dirigieron únicamente al estudio especulativo de las cosas y sus causas, sino que también se centraron en cuestiones de lógica formal, moral, política y estética. De acuerdo con las fuentes antiguas, el filósofo griego escribió 170 obras, aunque solo 30 se han conservado hasta nuestros días.
Aristóteles distinguía:
- una parte teórica, relativa al ser, sus elementos, causas y principios,
- una parte práctica: sobre la actividad del hombre,
- una parte poética: acerca de la creación.
El objeto de la ciencia es lo general, a lo que se llega por la razón. Pero lo general existe solo en lo singular, sensorialmente perceptible, y puede conocerse solo a través de lo singular: es condición de todo conocimiento general, la generalización inductiva, que no puede realizarse sin la percepción por los sentidos.
Aristóteles admitía cuatro causas:
- la materia o posibilidad pasiva de un proceso de formación,
- la forma (esencia, el ser del ente), la actualización de aquello que en la materia está dado solo como posibilidad,
- el principio del movimiento y
- el fin.
Metafísica
La preocupación metafísica de Aristóteles es a la vez crítica, con respecto a la de su maestro Platón, y constructiva, puesto que se propone una nueva sistematización. Lo que pretende con la metafísica es llegar a saber "de los principios y de las causas primeras". Aborda los temas de la metafísica en lo que él llama "filosofía primera", ciencia que considera el ser en cuanto ser. Por ocuparse de las primeras y verdaderas causas, puede ser considerada igualmente ciencia de lo divino, ciencia teológica (Theoldgiké épistéme).
Aristóteles rechaza la teoría platónica de las Ideas separadas de los entes de este mundo. Lo verdaderamente existente no son los "reflejos" de las Ideas, sino los entes individuales, captados por la inteligencia y en los que reside el aspecto universal. En todo ser se da la sustancia (ousìa, esencia de cada ente individual subsistente en sí mismo) y el accidente (cualidad que no existe en sí misma sino en la sustancia). Las sustancias sensibles se hallan constituidas por dos principios: materia, que dice de qué está hecha una cosa, y forma, disposición o estructura de la misma.
Para explicar el cambio se vale de las nociones de acto y potencia, determinaciones primeras del ser. Ahora bien, con estas dos nociones sabemos cómo suceden los cambios o movimientos, pero no sabemos por qué. Esto lo conocemos mediante las razones o causas del cambio, que Aristóteles concretiza en cuatro: causa material, causa formal, causa eficiente y causa final (o teológica). Esta última es de gran importancia para el Estagirita, ya que está convencido de que todo existe para cumplir un fin, pues todo, por su propia inmanencia, busca su intrínseca perfección.
La ciencia metafísica de Aristóteles culmina en la teología, la cual se ocupa del ser que existe per se, o sea, el ente en su sentido más pleno, la forma pura sin materia. Para probar la existencia de ese ser, apela a varios argumentos: "Entre las cosas que existen una es mejor que la otra; de allí que exista una cosa óptima, que debe ser la divina".
Su argumento más conocido es el denominado de predicamento cosmológico: las cosas de este mundo son perecederas, y por lo tanto sufren cambio; este cambio acaece en el tiempo. Cambio y tiempo son, pues, imperecederos; mas para que se produzca el cambio o movimiento eterno ha de existir una sustancia eterna capaz de producir ese movimiento. Pero no podemos retrotraernos al infinito para buscar las causas de las causas, por lo que debemos llegar a un Primer Motor inmóvil. Este motor es Dios, concebido por Aristóteles como fuerza inmaterial inalterable. Ese Ser, sin embargo, no aparece en Aristóteles como creador del mundo, porque éste es eterno.
Alma y conocimiento
Todos los seres vivos se presentan a Aristóteles como poseedores de alma (psyché), con lo cual se distinguen de los seres inanimados o inorgánicos. Distingue tres clases de alma: vegetativa (propia de las plantas, pero presente también en los animales y en el hombre), sensitiva (propia de los animales y del hombre), racional (exclusiva del hombre). Ésta tiene tres características: es causa del movimiento del cuerpo, conoce y es incorpórea.
Con respecto al conocimiento, Aristóteles no admite las doctrinas de Platón, ni tampoco el innatismo. La mente al nacer es "tamquam tabula rasa", en la que nada hay escrito. El conocimiento comienza en los sentidos, como nos demuestra la experiencia. Las captaciones de los sentidos son aprehendidas por el intelecto, generándose así el concepto. De esta forma llegamos al conocimiento suprasensible.
Ética
La ética de Aristóteles tiene un fin que se resume en la búsqueda de la felicidad. Para algunos, la felicidad consiste en los placeres; para otros, en las riquezas; pero el hombre sabio la busca en el ejercicio de la actividad que le es propia al hombre, es decir, en la vida intelectiva. Ello no excluye el goce moderado de los placeres sensibles y de los demás bienes, con tal de que no impida la contemplación de la verdad. Sobre esta base desarrolla Aristóteles el concepto de virtud.
La virtud consiste en el justo medio. Lo que quiere dar a entender es que el actuar del hombre debe estar regido por la prudencia o regla recta. Hay dos modalidades de virtud: las dianoéticas (que se refieren al ejercicio de la inteligencia) y las éticas (que se refieren a la sensibilidad y los afectos). Todas las virtudes son hábitos que se adquieren por medio de la repetición. La virtud por excelencia es la justicia, la cual consiste en el acatamiento de las leyes y en el respeto a los demás ciudadanos.
Política
Para Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza. Solo los animales y los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).
Existen tres formas de legítimo gobierno: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de los mejores) y república (gobierno de muchos). A esas formas rectas de gobierno se oponen la tiranía, la oligarquía y la democracia (Aristóteles entiende por "democracia" el gobierno de los pobres). No se puede decir cuál de las tres es mejor, pues la teoría concreta para un pueblo hay que deducirla de una indagación objetiva de las varias formas históricas de gobierno, y definir según las circunstancias cuál es más conveniente para un determinado estado (Aristóteles recogió y estudió las constituciones de 158 estados). En principio, toda forma de gobierno es buena si quien gobierna busca el bien de los gobernados.
Influencia
Durante mucho tiempo, el pensamiento aristotélico se vio eclipsado por el prestigio de las doctrinas de Platón. En época de la Roma cristianizada, el naturalismo y el realismo de Aristóteles eran despreciados y se privilegiaban las lecturas neoplatónicas de Plotino y Beocio. Debido al espiritualismo que caracterizó al pensamiento medieval, las doctrinas de Platón gozaron de preeminencia hasta el siglo XII.
Los filósofos árabes y, particularmente, Avicena y Averroes- contribuyeron a que el pensamiento aristotélico fuese de nuevo objeto de atención en Occidente. El creciente interés por la naturaleza mostrado por el pensamiento cristiano en la Baja Edad Media hizo posible que la obra de Aristóteles fuese estudiada. Roger Bacon y Alberto Magno reivindicaron el pensamiento de este filósofo, y santo Tomás de Aquino lo transformó en la base de la teología cristiana.
Los estudios de la escuela de Florencia, Francis Bacon y Galileo quebrantaron la autoridad aristotélica. Sin embargo, los escritos del filósofo griego continuaron ejerciendo influencia sobre diversas corrientes de pensamiento modernas, como el idealismo, el neoescolasticismo, el conductismo y el dinamismo de Bergson, entre otras.
Apófansis
Del griego apófansis: ‘declaración’, ‘proposición’; no confundirla con la apófasis, que significa ‘negación’.
Juicio del que Aristóteles da la siguiente definición:
En la lógica clásica, la apófansis se reduce a la afirmación o a la negación de algo sobre alguna cosa. Para la apófansis que se toma en relación con otras enunciaciones, con el objeto de formular un razonamiento, Aristóteles empleaba el término de prótasis (‘premisa’).
Frases
- El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
- El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
- Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
- Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.
- La inteligencia consiste no solo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica.
- La esperanza es el sueño del hombre despierto.
- No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad.
- Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
- Solo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.
Fuentes
- ↑ Rosental, Mark Moisevich; e Iudin, Pável Fedorovich [1939]: Diccionario filosófico (págs. 23-24). Buenos Aires (Argentina): Ediciones Universo, 1973.