El contador de cuentos
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El contador de cuentos. No hay nada que atraiga más a los niños que las historias escatológicas donde aparecen cacas de todo tipo, grandes pedos sonoros, que suelen despertar la atención inmediata y las risas, o los cuentos incorrectos, aquellos en los que los niños hacen algo totalmente inadecuado e irreverente. Este es el caso de El Contador de cuentos. Un libro que se ha convertido en un clásico de la literatura inglesa que ganó en el año 2009 el premio Bologna Ragazzi New Horizons.
Sinopsis
La historia está contada por Saki, o lo que es lo mismo, un periodista birmano que nació en el siglo XIX, un momento crucial de la historia del mundo, ya que en esos tiempos la moda victoriana de grandes remilgos y buena educación era top ten del buen gusto, así que un cuento incorrecto del tipo Alicia en el País de las Maravillas o, éste mismo, era algo que sorprendía bastante. Pero está claro que no importa la época en la que se vive cuando la historia es buena, y los cuentos irreverentes siguen estando de moda porque son lo antagónico de lo que el niño espera escuchar.
La historia va de un viaje en tren. En un pequeño vagón se encuentran sentados una tía con aspecto rancio, y sus tres sobrinos que se aburren muchísimo y no dejan de molestar a un correcto señor que se encuentra frente a ellos leyendo tranquilamente el periódico. La tía se esfuerza por mantener a los niños quietos en sus asientos pero, en vista que es imposible, decide contarles un cuento. Pero resulta que es una malísima contadora de cuentos y los niños al minuto han perdido el interés, así que el señor del periódico decide tomar el relevo y contarles un cuento que asegura les mantendrá pegados a sus asientos un buen rato.
El cuento comienza con una niña muy buena, tan buena que tiene medallas colgadas en su vestido. Y los niños piensan: "¡Vaya rollo, otro cuento que empieza igual!". La niña es tan buena que el príncipe decide invitarla a su jardín secreto como regalo. Así que una mañana acude al jardín y ve cosas muy bellas en él, pero de pronto, entre los arbustos, aparece un feroz lobo. La niña se asusta y se esconde, pero el lobo consigue localizarla y.... ¡Se la come! Fin del cuento. ¿A qué mola?
¿Cuántas veces habéis imaginado ese final?... Yo mil veces. ¡Qué ganas de que alguna vez ganase el lobo y se comiese a la repelente niña! Incorrecto, sí, pero tremendamente sorprendente. No me ha quedado más remedio que hacer spoiler a los padres y madres que leáis esto porque me parece la parte interesante del cuento, pero no lo desveléis a vuestros hijos o la magia no tendrá efecto.
Por supuesto, la tía se queda totalmente atónita, se enfada, pero los niños están encantados con la historia.
Para rematar la faena de este libro, totalmente recomendable, la editorial Ekaré, lo ha editado de una forma curiosa y muy atractiva. El libro en formato rectangular, viene dentro de una pequeña caja de cartón blando, en forma de tren. Al sacarlo se pueden observar los preciosos dibujos de los viajeros sentados en el tren, obra de la cubana Alba Marina Rivera. Dibujos delicados, en tonos pastel, y con mucho detalle que, aunque nos encantan a los padres, puede que a los niños en un principio les atraigan poco por su suavidad. Solo hay que hacer un poco de hincapié para que el niño se adentre dentro de la historia del libro, aunque en un principio le dé pereza, y así pueda descubrir toda su grandeza.
Datos del autor
Saki nació el 18 de diciembre de 1870 en Akyab, Birmania Británica. En 1900, apareció su primer libro: The Rise of the Russian Empire. Entre 1902 y 1908, trabajó como corresponsal del Morning Post en los Balcanes, Varsovia y Rusia. En 1904, se publicaron sus cuentos de Reginald. Después una serie de historias cortas entre 1904 y 1911 que incluyeron Reginald en Rusia, en 1910 y Las crónicas de Clovis en 1911.
