Ermita del Rocío

Ermita del Rocío
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Obra Arquitectónica  |  (Ermita)
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Ermita donde se celebra anualmente la famosa Romería de El Rocío (en la que se venera a la Virgen del Rocío).
Descripción
Tipo:Ermita
Estilo:Iglesia católica
Localización:Almonte, Huelva Bandera de España España
Uso inicial:Religioso
Datos de su construcción
Inicio:1755

Ermita del Rocío. Situada en Almonte, Huelva,España. En ella se celebra anualmente la famosa Romería de El Rocío (en la que se venera a la Virgen del Rocío), y que en la actualidad congrega a más de un millón de personas. El proyecto de la actual Ermita se debe a los arquitectos Antonio Delgado y Roig y Alberto Balbontín de Orta, realizado hacia 1960.

Historia

En 1757 al redactarse las Reglas de la Ilustre, más Antigua y Primordial Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, como se titulaba entonces la de Almonte, se recogió por primera vez por escrito y se imprimió a modo de preámbulo de las mismas, la leyenda del descubrimiento de la Virgen, en la cual se describe cómo era la Primera Pequeña iglesia o ermita levantada a finales del siglo XIII en honor de Santa María de las Rocinas. Precisamente, un año antes, en 1756 se había derribado, para levantar un nuevo santuario, lo que de la antigua ermita había dejado en pie el terremoto de 1755. De aquella ermita, del más puro estilo mudéjar andaluz, sólo existen representaciones del exterior. Entre las más antiguas que se conocen, son las que aparecen en la parte superior izquierda en un grabado de 1754 mandado hacer por D. Alonso Tello de Eslav. y la que se puede contemplar en el antiguo Simpecado de la Hermandad de Villamanrique, también en la parte izquierda curiosamente y que a todas luces parece más antiguo que el anterior.

Arquitectura

La primera Ermita construída tenía una portada con arco de herradura apuntado, y, sobre ella, la espadaña, con arco de herradura para su campana. A uno y otro lado de la portada y en los muros, a la altura del altar, estrechas ventanas en saetera, en el imafronte, un óculo, todos estos vanos con rosca de ladrillo agramilado, que destacan en su cálido color sobre el blanco sucio de la vieja cal. La puerta, bien forrada y adornada de clavos, se afirma en quicialeras y se cierran con gran cerrojo, que ajusta su manija en la cerradura.

El interior, humilde y sencillo, es grato y placentero, sobre el piso ladrillado se eleva con tres escalones, de bordillos vidriados de verde, ya desgastados, el presbiterio, en su plano se alza el altar, de reducidas proporciones, quizás cubierto de antipendio tejido, de vivos colores, quizás revestido de alicatado de alfardones moriscos, blancos y verdes.

En el centro del ábside, en su hornacina, la imagen de la Virgen, erguida y graciosa, mostrando al Niño, de estereotipada sonrisa gótica, que parece haber heredado. La luz que dejan pasar las "saeteras y penetra por el óculo de la fachada da al ámbito una luminosa penumbra que funde los colores chillones del altar y el oro y policromado de la imagen en la suave claridad del presbiterio.

A lo largo del tiempo, la Ermita sufriría modificaciones y restauraciones, principalmente en lo que a la espadaña se refiere, dada su posición elevada y en vista de los agentes atmosféricos que sufriría. Muestra de ello es la que se puede ver en el Simpecado, simple y llanamente un paramento con un vano de medio punto. Por el contrario, la representada en el grabado tiene ya varios pisos y una cruz coronándola.

Desde fines del siglo XIII, el santuario sufrió algunas reformas y reparos. A principios del siglo XVII, en 1613, se trataba de hacer ciertos reparos al viejo santuario, contando principalmente con el legado de quinientos pesos que el sevillano Baltasar Tercero, por su testamento otorgado en Lima el 11 de febrero de 1587, había mandado con este fin de restauración, asi como el de edificar casa para que viva el capellán. Por muy variadas y diversas dificultades, las obras duraron largos años, en cabildo de 13 de febrero de 1635 aprobó el concejo de la villa de Almonte unas cuentas de obras por valor de 2.808 reales.

A esta fecha pudo corresponder la portada sur, en cuyo ático se colocó en 1696, un gran azulejo, tosco de factura, como una de las más antiguas representaciones de la Virgen, del cual actualmente hay una copia sobre la nueva puerta que da al Real. Sobre un pedestal gallonado, con perfil de curvas contrapuestas, y el monograma mariano en un óvalo central, se alza la imagen de María, vestida de azul, de marcada silueta triangular. La saya, ricamente bordada con motivos de hojas de cardinas, lleva una franja central y una orla por todo el borde inferior, marcados por un galón ocre. Con el mismo galón se señalan las largas mangas, que casi tocan el borde inferior. El Niño, vestido de verde, es sostenido por ambas manos de la Madre, en el eje vertical. El manto azul se ve orlado por puntas o encajes en forma de ondas, confeccionadas con estrechas láminas de plata. Una toca de papos cubre su cabeza y enmarca el rostro. Los atributos iconográficos son la corona real, rodeada por una aureola de rayos agudos y flameantes; el cetro real y la media luna. El Niño, por su parte, coronado, bendice con la diestra y lleva el orbe en la izquierda.

Predominan en las figuras los tonos azules, verdes y ocres, sobre un fondo de color amarillo, en forma de arco de medio punto. En 1753, el Ayuntamiento de Almonte, en gratitud por la lluvia obtenida por intercesión de la Virgen, acuerdan comprar "un retablo muy dezente y dorado" que el convento de religiosas de Ntra. Sra. de los Reyes de Sevilla, vendía de lance, y que "es muy a propósito para la capilla mayor de dicha hermita del Rocío, donde sirva de adorno del altar mayor, y por consiguiente de Ntra. Sra.». Se pagaría "con limosnas que dieren los devotos, y con las de un mil quinientos reales de vellón que este Cvdo. mande librar para dicho fin del caudal de sus propios.

Ermita del Rocío
Por desgracia poco duró el mismo, pues el 1 de noviembre de 1755, el Terremoto de Lisboa, vino a dejarla tan derruida, que hubo de pensarse en edificar nuevo santuario. La Virgen fue traída inmediatamente a Almonte, sin más ceremonial que la fervorosa acogida del pueblo, aun aterrorizado por los estragos del seísmo.

La Ilustre, Más Antigua y Primordial Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, de Almonte, acordó, pues era de todo punto imposible la reedificación, y decide levantar nuevo templo más amplio y capaz, aunque para ello no contaba con rentas ni bienes algunos, sino con las limosnas del pueblo y de los pueblos devotos de la Señora.

Por dichos motivos económicos, las obras se alargaron más de los previsto y mientras tanto, la Virgen permaneció en Almonte en la estancia más larga de la Historia. Según documentos, la Virgen seguía en la Parroquia en marzo de 1757 y la hipótesis más razonable (según López Taillefert, Álvarez Gastón y Flores Cala) es que el traslado de vuelta se produjera en 1758, celebrándose las romerías de 1756 y 1757 en Almonte. Por otro lado, Juan Infante-Galán, dá la fecha de 1760 como de vuelta e inauguración del nuevo templo, pero sin entrar en detalles.

La nueva iglesia, con orientación litúrgica, era de una sola nave con crucero, de ábside plano y poco profundo; la cubierta, era de madera, a dos aguas, de par y nudillo. El crucero se cubría a cuatro aguas, con gran artesón y harneruelo de sencilla laceria mudéjar.

Se conservó, la portada de la antigua ermita dentro de la llamada Sala de Los Milagros, que luego, por su orientación, fue llamada Puerta del Sol. La puerta principal, orientada a poniente, se abría a un breve compás o pórtico; la fachada no tenía mucho aspecto de edificio destinado al culto, pues sobre el pórtico se alzaba otra planta, con su balcón, por encima de la cual sobresalía el hastial de la iglesia, con su gran óculo y torre.

Al ser trasladada la Virgen a su nueva iglesia fue colocada en una gran hornacina, decorada con pinturas de hojarasca barroca en grisalla verdosa, a modo de retablo. Posteriormente, hacia 1764-65, se instaló el retablo barroco donde, por espacio de doscientos años y hasta 1963, recibió culto la Virgen.

Este bellísimo retablo responde en su traza y factura al tipo de retablo-vitrina creado por el famoso Cayetano d'Acosta, autor del retablo mayor y de la portada del sagrario en la iglesia del Salvador, de Sevilla, y de los retablos de la iglesia conventual de Santa Rosalía, en la misma ciudad. En 1907 fue sustituida la antigua campanita, ya vieja y cascada. En 1915, el pésimo estado de la mayor parte de la techumbre y del antiguo pavimento de ladrillo, hacía necesaria una urgente reparación. Era a la sazón cura ecónomo de Almonte don Juan Luís Cózar y Lázaro, quien tomó sobre sí la empresa de restauración del santuario. Dado el auge que tomó la romería en los años treinta y posteriores, se hizo necesaria la ampliación del Santuario, encargándose al arquitecto don Aurelio Gómez Millán, quien fuera ayudante de Aníbal González, un proyecto de ampliación del santuario que no llegó a realizarse por diversos motivos. En el lateral donde estaba la antigua Puerta del Sol, se construiría un claustro de arcadas y en su extremo la casa del Capellán. En 1943, es modificada la fachada, quedando alicatada con aquellos azulejos vidriados que todavía muchos recuerdan con nostalgia.

Cultos que se celebran

Advocación a la Virgen del Rocío

Es una advocación mariana que se venera en la ermita de El Rocío en Almonte (Huelva). La romería que se realiza en su honor es una de las más importantes de España, conocida internacionalmente y que congrega cada año a más de un millón de personas.

El lunes de Pentecostés de cada año, la Virgen sale en procesión por las calles de la aldea, portada a hombros de los almonteños. Este acto pone fin a la peregrinación, y tras él los peregrinos inician el camino de vuelta a sus respectivos puntos de partida. Distintos actos del camino y la procesión se han hecho muy populares, como el paso de las hermandades por el Río de Quema, la presentación de todas las congregaciones ante la hermandad matriz ya en la aldea o el salto de la reja por parte de los almonteños para sacar la Virgen en procesión.

Romería del Rocío

Manifestación de religiosidad popular católica andaluza en honor de la Virgen del Rocío. La romería se celebra el fin de semana del Domingo de Pentecostés. La Virgen se encuentra en la Ermita de El Rocío, que se halla en la aldea almonteña del mismo nombre, en la provincia de Huelva. La hermandad de Almonte es la encargada de organizar los cultos y romería de la Virgen. Cuando la región sobre la que se asienta actualmente la ermita pasó a manos de los Duques de Medina Sidonia, El Rocío perdió parte de su aislamiento y se convirtió en cruces de caminos. Para el descanso de los arrieros y viandantes, fue instalada una venta en el camino de Moguer, y muy cerca en el Hato Rincón, crecieron algunas chozas. Esos fueron los orígenes de la aldea. El creciente fervor por la Virgen del Rocío, tanto de los almonteños como de pueblos vecinos, y su nombramiento como patrona de Almonte en 1653, hizo que se reglaran las celebraciones que los devotos hacían en su honor, determinando que dichas conmemoraciones se harían solo una vez al año en la Pascua de Pentecostés. En junio de 1919 la Virgen del Rocío es coronada por el cardenal de Sevilla[cita requerida]. En 1959 se abre una carretera entre Almonte y la aldea, lo que permite la expansión del peregrinaje, pasando en la década de los 70 de ser una fiesta desconocida y comarcal a estar en constante crecimiento hasta nuestros días.

Lugares que conforman la ermita

  • Camarín-Vitrina de la Virgen
  • Altar Retablo de Cayetano D’acosta
  • Ante camarín y Reserva del Santísimo
  • Sacristía
  • Pulpito Evangelio
  • Pulpito Epístola
  • Altar del Calvario
  • Altar de San José
  • Altar del Corazón de Jesús
  • Altar de Santa Ana
  • Altar de Santo Domingo
  • Altar de Nuestra Sra. del Rosario
  • Sala de Los Milagros

Fuentes