Escuadrón 731

Escuadrón 731
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Unidad 731
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Programa encubierto de investigación y desarrollo de armas biológicas del Ejército Imperial Japonés
Activa1937-1945
PaísJapón
FidelidadEjército Imperial Japonés
TipoPrograma encubierto
FunciónLaboratorio de Investigación y Prevención Epidémica del Ministerio Político Kempeitai
EspecializaciónExperimentación con armas biológicas
TamañoCompuesto por ocho divisiones
AcuartelamientoEn el distrito de Pingfang, al noreste de la ciudad china de Harbin, parte del gobierno títere de Manchukuo.
Comandantes
Comandantes
notables
* Chūjō (Teniente General) Shirō Ishii
  • Chūsa (Teniente Coronel) Ryoichi Naito
  • Dr. Masaji Kitano
  • Yoshio Shinozuka
  • Yasuji Kaneko

Escuadrón 731, fue un programa encubierto de investigación y desarrollo de armas biológicas del Ejército Imperial Japonés, que llevó a cabo letales experimentos médicos sobre humanos durante la Segunda guerra sino-japonesa(1937-1945) en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

Antecedentes

En el año 1918, finaliza la Primera Guerra Mundia, momento en el cuál médicos, junto con el ejército japonés, comienzan el estudio de los productos químicos y biológicos utilizados en Europa durante la guerra. El Comandante Terunobu, es designado para estudiar los resultados obtenidos, bajo el mando del doctor Ito, por 40 científicos, comprobando que esas armas podrían devastar con facilidad al enemigo, aunque al ejército japonés le pareció deshonorable la utilización de este tipo de armas en ese momento.

La Guerra sino-japonesa o chino-japonesa

Comienza la llamada Guerra sino-japonesa o chino-japonesa, entre ambas naciones asiáticas. El Japón era una potencia militarista que buscaba expandir su territorio estableciendo gobiernos títeres en los países vecinos. China fue uno de los objetivos militares de los japoneses, y en 1937 invadió el norte, conquistando Manchuria. Los chinos lucharon, curiosamente, con el apoyo de la Unión Soviética y los Estados Unidos.Pero no lograron frenar a la maquinaria bélica nipona, equivalente a la potente Alemanianazi de la época.

Nace el engendro

Para probar los efectos de la guerra bacteriológica, Japón creó el Escuadrón 731. Al frente se encontraba el temible teniente general Shiro Ishii, de 45 años. Luego de estudiar en la Universidad de Kioto, Ishii realizó viajes a Occidente para conocer más sobre la guerra biológica, que tuvo uso en la Primera Guerra Mundial. Dicha unidad fue responsable de algunos de los más horribles crímenes de guerra cometidos en la época moderna. Oficialmente conocido por el Ejército Imperial Japonés como el Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica del Ministerio Político Kempeitai, fue inicialmente instaurado como una sección política e ideológica de la policía militar Kempeitai. Fue formado con la intención de contrarrestar la influencia político-ideológica de los enemigos y reforzar el sistema de unidad militar.

El Escuadrón 731 fue uno de los muchos destacamentos usados por las Fuerzas Armadas japonesas para la investigación sobre agentes biológicos para la guerra; otras unidades tácticas y administrativas fueron el Escuadrón 516 (Qiqihar), el Escuadrón 543 (Hailar), el Escuadrón 773 (Songo), el Escuadrón 100(Changchun), el Escuadrón 1644(Nankín), el Escuadrón 1855 (Pekín), el Escuadrón 8604(Cantón), el Escuadrón 200(Manchuria) y el Escuadrón 9420(Singapur).

Las atrocidades en Harbin

En 1932, el Chūjō (Teniente General) Shirō Ishii fue puesto al mando del Laboratorio de Investigación del Ejército sobre Prevención Epidémica. Él y sus hombres construyeron el campo de prisioneros Zhong Ma (cuyo edificio principal fue conocido a nivel local como la Fortaleza Zhongma), una prisión experimental ubicada en el poblado Bei-inho, a 100 km al sur de Harbin. Las vías ferroviarias manchúes, fueron colocadas para el transporte de materiales y equipamiento. Ishii organizó al grupo secreto de investigación Unidad Tōgō, para la coordinación de estudios químicos y biológicos. Una fuga de reos en 1934 y una explosión en 1935(presunto ataque), obligaron a Ishii a suspender las operaciones de la Fortaleza Zhongma. Posteriormente, Ishii se trasladó a Pingfang, aproximadamente a 24 km al sur de Harbin, para instalar un complejo nuevo, de mayores dimensiones.​

Más tarde esta unidad fue incorporada al Ejército de Kwantung como el Departamento de Prevención Epidémica, pero fue dividida simultáneamente en la Unidad Ishii y la Unidad Wakamatsu, con un comando central en Hsinking. A partir de 1941, todas estas unidades fueron conocidas colectivamente como el Departamento de Prevención Epidémica y Purificación de Agua del Ejército de Kwantung o Escuadrón 731 como sobrenombre. Ellos tuvieron el respaldo de los Cuerpos Imperiales de la Juventud, la Universidad de Investigaciones Japonesa y el Kempeitai. Algunas fuentes los relacionan con el Zaibatsu Mitsui, monopolio del cultivo de amapola en Manchukuo(para la producción de heroína).

Harbin se convertiría en sinónimo de la desgracia: para realizar experimentos biológicos, los japoneses enviaban prisioneros al módulo. Casi diez mil, de acuerdo con las cifras de China, pasaron por allí. Pocos salieron con vida, y sirvieron como ejemplo de las atrocidades que puede cometer el ser humano contra sus semejantes.

Chinos, coreanos, mongoles y rusos fueron víctimas de los espeluznantes trabajos de la 731. Entre las acciones experimentales la que más causaba estupor era la vivisección, el abrir a los prisioneros sin anestesia mientras estaban vivos. El fin era evaluar sus reacciones. A algunos se les enfermaba antes, unos con gases o inyecciones, y luego se les abría para ver cómo era el efecto en su interior.

Pero no solo hombres eran los conejillos de indias. También mujeres, y muchas de ellas embarazadas. O niños de la más tierna edad. Todo en nombre de la Ciencia. También se amputaban prisioneros para ver cómo perdían la sangre y cuánto tardaban en morir. Ensayaron con armamento con la finalidad de observar el efecto en las personas. Granadas, lanzallamas, rifles, armas químicas. Además, probaron infectando a pulgas con peste bubónica u otras enfermedades y las soltaban en mitad de la población, con el fin de evaluar el efecto.

La disolución del Escuadrón 731

Con el final de la Segunda Guerra Mundial, luego de los bombardeos norteamericanos sobre Hiroshima y Nagasaki, los japoneses se rindieron. El Escuadrón 731 se disolvió. Algunos se entregaron ante las autoridades estadounidenses, conscientes que serían ejecutados por sus crímenes. Pero no ocurrió nada, salvo que los norteamericanos pidieron a los más destacados médicos de la Unidad para ofrecerles inmunidad a cambio de los resultados de sus experimentos. Ishii, el líder de la espeluznante Unidad 731, fallecería producto de un cáncer de garganta en Tokio, a los 67 años.

La impunidad de los criminales

Japón admitió los crímenes del Escuadrón 731, pero sin pagar por ellos. Un juez expresó en 2002: “La evidencia muestra que las tropas japonesas, incluidas las de la Unidad 731, usaron armas bacteriológicas bajo órdenes del ejército imperial japonés y que muchos residentes murieron”. La cita pertenece al juez Koji Iwata, de acuerdo con el Japan Times, en un trabajo de la BBC.

Fuentes