Extensión bibliotecaria

Extensión bibliotecaria
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Concepto:La extensión bibliotecaria engloba actividades e iniciativas para promocionar la lectura, ofrecer información y eliminar barreras socioculturales, económicas, físicas, geográficas o de cualquier tipo.

Extensión bibliotecaria. Esta diseñadas para brindar determinados servicios de información y con ellos satisfacer las demandas y necesidades informativas de la comunidad de usuarios a la cual sirve. Entre los servicios tradicionales se pueden mencionar: el préstamo en sus diferentes modalidades, las investigaciones bibliográficas y el servicio de referencia.

La extensión bibliotecaria engloba una serie de servicios y medidas que toman las bibliotecas para tratar de eliminar o mitigar las barreras físicas, geográficas, sociales, económicas, culturales o de cualquier naturaleza que impiden o dificultan el acceso a la cultura y la información de ciertos grupos de población[1].

Objetivo de la extensión bibliotecaria

Entre los principales objetivos del servicio se encuentra la realización de actividades dirigidas a construir, promover y optimizar las relaciones entre el usuario y la biblioteca, utilizando documentos en diversos soportes de información. En este sentido la difusión de los fondos bibliográficos y documentales, así como de las actividades de la biblioteca entre las comunidades usuarias distantes de la institución desempeña un papel fundamental.

Los servicios de extensión bibliotecaria llevan las bibliotecas allá donde están las personas. Salir fuera y sacar las colecciones para llegar a la población es una de las tareas fundamentales de la biblioteca. El acceso a recursos y servicios es vital para la información de las personas y su aprovechamiento en las distintas facetas personales y profesionales. Pero no todas las personas conocen lo que una biblioteca puede ofrecer, incluso hay personas que aun conociéndolo no puede acceder a la biblioteca por problemas geográficos, personales o de discapacidad[2].

La extensión bibliotecaria no se limita a un acercamiento físico de la biblioteca, con ser éste fundamental para la calidad de vida de los residentes en zonas rurales, pequeñas poblaciones o el extrarradio suburbial de las grandes ciudades[3].

Actualmente se puede considerar también como extensión bibliotecaria la presencia de la propia biblioteca en Internet y la oferta de sus servicios a través de la red. Aunque en este caso, el acceso a estos servicios no está dirigido sólo a un grupo determinado de usuarios, sino que es toda la comunidad la que resulta beneficiada[4].

La biblioteca no solo ha de ofrecer los mejores servicios posibles a los que ya la frecuentan, sino que ha de salir al encuentro de quienes no la frecuentan o la desconocen.

Estas pueden ser llevadas a cabo mediante acciones informativas o publicitarias, dar a conocer un autor, un género o un tema; realizando actividades, como es hacer debates con el autor, exposiciones, etc.

Acciones para desarrollar el servicio de extensión bibliotecaria

  • Salir al encuentro de la gente más allá de las cuatro paredes de la biblioteca.
  • Contribución entre los diferentes profesionales (escritores, editores, libreros...). La lectura no es un problema que aqueje solamente a los profesionales de las bibliotecas.
  • Colaboración con otras instituciones culturales de gran impacto en la población.
  • Ferias del libro.
  • Exposiciones conmemorativas, aprovechando fechas históricas, eventos, entre otras.
  • Exposiciones atractivas de colecciones de documentos de determinados temas.
  • Debates de libros.
  • Conversatorios sobre hechos históricos.
  • Divulgación de los servicios que ofrece la biblioteca, mostrando la forma de acceder a ellos.
  • Concursos que motiven la lectura y el empleo de los servicios de la biblioteca.

Procedimientos para la realización de este servicio

  • Identificar las categorías y grupos de usuarios que recibirán el servicio.
  • Definir el tema que se abordará y los documentos o materiales (libros, revistas, plegables, fotos)
  • Hojas informativas, afiches, etc., que apoyaran el servicio.
  • Si el servicio incluye el préstamo de determinados documentos, localizarlos en el fondo de información y organizarlos.
  • Coordinar con las áreas, departamentos o instituciones implicadas en el servicio los requerimientos para su realización.
  • Realización de la Extensión Bibliotecaria.
  • Evaluación del resultado del servicio.

Selección de algunos servicios en función de la evolución social

  • Acercamiento a usuarios con limitaciones espaciales o geográficas.
  • Servicios compensatorios de las barreras por discapacidad física, psíquica o sensoria.
  • Servicios a usuarios con dificultades de desplazamiento o recluidos en instituciones sanitarias, sociales o penitenciarias.
  • Personas adultas no alfabetizadas o que no completaron los estudios básicos, y que por ello tienen dificultades con el estudio y la lectura.

En Cuba

En 1951 existían en Cuba unas 483 bibliotecas de las cuales 108 eran públicas, de esas 108 existentes, trece no llegaban a los 1000 volúmenes después de más de veinte años de creadas y doce no alcanzaban esa cifra después de diez años de existencia, que demuestra que antes del triunfo revolucionario no se podía desarrollar prácticamente el servicio de extensión bibliotecaria[5].

En noviembre de 1954, por el Decreto Ley No. 1810, se creó la Organización Nacional de Bibliotecas Ambulantes Populares (ONBAP), una incipiente red de bibliotecas que, durante el gobierno de Fulgencio Batista y según sus proyectos, debía crear 50 bibliotecas públicas en Cuba.

Es con el triunfo de la Revolución que se potencia un movimiento bibliotecario en el país. En el mes de enero del año 1961 se fundó el Consejo Nacional de Cultura, posteriormente Ministerio de Cultura, organismo que emprendió la tarea de crear la Dirección Nacional de Bibliotecas y esta, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, que tomó como antecesora a las de la ONBAP. Esta red, que hizo posible la reorganización y el incremento de la cantidad de bibliotecas en todo el país.

En Cuba, desde las primeras décadas del triunfo revolucionario se comienza una labor de reorganización de los servicios bibliotecarios en el territorio nacional proyectados hacia la comunidad. Se constituyen dos nuevos servicios: el Servicio de Extensión Bibliotecaria y el Servicio de Extensión Cultural, donde cada uno juega un papel primordial, dando riendas sueltas al acercamiento del bibliotecario con las personas que conviven en la región.

En el año 1974, cuando se realizó el V Encuentro Nacional de Bibliotecas Públicas, se afianzó más el trabajo en toda la red y se propuso que en el servicio de extensión bibliotecaria, brindado por las sucursales y bibliobuses, se incluyera el uso de medios audiovisuales, con el objetivo de incitar a la lectura o elevar el nivel cultural de los adultos que no estuviesen en condiciones de asimilarla directamente; promover la lectura de la prensa nacional a partir de la biblioteca juvenil, así como intensificar el intercambio de experiencias y la colaboración entre el personal de las bibliotecas públicas y escolares, además de fomentar la participación de los niños en el concurso de "Cuentos de Niños para Niños" y en el "Salón Nacional de Pintura Infantil"[6].

Las bibliotecas cubanas tienen una amplia labor de extensión bibliotecaria. Ellos llegan, con el libro y la literatura, a distantes zonas de la geografía cubana, así como a escuelas, barrios, centros penitenciarios, entre otros espacios. Acogen también talleres literarios; organizan círculos de lectura en las escuelas; y diversas tertulias sobre el libro y sus autores.

Referencias bibliográficas

Fuente