Francisco Herrera, el Mozo

Francisco Herrera, el Mozo
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Datos personales
Nacimiento1622
Sevilla, Bandera de España España
Fallecimientoagosto 1685
Madrid, Bandera de España España
Nacionalidadespañol
OcupaciónPintor y arquitecto
Datos artísticos
ÁreaPintura y arquitectura

Francisco Herrera, el Mozo. Pintor y arquitecto español. Fue uno de los más destacados artistas de la segunda mitad del siglo XVII y una de las principales figuras de la llamada escuela madrileña.

Trayectoria profesional

Hijo del pintor homónimo llamado el Viejo -artista importante y personal en el primer naturalismo sevillano- y de su esposa María de Hinestrosa. Formado en sus primeros años con su padre, hombre rígido y difícil, con el que hubo de tener problemas y quizás ruptura.

Casado en 1647 e inmediatamente divorciado, viajó a Italia y permaneció allí varios años «perfeccionándose en la pintura», según dice Palomino, y cultivando el bodegón de peces que le valió el sobrenombre de «el español de los peces». No se ha identificado ninguno de estos bodegones. En 1653 ya de regreso, pinta en Madrid el retablo mayor de los carmelitas de San Hermenegildo, cuyo lienzo principal está en el Prado.

En 1655 está en Sevilla y pinta allí en 1656 el Triunfo del Sacramento de la Hermandad Sacramental del Sagrario de la catedral y, en 1657, la Apoteosis de San Francisco en la capilla del santo en la misma catedral. En 1660 se constituye la Academia sevillana, de la cual son presidentes Murillo y Herrera, alternando ambos en las ta­reas. Desde noviembre de 1660 no figura ya como presidente y seguramente en ese año se traslada a Madrid, llamado al parecer por Felipe IV. En Madrid contrata, en 1663 la ejecución de las pinturas al fresco de la cúpula del santuario de Atocha, concluida en 1665 -patronato real- acogida con grandes elogios que le valen trabajar para la Corona.

En 1672 hace los decorados para la obra de Vélez de Guevara Los celos hacen estrellas, con ocasión del cumpleaños de la reina. En el mismo año obtiene el título de pintor del rey, y en 1677 es nombrado maestro mayor de las obras reales. En calidad de tal, intervino dando trazas y supervisando las decoraciones con que Madrid recibió a la esposa del rey Carlos II, María Luisa de Orleans, en 1679. En los años siguientes realiza obras de pintura y arquitectura (retablos sobre todo) y en 1680 pasa a Zaragoza para dirigir las obras de la basílica del Pilar sobre sus trazas, hasta 1682.

Murió en agosto de 1685.

Personalidad

Su personalidad humana, según lo retrata Palomino, que lo conoció, era singular: vani­doso y altivo, y de vivaz y mordaz ingenio, «satírico y diabólico». Como artista es uno de los maestros fundamentales del pleno barroco, audaz en las movidas composiciones dinámicas y coloristas, con pincel fluido y ligero, que a veces se espesa en grumos y otras tiene suavidad de acuarela. Su influencia fue decisiva en el desarrollo del último barroco madrileño, en artistas como Matías de Torres y Escalante y también en la pintura sevillana, sobre todo en el propio Murillo. El Prado conserva en diversos depósitos los lienzos pintados para la iglesia de los agustinos recoletos de Madrid.

Obras

  • El triunfo de san Hermenegildo
  • Santa Águeda
  • Santa Justa
  • Santa Ana enseñando a leer a la Virgen
  • Santa Teresa
  • San Nicolás de Tolentino
  • El papa San León I «el Magno»
  • San Antonio de Padua
  • Ángeles con la cruz
  • Ángel niño volando
  • Cabeza de adolescente
  • San Marcos y san Mateo aguada parda, pluma y tinta sepia sobre papel, 177 x 144 mm [D6266].
  • Orla
  • Bautismo de Cristo

Fuente