Fucshia (Sistema Operativo)

FUCSHIA (Sistema Operativo)
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Un nuevo sistema operativo construido desde cero.

FUCSHIA (Sistema Operativo). Un nuevo sistema operativo, que no está basado en Linux, podría irrumpir en nuestro dispositivo. A pesar del éxito alcanzado por Android, este sistema no es la mejor opción para los desarrolladores de Google.

La reciente conferencia mundial de Google fue muy parca respecto a un rumor que ocupa algunas planas: Android está a punto de despedirse para dar paso a un nuevo sistema operativo construido desde cero.

Atrás quedaría el Kernel de Linux, y la nueva propuesta, aunque no es secreta, representa un misterio, pues sus especificaciones aún quedan en el campo de la especulación, guiada por algunas filtraciones. Google no esconde el desarrollo de la iniciativa, de momento llamada FUCSHIA , y a primera vista parece un rediseño de la más reciente versión de Android, material Designincluido. Sin embargo, la revolución que propone la empresa comienza con deshacerse del Kernel de Linux y alcanza hasta un sistema operativo capaz de correr en cualquier dispositivo existente.

Primeras noticias

En agosto de 2016 se tuvieron las primeras noticias de FUCSHIA. El proyecto se hizo público, pero, al compilarlo, no podían obtenerse más que algunas líneas de código. Entonces se supo que su desarrollo había comenzado en febrero de ese mismo año.

Hace poco se desveló la interfaz del nuevo Sistema, así como otros detalles esenciales. La red se llenó de especulaciones sobre lo que representa la aparición de un proyecto gigantesco como este, además con el signo de la total independencia en sus fundamentos.

El Kernel sobre el que corre actualmente se llama Magenta, y está basado en el proyecto Little Kernel, lo que le permite funcionar prácticamente en cualquier dispositivo. La propia empresa describe el objetivo de Magenta: los teléfonos modernos y las computadoras personales con procesadores rápidos y considerable memoria RAM.

Sin embargo, esa misma documentación no aclara cuál será el propósito de FUCSHIA en ese contexto, dejando este a la especulación y la lógica del mercado. Es imposible hablar del Sistema Operativo sin mencionar otros proyectos relacionados, como el Kit de Desarrollo de Software (SDK, por sus siglas en inglés) capaz de producir aplicaciones multiplataformas y la escritura de código usable tanto en entorno Android como iOS.

Asimismo, las apps creadas en este entorno, usan un lenguaje de programación llamado Dart, una especie de versión moderna de JavaScript, que debemos a Google. Con ese proceder, las aplicaciones necesitan de dispositivos potentes para su funcionamiento.

Se prevé también un entorno con mayor seguridad, para evitar la piratería, así como mejor soporte para las actualizaciones, pues recordemos que se ha hecho una tarea titánica para que las nuevas versiones de Android lleguen correctamente a los dispositivos.

Con la creación de un núcleo nativo, especialmente diseñado para responder a esas necesidades, Google debería solventar los problemas que enfrenta cada día.

Desprenderse de Linux, ¿más libertad?

Quizás el hecho más impactante de FUCSHIA es que Google se desligó de Linux y comenzó un desarrollo desde cero. Muchos apuntan que este sería el sistema operativo que tendríamos si el gigante no hubiera comprado Android y hubiera apostado por su propio emprendimiento. Otra sorpresa en la decisión es que llega justo en el momento en que Android se convirtió en el sistema más utilizado a nivel mundial. Su versatilidad le ha permitido llegar a todo tipo de dispositivos móviles.

Algunos de los argumentos para desligarse del software libre vienen a raíz de las actualizaciones del Kernel de Linux, que no ocurren con regularidad, y millones de móviles se encuentran atascados en las correspondiente a 2014. No obstante, el nuevo núcleo de Google es de código abierto y ya no obliga a los fabricantes a liberar las modificaciones que hagan del propio sistema. Por tanto, las versiones alternativas de FUCSHIA, que cada fabricante cree serán difíciles de modificar.

La apuesta limita las libertades de los usuarios, pero los fabricantes tendrían mayores aciertos. Algunos agujeros de seguridad y otros males que sufre Android vienen dados por la base en que fue construido. Entre las mejoras previstas está la eliminación de las máquinas virtuales, pues el sistema corre aún en ellas. También se espera que el dispositivo aproveche el consumo eléctrico mientras se encuentra inactivo, posea un mejor sistema de cifrado y mejor desempeño en cuanto a audio y la experiencia táctil.

La clave del éxito

Probablemente en un futuro no muy lejano, adquiramos nuestro primer dispositivo con FUCSHIA y ni siquiera notemos la diferencia. Esa podría ser la carta de triunfo de Google para una migración tan importante que, desde ya, sabemos no será fácil ni rápida. La penetración de Android es tan fuerte en el mundo entero que el salto a otra plataforma deberá realizarse de manera inteligente.De momento, las expectativas con el nuevo sistema apuntan a que unificará los dispositivos con Android y Chrome OS. Será multiplataforma, como ha logrado Windows.

El éxito está en no introducir cambios demasiados radicales que puedan alejar al usuario de la intención inicial de confiar en la empresa. Asimismo, los fabricantes deberán habituarse al nuevo Kernel y construir aparatos que sean capaces de ejecutar FUCSHIA sin problemas. Armadillo sigue las pautas de diseño a las que nos hemos acostumbrado, así que en términos de interfaz de usuario el consumidor no sufrirá demasiado. Sin embargo, abandonar Linux no constituye la señal más esperanzadora. Si bien es cierto que el sistema libre no acaba de cuajar en todo el mundo ni de enfrentarse a Windows, Android era un proyecto que insuflaba de vida a la comunidad.

Google nos tiene acostumbrados, además, a ciertas estrategias que no siempre apuestan por la democratización real de las tecnologías, y los dispositivos necesarios para soportar el nuevo proyecto de seguro serán extremadamente costosos, dados los requerimientos técnicos que necesita. Por ahora, queda esperar sentados las novedades. Android demoró cinco años en cuajar, así que podríamos ver a FUCSHIA terminado en 2020. No obstante, los tiempos son otros y la empresa ha aprendido muchísimo. Con optimismo podemos decir que 2018 será el año en que Google dará el salto definitivo

La interfaz, no muy lejana de la actual de Android, recibe el nombre de Armadillo. Aunque a primera vista no hay mucho cambio, informes preliminares hablan sobre una mejor gestión de las multiventanas, tanto para móviles como en dispositivos de escritorio. Entre las novedades del posible rediseño, encontramos que en la pantalla de inicio se ubicaría una foto de perfil del propietario, acompañada de algunos datos esenciales, dígase temperatura y localización. Una de las innovaciones más impactantes sería la ubicación de los indicadores de batería y hora en la base de la pantalla. Por su parte, las aplicaciones están dispuestas como tarjetas y no como iconos, y de forma predeterminada pueden abrirse en multiventana y ejecutarse hasta cuatro de manera simultánea. Mantiene los controles de brillo y rotación, así como el modo avión, aunque cambia el color del teclado.

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