Giovanni Papini

Giovanni Papini
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Escritor y poeta italiano
Nacimiento1881
Florencia, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento1956
Florencia, Bandera de Italia Italia
NacionalidadItaliana
CiudadaníaItaliana
OcupaciónEscritor
TítuloMaestro
PadresLuigi Papini
Erminia Cardini
Obras destacadasUn hombre acabado
Historia de Cristo
Cartas del papa Celestino VI a los hombres

Giovanni Papini. Fue uno de los animadores más activos de la renovación cultural y literaria que se produjo en su país a principios del siglo XX, destacando por su desenvoltura a la hora de abordar argumentos de crítica literaria y de filosofía, de religión y de política.

Síntesis biográfica

Infancia

Nacido en una familia de condiciones humildes y de formación autodidacta, su padre se unió a Garibaldi en Volturno cuando sólo contaba 17 años. Fue herido y hecho prisionero en Aspromonte. A pesar de su ateísmo, su hijo Giovanni fue llevado a escondidas por su madre para ser bautizado.

El libro de recuerdos Pasado remoto, publicado en 1948, aporta muchos datos de sus primeros años. Fue desde muy joven un infatigable lector de libros de todo género y asiduo visitante de las bibliotecas públicas, donde pudo saciar su enorme sed de conocimientos.

Trayectoria laboral

Obtuvo el título de maestro y trabajó como bibliotecario en el Museo de Antropología de Florencia, pero a partir de 1903, año en que fundó la revista Leonardo, se volcó con polémico entusiasmo en el periodismo. Ese mismo año se convirtió en redactor jefe del diario nacionalista Regno, mientras que en 1908, finalizada ya la andadura de Leonardo, empezó a colaborar activamente en La Voce, convirtiéndose en uno de los representantes más inquietos y ruidosos del movimiento filosófico y político que surgió en Florencia alrededor de esa revista. Más tarde fundó también Anima (1911) y Lacerba (1913), de orientación más literaria y donde durante un tiempo defendió las tendencias futuristas de F.T. Marinetti.

Agnóstico, anticlerical, pero no obstante siempre abierto a nuevas experiencias espirituales, su actividad periodística le permitió dar rienda suelta a su afición de sorprender y escandalizar a los lectores y de arremeter contra personajes más o menos famosos.

Cambio espiritual

Afectado por la dura experiencia de la Primera Guerra Mundial, se convirtió al catolicismo empujado por la necesidad de encontrar certezas definitivas y absolutas.

Este cambio espiritual, que causó polémicas en su entorno, fue el germen de Historia de Cristo (1921), libro que alcanzó un enorme éxito a pesar de que algunos le acusaron de ser un gran manipulador de las ideas que se adaptaban al momento. En esta misma línea caracterizada por una heterodoxia que irritaba por igual a ateos y creyentes escribió San Agustín (1929), Gog (1931), El Diablo (1943), Cartas del papa Celestino VI a los hombres (1946), un papa imaginario del que se sirve para lanzar un mensaje de paz y fraternidad, y sobre todo Juicio Universal, en el que trabajó casi toda su vida y que se publicó póstumamente.

Carácter católico de su obra

Sus grandes obras se se producen después de su conversión y tienen asuntos religiosos como tema. Lettere es un apasionado llamamiento a las verdades del Evangelio; Il Diavolo un aviso para poner en guardia los hombres contra el Maligno. El Giudizio Universale es un ambicioso intento de juzgar a la Humanidad a través de las vidas de grandes personajes y de otros seres poco conocidos.

Su escritura fue iniciada en forma de apuntes en 1904. El Rapporto sugli uomini, que se integra de alguna manera con el Giudizio, fue comenzado en 1908. Papini retomó el Giudizio de 1940 hasta 1944 y añadió algunos capítulos en 1945, continuó en 1951, y en 1952 añadió el último capítulo. Consideró imperfecta su obra y no dejó ninguna disposición para una posible publicación póstuma.

Presencia de la poesía

"La poesía nuestra de cada día, dánosla hoy"

, escribe en Virilidad. Sus biografías de Dante y Carducci revelan gran capacidad de emoción unida a una gran erudición. Entre los poetas que admiraba estaba Walt Whitman.

Filosofía

A los demás, esta esterilidad filosófica de Italia les podrá parecer una vergüenza y un desastre; a mis ojos, es un honor. (Papini)

Biografías

No se puede negar que el Papini biógrafo es siempre el Papini autobiógrafo. Sus personajes biografiados no están escogidos al azar. Carducci es poeta tonante que lanza dardos y venablos contra los mezquinos poetuchos arcádicos y convencionales Papini pretendía ser, en la época que escribió su biografía, el apóstol de una nueva literatura, y se sentía llamado a continuar la obra del tonante poeta del Himno a Satanás.

Dante es el florentino, católico y poeta, que enjuicia en un gran poema desde los Papas a los hombres de la antigüedad; Papini es el florentino, católico y poeta, que, desde adolescente, tiene el proyecto de un juicio universal cuya próxima aparición nos ha anunciado 1956 en una carta), donde piensa enjuiciar a toda la Humanidad.

Miguel Angel es otro católico florentino, de vida arisca y solitaria, de proyectos desmesurados, de magnificencia a veces wagneriana -Papini es el católico florentino, arisco y solitario, de los mil proyectos fantásticos, descomunal en sus aspiraciones. San Agustín es un converso filósofo, antiguo hereje y literato.

Papini llega a la conversión después de licenciar a la filosofía y pone su arte de literato al servicio de la religión. No se crea, sin embargo, que ninguna de estas biografías pierde valor por esta circunstancia. Todo lo contrario. Papini suele ser duro con sus biografiados, como suele serlo consigo mismo. No oculta sus debilidades, sino que las justifica, a veces de forma no del todo convincente. En el caso de Carducci. concretamente, se enfrenta con su biografiado y rebate las opiniones que no le parecen justas. (José Miguel Velloso)

Régimen fascista

En sus artículos analizaba la actualidad y criticaba sin diplomacia problemas sociales y políticos. Sus opiniones eran una importante referencia para un amplio círculo de artistas y estudiosos. Le reprocharon con frecuencia el no haber conseguido distanciarse suficientemente del régimen fascista. Creyó en un principio en las posibilidades revitalizadoras del fascismo. En los momentos previos a la guerra apoyó la aventura militar agresiva italiana.

Terminada la guerra la conducta de los intelectuales fue examinada en un contexto en el que no faltaban revanchas y venganzas. Fue bien tratado teniendo en cuenta que rehusaba formar parte de instituciones y que su puesto en la Academia del Renacimiento no era remunerado.

Evocó en su primera obra maestra.(Apologías)

Nuestro Imperio va resurgiendo precisamente en aquella Africa que los dos Escipiones conquistaron, que César y Augusto dominaron, y que Petrarca, con romana pasión y con nostálgica y profética fantasía.

La guerra (1939-1945)

Sexagenario, en los años de la guerra ya había perdido mucho la visión. En 1943 se traslada a Bulciano junto a su esposa Jacinta. Su casa, concebida como refugio inaccesible en 1912, va siendo rodeada de fosos y plataformas para ametralladoras y cañones alemanes. Es una localidad al este de Florencia, muy cerca de lo que hoy es el Parco Nazionale delle Foreste Casentinesi Monte Falterona Campigna, dividido en dos por el límite entre Toscana y Emilia Romagna. En su Diario describe el proceso de desilusión de los italianos con el régimen y los desastres de la guerra.

En 1942 ordena y agrupa en el sótano sus originales y las obras por finalizar. Cree probable que su muerte le llegase en esos días de tantas ejecuciones y traiciones. Lleva consigo a los diferentes sitios donde se refugia, el manuscrito del Giudizio en el que lleva trabajando tres años.

Le llegan noticias (agosto de 1944) de que en Florencia se combate por las calles y los cañones de Fiesole disparan sobre la ciudad.

¿Tengo, acaso, derecho a hablar, siendo yo también culpable? (1944)
Soy el único, creo, que jamás ha disparado un arma de fuego (en estos tiempos de guerras y revoluciones) ni en broma. Y nunca maté ni pájaros, ni liebres, ¡ni hombres! (1931)
La mayor prueba de amor patrio que pueda dar hoy un italiano es esta: no decir ni una palabra sobre los italianos. Acusarlos, no quiero; defenderlos, no puedo. (1944)

Regresa decaído a Florencia el 10 de octubre de 1944 pero la penosa situación del país le incita a escribir con energía textos llamando a la regeneración. En 1945 escribe capítulos del Giudizio y las Cartas de Celestino VI.

Muerte

En otoño de 1952 comienza la enfermedad que acabaría con su vida (1956).

Obras

Su primera obra narrativa fue "Un hombre acabado" (1912), en la que describió su azarosa juventud y donde los retratos paisajísticos de su Florencia natal revelan, como en otros libros, las verdaderas dotes del Papini escritor. Cabe destacar su dedicación especial a las actividades de crítico, narrador y biógrafo. Su faceta de polemista le valió ser vilipendidado diariamente.

  • Dante vivo (1933).
  • Grandezze di Carducci (1935)
  • Il Diavolo (1953).
  • Giudizio Universale (1957).

Libros de poesía

  • Cento pagine di poesie (1915).
  • Opera prima (1917).

Revistas

La Revista Leonardo fue una publicación que se convirtió enseguida en un instrumento de lucha contra el positivismo que imperaba en el pensamiento filosófico italiano y, al mismo tiempo, contribuyó a difundir el pragmatismo.

  • Leonardo (1903-1907)
  • La Voce fundada en 1908, y abandona esta última para crear una tercera,
  • Lacerba (1913-1915), que en un principio parece emparentada con el futurismo.

Libros

  • Gog (1931) y su continuación Il libro nero (1951).
  • Cartas del papa Celestino VI a los hombres (1946).

Frases

  • El amor es como el fuego, que si no se comunica se apaga."
  • Amar puede consistir en las palabras que hacen sangre, en el reproche, en la represión; lo que importa es la pureza de la intención."
  • Para amar a los hombres es preciso abandonarlos de cuando en cuando. Lejos de ellos, nos acercamos a ellos."
  • Temo a un solo enemigo que se llama, yo mismo."
  • "Si es cierto que en cada amigo hay un enemigo potencial. ¿Por qué no puede ser que cada enemigo oculte un amigo que espera su hora?"
  • "Una salud demasiado espléndida es inquietante, pues su vecina, la enfermedad, está presta siempre a abatirla."
  • "Quiero saberlo todo. Y siempre me encuentro como antes, triste como la vida y resignado como la sabiduría."
  • "El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad."

Fuentes