Gregorio García Arista y Rivera

Gregorio García Arista y Rivera
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Nacimiento9 de Mayo de 1866
Tarazona
Fallecimiento22 de Enero de 1946
Zaragoza
OcupaciónHistoriador y escritor


Gregorio García Arista y Rivera. (Tarazona, Z., 9-V-1866 - Zaragoza, 22-I-1946). Fue decano de los escritores aragoneses de su tiempo. Historiador y escritor.

Enciclopédico

(Tarazona, Z., 9-V-1866 - Zaragoza, 22-I-1946). El decano de los escritores aragoneses de su tiempo. Escritor de vocación y de profesión, orgulloso, incluso jactancioso de serlo. Satisfecho de su renombre nacional, hispanoamericano, de sus colaboraciones habituales en El Debate, La Esfera, Blanco y Negro, ABC, Ya, etc. Periodista desde 1889 -aunque su primer artículo data del 12-X-1883 y aparece en El Pilar, con millares de artículos de toda índole: sólo en el decenio 1929-39 publicó, en Heraldo de Aragón, 500 trabajos, 200 de los cuales eran cuentos. Obtuvieron éstos el aplauso de Don Francisco Rodríguez Marín: «bien haya la huerta que tan ricas frutas produce»; de don Antonio Maura, que alababa su sanidad y su frescura espirituales, tanto como su adecuado ropaje literario; de don Antonio Royo Villanova, que ponderó «el embellecido verismo con que presenta las costumbres aragonesas».

Sus artículos están reunidos en colecciones de variados volúmenes: Tierra aragonesa (2), Fruta de Aragón (5), Del solar aragonés, etc. Mención especial merece La Francesada, colección de episodios de 1808, estremecedores por su veracidad y apasionado patriotismo. Muchas veces los cuentos de García-Arista son viejos relatos populares, por él rehechos y contados diestramente. Otras, de su propia cosecha, desarrollan temas de brujas, de carlistas, de almadieros, de elecciones, de curas, de avaros, de vida concejil, de amores y amoríos... Hay siempre en ellos una defensa de la dignidad, de la veracidad, de la independencia de nuestros paisanos. Hay también una abierta censura de la brutalidad, una repulsa de todo aquello que nos rebaja. Están contados con autenticidad, en el idioma y en las reacciones humanas. Son los relatos folclóricos de un hombre muy culto, muy estudioso, muy enamorado de su tierra. «Dios, España y Aragón -decía él- han sido siempre mi lema». Se advierte que el autor es un filólogo y un historiador, enterado de cuanto dice y del idioma en que lo dice. Habla y escribe «la lengua española en su variedad aragonesa», cuyos vocablos recogió en un Diccionario que hoy no se encuentra.

Escribió también más de dos millares de «cantas», que no de coplas, de jota aragonesa. Él afirmaba que así debían ser llamadas y no de otro modo. «Cantas» saladas, graciosas, intencionadas, popularizadas inmediatamente, tanto que le causaba pena que nadie supiera que eran suyas.

Había sido discípulo primero y luego auxiliar por cuatro años de don Marcelino Menéndez Pelayo. Era amigo de don Antonio Maura, de los hermanos Álvarez Quintero; poseía una amplísima colección de autógrafos; era ante todo y sobre todo -y se vanagloriaba de ello- un literato de oficio, un enamorado de la literatura como profesión. Pero también un historiador, un filólogo, un doctor en Letras por la Facultad de Madrid, un jefe del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, con destino en la Biblioteca Universitaria de Zaragoza, un laureado de los Juegos Florales de 1919, un caballero comendador de la Orden Civil de Alfonso XII, un Académico correspondiente de las Reales de la Lengua y de la Historia. Y en Zaragoza lo era numerario de la de Nobles y Bellas Artes de San Luis, vicepresidía e intervenía frecuentemente en el Ateneo, presidía el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados del Distrito Universitario, había sido Medalla de Oro del Centenario de los Sitios, había desempeñado la secretaría del Congreso Histórico Internacional conmemorativo de la Guerra de la Independencia entonces celebrado, tenía la Medalla de Oro de la Ciudad, que el Ayuntamiento de Zaragoza le otorgó «por su inestimable y copiosa labor literaria e histórica sobre Aragón», motivación idéntica a la de la calle que se le otorgó junto al puente de Piedra, en el barrio de El Arrabal.

Efectivamente, medio centenar de publicaciones filológicas, literarias o históricas, dedicadas casi todas a temas aragoneses y trabajadas con rigor, así lo avalan. Pero además era autor teatral de muy diversas obras: dramas como El heredero o Francho; zarzuelas como El Olivar o Almas baturras; sainetes como Fuga de consonantes o Casi se casa, por citar sólo unos pocos. Todavía le quedaba tiempo para hacer en fácil verso crítica taurina en Diario de Avisos, como «Juan Diquela», y para pasear o sentarse a ver pasar a las gentes desde la acera del Mercantil, hundido en su sordera, más que en su sillón, apoyado en su gayata, recio, ancho de espaldas, muy atento a cuanto contemplaba. Era, en efecto, un literato auténtico. Pero aquel empedernido solterón -y es La Cadena quien lo dice- era, en resumen, «un bendito de Dios».

Obra

Narrativa: Tierra aragonesa, 2 tomos, Biblioteca Argensola, Zaragoza. Fruta de Aragón, 5 envíos, Espasa-Calpe, Madrid. Del solar aragonés. La Francesada, episodios de la Guerra de la Independencia. El epílogo de la epopeya. Reto caballeresco.

Lírica

La Jota Aragonesa. La copla aragonesa. Cantas baturras. Canticas aragonesas. Canto a la Jota. Poesías inéditas y nuevos datos sobre Gabriel y Galán.

Histórica

La Zaragoza primitiva. Cuadros históricos de Aragón. Íñigo Arista y los orígenes de Aragón. San Juan de la Peña y el Santo Grial. Dos cartas históricas. El Pilar de Zaragoza. Tarazona la muerta. El blasón aragonés. Dice la Historia... necesidad de un puerto de mar para Aragón. Felipe II y Antonio Pérez. Corpus Christi. La zuda de Zaragoza y las zudas de Aragón, Premio Villahermosa-Guaqui, 1919. Documentos de la Armada francesa.

Varia

Martín Miguel Navarro y Moncayo: Descripción física natural de Tarazona y su partido. Diccionario de la lengua española en su variedad aragonesa. Goya.

Teatro

Dramas: El heredero, 4 actos. Francho, 3 actos. Zarzuelas: El olivar, con música de los maestros Serrano y Barrera. Almas baturras. Comedias y sainetes: Los valientes y el buen vino. S.H. Siempre Heroica. Fuga de consonantes. Dance baturro. Entre hidalgos anda el juego. El hombre de acero. Cómo cambean los tiempos. Despedida baturra. Casi se casa. Los mellicos. A poco el maño pierde la maña.

Fuentes