Hemorragia intestinal en animales mamíferos

Hemorragia intestinal
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Enfermedad en los intestinos
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Sangrado de alguna de las partes del cuerpo como la nariz, las orejas o los ojos. La presencia de vómitos y diarrea también es muy común.

Hemorragia intestinal en animales mamíferos. Puede producirse por diversas causas, ya sea algún tipo de traumatismo o la ingesta de ciertas sustancias venenosas. Lo cierto es que más allá de los motivos, resulta fundamental conocer los signos para determinar cuando es el momento justo para visitar al veterinario.

Etiología

Las hemorragias intestinales, además de tener causas análogas a las de las hemorragias gástricas , pueden deberse a parásitos intestinales (Anquilostomas, Echinococcus, Macracanlliorrhyncus, etc.), coccidiosis entérica, heridas rectales producidas por la punta de la jeringa o deliberadamente, por crueldad; a la invaginación intestinal (apenas a otras dislocaciones u oclusiones del intestino), a hemorroides (dilataciones venosas), en cánidos y équidos a tumores en vía de destrucción, a quemaduras extensas de la piel (por embolias en los vasos intestinales), a formas graves de trombosis de las arterias mesentéricas y al carbunco y diálesis hemorrágica.

Síntomas

En parte de los casos, las deposiciones son sanguinolentas o como sangre pura y, a menudo, se observa también anemia. En otros, las heces fecales presentan coágulos o estrías de sangre, sólo en la superficie si la hemorragia es rectal; si no, en distribución más o menos uniforme. Las hemorroides causan reiteradas hemorragias rectales, con prurito en la región anal y nudosidades azulrojas, del tamaño de avellanas en el exterior del ano (hemorroides externas) o en la cavidad rectal (hemorroides internas).

En las hemorragias de porciones entéricas cercanas al estómago salen heces fecales negras como brea o carbón, que despiden hedor pútrido. Microscópica y químicamente (pruebas de la bencidina, del guayaco, de la aloína y de la parafenilendiamina) se descubren hematíes o hemoglobina, incluso en las hemorragias ocultas, no raras (la hemoglobina, todavía en dilución de 1 : 200 000), si los carnívoros han sido alimentados de 4 a 5 días antes únicamente con vegetales y leche (las pruebas hemáticas también son positivas en los alimentos con carne) y no han sido tratados con ferruginosos o bismúticos.

La influencia perturbadora de la clorofila fresca en los animales alimentados con verde, se descarta mediante diluciones de las heces del 1 : 50 al 1 : 150. Por otra parte, si se han administrado carbón animal o bolus alba (caolín), estos medicamentos adsorben hemoglobina y pueden frustrar el resultado positivo de la reacción.

Diagnóstico

En las hemorragias macroscópicamente visibles puede inducir a error la coloración pardo negra ordinaria de las heces fecales de los animales alimentados con carne o tratados interiormeníe con bismuto y preparados de hierro. En tales casos, el agua mezclada con las heces no se tiñe de rojo, y también resulta negativa la investigación microscópica. La coloración rojo clara de las heces de los herbívoros alimentados con remolacha roja desaparece añadiendo lejía potásica a la emulsión acuosa de aquéllas. Tras la ingestión voluntaria o lamido de sangre, a pesar de haber hemoglobina en las heces, no hay síntomas de enfermedad interna. El aspecto de las heces permite inferir el sitio de la hemorragia, por hallarse tanto más alteradas cuanto más cerca del estómago se produjo la hemorragia y cuanto más largo trecho ha recorrido el contenido intestinal hemorrágico. Por tanto, las estrías hemáticas en la superficie de las heces normales denuncian una hemorragia rectal, y la mezcla íntima de sangre y heces, una hemorragia en la porción inicial del intestino grueso o en el intestino delgado.

Tratamiento

Deberá ser el correspondiente a la enfermedad fundamental. Por lo demás, se administrarán astringentes (Enieritis), medicamentos que favorezcan la coagulación hemática, y se procurará, en los casos graves, aumentar la cantidad de líquido circulante.

Vease también

Fuente

  • Manninger, Rudolh; Joanes Mócssy.Patología y terapéutica especiales de los animales domésticos¨ Tomo II.
  • Bulhufas