Herpes zóster
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El herpes zóster o culebrilla es una infección aguda y localizada con el virus varicela zóster, que ocasiona una erupción vesicante y dolorosa.
Sumario
Causas, incidencia y factores de riesgo
El herpes zóster o culebrilla es causado por el mismo virus que provoca la varicela. Después de un episodio de varicela, el virus se vuelve latente en el cuerpo y el herpes zóster ocurre como resultado de la reaparición del virus después de muchos años.
La causa de la reactivación generalmente se desconoce, pero parece estar asociada con el envejecimiento, situaciones de estrés o alteraciones del sistema inmunitario. Usualmente sólo se presenta un ataque sin recaídas.
Si un adulto o un niño que no ha tenido varicela en la infancia ni ha sido vacunado contra esta enfermedad se expone al virus del herpes zóster, puede desarrollar un caso grave de varicela en lugar de zóster.
El herpes zoster normalmente se presenta en un área limitada después de un dermatoma. En individuos con un sistema inmunológico deficiente, el herpes zoster puede dispersarse (herpes diseminado), provocando enfermedades serias. Lo causa el mismo virus de la varicela. Después de una infección con varicela, el virus reside en estado letárgico en las vías nerviosas que emergen de la columna. Cuando se reactiva, se disemina a lo largo de la vía nerviosa, causando primero dolor o sensación de quemadura.
La erupción típica aparece dos o tres días después de que el virus llega a la piel y consiste en parches rojos en la piel con pequeñas ampollas (vesículas) que son muy similares a la varicela en su etapa inicial. A menudo, la erupción se maximiza en los siguientes tres a cinco días y luego las ampollas se rompen formando úlceras pequeñas, las cuales se comienzan a secar y a formar costras, que a su vez se desprenden en dos o tres semanas y dejan la piel rosada en proceso de cicatrización.
Las lesiones clásicamente aparecen a lo largo de un solo dermatoma (área corporal enervada por un sólo nervio espinal) y solamente están en un lado del cuerpo (unilateral). El tronco es el área más comúnmente afectada, mostrando un cinturón de erupción rectangular desde la columna vertebral, alrededor de un lado del tórax hasta el esternón.
Las lesiones también pueden aparecer en el cuello o el rostro, particularmente en el nervio trigémino de la cara. El trigémino tiene tres ramas: la superior que va a la frente, la media que va a la parte central de la cara y la inferior a la parte inferior de la misma. El compromiso de una rama del trigémino específica determina en qué parte de la cara están las lesiones cutáneas.
El compromiso del nervio trigémino puede producir lesiones en la boca o en los ojos y las lesiones en los ojos pueden llevar a ceguera permanente si no se tratan con atención médica de emergencia.
El compromiso del nervio facial puede causar el síndrome de Ramsay Hunt con parálisis facial, pérdida de la audición, pérdida del gusto en la mitad de la lengua y lesiones de piel alrededor de la oreja y del canal auditivo. La enfermedad puede, en ocasiones, involucrar los genitales o la parte superior de la pierna.
El herpes puede complicarse con una afección conocida como neuralgia pos-herpética, que es una persistencia del dolor en el área donde ocurrió el herpes, que puede durar desde meses hasta años después del episodio inicial. Este dolor puede ser lo suficientemente intenso como para incapacitar a la persona y son los ancianos quienes presentan un mayor riesgo de esta complicación.
El herpes zóster puede ser contagioso por contacto directo para un individuo que no haya tenido varicela y por consiguiente no tiene inmunidad. El herpes zóster puede atacar a cualquier edad, pero es más común en adultos mayores de sesenta años, niños que tuvieron varicela antes de un año de edad o individuos cuyo sistema inmunitario está debilitado. El trastorno es común, con aproximadamente 600.000 a un millón de casos en los Estados Unidos cada año.
Lo más común es que un brote de herpes sea localizado e involucre solamente un dermatoma. El herpes generalizado o recurrente puede indicar un trastorno subyacente en el sistema inmunitario, como leucemia, enfermedad de Hodgkin y otros cánceres, dermatitis atópica o infección por VIH o sida. Las personas con sistemas inmunitarios deprimidos debido a un trasplante de órganos o a un tratamiento para el cáncer también están en riesgo.
Síntomas
- Síntomas de alarma de dolor unilateral, hormigueo o sensación de quemadura limitados a una parte específica del cuerpo: el dolor y la sensación de quemadura pueden ser intensos.
- Enrojecimiento de la piel (eritema) seguido de aparición de ampollas (vesículas).
- Ampollas pequeñas (vesículas), agrupadas, densas y profundas que supuran y hacen costra
Otros síntomas que pueden estar asociados con esta enfermedad son:
- Fiebre, escalofríos
- Sensación de malestar general
- Dolor de cabeza
- Inflamación de los ganglios linfáticos
- Trastornos de la visión
- Anomalías en el gusto
- Párpado caído
- Pérdida del movimiento del ojo
- Pérdida de la audición
- Dolor articular
- Lesiones genitales (hombres o mujeres).
- Dolor abdominal
Signos y exámenes
El diagnóstico se sospecha sobre la base del aspecto de las lesiones de la piel y se refuerza con los antecedentes de varicela o zóster. Se puede confundir con herpes simple.
Los exámenes son muy pocas veces necesarios, pero pueden ser:
- Cultivo viral de la lesión de la piel
- Examen de Tzanck de la lesión de la piel
- CSC: puede mostrar GBS elevados, un signo inespecífico de infección
- Medición de anticuerpos (inmunoglobulina) específicos: demuestra elevación de los anticuerpos para varicela
Tratamiento
El herpes zóster por lo general desaparece espontáneamente y es posible que no requiera tratamiento, excepto para el alivio sintomático, en cuyo caso se utilizan medicamentos para el dolor.
El Aciclovir es un medicamento antiviral que se puede prescribir para acortar el curso, disminuir el dolor, reducir las complicaciones o proteger a un individuo inmunocomprometido. El desciclovir, famciclovir y otros son similares al Aciclovir y se pueden utilizar para tratar el herpes zóster.
Para mayor efecto, el tratamiento con estos medicamentos similares al Aciclovir se debe iniciar dentro de las 24 horas de la aparición del dolor o sensación de ardor y, preferiblemente, antes de la aparición de las ampollas características.
Por lo general, los medicamentos se suministran en pastillas, en dosis cuatro veces mayores que las recomendadas para el herpes simple o herpes genital. Las personas gravemente inmunocomprometidas pueden requerir terapia con Aciclovir intravenoso.
Los corticosteroides, como la prednisona, pueden emplearse ocasionalmente para reducir la inflamación y el riesgo de neuralgia pos-herpética. Estos han mostrado ser más efectivos en los ancianos, pero tienen ciertos riesgos que deben sopesarse antes de indicarlos.
Se pueden necesitar analgésicos de suaves a fuertes para controlar el dolor. Los antihistamínicos pueden usarse en forma tópica (aplicación directa en el cuerpo) u oral para reducir la picazón. El Zostrix, una crema que contiene capsaicina (un extracto del ají picante), posiblemente puede prevenir la neuralgia pos-herpética.
Se pueden utilizar compresas húmedas y frías para reducir el dolor. Los baños calmantes y lociones, como los baños de avena coloidal, baños de fécula o lociones y loción de calamina pueden ayudar a aliviar la picazón y la molestia. Así mismo, se recomienda el reposo en cama hasta que baje la fiebre.
Se debe mantener la piel limpia y no reutilizar artículos contaminados. Igualmente, los artículos no desechables deben lavarse en agua hirviendo o deben desinfectarse antes de reutilizarse. La persona puede requerir aislamiento mientras las lesiones estén supurando para que no infecte a otros, especialmente las mujeres embarazadas.
El herpes zóster usualmente desaparece en dos o tres semanas y muy rara vez reaparece. Si hay compromiso de los nervios motores puede causar parálisis nerviosa (debilidad o parálisis) temporal o permanente. La neuralgia (dolor continuo del nervio) puede persistir por años en el 50% de aquellos con edad superior a los sesenta años que tienen herpes, particularmente si el nervio trigémico resultó afectado. Las lesiones en los ojos pueden llevar a una ceguera permanente y requieren atención médica de emergencia.
Complicaciones
- Neuralgia pos-herpética
- Infecciones cutáneas bacterianas secundarias
- Reaparición (poco común).
- Infección generalizada, lesiones de los órganos viscerales, encefalitis (en personas inmunodeprimidas).
- Ceguera (si se presentan lesiones en los ojos).
- Sordera
- Pérdida del gusto
- Parálisis facial
Prevención
Si la persona nunca ha sufrido varicela o no se ha hecho aplicar la vacuna contra esta enfermedad, debe evitar el contacto con lesiones cutáneas de personas que presenten infección por herpes zóster conocida (zóster o varicela). Esto se aplica especialmente si la persona está inmunocomprometida.
La vacuna contra la varicela es una vacuna que se recomienda en la infancia y se puede indicar para adolescentes o adultos que nunca han sufrido varicela. Un estudio clínico amplio y reciente mostró una reducción significativa en las complicaciones del herpes zóster y en la incidencia de la neuralgia pos-herpética en personas adultas mayores que recibieron la vacuna. Por lo tanto, las personas de edad avanzada (mayores de 60 años) deben recibir la vacuna como parte de la atención médica de rutina.
Fuentes
- «Herpes», artículo en español publicado en el sitio web Medlineplus, de los Institutos Nacionales de Salud (Estados Unidos).
- «Herpes zóster», artículo en español publicado en el sitio web Medlineplus, de los Institutos Nacionales de Salud (Estados Unidos).
- «Herpes zóster (culebrilla)», artículo en español publicado en el sitio web Radio Rebelde.