Isidoro Fagoaga

Isidoro Fagoaga
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Datos generales
Fecha de nacimiento:4 de abril de 1895
Vera de Bidasoa (Navarra), Bandera de España España
Fecha de fallecimiento:16 de marzo de 1976
San Sebastián , Bandera de España España
Ocupación:Cantante
Información artística
Tipo de voz:Tenor
Instrumento(s):Voz

Isidoro Fagoaga. Cantante tenor español. Se caracterizó por la potencia de su voz, muy ancha, apropiada para los papeles heroicos, junto con un notable fraseo en el registro central. También destacó por unas apreciables dotes de actor. Compartió la música lírica con su otra gran afición, la literatura.

Síntesis biográfica

Nació el 4 de abril de 1895 en Vera de Bidasoa (Navarra), siendo el mayor de ocho hermanos. Sus padres eran sencillos baserritarras y se esperaba que fuera sacerdote, como era costumbre en la época. Fue un estudiante brillante, aunque soñador, a quien le gustaba leer y escribir poesía y su mayor ambición era viajar a Sudamérica para hacer fortuna.

Las ambiciones de su familia de ver al joven Isidoro convertido en sacerdote sufrieron un revés cuando, preparando una fiesta, encendió velas en el establo, lo que provocó un incendió que devastó todo el caserío. A partir de este incidente la presión sobre él fue menor y, a la edad de 14 años, escribió a su tío, banquero en Argentina, quien amablemente le envió el pago de su billete a Sudamérica. Después de despedirse de su familia, se dirigió a Burdeos, y en el transcurso del viaje decidió no dirigirse a donde su tío en la pequeña ciudad de El Tandril, sino probar suerte en Buenos Aires.

Después de un breve período de tiempo, se quedó sin dinero y tuvo la fortuna de encontrar empleo en una de las ferreterías más grandes de la ciudad, perteneciente a un vasco también natural de Bortziriak.

Trayectoria artística

Ya establecido, Fagoaga fue a escuchar ópera en el famoso Teatro Colón, y su primera experiencia al oír Rigoletto cambió toda su vida. El reparto incluía a Barrientos, Constantino y Ruffo, y tanto le impresionó el tenor que decidió en el acto llegar a ser cantante de ópera. Armándose de valor y sabedor de que el tenor era vasco, el joven esperó a Constantino después de la actuación, y le preguntó a la estrella si podría encontrar tiempo para escucharle y darle una opinión sobre si tenía o no futuro como cantante. Constantino debía de estar de excelente humor e invitó al joven Fagoaga a volver a su apartamento para compartir cena con él y Ruffo. Fagoaga, que apenas contaba 16 años de edad, y sólo había cantado para sus amigos, les acompañó pero estaba tan nervioso que apenas pudo comer algo, mientras los hambrientos cantantes dieron cuenta de una buena comida. Entonces Constantino le pidió escuchar algo de Rigoletto, y, aunque Fagoaga se daba cuenta de que esa música no se adecuaba a su voz viril, cantó tan bien como pudo, y los dos cantantes quedaron lo suficientemente impresionados que le aconsejaron emprender estudios vocales serios. Le dieron cartas de recomendación para Milán, donde Ruffo le aconsejaba insistentemente que estudiara.

Fagoaga marchó a Italia pocas semanas más tarde, y bajo la dirección del signor Romanini, su profesor de canto, visitó varios teatros que presentaban ópera en aquellos días. Pero el dinero empezó a faltar y la comida a escasear, cuando Fagoaga leyó un anuncio en un periódico local sobre un importante concurso en el Conservatorio de Parma para ocho plazas. Fue una dura prueba, y Fagoaga quedó tercero, asegurándose una de las plazas.

En 1920 debutó en Madrid cantando Sansón y Dalila, a la que siguió el estreno de Amaya unos meses más tarde. Formó parte de la orquesta de Fernández Arbós, emprendió una gira por la península, especializado ya en el repertorio "heroico" de Wagner: Parsifal, Tannhäuser, El holandés errante, La valquiria, Sigfrido, El ocaso de los dioses, etc. Concretamente estas tres últimas fueron interpretadas por Fagoaga en varias ocasiones. Hizo de la Scala el escenario de su consagración como mejor intérprete wagneriano de los años 20 y, extrañamente, no llegó nunca a cantar en los teatros alemanes: Berlín, Viena, y sobre todo Bayreuth, donde se frustró su estreno en 1930 al morir el director que le invitó, Sigfrido Wagner, hijo del compositor.

En 1935 se retiró de la escena para dedicarse a escribir. Trabajó como articulista durante quince años para el diario buonaerense La Prensa y publicó varios libros y ensayos. Entre ellos, una biografía del cantante Pierre Garat -El Orfeo de Francia-, Retablo vasco, Los poetas y el Pais Vasco, El teatro por dentro o Unamuno a orillas del Bidasoa y otros ensayos.

Muerte

Falleció en Donostia-San Sebastián, el 16 de marzo de 1976.

Fuente