Ituto

Ituto
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Concepto:Ritual fúnebre

Ituto. Es la ceremonia fúnebre que se practica a los addosos (consagrados) en el lapso comprendido entre el fallecimiento y el entierro del cadáver. Mientras se hace el ritual tiene que haber al lado de los paños en el suelo una copa con agua, una vela encendida y un búcaro con flores blancas.

Características

Es el ritual más reservado de todas las prácticas culturales de las religiones sincréticas afrocubanas. Si en determinados días de la iniciación el iyawo puedes ser visitado por familiares y amigos en la casa de su madrina o padrino de santo, o en los ebbós y fiestas propiciatorias, participan por igual adeptos invitados no consagrados, en el ituto sólo intervienen unos pocos iniciados.

La ceremonia funeraria se le efectúa únicamente a quienes se consragraron en cualquiera de las reglas, o sea tuvieron un segundo “nacimiento” y, como aconseja la ortodoxia, no deben llevar a la tumba los atributos que recibieron en vida.

El ituto se celebra en determinado momento del velatorio, para el cual todos los dolientes deben abandonar el salón. Los encargados del ritual liberan de su “carga” al cuerpo y averiguan por medio de oráculos el destino final de los utensilios y recipientes culturales, que lo mismo pueden ser enterrados que depositados en una montaña, el lecho de un río, lanzados al mar, o heredados por un ahijado o familiar cercano, entre otras disposiciones.

Ituto

El Ituto debe ser llevado a cabo por un oriaté o un olosha que sea lo suficientemente mayor y tenga el conocimiento para hacerlo. Tan pronto como el olosha (santero) muere, el Osun de la persona debe volcarse, junto a él y todos los Orishas deben ser puestos en el suelo por orden de jerarquía, a la espera de la ceremonia. La familia se reúne para recoger los elementos necesarios para la ceremonia. La tinaja del río del fallecido si no está disponible, deben comprar una nueva, los artículos que se utilizaron en la consagración y el traje de santo incluida la corona. Otro momento del Ituto es conocida como "partiendo la diferencia" (romper todos los lazos con el fallecido). El espíritu del fallecido está siempre presente y rodea a sus descendientes hasta el noveno día después de la muerte. De hecho, la creencia es que el fallecido supervisa activamente el Ituto y los rituales funerarios.

Funeral y entierro

En el funeral, antes del Oro, el oriaté tiene que dar coco para asegurar que todo está correcto.Sólo olorishas deben estar presentes en esta ceremoonia. Durante el Oro, los Orishas "montan a sus caballos" y "lloran" a los fallecidos. Si Oyá viene, a causa de sus conexiones con Ikú y Egungún, ella debe permanecer en posesión de su caballo (medium), continuamente pasando el iruké sobre el fallecido, hasta que el entierro tenga lugar. Tras el entierro, la familia vuelve a casa y reposa hasta el noveno día y la ceremonia del Desayuno.

Desalluno

El Desayuno se lleva a cabo en el noveno día después de la muerte. En la mañana del noveno día, muchos santeros cubanos que siguen múltiples tradiciones religiosas irán a misa de difuntos en una iglesia católica. Después de la misa, regresan a la casa del finado, donde se produce el Desayuno Ritual. En algún lugar del ilé se crea una pequeña sección para Egún. Ahí se ponen para la ceremonia: flores, un vaso de agua una vela blanca encendida, un plato con trozos de coco y una jícara con agua. El ritual comienza dando coco y luego se canta el Oro a Egún. Posteriormente, todos los participantes se sientan en una mesa donde comparten una comida comunitaria con el fallecido. La mesa se pone con un elegante mantel, vajilla y cuberteria. Se reserva la cabecera de la mesa para el difunto, al que se sirve antes que al resto de los participantes. Para este ritual se preparan , jamón, queso, mantequilla, jugo, café, leche, pasteles y otros alimentos típicos del desayuno. Asimismo, se coloca un ramo de flores en el centro de la mesa. Al fallecido se le ofrece un poco de cada cosa servida en la mesa. Cuando todos hayan terminado de comer la comida del difunto se coloca con el servicio a Egún en el piso. Él o ella oficialmente se ha convertido en un Egún para el ilé.

Luto

A pesar de que el código de vestimenda es relativamente flexible, el negro no es apropiado para este período, como pasa en otras culturas. El santero considera que el negro es un color negativo y está proscrito por muchos odús. En general, el color blanco es el color de preferencia en todos los rituales sobre todo en Ituto o cualquier ritual asociado con Ikú, esto incluye algo para cubrir la cabeza.

Muerte de un padrino

Cuando fallece el padrino de un olosha, hay un luto de tres meses, durante el cual el/la omorisha debe abstenerse de participar en cualquier ceremonia religiosa. Esto incluye asistir a los rituales y otras celebraciones, wemileres, cumpleaños de santo,etc. El santero no puede colocar ofrendas a sus orishas, incluído el sacrificio, ni adivinar o realizar ebbó u otras ceremonias relacionadas con el Orisha para otras personas, Si el aniversario del santero cae en ese período de tres meses, la celebración debe ser pospuesta. En cualquier momento después del tercer mes, el omorisha debe llevar a cabo una ceremonia llamada "quitar las lágrimas" o "quitar la mano del muerto". Este es un ritual que se realiza para las deidades del omorisha consagradas por el padrino fallecido. Se cree que con esta ceremonia se rompen los vínculos mundanos y materiales con el fallecido. No obstante, el omorisha queda siempre espiritualmente ligado a su padrino, pues el fallecido e el origen y responsable de la iniciación de la persona en la religión.

Muerte de un/una Oyugbona

El luto por un oyugbona es mucho más breve. El luto dura nueve días consecutivos durante los cuales el santero observa eol mismo comprtamiento como el padrino cuando muere. Si el omorisha recibió algún orisha de la oyugbona, también debe ser observado el período de tres meses de luto, antes de la ceremonia de quitar la lágrima.

Muerte de un Omorisha

Nueve días también son necesarios para guardar luto por un omorisha que ha fallecido, tanto por parte del padrino como de la oyugbona.

Muerte de un hermano orisha

Cuando un hermano de Orisha fallece, nueve días son el período necesario para todos los hermanos del difunto y otros miembros de la familia de Orisha se espera que observen.

Honras

Después del tercer mes del fallecimiento de un olorisha, el omorisha del difunto ha de llevar a cabo la ceremonia de Honores (las Honras). Esta consta de tres días de rituales en los que se rinde homenaje a los fallecidos del Egún y Orishas. Aunque el santero puede ofrecer sacrificio y homenaje a cualquier Egún no todos los olosha fallecidos tienen derecho a las Honras. Para ser acreedor de Honras el fallecido tiene que haber ordenado al menos a cuatro personas durante su vida. Haber sido oyugbona, con independencia del número de veces que la persona haya actuado como tal, no cuenta para ello. Debe estar presentado al Tambor (Se han producido casos de olorishas que han muerto sin esta ceremonia de presentación al Tambor). Por último el fallecido deberá contar con la ceeremonia del Ituto. Si no se cumplen estas condiciones el fallecido no tiene legítimamente derecho a Honras.

El nivel y prestigio de los rituales también varía de acuerdo a la condición del fallecido. Si el fallecido consagró a muchas personas, es de esperar que haya más contribuyentes para el evento y de ahí la sustancial diferencia.

Se aconseja que si se le hacen Honras al padrino que las hagan entre todos los ahijados. El que hayan estado peleados con el padrino en vida, no justifica que no participen en esta ceremonia que es de beneficio para todos en general, porque el muerto no comprende si se peleó o no en vida. Estamos hablando de muerte y es un signo de atraso no participar, pues en esto de las Honras se deja a un lado. Con la muerte uno perdona y olvida todo. Si en vida no se cumple con las cosas de la Osha, hay que hacerlo en la muerte porque recuerden que algún día nos tocará, que nadie es eterno en esta Tierra y que todos tendremos que vernos un día con la Ikú (la muerte).

Fuentes