José Gabriel Brochero
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José Gabriel del Rosario Brochero (Villa Santa Rosa, 16 de marzo de 1840–Villa del Tránsito, 26 de enero de 1914) fue un presbítero católico argentino, llamado popularmente el cura gaucho.
Sumario
Primeros años
El 5 de marzo de 1856 ingresó al Seminario de Nuestra Señora de Loreto.
En 1858 concurrió a la Universidad Nacional Mayor de San Carlos en donde conoció al futuro presidente Miguel Juárez Celman con el que inició una amistad que perduraría a lo largo de sus vidas. Otro admirador suyo y primer historiador, Ramón José Cárcano, lo describió en aquella época.
El 16 de julio de 1862 Brochero recibió la tonsura clerical y cuatro órdenes menores. Se ordenó subdiácono el 26 de mayo de 1866, y diácono el 21 de septiembre del mismo año. Antes, el 26 de agosto de 1866, se constituyó miembro de la Tercera Orden domínica secular.Ordenación sacerdotal y epidemia de cólera
En 1867, Brochero colaboró en el socorro de los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba y que segó más de 4000 vidas en poco tiempo. La epidemia generó fuertes conflictos y tensiones tanto hacia dentro del Estado, como en su relación con la élite médica y la Iglesia católica, una de las pocas instituciones con cierto grado de estructuración que puso sus recursos humanos y su mobiliario al servicio de los enfermos.
Siendo prefecto de estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de maestro en filosofía por la Universidad de Córdoba, el 12 de noviembre de 1869.El curato de San Alberto
El 24 de diciembre de 1869 partió de la ciudad de Córdoba para hacerse cargo del curato que insumiría prácticamente el resto de su vida. Brochero llegó a San Pedro, la cabecera departamental, luego de tres días de viaje en mula a través las sierras. Transcurrido un tiempo y por voluntad propia, se instaló definitivamente en la localidad de Villa del Tránsito. Como marco de su misión, edificó la «Casa de Ejercicios Espirituales de Traslasierra», que inauguró en 1877. En 1880, bendijo el flamante «Colegio para Niñas», que el propio Brochero confió a las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús (Ancillae Sacri Cordis Iesu). Esas dos primeras construcciones le generaron numerosas fatigas.
Organizó a los pobladores de esa región, entonces muy apartada, construyendo con los vecinos el llamado camino de las altas cumbres, incluyendo interesantes puentes de piedra, que al cabo de 200 km unió la población de Villa del Tránsito (actual Villa Cura Brochero) con la ciudad de Córdoba. Sus gestiones hicieron posible la apertura de caminos, acequias, diques, una estafeta postal y un telégrafo. Entre otras obras fundó escuelas y logró, con la construcción de un acueducto, la llegada del agua al pueblo desde el río Panaholma.
También bregó para que se extendiera el ramal ferroviario desde Villa Mercedes hasta Cruz del Eje, aunque no obtuvo el mismo éxito para que se trazara un ferrocarril desde la ciudad de Córdoba directamente hasta Villa del Tránsito. En cualquier caso, la calidad de su ministerio espiritual en el curato de San Alberto fue bien conocida.
Según el obispo de Cruz del Eje y titular de la Causa de los Santos del Episcopado argentino, monseñor Santiago Olivera, Brochero «se adelantó a los tiempos y supo pensar la realidad, porque la promoción humana y la evangelización que proponemos hoy no estaban tan claras en su tiempo». En el concepto de Efraín U. Bischoff, «la perduración de su obra es innegable»Sus últimos años de vida
Declarado Santo
La santificación de Brochero, junto con la de otras seis personas, se produjo en una ceremonia multitudinaria en el Vaticano a la que asistieron unas 80.000 personas.
Muchas de ellas eran argentinos y algunos portaban pequeñas estatuas del padre.
Brochero, que como buen cordobés también es conocido como "el cura guacho", ha sido canonizado después de un proceso de casi 50 años en el que, entre otras cosas, le certificaron dos milagros.
Será el primer santo argentino, si no se cuenta a Benito de Jesús, el mártir cristiano que se fue del país a los 4 años de edad a España, donde vivió casi toda su vida.
Brochero, en cambio, es considerado tan argentino como Francisco, un estilo de símbolo nacional, y al igual que los fervientes seguidores del Papa, la gente lo adora por sus gestiones en favor de los pobres.