La lucha clandestina en Guantánamo

La lucha clandestina en Guantánamo
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Frank País, dirigente de la clandestinidad.
Fecha:1956 - 1958
País(es) involucrado(s)
Cuba
Líderes:
Frank País

La lucha clandestina en Guantánamo. La clandestinidad surge como una necesidad histórica, es el resultado de la búsqueda de un instrumento idóneo para llevar a cabo una estrategia que permitiera combatir desde todos los puntos pertinentes al tirano opresor.

Etapa neocolonial de 1952–1958

Guantánamo en los años de 1952 a 1958 era uno de los 22 municipios de la antigua provincia de Oriente. Con una extensión territorial de 1 150 Km², estaba distribuido en 26 tallos municipales, 10 urbanos: Caridad, Bano, Gobierno Glorieta, Indios, Isleta, Mercado Parroquia y Rastro; y 16 Rulares: el Arroyo Hondo, Bayatiqurí, Caimanera, Camarones, Corralillo, Cuatro Camino, Bayate, Filipinas, Guaso, Jaibo Abajo, Lajas, Mascurijos Ocujal, Palma San Juan, Tiguabos y el Vínculo.

Contaba con 124 685 habitantes, de ellos, en la cabecera había 63 642, la zona urbana contaba con 83 684 y a la rural con 41 001. La densidad de población era de 58 habitantes por Km², la cual era menor en el campo, con un aproximado del 33% de población.

Por el número y desarrollo de su población era una ciudad importante, ocupaba el noveno lugar en el país, sólo la superaban en las seis capitales de provincias: Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Santa Clara, Camagüey, y Santiago de Cuba, así como Cienfuegos y Cárdenas.

El 26 de Julio de 1953 y su repercusión en Guantánamo

El 26 de julio de 1953, Miguel Bertrán fue avisado de que algo grave estaba ocurriendo en el Cuartel de Guantánamo, ya que se estaban tomando medidas de seguridad, como colocación de sacos de arena, cierre de las calles aledañas al mismo, patrullaje y otras, que evidenciaban anormalidades.

Conocida esta noticia, Miguel Bertrán se traslada a caballo hacia la ciudad donde comprueba personalmente las acciones que realizaban los soldados, convencido de que los acontecimientos se habían precipitado y sin conocer aún los sucesos de Santiago de Cuba, decide convocar al alzamiento.

En la esquina de Paseo y San Lino imparte las primeras ordenes de concentrarse en las márgenes del Río Jaibo, para el cumplimiento de esta misión se apoya en la colaboración de José Macheco Richard, el que comienza el traslado del personal en grupo de 5 o 6 hombres, en un Willy del 52, propiedad del exalcalde Emilio Bustillo, y otros vehículos, incluyendo una camioneta de la familia Beltrán.

Concentrados en el Cañambú se produjeron varias deserciones, pues la llegada y completamiento del grupo se había dilatado, prolongándose hasta cerca de las 8 de la noche. Aquí se estableció la primera emboscada y algo más adentro fijaron el campamento y colocaron una nueva emboscada, en un área de la finca denominada El Retiro de Camarones.

Aproximadamente a la una de la madrugada del día 27 de julio, Bertrán y alrededor de 25 hombres escucharon a través de un radio de batería lo acaecido en el Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, y que el jefe del asalto era el abogado y militante ortodoxo Fidel Castro. El intento había fracasado y Fidel estaba internado en la Gran Piedra con algunos sobrevivientes.

Bertrán distribuye el escaso armamento entre los alzados más resueltos y les comunica su decisión de unirse a Fidel y sus hombres, en momentos cargados de incertidumbres y confusiones. Es entonces que acuerdan buscar a los estudiantes que se habían comprometido en el alzamiento y que permanecían ocultos en una casa situada en los Maceo, cerca del antiguo Instituto de Segunda Enseñanza.

El día 28 de julio parten hacia Guantánamo Miguel Bertrán, Felipe Bardo y José Macheco, y ya en la cuidad se ponen de acuerdo con Serafín Soto. En el instante en que van a abordar el vehículo estacionado en la calle Los Maceo esquina Pintó, son rodeados por un grupo de soldados, produciéndose la detención de los militantes.

Cuando se descubre el encarcelamiento de Miguel Bertrán y otros compañeros, el grupo de alzados que se encontraban en Sierra Canasta decide abandonar el sitio y reintegrarse a su vida cotidiana.

El Alzamiento de Sierra Canasta demostró que la juventud guantanamera, al igual que en otras partes del país, estaba dispuesta a emprender la lucha armada frente a un gobierno establecido por las fuerzas de las armas y puso de manifiesto que en la región se mantenían vigentes las tradiciones revolucionarias y combativas heredadas de un pasado cargado de actos de rebeldía.

Mas que un hecho alegórico, el Alzamiento de Sierra Canasta fue un acontecimiento importante para la historia local y del país, en sentido general, pues se produjo casi paralelamente a los asaltos de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, de Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, como confirmación de la lucha armada.

El Movimiento 26 de Julio

El Movimiento 26 de Julio (M-26-7) no era un partido sino un movimiento revolucionario, donde se hace un llamado a todo el pueblo para incorporarse a la lucha clandestina y reunir y organizar a todos los elementos progresistas del país, la respuesta a ese llamado fue altamente positiva.

En las provincias se crearon las direcciones encargadas de cumplir las orientaciones del mando superior, esos núcleos eran clandestinos y sus responsables recibían el nombre de coordinadores.

Labor organizativa de Frank País en el Movimiento 26 de Julio

En septiembre de 1955 Frank País, jefe de acción del movimiento viaja a Guantánamo, donde se entrevista con Enrique Soto, líder estudiantil local, en la casa de éste en San Lino # 803. Da orientaciones sobre el funcionamiento de la organización y señala que en la primera fase la estructura será celular. Recomienda una estructura con 10 miembros y un jefe, y que de ellas podrían surgir otras.

En este encuentro estuvieron presentes Fulvio Almenares, el fotógrafo Rolando Aguirre, designado como responsable de acción, el dependiente farmacéutico Carlos Pérez Terán Reyes, que ocupó el cargo de financiero, el obrero ferroviario Octavio Louis Venzant, quien pasó a atender la sección o frente obrero, el abogado Arístide Iturralde, encargado de la labor con el sector de los profesionales y el estudiante Enrique Soto Gómez, nombrado coordinador y responsable de propaganda de la incipiente organización. Octavio Louis y Carlos Pérez Terán, quienes habían intervenido en la constitución de la primera sección del MR 26/7 a principios de Julio, integraron también esta nueva estructura.

La falta de dinamismo e insuficiencias en el accionar de algunos de los miembros de este primer núcleo de dirección del MR 26/7 en Guantánamo se evidencia como causa probable que condujeron a renovar el mismo en noviembre de 1955, proceso en el que Frank interviene personalmente.

La nueva dirección creció en cuanto a la cantidad y calidad de sus miembros, quedando como sigue:

  • Acción y sabotaje (jefatura): Julio Camacho Aguilera y Demetrio Monstny (Villa).
  • Coordinador y propaganda: Enrique Soto Gómez y Samuel González Rodiles Plana.
  • Frente obrero: Octavio Louit Venzant y Antonio Torres Chedebeaux (Ñico).
  • Enlace atención a mujeres: Amancio Florean Galano.
  • Finanzas: Margot Hernández Montes de Oca.

Al igual que en el resto del territorio las tareas fundamentales consistían en recaudar fondos para la compra de armas, distribución de propaganda, localización de viviendas conspirativas y refugios seguros y, sobre todo, la realización de una tarea que implicaba grandes riesgos, la adquisición de armas mediante su extracción de la Base Naval Yanqui y su traslado a Guantánamo. En esta vital labor se destacaron Luis (Toto) Lara, Gustavo Moll, Guillermo Gutiérrez, Cabrera Anido y Thelma Bornot.

Las primeras armas adquiridas fueron fusiles y pistolas calibre 22 y posteriormente 3 006, así como otras que se les quitaban a los elementos batistianos. Su traslado desde Caimanera hasta Guantánamo era realizado por Montseny, Camacho, Louis, Amancio y el doctor Enrique Sosa, con su esposa Patria Figueras, luego se enviaban a Santiago de Cuba.

Actividades realizadas por las células del M-26-7

En esta localidad llegaron a constituirse varias células del M-26-7 ,incluyendo la del Puerto de Boquerón, también se organizó la resistencia cívica y la Sección Obrera del Movimiento. Aunque estas células llegaron a realizar prácticas de tiro en las proximidades de Caimanera, sobre todo en la finca de Aurelio Oslé y en Punta de Manatí, durante los meses que siguieron la organización revolucionaria en esta zona fue constante preocupación de sus miembros, cumplir cabalmente las orientaciones emanadas de la dirección del movimiento en Guantánamo, y en especial de Frank País, de no realizar acciones que entorpecieran los planes de utilizar la Base Naval como fuente de abastecimiento de armamentos bélicos para la causa revolucionaria.

Las actividades de carácter más importantes desarrolladas por estas células fueron la toma del Cuartel de Ermita el 30 de noviembre de 1956, la escaramuza que sostiene el primer grupo Guerrillero de Sierra Canasta en los primeros días de diciembre del propio año, así como la quema de campos de Caña, la interrupción de las vías del ferrocarril, el corte del tendido eléctrico y la venta de bonos con diferentes precios.

Alzados en la Sierra San Román de Filipinas su labor más significativa la constituyó el acercamiento al campesinado de la zona y el traslado de personal al II Frente Oriental al quedar éste constituido en marzo del 1958. En sentido general el trabajo de las células del movimiento 26/7 creadas en todo el territorio guantanamero se incrementó a partir de 1956.

De forma sistemática se realizaron acciones tales como las desarrolladas en marzo de 1956 cuando aparecieron pintadas casi todas las paredes de la cuidad de Guantánamo, incluyendo los laterales y parte trasera del Escuadrón 16 de la Guardia Rural, con la consigna Movimiento Revolucionario 26/7, así como carteles en ómnibus, coches, casillas de ferrocarriles. Más tarde se imprimieron periódicos, volantes, se colocaron banderas rojas y negras del movimiento 26/7 en postes del alumbrado público e, incluso, en las terrenos de la radio y la televisión.

En diciembre del 1955 la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros (FNTA) orientó la realización de una huelga general azucarera en demanda del pago del diferencial azucarero y la derogación del Decreto No. 376. Es enviado a Guantánamo por ser de esta región, Osmel Francis de los Reyes. Por su parte Octavio Louis Venzant, responsable del Frente Obrero del movimiento 26/7, asumió la conducción del paro en contra de la Federación Obrera de Guantánamo y Yateras (FOGY). En unión de Amancio Florián recorrieron todos los bateyes de los centrales azucareros, desarrollando mítines y reuniones, siempre perseguidos por efectivos de la Guardia Rural. Una vez creadas las condiciones organizativas se produjo la paralización de los ingenios de azúcar y otros sectores, como los del comercio, que secundaron las justas demandas de los obreros azucareros.

Como parte de la huelga se ocuparon la iglesia Santa Catalina de Ricis, ubicada en el Parque José Martí, y el tañir de sus campanas atrajo a muchos curiosos del ayuntamiento y del local de la FOGY.

Las fuerzas de la dictadura, bajo las órdenes del Capitán Roberto Franco Llaneras, se personaron en estos lugares para reprimir a los participantes, pero la presencia del pueblo y en especial de nutridos grupos de trabajadores, evitaron que fueran agredidos y detenidos los organizadores de la huelga que duró trece días y resultó satisfactoria para los obreros azucareros.

El 30 de noviembre de 1956 en Guantánamo

Como parte de los preparativos para el levantamiento del 30 de noviembre en apoyo al desembarco del Granma, Frank visitó en varios oportunidades a Guantánamo, zona considerada como esencial en los planes elaborados para esta acción, por el grado de organización que presentaba el Movimiento de la misma, así como por la preparación de sus militantes, que impidieron el envío de refuerzos hacia Santiago de Cuba y crearon un verdadero estado de guerra en la región.

Un buen número de hombres, integrados a las células del M-26-7, venían preparándose militarmente en el manejo de las armas, con prácticas de tiros y algunos elementos de tácticas, en lugares próximos a la comunidad de la Tinta en Maisí y la finca Montesano de Julio Camacho, donde otros colaboraban como instructores. Algunos habían pertenecido a la Policía Nacional, institución a la que renunciaron al producirse el Golpe de Estado.

A mediados del mes de junio del año 1956, Frank, conjuntamente con Lester Rodríguez, Félix Pena, Fabio Rosell y Leonidas Velásquez Jerónimo, entre otros, se trasladó hacia La Habana. Los lugares visitados en la capital incluyeron la fundición de Raúl Rodríguez en Regla, allí les fueron mostrados algunos cascos de granada y la forma en que los hacían.

Tras la visita a La Habana, Velásquez recibió la misión de producir cascos de granada en el taller de Castelló, situado en la Avenida y el 8 oeste, fabricó algunos allí y en el Central Ermita, con ayuda de Rolando Mengana (Tato) hizo otros. En compañía de Asdrúbal López también realizó algunos viajes a dicho central para cumplir similar tarea.

Los primeros cascos se fundieron en Beneficencia e/ Paseo y el 1 Norte. Las planillas las confeccionaban Félix, hermano de Leonides Velásquez. Posteriormente se instaló otra fábrica en la casa de Guillermo García (Bolita), específicamente en la panadería, propiedad de éste ubicada en Máximo Gómez y el 2 Sur, allí se almacenaron los cascos y mecanismos y de ahí se transportaban hacia Santiago de Cuba. Todo este material se destinó al alzamiento del 30 de noviembre en Santiago de Cuba.

Pero los preparativos para el levantamiento no sólo incluyeron el aspecto propiamente militar, también se concibió la organización y ejecución de una huelga general, como complemento de las acciones combativas que se desarrollarían. La huelga en cuestión tuvo como máximo promotor a Antonio Torres (Ñico), cuyos conocimientos sobre el movimiento obrero y sus experiencias en el sector ferroviario se tomaron en cuenta.

El desarrollo de los acontecimientos

Desde el 29 de noviembre comenzó el acuartelamiento en diversas casas conspirativas escogidas al efecto. Los principales jefes de las acciones armadas serían Demetrio Monsetny en Jamaica, Julio Camacho Rivera en Ermita y Octavio Louit en Guantánamo.

Los grupos comprometidos en el levantamiento debían esperar las señas que se enviaría a través de la emisora CMKS de Santiago de Cuba, la cual sería ocupada por un comando del M–26–7 el día 30 por la mañana.

Las fuerzas revolucionarias se dividirían en varios grupos o comados.

El primer grupo, dirigido por Machado, debía cumplir las siguientes misiones: destrucción del puente de Belona, descarrilar una locomotora, cortar las comunicaciones entre Santiago de Cuba y Guantánamo, requisar las armas que se pudieran y tomar una pequeña pista de aterrizaje de avionetas de los propietarios de la fabrica de azúcar. También ocuparon la camioneta de un comerciante del central.

El segundo grupo, bajo la jefatura de Heriberto Iribar y Luis Viscay, debía ocupar el puesto de la guardia rural (cinco hombres), el jeep de los norteamericanos, requisar armas entre los vecinos que la poseyeran y realizar labores de agitación al exhortar a los trabajadores a huelga.

El grupo dirigido por Camacho debía apoderarse del taller de reparaciones del central. Al comenzar ejecución del plan, es quemado el puente de Belona. Arnoldo García corta las comunicaciones telegráficas hacia San Luis y Santiago de Cuba, al retorno se unen al segundo grupo que se encontraba en el batey del central y había ocupado el jeep y desarmado a los guardias. También ocuparon el puesto de la guardia rural, donde se apoderaron de las armas del lugar.

Efectuadas estas operaciones ambos grupos, formando uno solo ,se encaminan con dirección al Este del central, hacia el lugar conocido como Manantial, donde descarrilan un tren cargado de ganado. Posteriormente ocupan la camioneta del comerciante Isidoro Ruiz Abad y cortaron el tendido eléctrico y telefónico, requisaron armas y gasolina, y tomaron el control de la pequeña pista de aterrizaje de aviones.

Concluidas estas acciones, los combatientes se concentraron en la casa de Turcáz, donde Camacho explica los resultados satisfactorios de las mismas y ordena marchar hacia la Sierra Canasta hasta nuevas orientaciones. En total 32 combatientes y 12 colaboradores habían intervenido en el desarrollo de los acontecimientos que se produjeron en el central Ermita el día 30 de noviembre.

La preparación de la misma fue organizada meticulosamente por Antonio Ñico López, Leovigildo Cosa, contando con el asesoramiento de Gustavo Fraga. El movimiento huelguístico fue abarcador y llegó a paralizar casi completamente la vida económica guantanamera.

Errores de la acción el 30 de noviembre en Guantánamo

No todo fue satisfactorio, ocurrieron contratiempos para los luchadores revolucionarios que participaron en los sucesos del 30 de noviembre:

La emisora no fue tomada. Los cartuchos de la escopeta calibre 12:16, que formaba parte del armamento que debía ser empleado, se inutilizaron como consecuencia de la humedad donde fueron escondidos, en la casa de Leopoldo Correa, del barrio del Consejo Popular San Justo.

Tampoco se cumplieron otras misiones como las de los grupos de Octavio Louvit y Demetrio Mosetny de atacar la jefatura de la policía de Guantánamo y el Cuartel de Jamaica, respectivamente.

Los resultados de los sucesos del 30 noviembre de 1956 representaron una verdadera prueba para todo el movimiento, fundamentalmente en acumulación de experiencia de lucha armada en condiciones de clandestinidad.

Año 1957

Durante una parte de enero de 1957 y los meses de febrero y marzo se incrementó la labor de organización, crecimiento y consolidación del MR–26–7 en Guantánamo. Entre los días 15 y 17 de febrero de 1957 Frank país se reunió con Fidel Castro en La Sierra Maestra y se trazaron las líneas tácticas – estratégicas, tanto militares, como políticas, que serían seguidas. Luego de esta entrevista Frank se traslada una vez más a Guantánamo con el objetivo de orientar, personalmente, los cambios que debían introducirse en la estructura del movimiento en correspondencia con la estrategia de lucha trazada desde la Sierra.

Dirigida por Frank a finales de febrero, se realiza esta reunión en la casa de Juan Escardó, en Paseo, esquina Prado, y en la misma participaron Julio Camacho Aguilera, Octavio Louvit, Carlos Olivares y otros miembros de la organización.

Los acuerdos más importantes que se tomaron estuvieron relacionados con la promoción para cargos nacionales de los compañeros Julio Camacho Aguilera, Octavio Louvit y Antonio Torres (Ñico), los hogares disponibles en otras provincias y el envío a la Sierra Maestra de Gustavo Moll, Enrique Soto y Juan Escardo.

Estas variantes llevaron a la necesidad de reorganizar la dirección del movimiento en Guantánamo que queda integrada por:

  • Luis Lara Espinosa: coordinador.
  • Demetrio Monterrey: jefe de acción y sabotaje.
  • Samuel Rodiles Planes: acción y sabotaje.
  • Gustavo Fraga: responsable del frente obrero.
  • Jorge León: frente obrero.
  • Renato Pell: propaganda.
  • Carlos Olivares: propaganda.
  • Juan Leguén: financiero.
  • Margo Hernández: sección femenina.
  • José Antonio Gutiérrez: resistencia cívica.
  • Enrique García: resistencia cívica.

A pesar de que varios cuadros habían sido trasladados o promovidos fuera del territorio, el movimiento 26/7 en Guantánamo no se debilitó y resultó robustecido durante esta tercera etapa.

En el propio año Enrique García pasó al frente de la resistencia, a integrando la dirección del movimiento, pasando a segundo Gutiérrez Muñiz.

Esta organización desarrolló un importante papel y de ella salieron muchos compañeros que luego integraron al movimiento y que se destacaron en distintas áreas conspirativas.

Enlaces relacionados

Fuentes

  • Hechabarria Ayllon, O. Reseña Histórica. Editorial Oriente. 1985.
  • Revista Bohemia. 9 al 15 de diciembre de 1956.