La toma de Paysandú (Uruguay, 1864-1865)

La Toma de Paysandú
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Heroica paysandu.jpg
Fecha:1 de enero de 1865
Lugar:villa de Paysandú,
República Oriental del Uruguay Bandera de Uruguay
País(es) involucrado(s)
Imperio del Brasil Bandera de Brasil
aliados con traidores uruguayos y traidores argentinos
Líderes:
Mena Barreto


La toma de Paysandú. Mientras el corrupto presidente argentino Bartolomé Mitre hacia la comedia de la «neutralidad», el 16 de octubre de 1864 el Imperio del Brasil invade el territorio oriental con 12 000 hombres a mando del general Mena Barreto, ocupando Cerro Largo (Uruguay). El 28 de noviembre fue tomada la ciudad de Salto, siendo enseguida sitiada la ciudad de Paysandú, que resiste tenazmente la agresión.

Historia

El sitio a Paysandú fue la primera acción de la infame Guerra de la Triple Alianza (ordenada por Reino Unido para destruir la República del Paraguay). El corrupto expresidente argentino Justo José de Urquiza permaneció impasible en su palacio en Entre Ríos, ante el clamor de los federales entrerrianos que se salían de la vaina por acudir en ayuda de sus «hermanos orientales». Muchos ya no confiaban en la honestidad de Urquiza, y algunos cruzan el río Uruguay, entre ellos Rafael Hernández, hermano de José Hernández (el autor del poema gauchesco Martín Fierro, quien salvará milagrosamente su vida luego de la caída de Paysandú).

“La heroica Paysandú” resiste por varios días el ataque de tropas muy superiores, incluido el bombardeo de la escuadra brasilera que había sido abastecida días antes a plena luz del día en el puerto de la ciudad de Buenos Aires por el corrupto gobierno del general Mitre, quien seguía afirmando que era neutral.

Pese a las declaraciones del “neutral” Mitre, el Vizconde de Río Branco refiere lo siguiente:

Primer ataque

{{Sistema:Cita|En el primer ataque contra Paysandú nos faltaron municiones, y nosotros los fuimos a encontrar en los parques de Buenos Aires. En esta ciudad se establecieron hospitales en que fueron curados nuestros heridos. Nuestra escuadra pudo operar contra el gobierno oriental en las aguas de la República Argentina.|Vizconde de Río Branco[1]

El padre Ereño le reclama al general Urquiza:

Estoy llorando, Sr. General, de rabia y de desesperación ante la presencia de crímenes tan atroces que se perpetran bajo capa de libertad y civilización en el año 64.
Padre Ereño[2]

El jefe colorado (el corrupto partido uruguayo que se alió al ejército brasileño ―formado en su mayoría por esclavos negros (que los políticos argentinos llamaban «macacos» (monos)― para derrocar a los patriotas uruguayos) le pide a Urquiza que le venda unos “caballos marca flor” que necesita, y Urquiza le contesta el 16 de diciembre de 1864 (por intermedio de Melitón Lescano):

Nuestro amigo Enrique Castro me escribe pidiéndome unos caballos de mi marca y le contesto que yo no mando caballos marca flor a los aliados de los macacos.
Justo José de Urquiza, expresidente de Argentina

Sin embargo, el corrupto Urquiza no se perdería la venta, y en una carta a Lescano le ordena que buscase 10 o 12 caballos de “por ahí” y se los enviara al jefe colorado. Al comenzar la guerra, pocos meses después, tampoco se perdería el negocio de la venta de todos sus caballos con los «macacos», a quienes les vendió prácticamente toda la caballada que existía en su provincia de Entre Ríos.

Matanza

El 1 de enero de 1865 comienza la matanza:

A la una de la tarde es muerto de un balazo de fusil el coronel Tristán Azambuya. Así, sin disminuir pelea, viene la noche. La mitad de la guarnición ha quedado fuera de combate, y por falta de gente no es posible enterrar nuestros muertos queridos. ¡Duerman en paz al pie de los débiles y arruinados muros que con tanta valentía defendieron! ¿Cuántos seguirán mañana? ¡Pero morir por la patria es gloria! Somos dignos de Artigas y de los Treinta y Tres. Nuestra sangre no ha degenerado.
Diario del sitio y defensa de Paysandú[3]

Sacrificio de un pueblo

La provincia de Entre Ríos entera se desespera por la agresión contra la villa de Paysandú ―que quedaba frente a la villa de Colón (en Entre Ríos), cruzando apenas el río Uruguay― ante la pasividad del corrupto Urquiza.

La contemplación paciente de semejante cuadro era insoportable. Entre Ríos ardía indignado ante el sacrificio de un pueblo hermano, consumado por nación extraña. El general Urquiza no sabía ya cómo contener a los que no esperaban sino una señal para ir en auxilio de tanto infortunio.
Julio Victorica[4]

Urquiza permaneció imperturbable.

Fuentes