Las carnes y el ACV (accidente cerebrovascular)

Las carnes y los accidentes cerebrovasculares
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Las mujeres amantes del pescado, que comen más de tres raciones de ese alimento por semana, son menos proclives a sufrir accidentes cerebrovasculares, en comparación con las que consumen menos de una ración semanal. Ello es muy digno de tener en cuenta en un país como Cuba, donde esta enfermedad es la tercera causa de muerte. Lo anterior fue demostrado en una investigación realizada por el Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, en más de 30 mil féminas de 49 hasta 83 años de edad.

Atractivos del pescado

Lo mejor es seleccionar pescados ricos en ácidos grasos omega 3 como el jurel, las sardinas, el salmón, la caballa o el atún. Pero si así no fuera, consumir cualquier tipo de pescado siempre es mejor que ninguno.

El beneficio estriba en que estos ácidos grasos reducen la presión arterial y las grasas de la sangre, además del efecto beneficioso de la vitamina D. Comer pescado con frecuencia se considera signo de estilo de vida saludable y protección contra múltiples, graves y dañinas enfermedades.

Virando la moneda

En el mismo grupo investigado en Suecia, la otra cara de la moneda estuvo representada por las consumidoras de las llamadas carnes rojas, llámense cerdo, res o carnero, o las carnes procesadas como el jamón, los perros calientes y chorizos. La carne roja es término que se refiere a todas las carnes provenientes de los mamíferos y su color se debe a un pigmento llamado mioglobina, proteína con hierro, similar a la hemoglobina pero con un peso molecular inferior.

Las dietas ricas en este tipo de carnes, se asevera ya desde hace años, están vinculadas a gran cantidad de problemas de salud como el riesgo incrementado de desarrollar ciertos tipos de cánceres, enfermedades cardíacas e hipertensión arterial.

Entre las encuestadas, las que más carnes rojas ingerían _como promedio mínimo 102 gramos o poco menos de un cuarto de libra al día_ fueron un 42 por ciento más propensas a sufrir un accidente cerebrovascular, por encima de las que ingerían una media de 25 gramos diariamente. En el caso de las que consumían 41,3 gramos diarios o más, como término medio, de carnes rojas procesadas, el riesgo resultó un 24% mayor, comparando con las que menos consumían (12,1 gramos o menos diariamente).

Razones que convencen

Tanto la carne roja como la procesada, ricas en sodio, están relacionadas con la hipertensión arterial, factor muy favorecedor a su vez de los accidentes cerebrovasculares.

Por otro lado, el hierro que contienen incrementa la producción de radicales libres, dañinos para los tejidos. Por eso es necesario seleccionar las carnes de nuestra preferencia entre las más saludables. La mesa del comedor es una escuela cotidiana donde nuestros menores deben aprender las mejores lecciones en cuanto a nutrición se refiere. Es la garantía de una futura buena salud.

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