Lenguaje y Pensamiento

Lenguaje y pensamiento. El estudio del lenguaje ha ocupado, en todas las culturas y desde los tiempos más remotos un lugar preeminente en la educación de los individuos.

Lenguaje y Pensamiento

Se puede decir que el lenguaje es la característica mas propiamente humana, la que de manera más palmaria y ostensible eleva al hombre por sobre todos los demás animales. Las concepciones mas primitivas dividen ya en dos grandes clases el mundo de los seres que se mueven y actúan:

  • los mudos rebaños
  • los hombres de voz articulada por el otro.

Es interesante notar como la moderna psicología a confirmado este juicio instintivo; pues, a despecho de superficiales analogías, el abismo que en lo referente al lenguaje separa al hombre de los irracionales, ha ido ensanchándose a medida que se ha profundizado en el estudio de la psicología animal. La razón de esta preferencia dada al hablar entre todas las facultades humanas debe buscarse en la esencia misma de esta función. A una consideración superficial, el leguaje aparece simplemente como un medio de comunicarnos con nuestros semejantes, un instrumento para hacer pasar a otros un conocimiento o un dato, o participarles una emoción que nos posee, un movimiento de nuestra sensibilidad. El lenguaje es esto, ciertamente, pero no es solo esto.

Es un intermediario entre una persona y sus semejantes, es un mediador entre la inteligencia y el mundo que los rodea, un instrumento de capacitación que permite hacer presa sobre este, adueñarse, en cierto modo, de las cosas que forman el contorno y que de esa manera pasarán a integrarse en el universo interior.

Esta propiedad resalta en los casos en que el lenguaje se halla, por así decir, en estado naciente: en la creación poética y en el niño. La conducta del niño, cuando se halla en la edad de las preguntas, es reveladora: el niño se interesa por las cosas, quiere saber que esta, y sin embargo, se da por satisfecho con su nombre, gracias al cual toma conciencia de la cosa.

La Lengua (primero de los instrumentos del pensamiento)

Entre lengua y pensamiento existe una intima trabazón, establecida en el curso de innumerables acciones y reacciones reciprocas. La lengua no se ofrece solo como un producto, como algo dado, sino como una operación en un continuo devenir; un trabajo del espíritu que no cesa sino que se repite y se desarrolla sin pausa. Es frecuente decir de la lengua que es el primero de los instrumentos del pensamiento. Pero es igualmente cierto decir que es una condición esencial del pensamiento mismo, su alimento principal, el medio en que se mueve y se desarrolla. De este modo, lejos de ser un trasunto del mundo externo, el lenguaje es, ante todo, expresión de una fuerza creadora original. Las que el nos da del universo, no son simples reflejos de las cosas, sino, como dijo Leibnitz, “espejos vivientes del Universo”. Al mismo tiempo, y por el hecho de ser vivientes, el conjunto de estas imágenes lo da el más instructivo cuadro sobre el funcionamiento de la inteligencia humana.

Lengua y raza

No es, pues, de extrañar que del estudio de las lenguas se haya querido pasar de las mentalidades que en cada una de ellas se reflejan, y que, a la inversa, se haya pretendido explicar las diferencias entre los idiomas partiendo de la diferente contextura mental de los pueblos que los han creado. Muchos son, en efecto, los lingüistas que han puesto en relación lenguaje y raza, afirmando que esta condiciona aquel. Puesto que la particular constitución de un idioma supone la existencia de una determinada forma de pensamiento y puesto que las razas revelan en su historia la posesión de tipos característicos de mentalidad, es lógico suponer que un análisis de las lenguas debería conducirnos a una psicología de las diferentes razas; puede pensarse, a su vez, que un conocimiento exacto de la mentalidad de un pueblo nos ha de facilitar una mejor comprensión de su mecanismo lingüístico. Tal postura fue adoptada por una parte importante de la ciencia alemana, que llevo a sus últimas consecuencias el principio sentado por Humboldt:

Formación de la Lengua

En la formación y el uso de la lengua entra necesariamente todo el carácter particular de la percepción de los objetos, pues la palabra nace precisamente de esta percepción; no es una huella dejada por el objeto en si, sino por la imagen que este engendra en nuestra mente” Basta un contacto superficial con una lengua extranjera para advertir cuan imperfectamente se corresponden sus símbolos con los de nuestro idioma materno. Si la lengua no consistiese mas que en un catalogo de signos sonoros o gráficos referentes a las cosas y términos del mundo exterior, las diversas lenguas del mundo tendrían que coincidir en la inmensa mayoría de sus voces.

A una palabra de la lengua A correspondería exactamente otra en la lengua B y en todas las demás. La diferencia seria solo de sonidos y grafías. Mas la realidad es más distinta: las lenguas discrepan menos en los sonidos y signos, que en la manera de concebir la cosa significada. Cada una considera el mundo desde un ángulo distinto, y lo que, en último termino, constituye su individualidad, es la perspectiva que abre sobre el universo de las cosas y de las ideas.

Fonética y fonología

El lenguaje es un intercambio de sonidos articulados, que poseen un valor de signo y son emitidos por el que habla y percibidos por los que escuchan. La ciencia que estudia tales sonidos se llama Fonética. Es una ciencia Descriptiva que, basada en la Fisiología y la física, estudia el material sonoro de la lengua, es decir, los sonidos, la entonación y el ritmo.Modernamente los avances de la psicología han motivado la creación de una nueva ciencia llamada Fonología, la cual estudia los sonidos, no desde un punto de vista material y físico, sino por su funcionamiento en el Lenguaje, o sea, en cuanto sirven para formar el significado de las palabras.

A partir de Saussure, un ilustre filólogo del siglo XIX, se distinguen dos aspectos del Lenguaje. Uno, la realización concreta, individual y momentánea de la expresión lingüística en cada uno de los hablantes; otro, el modelo abstracto, constante y general que sirve de norma perenne a las manifestaciones particulares. Saussure llamo habla al primero, y guardo el nombre de lengua para el segundo. Pues bien, la Fonética estudiaría el habla, mientras que la lengua es el objeto de la Fonología.

Todos al hablar, creemos pronunciar los sonidos que caracterizan a cada una de las palabras que utilizamos en nuestro discurso y, sin embargo, no hay sorpresa semejante a la de verse reproducida [fonéticamente]], con total exactitud, la propia pronunciación. Rasgos dialectales, y aun personales, alejan enormemente la verificación real o fonética de los sonidos emitidos por el que habla, de la ilusión fonológica, es decir, de los sonidos (aquí llamados fonemas) que creímos pronunciar de acuerdo con la idea que poseemos de la lengua.

Fuentes

  • Enciclopedia Labor. Editorial Labor, S.A. Barcelona-Madrid-Buenos Aires- Rio de Janeiro-Mexico-Montevideo. 1962.