Masticación

Masticación
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Concepto:La masticación es el proceso de triturar los alimentos en partículas más finas con los dientes, y es un término técnico para referirse a "masticar". Este proceso facilita el paso de los alimentos por el esófago hacia el estómago. Además, al descomponer los alimentos en fragmentos más pequeños, se incrementa su superficie, permitiendo que las enzimas digestivas actúen con mayor eficacia. Los músculos que participan en la masticación son el masetero, el temporal, el pterigoideo medial y el pterigoideo lateral.[1]

La masticación es el primer paso en el proceso de digestión en los mamíferos, incluyendo los seres humanos. Es un proceso altamente coordinado que implica la trituración de los alimentos en la boca para formar un bolo alimenticio, facilitando su deglución y digestión posterior.[2][3]

Mecanismo de acción

La masticación se lleva a cabo gracias a la acción conjunta de los dientes, especialmente los molares, y la lengua. Los dientes trituran los alimentos mientras la lengua los mezcla con la saliva, que contiene enzimas digestivas como la ptialina, que comienza la digestión de los carbohidratos.[4]

Función y beneficios

  • Digestión inicial: La masticación aumenta la superficie de los alimentos, facilitando la acción de las enzimas digestivas.
  • Mejora de la salud dental: La acción de masticar ayuda a mantener la salud de los dientes y las encías al estimular la circulación sanguínea en la región bucal.
  • Regulación del peso: Una masticación adecuada puede ayudar a controlar el apetito y, por ende, el peso corporal.
  • Calidad de vida: La masticación eficiente puede mejorar la calidad de vida al facilitar una mejor digestión y absorción de nutrientes.[5]

Función de cada pieza dental

  • Incisivos: Son los dientes delanteros (cuatro en la parte superior y cuatro en la parte inferior) y son los primeros en entrar en contacto con los alimentos. Su función principal es cortar los alimentos en trozos manejables. Tienen un borde afilado y recto que facilita esta tarea.
  • Caninos (colmillos): Hay dos en la parte superior y dos en la parte inferior. Son los dientes puntiagudos que se usan para desgarrar y sujetar los alimentos. Tienen una raíz larga y fuerte para soportar la fuerza que se ejerce durante la masticación.
  • Premolares (bicúspides): Son ocho en total, cuatro en la parte superior y cuatro en la parte inferior, situados entre los caninos y los molares. Los premolares tienen superficies planas con cúspides que ayudan a triturar y desgarrar los alimentos. Combinan las funciones de los caninos y molares, ya que ayudan tanto en el desgarramiento como en la trituración de los alimentos.
  • Molares: Son los dientes más grandes y fuertes, y hay doce en total (incluyendo los cuatro terceros molares o muelas del juicio). Los molares tienen una superficie ancha y plana con varias cúspides que se usan para triturar y moler los alimentos en partículas más pequeñas, facilitando la digestión.[6]

Mecanismos neurofisiológicos de la masticación

La masticación es un proceso complejo que involucra una serie de mecanismos neurofisiológicos para coordinar las acciones de los músculos masticatorios y las estructuras sensoriales. Estos mecanismos son esenciales para la eficiencia y precisión de la masticación.

  • Nervios sensoriales: Los nervios sensoriales en la boca y la mandíbula envían señales al cerebro sobre la textura, temperatura y posición de los alimentos. El nervio trigémino es el principal responsable de transmitir estas señales al sistema nervioso central (SNC).
  • Centro masticatorio: El centro masticatorio en el tallo encefálico recibe las señales sensoriales y las procesa para coordinar las contracciones musculares necesarias para la masticación. Este centro está conectado con varias áreas del cerebro, incluyendo el neocórtex, que está involucrado en funciones superiores como la planificación y la toma de decisiones.
  • Neurotransmisores: Los neurotransmisores como la acetilcolina y la dopamina juegan un papel crucial en la regulación de las contracciones musculares durante la masticación. La acetilcolina, en particular, es esencial para la activación de los músculos masticatorios.
  • Efecto en el estrés y las funciones cognitivas: La masticación puede tener efectos positivos en el estrés y las funciones cognitivas. Algunos estudios sugieren que la masticación puede estimular áreas del neocórtex relacionadas con la reducción del estrés y la mejora de la memoria y el aprendizaje.[7]

Mecanismos neuroendocrinos de la masticación

La masticación no solo implica la acción de los músculos y nervios, sino que también está regulada por diversos mecanismos neuroendocrinos que coordinan la respuesta del cuerpo al proceso digestivo. Estos mecanismos involucran la liberación de hormonas y neurotransmisores que juegan un papel crucial en la regulación de la digestión y el apetito.

  • Grelina: Producida principalmente en el estómago, la grelina es una hormona que estimula el apetito. Durante la masticación, la producción de grelina puede aumentar, preparando el cuerpo para la llegada de alimentos y estimulando las señales de hambre.
  • Leptina: Producida por las células adiposas, la leptina es una hormona que ayuda a regular el balance energético al inhibir el hambre. Durante la masticación y la ingesta de alimentos, los niveles de leptina pueden influir en la sensación de saciedad, ayudando a regular el consumo de alimentos.
  • Insulina: Producida por el páncreas, la insulina es una hormona esencial para la regulación de los niveles de glucosa en la sangre. La masticación y la anticipación de la ingesta de alimentos pueden desencadenar la liberación de insulina, preparando al cuerpo para la absorción de nutrientes.
  • Colecistocinina (CCK): Producida en el intestino delgado, la CCK es una hormona que promueve la digestión al estimular la liberación de enzimas digestivas y la bilis. Durante la masticación, los niveles de CCK pueden aumentar, facilitando la digestión de los alimentos una vez que llegan al estómago.
  • Neurotransmisores: Además de las hormonas, los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina juegan un papel en la regulación del apetito y el placer asociado con la comida. La masticación puede activar la liberación de estos neurotransmisores, mejorando la experiencia sensorial y emocional de la ingesta de alimentos.[8]

Músculos involucrados en la masticación

La masticación es un proceso que requiere la coordinación de varios músculos en la mandíbula y la boca. Estos músculos permiten la trituración y mezcla de los alimentos, facilitando su deglución y digestión posterior.

  • Músculo masetero: Es el músculo principal de la masticación, situado en la parte lateral de la mandíbula. Su función principal es elevar la mandíbula, permitiendo la trituración de los alimentos.
  • Músculo temporal: Este músculo se encuentra en la parte lateral del cráneo y su función principal es elevar y retraer la mandíbula. Trabaja en conjunto con el músculo masetero para cerrar la mandíbula con fuerza.
  • Músculo pterigoideo medial: Ubicado en el interior de la mandíbula, este músculo ayuda a elevar la mandíbula y facilita los movimientos laterales necesarios para la trituración de los alimentos.
  • Músculo pterigoideo lateral: Se encuentra también en el interior de la mandíbula y es crucial para la protrusión (empuje hacia adelante) de la mandíbula y los movimientos laterales. Este músculo permite que la mandíbula se desplace hacia adelante y hacia los lados, movimientos necesarios para masticar.
  • Músculo digástrico: Este músculo tiene dos vientres (anterior y posterior) y está involucrado en la apertura de la mandíbula. Aunque no es un músculo principal de la masticación, ayuda a estabilizar la mandíbula durante el proceso.
  • Músculo milohioideo: Situado en el suelo de la boca, este músculo eleva el hueso hioides y ayuda en los movimientos de apertura de la mandíbula.

Coordinación muscular

La coordinación precisa de estos músculos es controlada por el sistema nervioso central, específicamente por el núcleo motor del nervio trigémino en el tallo encefálico. Esta coordinación asegura que los movimientos de la mandíbula sean eficientes y sincrónicos, permitiendo una masticación efectiva.[9]

Importancia clínica

Problemas en la masticación, como la pérdida de dientes o enfermedades de las encías, pueden afectar negativamente la digestión y la salud general. Es importante mantener una buena higiene bucal y tratar cualquier problema dental de manera oportuna.

Véase también

Enlaces sugeridos

Referencias

Fuentes

  • Fuentes, R., Farfán, C., & Arias, A. (2021). Características de la masticación: Una actualización de la literatura. International Journal of Odontostomatology, 15(4), 1-12. [10]. Consultado el 6 de diciembre de 2024.
  • Aguirre-Siancas, E. E. (2017). Bases neurocientíficas de la función masticatoria y su efecto sobre el estrés y las funciones cognitivas. Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 55(1), 1-10. [11]. Consultado el 6 de diciembre de 2024.
  • Kandel, E. R., Schwartz, J. H., & Jessell, T. M. (2013). Principles of Neural Science (5th ed.). McGraw-Hill. ISBN: 9780071390118.
  • Júnior, Freitas, A. C., Antenucci, Falcón, R. M., Almeida, De, E. O., Rocha, & Da, E. M. M. (n.d.). El sistema masticatorio y las alteraciones funcionales consecuentes a la pérdida dentaria. Acta Odontológica Venezolana, 46(3), 375-380. Consultado el 6 de diciembre de 2024. [12].
  • Avelina Tortosa Moreno. (s. f.). 15. Sistema nervioso_ Anatomía. Consultado el 6 de diciembre de 2024. [13]
  • Universidad Veracruzana. (s. f.). 16. Sistema Muscular. [14]
  • Netter, F. H., & Götzens García, V. (with Dalley, A. F.). (2001). Atlas de anatomía humana (2ª ed., 2ª reimp). Novartis. ISBN: 978-0-914168-86-7.