Memorias y reflexiones

Memorias y reflexiones
Información sobre la plantilla
Primera Edición - Año 1969.jpg
Libro de memorias.
PaísBandera de la Unión Soviética Unión Soviética

Memorias y reflexiones Libro que recoge las memorias del Mariscal de la Unión Soviética, Gueorgui Zhúkov. Su primera edición fue en 1969 en Moscú. Aunque abarca toda su vida, entre los lectores de su país y el extranjero, siempre ha despertado especial interés la etapa de su participación en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo sus valoraciones sobre diferentes desacuerdos con el máximo líder soviético en aquellos años, Iosif Stalin, generalmente relacionados con puntos de vista distintos acerca de la forma de desarrollar las acciones combativas.

La amplia divulgación de estas memorias está relacionada con que Zhúkov es considerado, por muchos, como uno de los jefes militares principales de la Segunda Guerra Mundial y el más importante en la victoria soviética sobre la Alemania nazi. La obra ha sido editada en múltiples ocasiones, incluyendo varias en el Siglo XXI.[1]

Título y traducciones

Edición cubana (1971)

El título en ruso «Воспоминания и размышлeния”, ha sido traducido al español casi siempre como “Memorias y reflexiones”. En Cuba, se editó el libro en enero de 1971 por el Instituto Cubano del Libro en la imprenta situada en Benjumeda 407, en La Habana. Esa edición contó con 25 mil ejemplares.

Pero, la edición cubana sustituyó la palabra “reflexiones” por “meditaciones”, de ahí que muchos cubanos de esa época, al consultársele o recordar sobre el libro, generalmente se refieren al mismo como Memorias y “meditaciones”. Lo anterior pudo estar relacionado con que la palabra rusa “размышлeния” puede traducirse también de esa forma y en esos años, miles de cubanos comenzaron a aprender el idioma al optar por becas de estudio en la Unión Soviética, lo cual pudo haber influido en la traducción al español para esa edición cubana.

No obstante, las consultas de diccionarios de ruso – español, aunque refieren que ese vocablo puede tener los dos significados mencionados en español, dejan claro que la primera definición es “reflexiones”, señalando como una segunda acepción “meditaciones”. Y las ediciones soviéticas y rusas, han utilizado la primera acepción de los diccionarios: “reflexiones”.[2]

Contenido de las memorias

Primera edición, dedicada por su autor a un veterano

Con respecto al contenido, el libro ha tenido variaciones y esto ha dado lugar a muchas especulaciones sobre partes que aparecían en el original y fueron omitidas cuando se publicaron las primeras ediciones.

La primera edición de 1969 tenía 21 capítulos y una Conclusión. En los años sucesivos, las ediciones mostraron cambios en el contenido y al llegar a la edición de 1991, aún en la Unión Soviética, se agregaron dos nuevos capítulos, que llegaron a 23, además de la Conclusión. También ha habido modificaciones en los nombres de los capítulos, de acuerdo con las ediciones.

En sentido general, el libro está dividido de la siguiente forma:

  • De la niñez y la juventud.
  • Servicio como soldado.
  • Participación en la guerra civil.
  • Dirección del batallón y la brigada.
  • En la inspección de la caballería del Cuerpo Ruso del Ejército Rojo y dirección de la 4ta división de caballería.
  • Dirección de 3ero y 6to cuerpos de caballería.
  • Guerra no declarada en Jaljin Gol
  • Dirección del Distrito Militar Especial de Kiev
  • Víspera de la Gran Guerra Patria.
  • Inicio de la guerra.
  • De Elnia a Leningrado.
  • La batalla por Moscú.
  • Continúan las duras pruebas (año 1942).
  • La derrota estratégica del adversario en el sector de Stalingrado.
  • La derrota de las tropas fascistas en el Arco de Kursk.
  • En las batallas por Ucrania.
  • Liberación de Bielorrusia y Ucrania.
  • Del Vístula al Óder.
  • La Operación de Berlín.
  • Capitulación incondicional de la Alemania fascista.
  • La Conferencia de Potsdam. El Consejo Aliado de Control en Alemania.
  • Conclusión.[3]

Entre las modificaciones a los nombres de los capítulos, se pueden mencionar:

  • En las primeras ediciones, las Conclusiones tenían además, un subtítulo: “De aquello, sin lo cual no pudo existir la victoria”, frase que después no apareció a partir de 1991.
  • También, había un capítulo relacionado con la derrota alemana en las regiones específicas de Kursk, Oriol y Járkov y que después se modificó el título, uniendo toda esa zona como el Arco de Kursk.
  • Otro capítulo se nombraba “La derrota de las tropas fascistas en Bielorrusia y su definitiva expulsión de Ucrania”, que en ediciones posteriores fue rebautizado de forma más general, eliminando la referencia a la expulsión de Ucrania, entre otros cambios.[4]
    Izvestia (23.11.1989)

Muchas de estas modificaciones de las diferentes ediciones, tuvieron como argumento que se había consultado el manuscrito original y que se había podido restaurar la redacción tal como fue escrita por Zhúkov, eliminando numerosas notas, objeciones y recomendaciones escritas por otras personas y que aparecían en dicho manuscrito, lo que había provocado que esas partes e ideas no se publicaran en las primeras ediciones. El 23 de noviembre de 1989, el diario soviético Izvestia, uno de los más importantes de su época, con el título de las “Páginas desconocidas de las memorias”, anunció la edición completa de las mismas, refiriendo que se haría siguiendo el manuscrito original, tal como lo redactó Zhúkov. Por ejemplo, el capítulo La Batalla de Moscú, fue agregado en la edición de 1990 a partir del texto original, según se afirmó en ese y otros artículos y reportajes publicados en diarios, aún en tiempos de la Unión Soviética.[5][6]

Manuscrito

En la preparación del manuscrito, el autor contó con la ayuda de Klavdia Evgenievna Semyonova. El mariscal también expresó su gratitud a otras personas.

"Los generales y oficiales de la Dirección Científico-Militar del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Soviéticas y del Instituto de Historia Militar, los Coroneles Nikita Efimovich Tereshchenko y Piotr Yakovlevich Dobrovolsky, los jefes de los departamentos del Ministerio de Defensa de la URSS, así como los editores de la Editorial de la Agencia de Prensa Novosti Anna Davidovna Mirkina, Viktor Alexandrovich Erokhin y todos los que prepararon mi manuscrito para su publicación. Quiero expresar un agradecimiento especial a Vadim Gerasimovich Komol por su gran ayuda creativa en la creación de este libro”.

La versión original del libro se conserva en el fondo del mariscal de la Unión Soviética G. K. Zhúkov de la Administración Militar Estatal Rusa. El capítulo sobre la Batalla de Moscú de este manuscrito fue publicado en 1994 en la colección del Archivo de la Ciudad de Moscú "G. K. Zhúkov en la Batalla de Moscú".[7]

Ediciones

En su país y su idioma original, ha tenido al menos, 15 ediciones. Entre las más significativas:

  • Primera edición – 1969, en un tomo y con 100 000 ejemplares. Esta edición se continuó publicando en los años siguientes, llegando incluso en 1970 a imprimirse 600 000 ejemplares.
  • Segunda edición – 1974, ya después de la muerte de Zhúkov, en dos tomos y con 300 000 ejemplares.
  • Quinta edición – 1983, fue la primera vez que se editó en tres tomos. Tuvo 100 000 ejemplares.
  • Décima edición – 1990, también en tres tomos. Tuvo 300 000 ejemplares. Fue la primera que se informó como corregida y completada de acuerdo con el manuscrito original del autor.
  • Posteriormente, se conocen de otras ediciones, en 1992 y 1995 en dos tomos. Y en 2002, 2010 y 2013, en tres tomos, todas sobre la base de la edición realizada en 1990.

Contenido

En sus memorias, Zhúkov hace un recuento de su vida, desde su niñez y juventud hasta el final de la Gran Guerra Patria, que es como se conoce en Rusia a la etapa de la Segunda Guerra Mundial en que la Alemania nazi invadió la Unión Soviética y esta tuvo que defenderse, impedir el avance alemán y finalmente contraatacar, que culminó con las tropas soviéticas en la propia capital germana imponiendo la rendición incondicional del ejército hitleriano.

Y en cada una de las etapas de su vida, trata de dar su evaluación de lo que narra.

Niñez

En el primer capítulo, refiere lo duro que era el trabajo en el ámbito campesino que le tocó vivir, siendo todavía un niño. Y describe cómo identificó por primera vez la injusticia:

"... De repente, algunos edificios de múltiples pisos de manera brillante aparecieron en la distancia. - Tío, ¿qué es esta ciudad? Le pregunté a un anciano de pie en el carruaje. - Esta no es una ciudad, chico. Esta es una fábrica de tejido de Naro-Foma de Savva Morozov. He trabajado durante 15 años en esta fábrica ", dijo con tristeza:" Pero ahora no trabajo ... cada vez, pasando por la maldita fábrica, no puedo mirar con calma a este monstruo que absorbió a mis seres queridos."[8]

Primera Guerra Mundial

Dedica momentos especiales a sus reflexiones sobre la Primera Guerra Mundial.

Al ser reclutado en 1915, el futuro mariscal no sintió mucho entusiasmo, "porque a cada paso en Moscú se encontraba con los desafortunados lisiados que regresaban del frente, e inmediatamente vio cómo los hijos de los ricos todavía vivían amplia y descuidadamente cerca".

En las memorias, se indica especialmente que el servicio en la caballería era percibido por Zhúkov con alegría, destaca que el entrenamiento estaba a un buen nivel, pero la desventaja era el abismo entre soldados y oficiales, la falta de unidad y la no motivación de los soldados para participar en la guerra:

Zhúkov describe la Guerra Civil que siguió a la revolución, de forma más cronológica, señalando que uno de los factores de la derrota inicial del Ejército Rojo fue su escaso entrenamiento, especialmente de reclutas y cadetes.

Y como uno de los resultados importantes en la victoria que finalmente logró en esa lucha el Ejército Rojo, el mariscal consideró la unidad del ejército y del pueblo y el papel dirigente que tuvo el partido en asuntos militares.

Período entre guerras

En este período entre las dos guerras mundiales, dedicó un capítulo a una confrontación importante y que sin embargo, es poco conocida fuera de Rusia. Él lo llamó la "Guerra no declarada en Jaljin Gol", refiriéndose a una serie de conflictos fronterizos entre Japón y la Unión Soviética ocurridos entre 1932 y 1939, cuando los japoneses ocuparon la zona china de Manchuria, como parte del expansionismo que promovían en esa época. Se registraron cientos de incidentes y aunque un gran número fueron menores, la situación se fue agravando con el uso por ambas partes de tanques, aviones y barcos militares. En medio de dicho contexto, en 1936 la Unión Soviética y Mongolia firmaron un acuerdo, mediante el cual se comprometían a ayudarse mutuamente en caso de agresión, lo que era significativo para defenderse del expansionismo japonés, porque esa región es fronteriza con ambos países. Y al mismo tiempo, dicho acuerdo supuso que cualquier ataque japonés a Mongolia, iba a tener una respuesta soviética.

En la Batalla de Jaljin-Gol (1939)

En el libro, Zhúkov refleja cómo en 1938, ante el agravamiento de la situación, es designado al frente de las tropas soviéticas y mongolas en dicha zona, donde el Imperio japonés había colocado a uno de los grupos más elitistas de su ejército. Finalmente, en agosto de 1939, se desarrolló la Batalla de Jaljin Gol, donde Zhúkov puso en práctica novedosas tácticas, que se diferenciaban de las técnicas clásicas de combate utilizadas hasta ese momento. Como resultado, en pocos días las tropas japonesas fueron derrotadas y debieron retroceder a sus antiguas posiciones, con una de sus peores derrotas en su historia, incluyendo la elevada suma de 18 500 bajas. Y Japón abandonó la idea de enfrentarse en solitario contra la Unión Soviética sin apoyo alemán. Por esta operación, Zhúkov recibió el título de Héroe de la Unión Soviética.

En esta parte de sus memorias, reflejó que el alto mando soviético no compartía en esa época las tácticas utilizadas por él en Jaljin Gol. La estrategia militar oficial se basaba principalmente en la afirmación (que él consideraba correcta) de que sólo las acciones ofensivas podían derrotar al agresor. Pero, Zhúkov opinaba que no se consideraban otras variantes de la lucha, como las batallas que se avecinaban, retiradas forzadas, batallas en condiciones de cerco, entre otras. Estaba convencido de la utilidad de las mismas, lo que incluyó en el libro y de cómo las volvió a utilizar en la decisiva Batalla por Moscú en 1941.

Gran Guerra Patria

La parte más divulgada de las memorias, tanto en Rusia como internacionalmente, son los capítulos relacionados con su participación en la Segunda Guerra Mundial y concretamente en la etapa a partir del 22 de junio de 1941, cuando la Alemania nazi invadió la Unión Soviética y esa parte de la historia es conocida en Rusia como la Gran Guerra Patria (1941-1945).

Al ser uno de los jefes principales del ejército soviético, Zhúkov jugó un papel fundamental en dicha etapa, además de sus condiciones personales y experiencia, que lo llevaron a cumplir misiones muy importantes y la mayoría de ellas, con resultados victoriosos.

El comienzo de la Gran Guerra Patria (1941-1945) ocupa la mayor parte de las memorias. En los capítulos dedicados al inicio de la guerra, Zhúkov habla repetidamente de su responsabilidad, incluyendo el corto periodo de tiempo (enero a julio de 1941) en que ocupó el cargo de Jefe del Estado Mayor General del ejército soviético:

"...También hay que reconocer que una cierta parte de la responsabilidad por las deficiencias en la preparación de las fuerzas armadas para el comienzo de las hostilidades recae en el Comisario del Pueblo de Defensa y en los empleados responsables del Comisariado del Pueblo de Defensa. Como ex Jefe del Estado Mayor General y el asistente más cercano del Comisario del Pueblo, no puedo eximirme de la culpa de estas deficiencias.

En sus memorias, incluyó varios momentos donde se pusieron de manifiesto sus diferencias de opiniones con Stalin, algunas de las cuales terminaron de forma nada agradable entre ellos. Generalmente, en el libro Zhúkov explicó su valoración acerca de por qué él mantenía sus criterios en esos momentos.

En la defensa de Kiev (1941)

Al describir la situación en torno a Kiev, en los primeros meses de la guerra, dejó reflejado en el libro que estaba convencido de que la mejor variante era evacuar dicha ciudad, concentrar las fuerzas y organizar un contraataque para eliminar la ofensiva alemana, que podía utilizar esa “cabeza de puente” para atacar Moscú. Pero, al informárselo a Stalin, éste le señaló que eso era una tontería y se cuestionó cómo se le había ocurrido rendir Kiev al enemigo. Como sus argumentaciones no lograron convencer al máximo líder soviético, Zhúkov terminó diciendo que, si pensaba “que el Jefe del Estado Mayor sólo es capaz de decir tonterías”, entonces no tenía nada que hacer en ese lugar.

La idea de Zhúkov se confirmó y al no evacuar de forma preventiva las tropas, más de medio millón de soldados soviéticos fueron hechos prisioneros en el rápido avance alemán de esa primera etapa. Dimitió del cargo de jefe de Estado Mayor y fue enviado al distrito militar de Leningrado para organizar la defensa de la ciudad. Y precisamente, fue bajo su dirección que se frenó el avance alemán en las afueras del sur de Leningrado en el otoño de 1941.[9]

La Batalla de Moscú a finales de 1941, Zhúkov la evaluó como una etapa esencial de la guerra y ha sido una de las partes del libro más divulgadas. Y es imposible analizar los recuerdos de esta parte de la guerra, sin prestar atención a sus discrepancias con la máxima dirección soviética en cuanto a cómo desarrollar las acciones combativas en determinados momentos. En el caso de la divergencia con Stalin en esos días cruciales en que defendía la capital, se debió a la orden del máximo líder soviético de pasar a contra ataques preventivos, idea compartida por el Mariscal Sháposhnikov, según le informó el propio Stalin en llamada personal. Pero, Zhúkov le expresó su desacuerdo, explicándole que no tenía suficientes fuerzas y que, en su opinión, debía utilizar las existentes en mantener la defensa de Moscú e impedir el avance alemán, en lo cual el ejército soviético había tenido éxito. Dicha conversación concluyó con la indicación del máximo dirigente de que, de todas formas, organizara los contraataques y comunicara el plan esa misma noche, después de lo cual, colgó.

A los pocos minutos, se le acercó el General Bulganin y le informó que Stalin lo había llamado para decirle que él y Zhúkov se habían engreído y que los iba a “meter en cintura”. La orden de Stalin fue cumplida, pero como reflejó Zhúkov en sus memorias, aquellos contraataques no dieron los resultados que esperaba el máximo líder soviético y lo argumentó:

"…el enemigo era bastante fuerte y aún no se había enfriado su andar ofensivo.”[10]

Al mismo tiempo, en el libro también reconoció cuando las órdenes del alto mando soviético eran acertadas, según su criterio. Como sucedió cuando el ejército soviético logró impedir la toma de Moscú y pasar a la contraofensiva. El alto mando ordenó modificar el método de ataques parciales que estaba realizando el Frente de Kalinin y ordenó a su jefe, el General Kónev, agrupar fuerzas y atacar al enemigo por su retaguardia. Orden que dicho jefe consideró no podía cumplir. Zhúkov valoró en sus memorias que la orden impartida por el nivel superior era acertada y que la idea del General Kónev contradecía el objetivo general. Y apoyó resueltamente ante Stalin la orden dada, cuando este lo llamó.[11]

El último intento de las tropas alemanas de tomar Moscú fue el 1 de diciembre de 1941, cuando inesperadamente rompieron las defensas soviéticas en Kúbinka y avanzaron hacia Moscú. Pero, fueron detenidos y los alemanes entonces dieron una vuelta y llegaron a Golitsino, una población situada a 45 kilómetros al occidente de la capital rusa, donde fueron derrotados con el saldo de más de 10 000 muertos y 50 tanques destrozados.[12]

Otro de los temas que profundizó en sus memorias fue desmentir las versiones de generales alemanes e historiadores que culparon al invierno ruso de la derrota nazi en su intento de tomar Moscú. Zhúkov explicó varios elementos:

  • En los días de noviembre de 1941 de la ofensiva general de las tropas hitlerianas, la temperatura de la zona de operaciones no era tan extrema, sino de 7 a 10 grados centígrados bajo cero.
  • La causa del lodo y los malos caminos por el clima (que supuestamente entorpecieron el avance alemán), duró relativamente poco tiempo en octubre de 1941, pues heló y nevó, el terreno en general se endureció y los caminos se hicieron transitables. De hecho, ya eran así, cuando ocurrió la ofensiva general alemana contra Moscú.
  • Por otro lado, Zhúkov ejemplificó cómo las mujeres moscovitas, sin preparación en estas tareas, hacían duros trabajos como cavar fosas antitanques, trincheras, cargaban grandes pesos, se les pegaba el barro a los pies y a las ruedas de las carretillas, haciéndolas mucho más pesadas, al igual que las palas con que trabajaban con sus manos femeninas.
  • Comparó que estas mujeres pudieran realizar estas tareas y sin embargo, los jefes alemanes justificaron que sus tropas, con una alta preparación, no pudieran hacerlo.
  • El otro argumento que explicó fue el número de fuerzas, porque la Alemania nazi logró concentrar en esa campaña una cifra muy significativa, más de un millón de hombres y a pesar de contar con todas esas tropas, no pudieron tomar la ciudad.

Estos ejemplos de su experiencia in situ en aquella campaña, le hicieron argumentar que no fueron ésas las causas de la derrota nazi al tratar de tomar Moscú. Y valoró que la dirigencia hitleriana planificó el avance sobre Rusia como un “paseo de solo unas semanas o pocos meses a lo sumo”. Por tanto, no fue el clima, sino lo que Zhúkov consideró como “errores políticos, estratégicos y militares de la cúpula fascista”. No tuvieron en cuenta:

"…la firmeza, la valentía y el heroísmo de las tropas soviéticas, a cuyas espaldas se encontraba su pueblo.”

En el libro, también analizó otro de los argumentos alemanes sobre su derrota y fue la decisión de Hitler de renunciar temporalmente a la ofensiva sobre Moscú y dedicar una parte de sus fuerzas hacia Ucrania. Al respecto, Zhúkov valoró que en caso de no haber sucedido esto, la situación para Alemania pudo haber sido peor de lo que fue en realidad, pues las fuerzas de reserva que el alto mando soviético asignó a la defensa de Moscú, hubieran podido dar un potente golpe por el flanco y la retaguardia del Grupo de Ejércitos “Centro” alemanes. Y recordó que este tipo de justificaciones no eran nuevas, pues Napoleón achacó al clima ruso su derrota y la muerte de 800 000 hombres.

En el libro, hace evaluaciones sobre los errores alemanes en la formación de sus agrupaciones de choque en esta campaña por Moscú. Consideró que “cometieron errores garrafales”, como no distribuir correctamente sus fuerzas, tener algunas débiles en sectores clave y no asestar un golpe en el oeste, a pesar de tener allí suficientes tropas a su favor. Por otro lado, analizó que el mando soviético pudo descubrir a tiempo la concentración de dichas fuerzas de choque y por tanto, determinar correctamente la dirección de los principales golpes del enemigo.

Siendo un alto jefe militar, entrenado en la dirección de tropas regulares, Zhúkov sin embargo, dedicó espacio en sus memorias a elogiar el papel de los destacamentos guerrilleros soviéticos. Sobre el tema, consideró que, en la campaña por la capital moscovita, estos destacamentos de fuerzas irregulares lograron desorganizar el abastecimiento de las tropas nazis y entorpecer el funcionamiento de sus órganos de dirección.[13] Afirmó que los hitlerianos, a pesar de la minuciosa preparación que hicieron durante mucho tiempo antes, sin embargo no calcularon que en la URSS tendrían que pelear en dos frentes: con el Ejército Rojo y con las potentes fuerzas guerrilleras.[14]

Zhúkov con jefes aliados en Berlín (12.7.1945)

Para Zhúkov, esta etapa de la guerra fue esencial, pues consideró que la derrota de los alemanes a las puertas de Moscú, proclamó al mundo entero el fracaso de los planes de Hitler respecto a una “guerra relámpago” con la URSS y marcó el comienzo de la derrota de las tropas fascistas alemanas. Y en el último capítulo, cuando narra sus vivencias en Berlín, ya después de la derrota nazi, refiere sus encuentros personales con soldados alemanes convalecientes en hospitales y atendidos por médicos soviéticos. Y trae a colación de nuevo, la batalla por la capital, al recordar la directriz que impartió Hitler para la conquista de Moscú:

”La ciudad debe ser rodeada de tal modo, que ningún soldado ruso, ningún habitante – sea hombre, mujer o niño – pueda abandonarla. Efectuar los preparativos para que Moscú y sus alrededores…sean anegados. Donde hoy está Moscú, debe surgir un mar que oculte para siempre…la capital del pueblo ruso.”

Después de citar lo que denominó “tan bárbara psicología”, dejó reflejado en sus memorias una personal valoración, que incluía una confesión. Reconoció “con franqueza”, que durante la guerra “estaba completamente resuelto a dar su merecido a los hitlerianos por su crueldad”. Pero, cuando los derrotaron y entraron en Alemania, contuvo su ira, pues señaló que sus convicciones no le permitían entregarse “a una venganza ciega”.[15]

En el libro, sentenció:

"Cuando me preguntan qué es lo que más recuerdo de la pasada guerra, respondo siempre: la batalla de Moscú.”[16]
Monumento a la entrada de la Plaza Roja (Moscú)

Aunque las memorias transcurren, lógicamente, a través de sus criterios y valoraciones personales, han tenido una amplia difusión en su país y el extranjero, porque el análisis de los sucesos en que participó, demuestra que estuvo en la dirección de momentos y etapas cruciales:

  • Organizó de forma exitosa la defensa de ciudades muy importantes: Leningrado, Moscú y Stalingrado, (en ese orden).
  • Participó en la planificación de varias ofensivas importantes, incluida la Batalla de Kursk y la Operación Bagration.
  • En 1945, comandó el Primer Frente Bielorruso; con el que participó en la Ofensiva del Vístula-Óder y en la Batalla de Berlín, que terminó con la derrota definitiva de la Alemania nazi y el final de la guerra en Europa.
  • En reconocimiento a su papel en la guerra, fue elegido para aceptar el Instrumento de Rendición Alemán.
  • Y fue el encargado de dirigir a las tropas durante el Desfile de la Victoria de Moscú de 1945. En este último, pasó a la historia por su desempeño en el desfile, montando un caballo blanco. En la actualidad, cerca de la entrada de la Plaza Roja, donde se realizó el desfile, hay un monumento a su memoria y es precisamente, la imagen del mariscal sobre un caballo.[17][18]

Opiniones sobre líderes aliados

Zhúkov incluyó valoraciones positivas y desacuerdos con diferentes líderes aliados, entre ellos, quizás los que fueron objeto de mayor atención en el libro, fueron el Primer Ministro británico Winston Churchill y el entonces jefe de Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, futuro presidente de ese país.

Sobre Churchill, consideró que sentía respeto por Stalin y además, temía establecer agudas discusiones con él. También, Zhúkov reflejó en el libro que, en varios encuentros, el primer ministro británico le prestó una especial atención hacia su persona, preguntándole por distintas batallas y demostrando su interés por conocer la opinión del mariscal soviético sobre el desempeño del Alto Mando de las tropas inglesas y de las operaciones realizadas por los aliados. E incluso, en una recepción presidida por los máximos líderes aliados, a diferencia del resto, Churchill no propuso su brindis por los otros presidentes, sino se lo dedicó a Zhúkov.[19] Al mismo tiempo, en las memorias criticó las posiciones antisoviéticas del líder británico, que las expresaba en público y en ocasiones, sus acciones encubiertas, como la de preservar el armamento nazi para poder usarlo contra la URSS.[20]

En el caso de Dwight D. Eisenhower, el libro recoge la alta valoración que el jefe militar norteamericano expresó, en varios momentos, sobre los aportes del ejército soviético en la guerra. Incluso, su conformidad cuando Stalin, en un encuentro en Moscú, afirmó que la guerra había costado caro “a todos los países beligerantes y sobre todo, a los soviéticos”. Y en varios encuentros personales, Zhúkov afirma que el jefe aliado “veía con compresión los duros sacrificios del pueblo soviético”.

Igualmente, sobre el real significado de la Operación aliada en Normandía, donde Eisenhower reconoció que “empezó en condiciones fáciles y transcurrió sin gran resistencia de las tropas alemanas”. Zhúkov comparó estas sinceras opiniones con las de otros jefes militares aliados y alemanes, que después de la guerra, publicaron libros engrandeciendo el papel de los aliados en la derrota nazi, e incluso, afirmando que las tropas norteamericanas habían sido quienes salvaron al ejército soviético en aquella contienda. También, contrastó las valoraciones de Eisenhower (entonces jefe militar) con películas de ese mismo país que representaban un adversario alemán mucho más fuerte que, lo que fue en realidad, en Normandía.[21] Y finalmente, el mariscal soviético reflejó el cambio de opinión y actitud, cuando se volvieron a encontrar diez años después, siendo Eisenhower Presidente de los Estados Unidos y “hablaba ya en términos completamente distintos que en 1945.[22]

Conclusión

En la Conclusión de sus memorias, además de ratificar su compromiso con la Revolución de Octubre, que él considera tuvo mucha importancia en su vida, hay otras dos ideas que se repiten entre los varios temas que trata:

  • La necesidad de no olvidar a los veteranos de la guerra y atenderlos con esmero.
  • Y que su conclusión es una conversación con la juventud. “Es muy importante que aprendan de nuestros errores y de nuestros éxitos”.

Y sentenció:

“Este libro es, posiblemente, lo último que me considero obligado a hacer”.[23]

En el cine

Las memorias han sido utilizadas en películas, sobre todo relacionadas con la Segunda Guerra Mundial y con el periodo denominado en Rusia como Gran Guerra Patria (1941-1945). Una de las más significativas en la historia del cine soviético fue “Liberación”, que es una película épica rodada entre 1968 y 1971, conformada por cinco filmes de larga duración y que hace un recorrido por esa etapa de la historia.

Filme “Liberación” (1968–71)
Filme “Liberación” (1968–71)
Filme “La Batalla de Moscú” (1985)
Filme “La Batalla de Moscú” (1985)

Su director, Yuri Ózerov, tenía la intención de que Zkúkov fuera el principal asesor de la película, pero según han publicado los medios rusos posteriormente, esta idea no tuvo el respaldo de la dirección estatal ni militar soviética de esos años. Incluso, hubo jefes militares veteranos de la guerra, que consideraron que no debían tomarse como referencia esas memorias, al opinar que exaltaban demasiado el papel de su autor. En este contexto, Zhúkov propuso al General Serguéi Shtemenko, también con experiencia en dicha epopeya. Y además, de forma extraoficial, el propio Zhúkov le entregó al director del filme un ejemplar de sus memorias recién terminadas.

El actor Mijaíl Uliánov fue invitado a interpretar al mariscal. Esta elección contó con la aprobación personal de Zhúkov, aunque el actor sólo lo vio una vez, y luego de forma esporádica. Para la trayectoria de Uliánov, representar a dicho personaje se convirtió en su rol más importante, que le marcó su carrera y que fue llamado después por otros directores para interpretar varias veces al legendario militar soviético.

La epopeya fílmica “Liberación” se filmó en colaboración con la República Democrática Alemana. Incluso, personajes importantes dentro del desarrollo de la trama, fueron interpretados por actores de otros países, como fueron los casos de Hitler y otros jefes nazis, encarnados por actores alemanes. Lo mismo sucedió con personajes que representaban a jefes de las guerrillas y futuros dirigentes de Europa del Este que habían peleado al frente de sus formaciones en sus respectivos países. Y los cinco filmes han sido ampliamente exhibidos en la Unión Soviética, los países del llamado campo socialista y en diferentes partes del mundo.

A pesar de la gran cantidad de personajes y de la enorme cifra de hechos históricos que se reflejaron en esa serie, finalmente el personaje de Zhúkov tuvo en el filme un peso importante. Y de hecho, en el cartel que se elaboró por la cinematografía soviética para promocionar la película, la imagen que apareció en el primer plano fue precisamente, del personaje de Zkúkov. El estreno de los filmes coincidió con las primeras ediciones de las memorias y con el posterior fallecimiento del mariscal, todo lo cual incrementó el interés sobre el libro en los diferentes lugares en que se iban proyectando las cinco partes de esta superproducción del cine soviético.[24]

Años después, en 1985, se realizó otro filme, que tuvo mucha divulgación en la Unión Soviética y que estuvo dedicado exclusivamente a la defensa realizada de la capital soviética. El libro fue utilizado en el guión de la película, que fue titulada precisamente con el mismo nombre que Zhúkov definió esa etapa en sus memorias: La Batalla de Moscú. Igualmente, para interpretar a su personaje, fue llamado al actor que se había hecho famoso 15 años atrás en “Liberación”, a Mijaíl Uliánov. Y el cartel promocional de la película, también tuvo como imagen de primer plano al mariscal, todo lo cual evidenció el reconocimiento a sus aportes y que sus memorias contribuyeron a divulgar, a pesar de las polémicas. [25]

Referencias