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Muhammad I

Muhammad I
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Emir nazarí de Granada
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Reinado 1238 - 20 de enero de 1273
Nombre real Ibn al-Ahmar (Alhamar)
Otros títulos Sultán de Arjona
Nacimiento 1194
Arjona (Taifa de Arjona)
Fallecimiento 20 de enero de 1273
Granada (Reino nazarí)
Predecesor Título creado
Sucesor Muhámmad II
Descendencia Muhammad II
Casa Real Banu Nasr

Muhammad I. Ibn al-Ahmar. Emir de Arjona y de Jaén fundador de la dinastía Nazarí en el Reino de Granada, llamado al-Andalus desde el S. VIII por sus antepasados.

Síntesis biográfica

Muhammad Ibn al-Ahmar nace hacia 1194 ó 95 en Arjona (Jaén) proveniente de una familia de agricultores, que afirmaba descender de uno de los seguidores del profeta Mahoma durante la hégira.

Hombre valiente, sencillo, con gran capacidad militar y muy religioso; inicialmente simultanea las labores agrícolas con la dirección de las operaciones militares para la defensa de la frontera e incursiones en territorio cristiano lo que le da prestigio en su ciudad natal.

Antecedentes

Después de la victoria de la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, los almohades pierden el control sobre el sur de la península ibérica y se repliegan al norte de África, dejando atrás un conjunto de desorganizadas taifas que fueron ocupadas por los reinos cristianos entre 1230 y 1264.

Inicialmente el reino de Granada comprendía las provincias de Granada, Almería y Málaga, más el istmo y peñón de Gibraltar; los recursos económicos dependían principalmente de la industria de la seda y del comercio exterior gracias a posición del importante puerto de Málaga en la ruta del Mediterráneo al Atlántico.

Sultán de Jaén

En 1232 tras la caída de Úbeda después de un duro asedio de Fernando III de Castilla, los habitantes de Arjona en Jaen, descontentos contra el emir de Murcia, Ibn Hud por sus continuas derrotas y los excesivos impuestos que éste imponía para pagar las treguas a los cristianos, proclaman sultán a Muhammad Ibn al-Ahmar que es reconocido oficialmente como señor de Arjona, además, conquista las plazas de Guadix, Baza, Jerez y su autoridad se extiende a Porcuna, Córdoba y Carmona que le prestan obediencia.

En 1233, Muhammad I establece su capital en Jaén tras anexionar la ciudad a sus dominios a petición de sus habitantes; anteriormente, la ciudad había sido sede de un estado independiente en dos ocasiones: en los reinos de taifa (s. XI) y también a mediados del s. XII durante diez años, en resistencia ante el avance de los poderosos señores del Magrib, los Almohades.

Para legitimarse, se pone bajo la obediencia del emir hafsí de Ifriqiya, Abú Zakariyya, y luego reconoce al califa abbasí Abú Yafar al-Mustansir de Bagdad.

En 1236, se reconoce vasallo y presta obediencia a Ibn Hud, que se había alzado en rebeldía contra el poder almohade y había sido nombrado gobernador de Al-Andalus por el califa abbasí, pero realmente este sometimiento sólo se manifestaba en la obligación de mencionar su nombre en el sermón de los viernes en las mezquitas; cuando en éste ano Fernando III de Castilla y León inicia el proceso de conquista de Córdoba, con la complicidad de Ibn Hud, la población andalusí estaba descontenta por la subida de impuestos para pagar al castellano y por los fracasos de Ibn Hud.

En 1238 Granada y sus habitantes se sublevan y matan al gobernador nombrado por Ibn Hud por haber expulsado de la ciudad a un prestigioso sabio, la sublevación es dirigida por el jiennense Ibn Abi Jalid, partidario de Muhammad y los granadinos envían una comisión para ofrecerle la sumisión de Granada y entregarle el poder, en mayo de ese año Muhammad entra en Granada y es proclamado emir.

Emir de los musulmanes

Ibn Hud es asesinado en Almería por el gobernador Ibn al-Ramimi que se adueña con el poder de la ciudad, Muhammad parte hacia Almería, la sitia y tras una negociación, Ibn al-Ramimi se rinde y abandona la plaza; por su parte, los malagueños se rebelan y entregan la ciudad al enviado de Muhammad I, con esta incorporación, el emirato nazarí de Granada alcanza, aunque por poco tiempo, la máxima extensión territorial que tuvo en toda su historia.

Ya sin rivales, Muhammad adopta el título de “emir de los musulmanes”, y desde la capital, inicia su propia dinastía en el llamado reino nazarí de Granada, sus éxitos, lo convierten en el máximo oponente musulmán frente a los cristianos y la esperanza para los musulmanes de reunificar al-Andalus.

Vasallo de Castilla

En 1242, expira la tregua acordada con Fernando III, Muhammad I reanuda las hostilidades realizando una incursión por Martos y Andújar y durante la misma se enfrenta y vence a Rodrigo Alfonso, hermanastro del rey castellano-leonés.

Desde agosto de 1245, Fernando III inicia un duro asedio a Granada, durante el periodo que Jaén era la capital del Emirato Nazarí, Muhammad había mejorado y aumentado sus fortificaciones hasta hacerla inexpugnable; cuando es atacada por el poderoso ejército de Fernando III resiste el asedio pero la población, estaba al borde de la muerte por inanición, por lo que en 1246 Muhammad decide entregar la ciudad al rey castellano-leonés y salvar a los habitantes. Muhammad es obligado a negociar un pacto de vasallaje con Castilla por veinte años , un pago de ciento cincuenta mil maravedíes anuales y la obligación de ayudar militarmente al rey de Castilla y a asistir a las cortes de Castilla cuando se convocaran, se declara vasallo de los castellanos para sobrevivir y lograr un periodo de paz que le permite fortificar las fronteras, consolidar el Estado, desarrollar su organización y lograr la supervivencia del Estado nazarí.

En septiembre de 1246, apoya al castellano-leonés en el asedio a Carmona y a Alcalá de Guadaíra, juntos conquistan las plazas de Jerez, Arcos, Vejer, Medina Sidonia, Sanlúcar, Rota y Cádiz.

Muhammad se instala en la fortaleza zirí de la Alhambra y se dedica a atender las nuevas necesidades urbanísticas que exigía el aumento de la población.

Muerte de Fernando III

Cuando en 1252 muere el rey castellano-leonés, el pacto de vasallaje se renueva con el nuevo rey Alfonso X de Castilla pero, en 1263, Muhammad I, preocupado con las ambiciones expansionistas de Alfonso X, comienza a fomentar la rebelión de la población mudéjar, ya descontenta por el endurecimiento de las medidas impuestas por Alfonso X sobre sus comunidades y pide ayuda al emir de los benimerines de Fez, Abú Yusu.

En 1264, las tropas meriníes cruzan el Estrecho, desembarcan en Tarifa y son acuarteladas en Málaga, al Alfonso X enterarse le prepara una emboscada pero fracasa y esta situación provoca la enemistad de los dos reyes.

Muhammad I incita a los mudéjares vasallos de Castilla a rebelarse contra el poder cristiano, se apoderan de unas trescientas villas y castillos de al-Andalus. El triunfo en Jerez, por tropas meriníes, arrastra a la rebelión a casi todas las poblaciones cercanas, Arcos, Medina Sidonia, Alcalá, Vejer, Puerto de Santa María, Lebrija, Sanlúcar, Rota y Lebrija. También, el reino taifa de Murcia y Ias ciudades de Orihuela, Galera y Moratalla se sublevan; con Abú Bakr, al frente de la rebelión y la ayuda del gobernador de Málaga, enviado por Muhammad.

En corto tiempo Alfonso X consigue recuperar Medina Sidonia, Jerez, Arcos, todas las poblaciones de la bahía de Cádiz y recupera algunas de las principales fortalezas de la frontera con el reino de Granada, como Osuna y en el verano de 1265, las tropas de Alfonso X, se instala entre Alcalá de Benzaide (Alcalá la Real) y Granada para ir contra la capital del reino nazarí ordena la quema de toda la cosecha de la Vega y Muhammad I no tiene otra opción que pedir una tregua. Alfonso X acepta porque debe sofocar la rebelión en Murcia pues Jaime I de Aragón había tomado, las plazas de Villena, Elda, Petrel, Elche, Orihuela y Lorca, a principios de 1266, Jaime I sitia la ciudad de Murcia y Muhammad I intenta socorrerla, pero al no conseguirlo la ciudad capitula en un mes y Jaime la entrega a Alfonso X y los murcianos renuevan el vasallaje a Castilla.

Fin de la rebelión de los mudéjares en al-Andalus

Aunque Muhammad I, había acordado con su pariente Abú l-Hasan Alí ben Asqilula repartirse el reino, no cumplió el acuerdo, en 1257, designa como herederos a sus hijos Yusuf y Muhammad, dejando sin oportunidad a los dos hijos del patriarca de los Banu Asqilula: Abú Ishaq Ibrahim y Abú Muhammad Abd Allah, para compensarles, casa a Abú Ishaq Ibrahim con su hija Mumina, lo nombra jefe del ejército y gobernador de la fortaleza de Comares y nombra jefes de Guadix a sus dos hijos, Abú l-Hasan Alí y Abú Muhammad Abd Allah, además casa a su hija Sams con Abú Muhammad Abd Allah y lo nombra gobernador de Málaga; en 1265, éste se subleva contra él junto a Abú l-Hasan Alí y Abú Muhammad Abd Allah, nietos de Muhammad I e hijos de Abú Ishaq Ibrahim pues veian amenazado el poder de su familia por dar el control del ejército a los benimerines.

Los rebeldes Asqilulas de Málaga piden ayuda de Alfonso X, que envía mil caballeros al mando de Nuño González, a finales de año, Muhammad I inicia el asedio a la ciudad de Malaga y al fracasar en 1267, temiendo un ataque a Granada de cristianos y rebeldes, Muhammad I le encarga a su hijo, el futuro Muhammad II, que negocie la paz con Alfonso X. En la paz que se firmó en Alcalá de Benzaide, el rey castellano se comprometió a retirar el apoyo a los Banu Asqilula a cambio de que Muhammad I renunciara a sus pretensiones sobre Jerez y Murcia, cediera cuarenta castillos y plazas amuralladas y pagara un tributo anual de doscientos cincuenta mil maravedíes, éste tratado de paz supuso el fin de la rebelión de los mudéjares en al-Andalus, pero ninguno lo cumplio, en 1272, Alfonso X decide atacar Granada.

Los nobles, que no sólo tenían tratos con Muhammad I, sino que también los tenían con el emir de los benimerines, decidieron retirarse hacia el reino de Granada asolando las tierras de Castilla y a su paso rechazan unas ventajosas ofertas de Alfonso X, firman un pacto de servicios con Muhammad I y entran en Granada siendo recibidos con grandes honores por el emir y ayudan al futuro Muhammad II, a atacar y a recuperar Antequera en manos de los Banu Asqilula.

Gobierno

Durante su gobierno, impone el orden público, persigue la corrupción y controla la recaudación de los impuestos logrando una hacienda saneada; escucha las peticiones de los súbditos, concede una audiencia general dos días a la semana, en las que también recibe a los embajadores y consulta a sus consejeros.

Legado

Entre las obras que deja se encuentra el inicio en 1238 de la construcción de la Alhambra, como nueva sede de su gobierno y residencia que es ampliada y embellecida por sus sucesores posteriormente.

Ademas legó a la dinastía su doble denominación a partir de dos de sus apellidos, Nasr y al-Ahmar: Banu Nasr (Nasríes o Nazaríes) o Banu l-Ahmar.

Legó el lema escrito en los muros de la Alhambra y en otras construcciones, objetos, libros, manifestaciones artísticas, etc.: Wa-la galib illa Allah (Solo Dios es vencedor), derivado de su laqab (sobrenombre honorífico) al-Galibbi-Allah: “el Vencedor por la gracia de Dios”.

Muerte

A los 77 años, fallece el 20 de enero de 1273, a consecuencia de la caída de un caballo en las afueras de Granada donde fue enterrado tras un reinado de 40 años.Le sucede su hijo Muhammad II.

Fuentes