Otto Meruelo

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Otto Meruelo
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NombreOtto Meruelo Baldarraín
Nacimientoentre fines de abril de 1919 y principios de abril de 1920
ciudad de Cienfuegos,
provincia de Cienfuegos,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento23 de abril de 2011 (91 años)
ciudad de Nueva York,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
ResidenciaLa Habana, y Nueva York
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
Educaciónsecundaria
Ocupaciónvocero de la tiranía batistana, capitán honorario de policía
Hijosvarias hijas

Otto Meruelo Baldarraín (Cienfuegos, 1919 - Nueva York, 23 de abril de 2011) fue un comentarista de radio y policía cubano, partidario de Fulgencio Batista. Con el triunfo de la Revolución (enero de 1959) fue condenado a 30 años de privación de libertad por los delitos de calumnia, delación, asesinato imperfecto e incitación al crimen. Solo cumplió 20 años de su condena, porque fue indultado y abandonó Cuba.

En los sitios estadounidenses se afirma que Meruelo estuvo preso por «delito de opinión».

Síntesis biográfica

En su adolescencia, en Cienfuegos, formó parte del Grupo Ariel (1939) junto con el escritor comunista Raúl Aparicio (1913-1970) y el político y economista comunista Carlos Rafael Rodríguez Rodríguez (1913-1997) y el caricaturista comunista Juan David-Posada (1911-1981).

Se mudó a La Habana, y en 1952 logró introducirse en el mundillo de la dictadura batistiana (1952-1958). Nunca necesitó estudiar ni obtener título de periodista: sin ser colegiado, Meruelo tuvo un programa de televisión durante varios años, denominado Por Cuba, desde el cual de manera sistemática defendía al gobierno de Fulgencio Batista y difamaba, calumniaba, amenazaba de muerte e incitaba al asesinato de todo opositor al régimen.[1]

Participó con armas largas en varios asesinatos y en torturas contra hombres y mujeres revolucionarios.

Por sus crímenes, la dictadura batistiana lo nombró «capitán honorario de policía».

En la oportunidad en que yo estaba escondido en la Asociación de Repórters, debido a la persecución de Ventura, Otto Meruelo me dedicó una transmisión completa. Fue un acto de delación, pues él sabía dónde me ocultaba. Ventura no tuvo tiempo de cogerme, pues pude salir de Cuba, escondido en la bodega de un barco.

El profesor José Luis Galbe, de la Universidad de Oriente, refiere que Meruelo produjo una denuncia contra los cuarenta catedráticos de dicho centro docente, señalándolo como «una cueva de comunistas», y que denunció falsamente ante el BRAC que Galbe y Juan Chabás eran «rojos», lo que produjo la muerte al último, en virtud de padecer del corazón.

Yo no tuve polémica alguna con ese señor. Lo que hizo fue delatarme. No es un polemista sino un delator. Incitaba al crimen y ha hecho más daño que muchos asesinos de los que tenía Batista a su lado... En aquella ocasión me presenté yo mismo al BRAC, y el teniente Castaño me estuvo interrogando durante cuatro horas. Al final me dijo: «Yo no lo hubiera citado, pero no me quedaba más remedio, después de la denuncia formulada contra usted por Otto Meruelo».

Juicio en 1959

Otto Meruelo fue juzgado por los tribunales revolucionarios en abril de 1959.[1]

Era el 31 de diciembre de 1958, y, como otros batistianos connotados, Otto Meruelo Baldarraín acudió a la residencia presidencial de la Ciudad Militar de Columbia a fin de celebrar el Año Nuevo. Quizá la suerte lo ayudara y pudiera hacer un aparte con el dictador, escucharlo de cerca, chocar su copa con la suya. Pero el tiempo pasaba y el mayor general Fulgencio Batista, inmerso en los trajines secretos de la fuga, no aparecía. De cualquier manera, el ambiente no estaba para fiestas y Meruelo decidió volver a su casa.[2]
—Vengo con un dolor de cabeza terrible. Me voy a mi habitación. No me moleste ni aunque me llame el Presidente de la República —dijo a su «sirvienta» en cuanto llegó a su domicilio de 3ra. esquina a 18, en Miramar. Fue un error enorme. Un error del que no se cansó de arrepentirse durante el resto de su vida.

En el juicio (Causa 351 de 1959) efectuado en la Fortaleza de la Cabaña, actuó como acusador el comandante Juan Nuiry. Una larga crónica sobre el interrogatorio a Otto Meruelo apareció en la sección En Cuba de la revista Bohemia.[1]

En el juicio se demostró que no sólo cumplió el deleznable papel de vocero televisivo de la dictadura, sino que actuaba como agente policíaco represivo. Tenía el grados de «capitán», un automóvil con chapa oficial, participaba en interrogatorios a revolucionarios detenidos en los cuarteles y llegó incluso a utilizar su programa para delatar el paradero de opositores al régimen. En una ocasión, por ejemplo, supo que un revolucionario estaba escondido en la Asociación de Repórters de La Habana, debido a estar perseguido por el coronel Ventura Novo, y a través de su programa de televisión, Meruelo convocó a las fuerzas policiacas a «darle muerte en su madriguera». Ese revolucionario, quien compareció en el juicio, había abandonado ese lugar minutos antes de que se apareciesen allí las fuerzas de Ventura.[1]

La testigo Aida Pelayo, a nombre de las mujeres martianas, acusa enérgicamente a Otto Meruelo como «responsable directo de las muertes de Gerardo Abreu Fontán, Oscar Alvarado y otros muchos revolucionarios».[2]

No se logró demostrar ningún asesinato, por lo que Otto Meruelo fue condenado a solo 30 años de prisión.[1]

Su esposa y sus hijas recibieron una pensión de la Seguridad Social, y se dice que él, en la cárcel, trabajó como maestro. Cumplió 20 años de su condena, y en 1979 o 1980 fue expulsado a Estados Unidos. Se desconoce qué fue de su vida a partir de entonces fuera de Cuba.[2]

Fuentes