Ousman Umar

Ousman Umar
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Estudió Relaciones Públicas y Márketing y un máster en Cooperación Internacional y dirige la ONG Nasco.
Nombre completoOusman Umar
NacimientoDesconocido
Bandera de Ghana
OcupaciónDirige la ONG Nasco
NacionalidadGhanés
Obras notablesViaje al país de los blancos


Ousman Umar. El ghanés llegó a España con 17 años y pensó que con ello había cumplido su sueño vital, alcanzar Europa.

Resumen Biográfico

“…Mi nombre es Ousman Umar. Sé que nací un martes, no sé de qué mes ni de qué año porque en mi tribu eso no importaba. Crecí en la sabana africana. Caminaba siete kilómetros para ir a la escuela. Mi vida era feliz y sencilla, hasta que un día, entre juegos, vi un avión volar. Desde ese momento quise ser piloto, ingeniero, todo menos negro. La curiosidad por conocer el mundo me empujó a hacer un viaje sin retorno hacia el País de los Blanco.

Un pequeño pueblo de Ghana lo vio nacer. Las carencias de la comunidad en la que vivió marcaron su existencia y fueron decisivas para lo que hizo más tarde. A los 9 años fue obligado a madurar y a vivir en su comunidad como un hombre: debió aprender el oficio de soldador y a los 13 dejó su tierra natal convencido de que "el Paraíso" del que le habían hablado (Europa) existía y él quería estar ahí. A los 13 años cruzó el Sahara a pie, el mar en patera y vio morir en el camino a casi todos sus compañeros de viaje. De 46 sólo sobrevivieron seis. Soñaba con ser blanco.

“…Me fui hacia Níger, donde empieza el desierto del Sahara. Allí caí en las manos de la mafia. De las 46 personas que salimos, conseguimos llegar a destino 6 de ellos", relata sobre el inicio de la etapa más trágica de su vida.

Pasó por Libia, donde esperó 4 años: trabajó duro para el anhelado viaje. Vivió en ghettos, tras horas de trabajar sin descanso juntaba dinero con el que pagaba a la mafia lo que le pedían para llevarlo a Europa. Lo estafaron. Finalmente llegó a España y comenzó su nueva vida. Pasó por Fuerteventura siguió por Málaga y por fin arribó a Barcelona, No se rindió y a los 17 años tuvo otro tipo de graduación, no la del estudio sino que logró su gran meta: llegó a Barcelona. La emoción de estar en una nueva ciudad lo colmó y finalmente tantas penurias cobrarían otro significado. Una vez más, las cosas no fueron cómo se las habían contado. Al menos no al principio. Durante meses durmió con lo puesto en una plaza. Las primeras miradas le decían que nada de lo que buscaba estaba allí.

Llegada a Barcelona

Por fin arribó a Barcelona, donde inició sus estudios universitarios y la formación de la ONG Nasco Feeding Minds, en 2012. Debió pasar un tiempo hasta que, finalmente, logró estabilizarse, pero no sin recordar cada uno de los largos días en los que el desierto fue su enemigo. Lo relata con total emotividad en Viaje al país de los blancos. El 24 de febrero de 2005 el niño que decidió su futuro al ver por primera vez un avión llegó a Barcelona, "el Paraíso", como define a la ciudad en la que vive desde ese día. Lo que siguió fue el inicio de la vida que anhelaba y un encuentro casual lo hizo creer en los milagros. Mientras caminaba atemorizado por las calles de Barcelona se topó con personas a las que le habló en su lengua. No lo entendían. Recordó algunas palabras en inglés y así logró apenas comunicarse. Alguien le dijo: "Habla con esa señora, ella te ayudará", mientras desesperado y con hambre buscaba ser asistido. Se acercó a la mujer señalada que, al no entender al chico, tomó su celular y llamó a su marido para que lo tranquilizara. La mujer era Montse y el hombre del otro lado del teléfono, Armando. Ella no tenía que estar allí. Un trámite ocasional y la imposibilidad de usar ese día su automóvil la obligaron a ir hasta el municipio Navas en transporte público. "Ella me llevó a un bar cercano y me invitó a desayunar", recordó el momento en que sin saberlo conoció a quien lo recibió primero como familia de acogida y que más tarde se convertiría en su madre adoptiva.

Ventanas al mundo

Aprendió castellano y catalán, informática, hizo el Bachillerato y la Selectividad, y todo en un tiempo récord. “Me apuntaba a todo lo que podía. Lo he aprendido todo en 10 años”, afirma. Empezó la carrera de Química en la Universitat de Barcelona. “Quería saber si la magia existía”, confiesa. Pero solo cursó dos años. En parte, porque encontró relativamente la respuesta que buscaba; en parte, porque los problemas laborales lo hicieron insostenible. Ousman Umar estudia un grado de Comunicación y Márketing, porque cree que es una herramienta fundamental para sacar adelante su otro gran sueño. Ese otro reto se llama Nasco ICT y es una ONG que fundó en 2012 junto a su hermano, estudiante de Ciencias Políticas en Ghana. El objetivo: acercar la informática a los estudiantes ghaneses. “Siendo un chaval hacíamos siete kilómetros cada día para ir a la escuela. Cuando volví a mi pueblo en 2012, seguían haciendo lo mismo. No tienen facilidades y se esfuerzan por estudiar. ¡Imagínate si se lo facilitásemos! Solo necesitan un empujón”, sostiene el joven ghanés. “En ese viaje me di cuenta de que en las aulas faltaban ordenadores: serían una herramienta preciosa para acceder a toda la información que necesitan”.

Nasco ICT

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Fundó Nasco ICT, aunque el espíritu de la organización se ha ido modificando, en una primera acción solidaria, Ousman tomó 12.000 euros de su propio dinero para comprar 45 ordenadores y enviarlos a su tierra. Pero no era exactamente lo que quería. “Comprar el material no es sostenible. En Occidente hay un exceso de equipación y esos equipos allí (en Ghana) todavía podrían ser útiles”, explica. Por eso ahora busca el apoyo de empresas que renuevan su equipamiento informático para darle una nueva vida en colegios rurales ghaneses. “Para los estudiantes es una oportunidad. Para las empresas, responsabilidad social corporativa. Y, para el medio ambiente, reducción de los desechos informáticos”, comenta satisfecho. La ONG exige a las empresas con las que colabora un compromiso que hace sostenible el proyecto y que aumenta su impacto. Las compañías deben donar sus ordenadores y sufragar el traslado, pero además deben garantizar cinco ordenadores más al año para reponer los donados y becas a los tres mejores estudiantes para facilitarles su acceso a la universidad. “Les damos la oportunidad de deshacerse de sus ordenadores viejos y de cumplir con su responsabilidad social corporativa, al mismo tiempo. Además, pueden ofrecer a sus trabajadores una experiencia de turismo solidario en la que ven el efecto de su colaboración”, cuenta el responsable de la iniciativa. Con esta fórmula, Nasco ICT, ha conseguido montar desde 2012 tres aulas de informática y una biblioteca, en centros escolares de Sawla, Tuna y Wa, tres localidades del noroeste de Ghana. En total casi 6.000 alumnos se han beneficiado de estas instalaciones. Y ahora, uno de ellos está a punto de terminar su formación universidad como profesor y será contratado por la ONG para gestionar las aulas. Las aulas han incrementado la asistencia a la escuela y han mejorado el acceso a la universidad de los beneficiarios. Además, la influencia en los 5.800 alumnos supone un impacto indirecto en un número mucho mayor de miembros de la comunidad. “Intentamos transmitirles que su futuro depende de ellos, que serán lo que quieran ser”, sentencia.

Viaje al país de los Blancos

Libro que refleja la odisea de un joven que arriesgó su vida por un futuro mejor.

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Crítica

Esta es la historia autobiográfica del impresionante viaje de un niño ghanés, Ousman Umar, que se ve obligado a atravesar el infierno del Norte de África, camino del “paraíso de los blancos europeos”, Viaje al país de los blancos. Dice Helena Torroja: No he leído en años una historia real tan maravillosa como esta. Tuve la suerte de oírla de su propia voz hará un año. Desde el primer momento supe que tenía delante un hombre extraordinario. La vida de Ousman es toda ella un gran mensaje, creíble y verdadero porque todo su ser, lleno de vitalidad, así lo transmite.

Fuentes