Parque José Martí en Palma Soriano

Parque José Martí.
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Parque Martí Palma Soriano.jpg
Nombre del Autor:Umberto Dibianco
Ubicación Geográfica:Palma Soriano. Santiago de Cuba.

El Parque José Martí de Palma Soriano: reconocido Monumento Nacional de significativa connotación estrechamente vinculado con el itinerario post-morten de José Julián Martí Pérez, Héroe Nacional de Cuba, ya que entre los días 25 y 26 de mayo de 1895 descansaron sus restos en este municipio en su paso hacia Santiago de Cuba.

Historia

Desde la fundación de Palma Soriano en 1775, se destinó el terreno que hoy ocupa para la construcción de una plaza que sirviera de distracción a sus habitantes. Durante muchos años, debido a la poca importancia de la población, la plaza sirvió para que en ella pastaran los animales que merodeaban por el pueblo y también como campo de ejercicios militares para las tropas españolas. En el año 1880 se sembraron dos hileras de salvaderas, trazando así un paseo de circunvalación, pero como no había asientos y el pavimento seguía siendo el natural, con el consiguiente crecimiento de hierbas, el pueblo no lo utilizaba más que para acortar camino de una calle a otra.

En 1894, pese al descontento que existía entre los vecinos del pueblo, especialmente entre la juventud de la época que no estaba conforme con el gobierno español, se organizó un acto Taurino, esto es, una corrida de toros, que resultó un gran acontecimiento, tanto por los novillos que presentaron, como por los lidiadores: todos jóvenes palmeros. El acto tuvo lugar en la Plaza de Armas (hoy, parque José Martí) organizado por Don Eduardo Vázquez, cacique de Palma Soriano, tronco de antigua y estimada familia. Muy pocos años después el Teniente Coronel D. Cesáreo Ruiz Valero, con el objeto de evitar el pastoreo de animales, mandó a cercarlo con postes labrados y alambre liso y ordenó construir la única acera de piedras que existía por la calle Real (hoy Martí), cerca y acera que no tardaron mucho tiempo en volver a la forma anterior hasta el advenimiento de la república.

Nace el parque Martí

En 1898, al concluir la guerra, fue celebrada con grandes demostraciones de júbilo la entrada del escuadrón “CUMANÁ”, del general Cebreco, proporcionando un gran acto de cubanía y de patriotismo en el mismo lugar que tres años atrás se exhibía por los españoles el cadáver de José Martí . Prácticamente todos los vecinos estaban reunidos allí, donde hablaron los oficiales mambises Arístides García, Jorge Puente y Federico de las Cuevas. La Plaza de Armas quedaba bautizada como parque del Apóstol José Martí. En 1905, siendo alcalde de Palma el comandante Arístides García, construyó un muro en sus cuatro lados, se derribaron las salvaderas y se niveló el terreno. Al término de estos trabajos se instalaron 16 bancos de madera y 4 farolas de petróleo, una en cada esquina.

En el mes de julio de 1909, se instala mediante el permiso correspondiente un ferrocarril en miniatura en el parque Martí, propiedad del Sr. Mariano Berland, el que hacía las delicias de los niños que no se cansaban de dar vueltas en el trencito. Cada quince días el señor Mariano Berland ofrecía la recaudación a beneficio del parque Martí que entonces era de tierra; en diciembre de 1910 se constituyó un comité “pro-parque Martí” con el fin de colectar algunos fondos para la pavimentación y embellecimiento; se logró con gran éxito, ya que a los pocos días el tesorero de este comité, señor Eduardo Vázquez, informaba que ya tenía $ 1,399.40. Esta colecta se realizó entre vecinos y comerciantes, siendo la firma Fiol y Hnos la que encabezaba la colecta con $200.00.

El trazado de la obra la hizo el agrimensor Sr. Manuel Ibarra y la contrata el Sr. Jaime Miró. El total de donantes fue de 77, incluyendo la del párroco P. Ramos con 10 pesos. Los documentos acreditativos obran en el archivo del Sr. Eduardo Vázquez, recibiéndose los trabajos el 29 de noviembre de 1910. Aunque con este dinero no se pudo terminar su pavimentación, se embelleció bastante, siendo visitado por las noches por la juventud de la época. Los trabajos del parque fueron: un paseo de circunvalación con piso de lajas, calles transversales desde cada una de las cuatro esquinas y desde las medias cuadras, de manera que los espacios entre ellas formaran triángulos con el vértice hacia el centro, para utilizarse como jardines; en el medio una rotonda.

Se colocaron bancos de madera con espaldar en los paseos y se dotó de alumbrado eléctrico. Era costumbre anunciar por una valla portátil, recostada a la lámpara del parque, la película que ofrecía el teatro Martí, que era de madera y zinc, propiedad de los empresarios Boda y Carbonell; este teatro luego fue “Principal”, después “Lupita” y hoy “Liberación”.

El monumento al Apóstol

El 6 de mayo de 1910 el periódico “El Cubano Libre” informaba: “Mañana empezará a recorrer todas las poblaciones de la República el Sr. José Rafael Estrada, Concejal del Ayuntamiento de Palma, en solicitud de donativos para la suscripción por él iniciada, con destino a la creación de un monumento a Martí, en el campo de Dos Ríos”. A partir de ese momento el ritmo de los acontecimientos fue acelerado, las recaudaciones permitieron entonces contratar el proyecto y la ejecución del monumento en Italia, tal como se acostumbraba en aquella época.

Pasado algo más de un año el referido periódico daba a conocer la llegada al puerto de Santiago de Cuba, procedente de Carrara, Italia, del monumento a Martí y comentaba acerca del suceso: “Dicho monumento, todo de mármol, viene dividido en 45 bultos o cajas de embarque, ha sido hecho por el escultor Umberto Dibianco, y su costo asciende a la suma de $5,000.00. Todo apuntaba a una culminación feliz de la empresa, sin embargo el 29 de enero de 1912, el Alcalde de Palma, Sr. Gerardo Gómez Ajá, informaba al Gobernador Provincial, que en visita efectuada a la casa de Estrada, había visto allí las cajas contentivas del monumento, y que éste le había informado: “Que tiene el propósito de gestionar en estos días lo que le hace falta para terminar la mencionada obra y que no ha llevado ya el referido monumento a “Dos Ríos”, porque materialmente no hay caminos para ello, y mientras éstos no se compongan, es sumamente imposible verificar la conducción mencionada, pues las cajas eran sumamente grandes y pesadas y que había resuelto protegerlas con encerado para evitar deterioros hasta tanto se verificara su traslado”.

Fue a partir de entonces, que tomó vuelo el interés demostrado por diversos sectores de las clases vivas, de dotar al parque Martí de un obelisco ,que recordase la estancia temporal en él de los restos del Apóstol en su traslado a Santiago de Cuba. Las grandes cajas de madera, permanecieron en los portales de la residencia particular de José Rafael Estrada, en Maceo y Donato Mármol, durante varios meses; allí recibía Don José Rafael visitas de periodistas y amigos, tratando de convencerlo para que “accediera a emplazar el monumento en el parque Martí de esta ciudad, porque luciría mejor en el parque, etc., etc.,…”. Al cabo de varios meses, comprendiendo las razones de amigos y martianos, accedió a que fuera emplazado en el parque Martí. El 25 de agosto de 1912, el Capitán del Ejército Libertador, abogado y notario público Arturo Villalón Morales, redacta el acta notarial, referente a la colocación de la primera piedra del monumento a Martí en el parque que lleva su nombre, a requerimientos de José Rafael Estrada, Presidente del Ayuntamiento.

Designado el General Jesús Rabí por los veteranos para “descorrer el velo” del monumento, llegó a Palma el día 19 de mayo, donde fue esperado y ovacionado por el pueblo, junto a sus acompañantes Heliodoro Rabí, Leonardo Pacheco, Ángel Urbina y Evaristo Almenares. Se dió inicio a las actividades a las 8:00 PM del 19 de mayo con una retreta fúnebre en el parque, donde estaba reunida la población, que esperó hasta las doce para izar la bandera. A las 4:00 AM del día 20 de mayo de 1913, tal como estaba concebido por el Gobierno Municipal, la orquesta local con el director Ángel Peralta Téllez al frente, recorrió diferentes calles interpretando obras de su repertorio.

Todos los vecinos fueron activos participantes de aquel programa. Las escuelas públicas y privadas marcharon por las calles y se concentraron en la plaza. Subió a la tribuna Rafael Estrada, quien reseñó sobre el monumento ,y acto seguido el General Rabí lo “descubrió”; de inmediato se colmó de flores. Hablaron luego el Licenciado Gonzalo Manet y el Dr. Villalón. A las 3:00 PM desfilaron los veteranos frente al monumento, encabezados por el General Rabí, que según se cuenta concentró su mirada en el Apóstol. Luego de esta patriótica ceremonia el pueblo disfrutó de las festividades, en las que volaron globos y fuegos artificiales. A partir de entonces puede verse en el parque Martí, este llamativo monumento, cuyo carácter funerario extraña y motiva a los que desconocen que su destino era “Dos Ríos” y el azar lo llevó allí.

Características del monumento

Este monumento se corresponde con la escuela italiana de escultura de principios del Siglo XX, que tanta incidencia tuvo en Cuba y en consecuencia en la región oriental; el mismo forma parte de los proyectos encomendados en ese período para señalizar y embellecer sitios de altos méritos históricos. De una técnica depurada, donde sobresale la calidad de la talla y la maestría en los detalles, el ya mencionado escultor Umberto Dibianco sintetizó en imágenes lo que debió haber recibido en memoria descriptiva y fotografías. El monumento, todo en mármol de Carrara, está compuesto por un obelisco de 9 metros de altura y un grupo escultórico que le antecede en su frente.

Una amplia plataforma integra estas dos partes: la primera constituye una superposición de un pedestal moldurado, donde aparecen en algunas de sus caras inscripciones explicativas y uno de los versos sencillos. Sobre esta base le continúa un amplio tambor coincidente con el busto del Apóstol colocado con una placa rotulada con su apellido, Martí, por encima y rematando el obelisco existe una pirámide conmemorativa de sección triangular, y ranurada sistemáticamente, que imita bloques o sillares superpuestos, decorada cada una de sus caras por orlas entrelazadas.

El grupo escultórico está conformado por tres figuras interrelacionadas por su disposición y actitudes. La idea central de dolor y veneración al héroe caído se refleja aquí en símbolos, al aparecer la Madre Patria – con todos sus atributos – depositando flores, y al soldado, rodilla en tierra, respetuoso y entristecido, dejando caer suavemente la bandera sobre la urna funeraria.

Su expresividad asimila consecuentemente la solicitud martiana que aparece inscrita en la placa frontal: “Yo quiero cuando me muera sin Patria pero sin amo tener en mi losa un ramo de flores y una bandera”. El resto de las inscripciones dan fe del nacimiento y muerte del héroe, así como significa: “Este monumento se ha erigido a expensas del pueblo de Cuba, con fondos recolectados personalmente y en peregrinación patriótica por el Sr. José Rafael Estrada”. El monumento del parque Martí, recuerda la triste noche del 25 de mayo, cuando la Patria ensombrecida en el status colonial sufría ante la pérdida de uno de sus prominentes hijos. Esta realidad de ayer, sirve hoy, más que para dar continuidad al pesar de aquellos días, para mantener vivo su pensamiento, fuente inagotable y provechosa en la que las nuevas generaciones encontrarán siempre mucho que aprender y hacer por el bien de nuestro pueblo.

Detalles de las características del monumento, vistas por el autor

  1. La Madre Patria, porta un escudo con los símbolos patrios de Cuba, pero la estructura del escudo no es la que tiene nuestro Escudo Nacional, más bien parece un escudo romano.
  1. El osario tiene en su parte central unas alas, que no se puede distinguir si son de un águila, porque en el centro hay una figura que parece un reloj de arena, y por arriba la bandera que porta el soldado descansa suavemente sobre el osario, tapándolo.
  1. El soldado viste un uniforme y gorra que tiene en su mano derecha, que no es un uniforme mambí, ni español; tiene terciado a la espalda una cartuchera y en la izquierda la bandera que deposita suavemente sobre el osario.
  1. El monumento por la parte norte, que da a la calle Maceo, no tiene grabado nada.

Embellecimientos al parque Martí y costumbres

En abril de 1914, siendo Alcalde el Sr. Valero Fernández Ochoa, se hizo una ampliación a los paseos y alguna otra reforma, como instalación de farolas ornamentales. En 1915 al contar el Ayuntamiento con mayor presupuesto y por iniciativa de su Alcalde, el Capitán del Ejército Libertador Valero Fernández Ochoa, se terminó de pavimentar el parque Martí. En 1918, con motivos de la fecha del 20 de mayo, el Alcalde Municipal confecciona un programa de festejos que entre otras cuestiones, tenía: toque de diana mambisa y desfiles escolares, llegando hasta el parque Martí y depositando flores, tanto los educandos como las autoridades, en el monumento que allí existe del Apóstol.

En 1924 era Alcalde de Palma Soriano el Dr. Juan Bautista Viñas González; en la mañana del 24 de febrero, después de tocarse diana mambisa se celebró un desfile escolar a través de varias calles, llegando hasta la estatua del Apóstol Martí, en el parque que lleva su nombre, depositándose flores por alumnos, maestros y veteranos de la independencia. Pocos días después la Cámara Municipal celebraba su primera sesión en el nuevo palacio y entre otros acuerdos se informa de un crédito de $6,000.00 para el embellecimiento del parque Martí. En 1928, el Alcalde Juan Bautista Viñas González, anuncia la pavimentación de las calles que componen el cuadro del parque Martí.

El parque Martí sitio obligado de reuniones

El parque Martí, al estar en el centro de la ciudad, ha sido siempre escenario de acontecimientos políticos y sociales. Allí en diferentes épocas han tenido “dueños” los diferentes bancos que hay situados alrededor del parque. Los jubilados tenían y tienen sus bancos, los galleros, tenían sus bancos, las tertulias deportivas tenían y tienen sus bancos, los politiqueros tenían su banco.

Hubo una década en que se cambiaron los tradicionales bancos de madera y hierro fundido, por asientos de granito, y tenían grabado propagandas de anuncios, de comercio o de sociedad. A diferencia de otros parques de ciudades de Cuba en gobiernos de la seudo república, no hubo nunca problemas de índole racial en cuanto al uso del parque por la población palmera. El parque Martí, siempre tuvo y tiene cabida para todos sin discriminar a nadie, como lo soñó Martí.

Acontecimientos en el parque Martí

En la década del 40 se acostumbraba a celebrar los 28 de enero conmemorando el nacimiento del Apóstol, en el parque que lleva su nombre y la calle Maceo, frente a la Casa de los Veteranos, con la llamada Cena Martiana, se ponían por la mañana ofrendas florales, por escuelas y las denominadas Fuerzas Vivas de la ciudad y por la noche los invitados cómodamente sentados con una mesa por delante, asistían a la velada y cena; venía siempre de provincia o de La Habana un orador invitado para que hablara acerca del Apóstol.

Se recuerda entre otros al Dr. Jorge Mañach y al Dr. Ramón Corona. Se cuenta que algunos oradores amigos de José Utrilla “Pepe”, distinguido palmero, le solicitaban a éste una sortija de oro con un gran brillante, para exponer su conferencia sobre el Apóstol, y que cuando gesticulaba su mano ensortijada se pudiera hacer notar por los invitados a la cena martiana, los jóvenes pedían autógrafos a los oradores y en una ocasión Jorge Mañach le preguntó a una joven cómo se llamaba y ésta al contestarle que se llamaba Rosa, le compuso el siguiente verso:

“Quién dijo que la Palma no da rosas. Yo he conocido aquí una Rosa Palmera” Con cariño. Jorge Mañach.

En 1952 el Ayuntamiento de Palma, acordó instituir localmente el día de La Rosa Blanca, el 28 de enero de cada año; empezando por el monumento a Martí, en el parque que lleva su nombre y también celebrar fiestas populares, para lo cual se le asignó un crédito por el propio Ayuntamiento.

Los paseos dominicales en el parque Martí

Los domingos por la noche, el pueblo despertaba de su letargo semanal para congregarse bulliciosamente en el parque Martí, convirtiéndolo por un par de horas en lugar de esparcimiento y alegría; allí concurrían personas de distintas edades. Muchachas de largas y brillantes trenzas o permanentes, lo último de la moda, ataviadas con una fragancia exquisita, comenzaban a llegar, tan pronto las primeras horas de la noche aparecían.

Y junto con ellas llegaban también los jóvenes, con sus ropas almidonadas, con guayaberas o camisas de mangas largas y pelo engrasado como era la época. Lentamente iba en aumento la afluencia de los mayores, que se situaban en pequeños grupos cuando no alcanzaban sitios en los numerosos bancos del parque, otro grupo se acercaba al área donde a partir de las 8:00 PM comenzaba la retreta. La juventud se entretenía dando vueltas, cumpliendo todos, una tradicional costumbre: los hombres en dirección contraria a las mujeres. Cuando alguno de los jóvenes se acercaba a una muchacha y marchaba a su lado durante todo el paseo, seguramente que al otro día se estaría comentando el nacimiento de un nuevo romance.

No todos los presentes se incorporaban al paseo, algunos formaban grupos en las esquinas del parque y pasaban las horas comentando la situación política del país, el último encuentro de pelota, la proximidad de los carnavales o las miradas encendidas que intercambiaba la hija de fulano con el hijo de mengano. Aproximadamente a las 8:00 PM comenzaba la retreta con la banda municipal, dirigida por Lorencito Iñigue]. El programa, con escasas variaciones, casi siempre comenzaba con la Bayamesa, le seguían interpretaciones de danzones, sones, contradanzas, danzas y algún número del repertorio clásico, bastante bien ejecutado, pero que el director Lorencito consideraba indispensable incluir como humilde tributo a la cultura.

El programa consistía en dos partes, con un intermedio de 10 minutos que los miembros de la banda aprovechaban a su gusto, unos para cambiar impresiones con aficionados a la música y otros para cruzar la calle y tomar algún refrigerio en la cafetería del Cine Lupita, otros para darse un “cocotazo de ron Paticruzao en el Sol”. Mientras duraba el descanso de la banda, los jóvenes no descansaban, seguían paseando en el parque, era algo sano, una manifestación de convivencia, de amistad, de amor y una posibilidad que bien vale la pena recordar.

A las 10:00 PM la banda de música municipal finalizaba su actuación, con las notas del himno nacional, se iniciaba así la retirada de las jovencitas, atravesando el parque y se retiraban por diferentes calles, algunas parejas concurrían a la Terraza Club, o al Bar Palma, para recrear sus oídos nuevamente, esta vez con la vitrola con los discos de: Un Verano de Amor de Percy Fay o Historia de un Amor de Pérez Prado. Lentamente se iba apagando el bullicio del parque Martí en medio de comentarios y risas. Sólo permanecían por breve tiempo los hombres, que al filo de la medianoche también se retiraban.

El encanto del paseo se apagaba con la ausencia de la banda y a las 12:00 de la noche, el parque Martí de nuestro pueblo estaba prácticamente desierto. Así permanecía hasta el próximo domingo, cuando volvía a despertar alegremente para animarse durante unas horas con la actuación de la banda municipal en nuestra tradicional retreta. En Cuba hay muchos parques que se llaman José Martí, pero el único donde estuvo realmente el Apóstol (sin vida), fue en el de Palma Soriano.

Nombramientos

Fue llamado: Plaza de Armas, Plaza Marte y Plaza del Pueblo, ya por haber sido lugar de ejercicios militares para las tropas españolas o de festejos populares.

Características actuales del parque Martí

El parque Martí o parque del Apóstol Martí, tiene 2415 m2; actualmente posee las características siguientes:

  1. 8 jardines en ángulo hacia el centro, donde está ubicado el monumento a Martí.
  2. 8 lámparas en el vértice de cada ángulo del jardín.
  3. 8 lámparas en el extremo más ancho del jardín, hacia la calle.
  4. 4 lámparas en cada esquina del parque.
  5. 16 bancos con capacidad para 4 personas cómodamente sentadas, 2 en cada ángulo del jardín, separados éstos bancos por una lámpara. La capacidad es de 64 personas con vista al monumento.
  6. 24 bancos con capacidad para 4 personas cómodamente sentadas, situados en el extremo más ancho del jardín, con vista al paseo y las calles que lo circundan.
  7. 8 bancos con capacidad para 4 personas cómodamente sentadas, situados de espaldas a la calle Saco y Estrada Palma con vista al interior del parque.
  8. 2 bancos largos con capacidad para 40 personas cómodamente sentadas. Están situados de espaldas a la calle Maceo, esquina 26 de julio, y Martí, esquina Saco, con vista al interior del Parque.

La capacidad total es de 272 personas sentadas cómodamente.

Curiosidades

  1. El Dr. Arturo Villalón Morales, Capitán del Ejército Libertador y Primer Notario de Palma Soriano, levantó el acta de la colocación de la primera piedra al monumento de Martí en el parque que lleva su nombre (José Martí).
  1. En 1910, cuando se embelleció el parque Martí con sus muros y almendros, era costumbre anunciar por una valla portátil recostada a la lámpara del parque en Maceo y Estrada Palma, la película que ofrecía a los palmeros el teatro Martí, que era de madera y zinc, propiedad de los empresarios Boda y Carbonell. Este teatro Martí, que estaba en la calle Maceo, frente al parque Martí, luego fue “Principal”, después “Lupita” y hoy “Liberación”.
  1. Frente al parque Martí, en la calle Maceo, se encuentra la primera vivienda biplanta (de madera), que se construyó en Palma por el Sr. Valentín de la Borbolla ( que fue su dueño ).
  1. En 1927, el precursor del escudo de Palma Soriano, Dr. Pedro B. Caignet Salomón, traslada su domicilio y bufete para el edificio de dos plantas que acababa de construir en la calle Maceo, frente al parque Martí.

Fuentes

  • Investigación del Msc Rosendo Martínez. Joven Club de Computación Palma Soriano III.