Partido Único en Cuba

Partido Único en Cuba
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Organizaciön política cubana
Siglas o Acrónimo:PCC
Fundación:3 de octubre de 1965
País:Bandera de Cuba Cuba

Partido Único en Cuba. Es el único partido legal en Cuba, fundado el 3 de octubre de 1965.Utiliza la bandera nacional como su emblema y su logotipo plasmado dentro de un rectángulo de ángulos ovalados en línea de color rojo, presenta dos banderas que sobresalen de entre los brazos y armas en alto empuñados por el pueblo, representados aquí en color negro: una es la bandera roja, símbolo del proletariado y del carácter comunista del Partido, y la bandera cubana, símbolo de la patria, además sobre el color negro se incrusta las siglas PCC (Partido Comunista de Cuba), en color rojo siluetado en blanco.

Historia

Necesidad de un Partido único en Cuba

El proceso de unidad político–revolucionaria que condujo a la presencia de un Partido único como sujeto rector de la sociedad cubana —asumido como Unipartidismo o Monopartidismo en el Sistema Político del proyecto socialista—, constituye un producto tanto del domino teórico como de la experiencia práctica del pueblo cubano a través de su lucha por la liberación nacional. Así, el devenir del proceso ha estado signado por las características histórico–concretas a las cuales se ha enfrentado el liderazgo revolucionario cubano, cuyo reflejo devela pluralidad en la consecución político–organizacional.

Tal premisa, advierte que la agrupación que en Octubre de 1965 optó por el nombre de Partido Comunista de Cuba (PCC) constituye una fortaleza de la unidad de las masas en torno a su vanguardia ideo–política.

Surgimiento del monopartidismo en Cuba

El examen debe remontarse al comportamiento del pueblo cubano y su vanguardia político-revolucionaria durante la Revolución iniciada el 10 de octubre de 1868, sin obviar la Asamblea de Guáimaro que en abril del año siguiente dio lugar a la nación cubana. Las masas populares en la Isla lucharon por deshacerse de las garras de la dominación foránea, al margen del regionalismo y el caudillismo. Tras las caídas en combates de Ignacio Agramonte (11 de mayo de 1873) y de Carlos M. de Céspedes (27 de febrero de 1874), la gesta independentista no parió otro verdadero liderazgo, porque todavía Antonio Maceo no era quien fue con posterioridad, y al Generalísimo Máximo Gómez le acompañaba la aprensión de no haber nacido en Cuba.

Entonces, tuvo lugar el revés que representó el Pacto del Zanjón (10 de febrero de 1878) de cara a España, muy a pesar del gesto dignificador que protagonizó el Titán de Bronce, el General Maceo (15 de marzo de 1878) conocido como la Protesta de Baraguá. He aquí la antesala de la obra martiana. Martí pudo percatarse de que hacía falta un ente que garantizara la unidad revolucionaria de los patriotas independentistas cubanos. Hacia 1882 el maestro ya estaba luchando por crear un partido que aglutinara a la generación fogueada en el enfrentamiento a la dominación. Con este presupuesto, luego de sortear varios obstáculos, el Héroe Nacional edificó el Partido Revolucionario Cubano (PRC), proclamado el 10 de abril de 1892, precisamente el día del 24 cumpleaños de la Asamblea de Guáimaro.

Vale destacar que el Partido creado por el Apóstol constituyó la primera organización de su tipo que fue concebida para conducir una Revolución —según lo registrado en la Historia política de la humanidad—, un valor agregado, dicho con el verbo del propio Martí: «"Nació uno" [no dos, ni tres partidos] "de todas partes a la vez. Y erraría, de afuera o de adentro, quien lo creyese extinguible o deleznable. Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura, lo que un pueblo quiere. El Partido Revolucionario Cubano, es el pueblo cubano"». Así, se devela pluralidad y monopartidismo desde la propia emergencia de esta concepción político-organizacional. No obstante, se malogró la "Guerra Necesaria", pero en la siguiente década del veinte se fue organizando el movimiento comunista cubano, precisamente con la mira de la unidad organizacional.

El 18 de marzo de 1923 se fundó la Agrupación Comunista de La Habana, y sucesivamente las de Guanabacoa, Manzanillo y San Antonio de los Baños. Las mismas prepararon las condiciones organizativas para la realización del congreso que dejó constituido el primer Partido Comunista de Cuba el 16 de agosto de 1925, un hito en el cual resaltan Carlos Baliño (estuvo con Martí en la creación del PRC) y Julio Antonio Mella (el joven que más hizo por su Patria en menos tiempo).

Con altas y bajas, a pesar del anticomunismo reinante en aquellos años, esa organización partidista —después de un complejo proceso, prefirió el nombre de Partido Socialista Popular (PSP)— no vaciló en denunciar el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 y la dictadura que de allí se derivó.

Premisas del actual monopartidismo en Cuba

Las nuevas condiciones que imponía la dictadura de Fulgencio Batista obligaban a tener presente la experiencia histórica: los avances revolucionarios desde los inicios de la lucha en el Siglo XIX, tuvieron en la división de las fuerzas combatientes el mayor obstáculo. Ello resultó cabalmente interpretado por el propio Fidel. En correspondencia, tuvo que conformarse una nueva vanguardia político–revolucionaria —siempre con la perspectiva de la unidad— que atravesó varias etapas relacionadas entre sí: la selección y preparación de sus dirigentes y membresía; la elaboración de un programa que respondiera a los principales problemas del país y, por ende, sirviera para aglutinar al pueblo y la determinación de la táctica, la estrategia y la consolidación de su papel como fuerza dirigente.

Tras los sucesos del Cuartel Moncada, del Presidio y del Exilio en México, se dieron pasos importantes en aras de la unidad del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR 26-7) con el Directorio Revolucionario (DR, y a partir de 1957, 13 de Marzo) y con el Partido Socialista Popular (PSP). Posteriormente la labor del Ejército Rebelde liderado por su Comandante en Jefe Fidel Castro, devino escenario para que esas tres organizaciones estrecharan filas. Fue un preámbulo significativo para el ulterior proceso de unidad revolucionaria.

Con el triunfo de 1959 y al amparo de la enseñanza martiana, en el Sistema Político Cubano se fue conformando las condiciones necesarias para la construcción de una sola organización revolucionaria que condujera a la nación; al tiempo que en los discursos de Fidel Castro se localizaba un denominador común: su insistencia en el combate por la unidad de todos los que habían sufrido alguna injusticia.

Por un lado tenía lugar un estrechamiento de la fila liderazgo–organizaciones políticas y revolucionarias–pueblo; por otro lado, se incrementaba el contacto de las direcciones del MR 26-7 y el PSP, y se iba haciendo habitual que los líderes de esas organizaciones intercambiaran acerca de cómo llevar a la práctica el programa revolucionario, a lo que se sumó la participación del DR 13-M. Prueba fehaciente del acercamiento e identificación del Movimiento, el Partido y el Directorio tuvo lugar el 16 de agosto de 1960, en la sesión de la VIII Asamblea del PSP; entre sus invitados estuvieron militantes de las tres organizaciones revolucionarias. En el siguiente mes de septiembre, la Dirección Nacional del MR 26-7 orientó a sus integrantes cerrar fila con el PSP y el DR 13-M. y crear el Buró de Coordinación de Actividades Revolucionarias en todos los niveles de dirección, lo cual permitiría un trabajo más coherente e ir creando las condiciones para la integración.

El comportamiento de las agrupaciones de la vanguardia liberadora en Cuba entre 1959 y 1960, generó un nuevo escenario político–organizacional que devino premisa de la posterior construcción de una sola organización revolucionaria que condujera a la nación. Momento significativo del proceso sucede en el Pleno del Comité Nacional del PSP efectuado el 24 de junio de 1961, concebido para examinar lo relacionado con la creación de una sola organización partidista, ocasión para la cual también fueron invitados los máximos dirigentes del Movimiento y el Directorio. Allí se aprobó una Resolución a partir de la que el PSP, el MR 26-7 y el DR. 13-M. se disolverían para pasar a concretar la edificación del Partido dirigente de la Revolución Cubana.

En siguiente 26 de julio, en ocasión del octavo aniversario del Asalto al Moncada, en La Habana el Comandante en Jefe informó al pueblo del proceso en cuestión, y apuntó: «La Revolución ha organizado al pueblo […], y como un cemento se une y orienta a través de los cuadros de las Organizaciones Revolucionarias Integradas, que marchan hacia la formación del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba. […] Y ahora, que levanten la mano los que apoyan la unión de todos los revolucionarios en el Partido Unido de la Revolución Socialista" —y todos los presentes levantaron las manos y exclamaron—: "¡Unidad!, ¡Unidad!"».

Con ello, quedó legitimada ante las masas la construcción de la nueva organización partidista en el país. Así, se procedió a la construcción de la nueva organización partidista en el país: la fusión del Movimiento, el Partido y el Directorio en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), que luego se transformó en Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) y en octubre de 1965 optó el nombre de Partido Comunista de Cuba. Entonces, quedó conformado el actual Partido dirigente de la Revolución Cubana que hasta hoy día privilegia lo concerniente a la necesidad de unir "los pinos nuevos y los pinos viejos" para garantizar el éxito de la creación de una sociedad cada vez más digna, justa, próspera, libre.

Vinculación vanguardia–masas populares

La primera circunstancia que ha determinado que la Revolución cubana haya vivido más del medio siglo, radica en el hecho de que con el "Gran Enero" de 1959 tuvo lugar la asunción del Poder Político por el pueblo liderado por Fidel Castro, condición importante para la auténtica transformación cualitativa que necesitaba la sociedad cubana de ayer, y también para la continuidad en ascenso del proceso revolucionario de hoy y de mañana. Emergió una democracia de nuevo tipo, y con ella alcanzó cuerpo concreto la máxima del Ilustrado de Norteamérica, Abraham Lincoln, según la cual democracia es el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; además de privilegiarse el pensamiento de José Martí sobre el culto a la dignidad plena de la persona. Existen muchísimos argumentos al respecto.

Al paso de los años cada vez más ha tenido lugar la estrecha vinculación de la vanguardia político–revolucionaria con las masas. La historia registra cómo las medidas implementadas tras el triunfo de Enero se hicieron en consulta y con la decisiva participación del pueblo, incluyendo su propia defensa. Ahí está la 1.a Ley de Reforma Agraria, Playa Girón o Bahía de Cochinos, la Crisis de Octubre o de los Misiles, hasta llegar a los debates más recientes con la ciudadanía acerca del socialismo que el pueblo quiere, necesita y es posible construir.

Monopartidismo y democracia en Cuba

En la Constitución de la República de Cuba, en el Capítulo VII "Derechos, Deberes Y Garantías Fundamentales", aparece:

  • Artículo 63. «Todo ciudadano tiene derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley». Además, puede dirigirse directamente a su Delegado (a), plantearle su opinión y éste está en el deber de tramitarla y ofrecerle la respuesta.

La Ley Electoral de Cuba, se lee: "Título IV de las Comisiones de Candidaturas", Capítulo I, "Disposiciones Generales"

  • Artículo 67. Para elaborar y presentar los proyectos de candidaturas de Delegados a las Asambleas Provinciales y de Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y para cubrir los cargos que eligen éstas y las Asambleas Municipales del Poder Popular se crean las Comisiones de Candidaturas Nacional, Provinciales y Municipales.
  • Artículo 68. «Las Comisiones de Candidaturas se integran por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), designados por las direcciones nacionales, provinciales y municipales respectivas, a solicitud de las Comisiones Electorales Nacional, Provinciales y Municipales».

Estas Comisiones analizan los méritos revolucionarios y capacidades de un considerable listado de compañeras y compañeros presentados por las organizaciones de trabajadores, mujeres, agricultores pequeños y estudiantes de las enseñanzas media y superior, a partir de lo cual se elabora la candidatura que tiene en cuenta la representatividad laboral, estudiantil, étnica, de sexo y edades —incluyendo hasta el 50 por ciento de delegados (as) de Circunscripción—.

Precisamente, son los delegados (as) de circunscripción —en conjunto, conforman la Asamblea Municipal del Poder Popular— los que examinan el proyecto de candidatura, lo enriquecen y nominan a posibles Delegados (as) Provinciales y Diputados (as) a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Y es el pueblo, con su voto secreto y directo, el que elige a sus representantes en todos los niveles. Entonces, el pueblo legitima a sus diputados (as) en tanto que sabe que ellos no disfrutan de privilegios personales ni beneficios económicos; que durante el tiempo que emplean en el desempeño efectivo de sus funciones, perciben el mismo salario o sueldo de sus centros de trabajo y mantienen el vínculo con éste; que se les puede revocar su mandato en cualquier momento, ante la infracción de la ley; y que tienen el derecho de hacer preguntas al Consejo de Estado, al Consejo de Ministros o a los miembros de uno y otro, y a que éstas les sean respondidas en el curso de la misma sesión o en la próxima —consta en la Constitución de Cuba—.

También, en la Constitución se lee:

  • Artículo 84. «Los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular tienen el deber de desarrollar sus labores en beneficio de los intereses del pueblo, mantener contacto con sus electores, oír sus planteamientos, sugerencias y críticas, y explicarles la política del Estado. Asimismo, rendirán cuenta del cumplimiento de sus funciones, según lo establecido en la ley».

A la vez, hay que subrayar que el delegado (a) de circunscripción es muchísimo más que un tramitador de quejas y sugerencias de sus electores: entre otros aspectos, es un elemento activo en el momento de adoptarse las principales decisiones gubernamentales que se acuerden en su municipio; fiscaliza la dinámica del Consejo de la Administración de su territorio, en qué medida se cumple con los planes aprobados; y valora la gestión de delegados (as) y diputados (as) electos por su territorio. Además, está en la obligación de informar periódicamente sobre el comportamiento de su razón de ser a quienes lo eligieron, tanto en sus despachos programados como en las Asambleas de Rendición de Cuentas.

El 8 de noviembre de 2010 el Presidente Raúl Castro, Segundo Secretario del Partido Comunista de Cuba, convocó a la celebración del "VI Congreso en ocasión del 50 Aniversario de la Victoria de Playa Girón y de la Proclamación del Carácter Socialista de la Revolución Cubana", y expresó:

«El Congreso no es sólo la reunión de quienes resulten elegidos como Delegados, sino también el proceso previo de discusión por parte de la militancia y de toda la población de los lineamientos o decisiones que serán adoptados en el mismo».

A partir de entonces, se inició el proceso de debates del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución con vistas al VI Congreso de la vanguardia rectora del pueblo cubano, lo que constituye una fortaleza y, a la vez, una oportunidad para corroborar que el socialismo es la única garantía para seguir siendo libres e independientes.

Véase también

Fuentes