Pierre de Coubertin

Pierre de Freddy
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NombrePierre de Freddy
Nacimiento1 de enero de 1863
París, Bandera Francia.jpgFrancia
Fallecimiento2 de septiembre de 1937
Ginebra, Bandera sueca.jpgSuiza
Causa de la muerteCrisis cardíaca
NacionalidadFrancesa
Otros nombresBarón de Coubertin

Pierre de Coubertin. Pedagogo y pensador francés, reformó el sistema educativo y reorganizó los Juegos Olímpicos. Principal impulsor de la Educación Física en Francia.

Síntesis biográfica

Raíces familiares

La familia Coubertin, proveniente de Francia estuvo al servicio del rey Luis XI de Francia, quien le concedió cartas de nobleza en 1471.

En 1577, el señorío de Coubertin, situado cerca de París, fue adquirido por otro Fredy, descendiente del primero, que añadió al suyo el nombre de la finca. Desde entonces, el nombre de Fredy de Coubertin se conservó generación tras generación.

Nacimiento

El barón de Coubertin nació el 1 de enero de 1863 en París en el seno de una familia aristócrata y de artistas, de enorme prestigio dentro de la alta noblesa francesa.

Infancia y juventud

En Normandía, no lejos del puerto de El Havre, transcurrió toda la infancia de Pierre de Coubertin, en la finca de Mirville aportada como dote por su madre, que era a su vez descendiente de un compañero de armas del jefe vikingo Rollon, primer duque de Normandía.

Pasó su juventud en Normandía. De su abuelo, Bonaventure Julien, alto funcionario de Napoleón y alto oficial militar de Louis XVIII, heredó no sólo su título de barón de Coubertin sino tambiém determinados valores, entre ellos el patriotismo. Pierre Cursó estudios en París y asistió a la Escuela de Ciencias Políticas.

Su padre quería que fuera militar, pero su temperamento sensible, chocó con la dura disciplina de la Academia Militar de Saint-Cyr. No obstante y al contrario que su abuelo, dejó la carrera de armas para embarcarse en un reto que se convertiría en la obra de toda su vida, la renovación de la sociedad francesa, especialmente traumatizada tras la derrota de 1870 contra Prusia. Se dedica a la pedagogía, donde se siente realizado por sus ideales.

De la pedagogía al Olimpismo

Después de haber tomado la desición de dedicarse por completo a la pedagogía marcha a Inglaterra a perfeccionar sus estudios, donde conoce la singular doctrina del Cristianismo muscular, que trataba de la búsqueda de la perfección espiritual por medio del deporte y la higiene. Uno de los más destacados seguidores de esta ideología era el pastor anglicano Thomas Arnold. Pierre se convierte en su discípulo.

Comienza a divulgar estos métodos por toda Francia. Crea sociedades atléticas en los institutos que se asocian en la Unión de los Deportes Atléticos (Union des Sports Athletiques). Funda la primera revista dedicada al deporte. la Revue Athletique, logrando que el gobierno francés acceda a incluirla en sus programas de la Exposición Universal de 1889.

El ministro de educación le envía a los Estados Unidos para que continúe su investigación sobre los métodos de enseñanza. El deporte comenzó a ser tomado en serio. De ser practicado por minorías o en el colegio, pasa a estar de moda y despertar entusiasmo. El padre Didon creó en 1891 una asociación deportiva en el colegio dominicano de Albert le Grand en Arcueil, la cual participaba en competiciones deportivas entre centros escolares confesionales y laicos. En un de aquellas competiciones, se inventó el lema Citius, Altius, Fortius (más rápido, más alto, más fuerte) el cual es tomado por Pierre de Coubertin como un aforismo en los Juegos Olímpicos.

Pierre comienza a soñar con unir en una extraordinaria competición a los deportistas de todo el mundo, bajo el signo de la unión y la hermandad, sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria, competir por competir, como dice la frase de Ethelbert Talbot "Lo importante no es vencer, sino participar", frase mal atribuida a Pierre de Coubertain. La idea de Coubertin parecía insensata y chocó con mucha incomprensión.

Intentando convencer a todos, viajó por todo el mundo hablando de paz, comprensión entre los hombres y de unión, mezclándolo todo con la palabra Deporte. Al fin, en la última sesión del Congreso Internacional de Educación Física que se celebró en la Sorbona de París, el 26 de junio de 1894, se decide instituir los Juegos Olímpicos.

En Inglaterra, esta idea no es bien recibida y la opinión pública decide quedar al margen. Alemania reaccionó intentando boicotear los juegos. Grecia se opone, y su jefe de gobierno, Tricoupis, quiso impedir su realización, pues aquel lío salía muy caro a su país.

Coubertin consiguió que el príncipe heredero de Grecia, el Duque de Esparta intercediera ante el káiser Guillermo, emperador de Alemania cuñado suyo, convenciendo a los ingleses y a su propio Gobierno. El príncipe consigue que se emita una serie de sellos conmemorativos para conseguir el dinero para los juegos. Además crea una suscripción pública con tan buenos resultados que consigue que Jorge Averof, un rico de Alejandría, corra con los gastos de la reconstrucción del estadio de Atenas.

El 24 de marzo de 1896, día de Pascua de Resurrección, el Duque de Esparta, tras un discurso, descubre la estatua del mecenas Jorge Averof. El rey Jorge de Grecia pronuncia por primera vez las palabras rituales:

Declaro abierto los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas.

Con el lema:

"Lo esencial en la vida no es vencer, sino luchar bien"

Este modesto principio sería el origen del movimiento olímpico moderno.

Publicó, entre otras obras, La educación en Inglaterra (1888), Universidades transatlánticas (1890) y una trilogía pedagógica, publicada entre 1902 y 1916, formada por las siguientes obras: La gimnasia utilitaria, El análisis universal y El respeto mutuo

Reorganizador de los Juegos Olímpicos Modernos

Pierre de Coubertin en el año 1894

En 1890 Pierre de Coubertin es invitado por William Penny Brookes, un inglés ecléctico (era médico, juez de instrucción, botánico), apasionado por el deporte, a asistir a sus juegos olímpicos que organiza desde 1850 cada año en la pequeña ciudad inglesa de Much Wenlock.

A su vuelta a Francia, en 1892, ante la Unión de Sociedades francesas de deportes atléticos, del que es secretario general, Coubertin comparte su idea del olimpismo. Pese a una acogida indiferente, organiza en 1894 el congreso para el regreso de los Juegos Olímpicos, ganando el apoyo de representantes británicos, americanos, jamaicanos, neozelandeses y suecos.

Cerca de 2.000 representantes de 12 países votaron por la renovación de los juegos, estableciendo su celebración cada cuatro años, y eligieron a Pierre de Coubertin presidente del Comité Olímpico Internacional en 1896. Ese mismo año, 241 atletas de 14 países se reunieron en Atenas para participar en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

Para Pierre de Coubertin, los Juegos Olímpicos son una gran lección de filosofía que la humanidad se otorga a sí misma. Son el reflejo de la felicidad, la perfección y el amor.

Su definición del olimpismo se basa en cuatro principios: ser una religión, es decir, una adhesión a un ideal de vida superior, de aspiración a la perfección; representar una élite de origen totalmente igualitaria al mismo tiempo que una caballería con todas sus cualidades morales; instaurar una fiesta cada cuatro años de la primavera humana; glorificar la belleza mediante la participación en los juegos del arte y del pensamiento.

De él es la idea de los cinco anillos entrelazados. Como él mismo explicaba: representan las cinco partes del mundo unidas por el olimpismo y los seis colores reproducen aquellos de todas las banderas nacionales que flotan a través del universo de nuestros días . La bandera universal ondeó por primera vez en los Juegos de Amberes de 1920.

Sus ideas, a veces fuente de polémica (se opuso a la participación de las mujeres en las competiciones), le dejaron en minoría en el COI, del que dimitió en 1925. Murió de una crisis cardiaca en 1937 en Ginebra. Fue enterrado en Lausana y su corazón fue inhumado cerca de las ruinas de Olimpia.

Aunque él no fue el autor de lo que se convertiría en su credo lo importante es participar , frase que le inspiró un sermón del obispo de Pensilvania lo importante en la vida no es el triunfo, sino el combate, lo esencial no es haber vencido sino haber luchado , Pierre de Coubertin logró alzar los Juegos Olímpicos a la cumbre de la escena deportiva mundial y a cultivar la esperanza de millones de deportistas en busca del oro olímpico, la máxima consagración.

Legado

Hoy en día Pierre de Coubertin es recordado por instituciones de alto prestigio que se encuentran en diversas partes del mundo. Actualmente 22 escuelas en todo el mundo colaboran en la red de escuelas Coubertin. Siendo la número 22 el Instituto Coubertin de América, ubicado en el Estado de Oaxaca.

Lo que les interesa a las actuales escuelas Pierre de Coubertin es hacer de los deportes algo clásico y cotidiano en la vida del ser humano. La mayor parte de las escuelas Coubertin se enfocan a áreas de educación media superior y licenciaturas. Sin embargo la escuela que se encuentra en el estado de Oaxaca, maneja desde preescolar hasta preparatoria bilingüe.

Estas instituciones se guían por sus célebres frases como lo es la de:

"Lo más importante no es ganar, si no competir, así como lo más importante en la vida no es el triunfo, si no la lucha, lo esencial no es haber vencido, sino haber luchado bien".

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Fuentes