Piodermitis vegetante
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Piodermitis vegetante. Es una pioderma que comienza con una papulopústula, la cual se extiende y da lugar, por autoinoculación, a nuevas lesiones que confluyen y forman una placa única.
Piodermitis vegetante circunscrita: Localizadas en el dorso de las manos, alrededor de los orificios de la cara, en los grandes pliegues; puede adquirir un aspecto papilomatoso, verrugoso o tumoral.
Piodermitis vegetante generalizada: Dermatitis pustulosa crónica centrífuga de Hallopeau. P. VER que forma amplias zonas costrosas o mamelonadas, extendidas a grandes superficies de tegumentos y de evolución crónica y recidivante.
Sumario
Patogenia
Se observa generalmente en el eccema o la tiña, por lo que algunos la consideran debida a una contaminación secundaria por estafilococos.
Se presenta el caso de un paciente con colitis ulcerosa que presentaba una placa anular vegetante en la región inguinal izquierda de dos meses de evolución.
Cuadro clínico
La placa papulopustulosa es vegetante, del tamaño de una peseta, bordes bien delimitados y superficie de color violáceo, que en algunos casos se torna verrucosa y en otros papilomatosa. Se localiza en las extremidades, principalmente en los brazos, donde se cubre de costras que, al desprenderlas, muestran pequeñas ulceraciones de fondo sucio; ocasiona muy pocas molestias subjetivas y no repercute sobre el estado general. La superficie de la lesión determina 3 formas clínicas:
- Variedad seudoepiteliomatosa.
- Variedad verrucosa.
- Variedad papilomatosa.
Histopatología
Las lesiones iniciales son pústulas, caracterizadas por una gran acantólisis y formación de pequeñas cavidades, muchas situadas en posición suprabasal y repletas de eosinófilos, neutrófilos y células epidérmicas degeneradas. En las porciones alteradas de la epidermis y en la dermis superior se encuentra un abundante infiltrado inflamatorio, formado predominantemente por eosinófilos.
Las vegetaciones verrucosas se caracterizan por una marcada papilomatosis, acantosis y proliferación irregular hacia la profundidad de gruesas crestas epidérmicas. La acantólisis y la producción de fisuras ya no son comúnmente visibles en el período en que se forman las vegetaciones verrucosas, pero no es raro observar abscesos intraepidérmicos, compuestos casi exclusivamente por eosinófilos.
En la exploración oral presentaba una mucosa eritematosa con múltiples pústulas que afectaban la mucosa labial y gingival. En el estudio histopatológico se observaba hiperplasia epidérmica y un infiltrado inflamatorio compuesto fundamentalmente por neutrófilos y eosinófilos agrupados formando microabscesos dentro de la epidermis y con configuración en banda en la dermis superior.
Diagnóstico
El diagnóstico está dado por:
- Cuadro clínico.
- Examen bacteriológico.
- Biopsia de piel.
Diagnóstico diferencial
- Epitelioma espinocelular infectado.
- Tuberculosis verrucosa.
- Cromomicosis.
- Botriomicoma.
- Piodermitis gangrenosa.
Tratamiento
El tratamiento puede ser extremo o sistemático
Externo
Pueden indicarse pomadas antibióticas locales; y en lesiones muy vegetantes: electrodesecación o tópicos cáusticos. Algunos autores recomiendan la crioterapia.
Sistémico
También se prescriben antibióticos por vía oral.
Fuentes
- Fenández Hernández Barquero G. Dermatología. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1987:249-56.
- Lambrerg SI. Manual de dermatología práctica. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1987:350.
- Portugal Ávares J DE. Manifestaciones satélites de las enfermedades internas. Barcelona: Editorial Masson, 1934:361.