Rodolfo Rosell Salas

Rodolfo Rosell
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Rodolfo Rosell Salas (1932-1962).jpg
Pescador y revolucionario cubano
NombreRosell Salas, Rodolfo
Nacimiento10 de septiembre de 1932
aldea de Mariana,
municipio de Baracoa,
provincia de Guantánamo,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento11 de julio de 1962 (29 años)
municipio especial Caimanera,
provincia de Guantánamo,
República de Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muerteAsesinado por militares estadounidenses
Nacionalidadcubana
Ciudadaníacubana
Ocupaciónpescador y revolucionario
Conocido porpor haber sido asesinado en la base naval de Guantánamo
CónyugeEloísa Bertó Martínez
HijosMaricela Rosell Bertó
Rodolfo Rosell Bertó
Reina Rosell Bertó
PadresConcepción Rosell
Angelina Salas

Rodolfo Rosell Salas (Baracoa, 10 de septiembre de 1932 - Caimanera, 11 de julio de 1962) fue un pescador y revolucionario cubano que fue asesinado por militares yanquis de la base naval estadounidense de Guantánamo.

Síntesis biográfíca

Sus padres fueron Concepción Rosell y Angelina Salas, y sus hermanos fueron Coquín, Sebastián, Rúdico, Carmita, Sofía y Cándida; Rodolfo era el tercero de los seis. Conoció desde muy joven las privaciones de lo más elemental en la vida del campesino pobre. En un pedazo de tierra en Mariana de Baracoa ayudaba a trabajar a sus padres Concepción Rosell y Angelina Salas.

Aprendió sus primeras letras en escuelitas privadas del barrio Mariana en el municipio Baracoa, así alcanzó el 6to grado. Era un niño tranquilo, amaba a los animales, le gustaba montar a caballo y nadar en el mar, lo cual aprendió desde pequeño.

Hacia 1949 (a los 17 años) Rosell comenzó a trabajar como dependiente en la tienda del pueblo de Caimanera, que pertenecía a la cooperativa Gustavo Fraga.[1]

Al cabo de nueve años (en 1958) adquirió una nueva lancha llamada El Buchito, la cual compró con facilidades de pago que le brindaron en la cooperativa gracias a su buena actitud ante el trabajo, lo cual lo llevó a ganarse la confianza del administrador y los trabajadores de la cooperativa Beto Castro.

Labor revolucionaria

Como tanto cientos de jóvenes en el país Rodolfo Rosell no fue indiferente al dolor de la Patria sojuzgada y escarnecida por la tiranía batistana, acudió presto a sus llamados formando parte del Movimiento 26 de Julio, en cuyas filas desarrolló múltiples actividades y mantuvo estrechas relaciones con otros sectores revolucionarios, viéndose obligado en ocasiones a abandonar su hogar y refugiarse en punta Manatí, en la Bahía de Guantánamo, o trasladándose con su esposa e hijos a la casa de sus suegros en el Corojo de Caujerí.

En la clandestinidad ayudaba a repartir la lista del día que tenían que empezar las huelgas y luego se iba con su hermano Juan en el bote Eva, a un lugar que llevaba por nombre Punta de Manatí, pasaban los días hasta que se les avisaba que ya podía regresar al pueblo. Esta actividad la llevaba a cabo siempre que había huelga. Muchas fueron las actividades en la clandestinidad realizadas por Rodolfo Rosell.

Después del triunfo de la Revolución (1 de enero de 1959) trabajó como pescador en la Cooperativa 26 de Julio, en la bahía de Guantánamo.

Fue uno de los primeros en ingresar a las MNR (Milicias Nacionales Revolucionarias) de Caimanera.

Asesinato

El 11 de julio de 1962 a la tarde abordó su lancha Las Dos Hermanas para cumplir con su faena diaria. En su hogar dejaba a sus hijos Maricela (7) y Rodolfo (5), y a su esposa Berta, embarazada de la que luego sería su hija Reina.

El 12 de octubre de 1962, su esposa Elisa Bertó se levantó un poco más temprano que los demás días, como siempre hacía cuando Rodolfo andaba de pesquería:

Cuando fui, como de costumbre, a llevarle el desayuno, y él no apareció, eso me aterró, porque era la primera vez que no se presentaba. Mi esposo no desconocía el peligro que significaba atravesar el canal de entrada de la bahía de Guantánamo, porque a ambos lados estaban apostados los soldados norteamericanos, quienes incluso una noche le habían tirado. A partir de ese momento el temor me embargaba cada vez que salía al mar, y por eso le pedí que dejara de hacerlo, pero él no cejó nunca en el empeño.
Elisa Bertó, esposa de Rodolfo Rosell[2]

Cuando la esposa del pescador dio la voz de alarma, sus vecinos y amigos iniciaron la búsqueda que se prolongó hasta las 7 de la mañana del día 13 de julio en la zona de Tres Piedras, un cayo dentro del territorio de la ilegal base naval estadounidense, y distante a unos ocho kilómetros del poblado de Caimanera, en territorio de la base naval de Guantánamo es avistado el bote Las Dos Hermanas, el cual estaba encallado y ladeado completamente. Dentro de ella, en la popa (la parte posterior del bote) se encontró el cadáver ―boca arriba y en estado de descomposición― de Rodolfo Rosell Salas.

con su ropa hecha jirones y signos de salvajes torturas. En su cráneo y otras partes del cuerpo eran visibles las perforaciones hechas probablemente con punzones, y hematomas de una cruel golpiza.[2] La causa de la muerte fue una hemorragia intracraneana.[3]

Los restos del humilde Rey descansan en el Panteón de los Mártires en el municipio de Caimanera.

Trabajadores, campesinos, estudiantes y todo el pueblo de Cuba honran la memoria de Rodolfo Rosell cumpliendo con más decisión que nunca las tareas de edificar una nueva sociedad, libre de imperialistas asesinos.

Otros asesinatos de los estadounidenses de la base

Las provocaciones y tropelías cometidas por la soldadesca yanqui en la ilegal base naval de Guantánamo, se iniciaron incluso antes de la invasión por bahía de Cochinos. El 10 de enero de 1961 el trabajador cubano, Manuel Prieto Gómez, resultó herido al ser atacado dentro de la instalación militar.

El primer asesinato lo cometieron el 15 de octubre de 1961 contra la persona del también obrero cubano de la base, Rubén López Sabariego, abominable hecho que dejó huérfanos a nueve niños y adolescentes.

Tampoco la muerte de Rodolfo Rosell sería la última que sufriría una familia cubana. El 19 de julio de 1964 falleció el guardafronteras cubano Ramón López Peña, ultimado por disparos hechos desde la base naval.[4]

Otro guardafronteras, Luis Ramírez López, también perdería la vida en mayo de 1966, mientras cumplía su misión de custodiar desde una posta el territorio nacional, víctima de una ráfaga disparada por marines yanquis.

Fuentes