Síndrome de hiperinmunoglobulina D

Síndrome de hiperinmunoglobulina D
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El Síndrome hiperinmunoglobulina D (HIDS) es uno de los síndromes autoinflamatorios familiares, conocidos con frecuencia como síndromes hereditarios de fiebre periódica, forman un grupo de trastornos raros con un fenotipo común de episodios inflamatorios recurrentes febriles, crónicos y acompañados habitualmente por otros síntomas inflamatorios como dolor abdominal, diarrea, exantema o artralgia y separados por intervalos asintomáticos.

Epidemiología

El HIDS (MIM 260920) es también un trastorno de herencia autosómica recesiva, pero bastante menos prevalente que la FMF. El International Hyper-IgD Syndrome Registry, con sede en Nimega, Países Bajos, en el que los médicos de todo el mundo aportan activamente información clínica, actualmente tiene datos de unos 190 pacientes. De estos, más del 80% proceden de Europa Occidental y el 55% de Países Bajos y Francia. Casi todos los pacientes con HIDS son de raza blanca. Estas observaciones pueden, al menos parcialmente, explicarse por un efecto fundador. En Países Bajos, se calcula una frecuencia de portadores de una mutación hiper-IgD de 1:530. Hombres y mujeres se afectan por igual. Según el genotipo y el fenotipo, podemos distinguir el HIDS clásico y una variante.

Etiología

La forma clásica de HIDS está causada por mutaciones en el gen que codifica la enzima mevalonatocinasa, localizada en el brazo largo del cromosoma. La mevalonato cinasa es parte de la vía isoprenoide; interviene en el siguiente paso después de la 3'5'-hidroximetilglutaril coenzima A (HMG CoA) reductasa por fosforilación del ácido mevalónico. La vía isoprenoide tiene diversos productos finales que incluyen colesterol, dolicol y ubiquinona, y también produce la isoprenilación proteica, una modificación postraduccional que dirige estas proteínas, como Rho y Ras, hacia la membrana celular.

Manifestaciones clínicas

El 90% de los pacientes con HIDS clásico tendrá el primer episodio febril durante el primer año de vida, y estos episodios serán cada vez más frecuentes en la infancia y la adolescencia. Las fiebres altas pueden dar lugar a convulsiones, especialmente en niños pequeños. Una vacunación, un traumatismo menor, una intervención quirúrgica y la tensión física o emocional son factores que desencadenan un episodio febril, aunque no siempre se evidencia un factor desencadenante. La fiebre con frecuencia empieza con escalofríos y un súbito aumento de la temperatura. Casi siempre se acompaña de adenopatía (cervical) y dolor abdominal con vómitos y diarrea. Otros síntomas frecuentes son cefalea, mialgia y artralgia. Además de la adenopatía, los signos físicos suelen mostrar una esplenomegalia y un exantema con maculopápulas eritematosas o petequias.

Diagnóstico

El HIDS se diagnostica a partir de una combinación de ha llazgos clínicos característicos y concentraciones continuamente elevadas de IgD (superiores a 100 UI/ml). Sin embargo, las concentraciones de IgD pueden ser normales en pacientes muy jóvenes (especialmente menores de 3 años de edad)y se han descrito niveles bajos persistentes en un pequeño número de pacientes con un cuadro clínico típico y el genotipo del HIDS. Más del 80% de los pacientes con HIDS combinan una concentración alta de IgD con niveles altos de IgA. Durante los ataques febriles, se observa una enérgica respuesta de fase aguda con leucocitosis, niveles altos de SAA y CRP y activación de la red de citocinas. El diagnóstico del HIDS clásico puede confirmarse por análisis del DNA del gen de la mevalonato cinasa. El mejor método es comenzar con el cribado de las dos mutaciones más prevalentes. Si el cribado es negativo, pero la sospecha clínica sigue siendo muy alta, puede considerarse la secuenciación de todo el gen. Una alterna tiva es determinar las concentraciones urinarias de ácido me valónico durante un ataque, que están ligeramente aumentadas. Sin embargo, es necesario realizar una espectroscopia de masas-cromatografía de gases para detectar este ligero aumento. Determinar la actividad de la mevalonato cinasa es difícil y laborioso y debería reservarse para fines de investigación.

Tratamiento

No existe un tratamiento eficaz para el HIDS. Algunos pa cientes han obtenido algún beneficio del tratamiento con corticoesteroides, colchicina, inmunoglobulina intravenosa (Igi.v.) o ciclosporina, pero estos resultados no pueden reproducirse en la mayoría de los pacientes . En un reciente ensayo controlado con placebo, la talidomida no tuvo ningún efecto sobre la actividad de la enfermedad. Los resultados de un ensayo doble ciego, controlado con placebo, que realizamos con simvastatina (un inhibidor de la HMG-CoA reductasa) en un pequeño grupo de pacientes con HIDS muestran un efecto beneficioso de este fármaco, re duciendo el número de días de enfermedad en cinco de seis pacientes .

Fuente

06-04-2019