Dinastía selyúcida
- Para consultar sobre el reino helenístico de nombre similar, vea Imperio seléucida.
|
Dinastía Selyúcida. Los turcos selyúcidas fueron una dinastía de pueblos nómadas que se asentaron en los actuales Iraq, Irán y Asia Menor,
Historia
En Anatolia (siglo XI-XIII), desplazando a los bizantinos y prolongándose su estancia a aquél espacio sobre las de los otros territorios. La dinastía de los turcos selyúcidas se ramificó en varias casas reinantes, de las cuales la más duradera fue la de los turcos del Rum (que se perpetuó hasta el siglo XIV), aunque tras las invasiones mongolas y superando la Edad Media, la más exitosa tribu turca sería la de los otomanos, escisión de los selyúcidas.
Orígen
Los selyúcidas tuvieron su origen en una tribu oghuz asentada en Asia Central, convertida al Islam desde el siglo X y de economía nómada. Desde época de Siljuk, líder de la tribu selyúcida (de ahí su nombre), los turcos migraron sobre sus vecinos persas, en el actual Irán, enfrentándose a ellos y demostrando su gran combatividad.
La dinastía gaznaví que regía en Irán tenía también un origen turco, y su poder se extendía más allá del Jorasán hasta Afganistán y parte de la India. En un principio, durante el reinado del poderoso sultán Mahmud, los selyúcidas fueron contenidos, pero, muerte este en 1030, su reino se debilitó, lo que favoreció el avance de los turcos fronterizos. En menos de diez años, la dinastía gaznaví sucesora de Mahmud fue derrotada y desplazada del Jorasán hacia la India, mientras los selyúcidas se asentaban en Irán.
Expansión
El avance selyúcida no se detuvo ahí. Su expansión se prolongó hacia Asia Menor, lo que les llevó a conquistar Bagdad (1055) al débil califato, donde a la sazón el califa era prácticamente un prisionero de los auténticos árbitros de la situación, la familia de los Buyíes, que con la conquista turca por parte de Togrul fueron expulsados del poder, y el caudillo turco proclamado, en agradecimiento, sultán por el califa.
Sus sucesores continuaron sus incursiones, esta vez sobre Armenia y Anatolia, donde en 1071 lograron una gran victoria en Mantzikert a costa del debilitado Imperio Bizantino, cuyo emperador Romano IV, fue hecho prisionero. Los sultanes selyúcidas Alp Arslan (1063-1072) y Malik Shah (1072-1092) llevaron al dilatado imperio que habían construido a su etapa de mayor esplendor.
Se organizaron en torno a la actual Teherán, y se empaparon de la tradición iraní, adquiriendo los modos de gobierno persas, la lengua irania y elevándose como guardianes de la ortodoxia musulmana sunni de la que eran seguidores. Extendieron sus fronteras sobre Siria, Transoxiana, Palestina.
Decadencia
La política seguida por los sultanes selyúcidas y la propia dinámica interna de los turcos los convertían en un poderoso Estado respaldado por un muy efectivo ejército, pero frágil en sus estructuras clánicas, que provocaban la fragmentación política y la debilidad del Sultanato. Para recompensar la participación de los líderes selyúcidas en los siempre presentes conflictos, el sultán los regalaba con tierras del iqta, señoríos con autonomía para la manutención de sus ejércitos, que terminaron por convertirse en principados independientes que avivaban la guerra civil y a los que tuvieron que enfrentarse los últimos sultanes sin demasiado éxito.
Desde finales del siglo XI el imperio selyúcida empezó a fragmentarse, en buena medida por la tendencia a la división de los estados por parte de los sultanes entre sus descendientes. Los sultanatos resultantes se enfrentaban entre sí, y además, a los cruzados que empezaban a llegar de Occidente (desde 1095). De tal modo que el imperio comenzó su desintegración, primero en el Jorasán, más tarde, los sultanes perdieron Siria, Iraq y Kermán, sostuvieron con ellos guerras infructuosas hasta Torgul III (1176-1194) murió luchando contra sus parientes de la región persa, siendo el último descendiente directo de la rama selyúcida.
Sobrevivió, no obstante, el sultanato del Rum, asentado en Anatolia y que hacía la guerra a los bizantinos por expandirse sobre la península. Perduraron a pesar de la expansión mongola sobre Asia Menor. Fueron sometidos por los mongoles a la altura de 1243, pero conservaron un poder nominal y en vasallaje a los mongoles hasta 1307. Otra rama de esta tribu, los otomanos, renacería más adelante en Anatolia para crear un gran imperio entre los siglos XV-XVII.