Silla brasilero (caballo)

El Silla Brasilero
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Clasificación Científica
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Mammalia
Orden:Perisodáctilo
Familia:Equidae

El Silla Brasilero es una variedad de la raza criolla de América Latina. Como los demás caballos del continente, es el producto de la mezcla de razas africanas (caballo árabe primitivo) y europeas.

Historia

En 1808, el príncipe Regente de Portugal, Don Joao IV, espantado por la invasión napoleónica en la península ibérica, se refugia en Brasil. Lleva consigo toda su caballería. Sus caballos son de raza Alter, Garrano. La familia brasileña Junqueira adquiere algunos machos, los cruza con yeguas locales de origen ibérico (muy probablemente descendientes de la raza Sorraia) y se dedica a obtener un caballo adaptado para el trabajo ganadero, pero también para la práctica de diversos deportes y paseos, para lo cual introducen sangre árabe, angloárabe, inglesa y americana (american saddle-horse), cuidando un tipo de paso particular: la marcha trotada.

Características

La cuna del caballo Silla Brasilero es el sur de Brasil, cerca de la frontera con Uruguay. Se cría en la región del Río Grande do Sul. Para el caballo Silla Brasilero, los dos orígenes étnicos se han equilibrado. Ha heredado del caballo árabe su altura que raras veces pasa 1.50 m, su cabeza corta y triangular, su perfil ligeramente convexo o recto, sus orejas cortas y muy separadas, su grupa poco inclinada y su carácter activo. Su antepasado europeo le ha dado su crin abundante, su aspecto "pequeño pero fuerte" y su actitud tranquila. De hecho, su procedencia del caballo árabe es muy aparente. Origen: Brasil Alzada: 1,55 à 1,60 m Estructura: Formas medianas. Pelajes: Alazán, bayo, gris, ruano. Carácter: Tranquilo y enérgico. Aptitudes: Caballo de silla. Trabajo ganadero, juegos ecuestres, cabalgatas. Cualidades: Rustico y Resistente. Cabeza: Más bien larga, perfil rectilíneo, frente larga, ojos vivaces, orejas largas. Cuello: Bastante largo y musculoso, crin abundante. Tronco: Cruz a veces prominente, línea dorso lumbar corta y recta, riñón fuerte, grupa redondeada, cola flotante Paletas: Inclinadas y musculosas. Tórax: Amplio. Miembros: Sólidos, esqueleto y articulaciones muy desarrollados, articulaciones y tendón resistentes, cuartillas largas, cascos bien hechos y robustos.

Alimentación

Su alimentación tiene que ser balanceada, aproximadamente la cantidad de alimento es el 2.5 del peso del animal; de este porcentaje será del 50 de alguna mezcla de alimento (forraje) balanceado en proteínas, y el otro 50 será de alfalfa (o el alimento vegetal). Entonces la regla de oro para la alimentación de los caballos es un jarro más de comida, y el agua todo el tiempo debe de estar presente. La alimentación depende del trabajo que esté recibiendo el animal. Para su alimentación hay que tomar mucho en cuenta si el animal es muy nervioso o está en lugares que no puede descansar bien, ya que ello le podría traer complejos, y con ello un mayor gasto de energía, con respecto a lo que está recibiendo en su alimentación, en caso de observar que no está comiendo bien sus alimentos, se debe de optar por algún suplemento (vitaminas). Los períodos de alimentación de los caballos en cuadra no deben de ser mayores de 8 horas, pues recordemos que su naturaleza es estar todo el día comiendo.

Cuidados del El Silla Brasilero: la higiene

Respecto a la limpieza, se sugiere realizarla al finalizar el día, cuando el caballo no sea nuevamente sometido a trabajo pero apenas termine de hacerlo. Esto se debe realizar de esta manera a fin de que el cuerpo del equino esté aún caliente. Lo primero que usamos es el cepillo de raíces y lo pasamos por toda la extensión del pelaje con mucha suavidad, sacando barro y sudor. Luego pasamos la bruza, entre cinco y seis veces por cada zona, suave pero firme para que logre llegar a la piel (limpiando a su vez la bruza cada tanto). Los movimientos deben ser siempre hacia abajo y hacia atrás. La cara es preciso limpiarla con una esponja. La cola y la crin: peinarlas con un cepillo. El casco es lo último en ser limpiado y se busca realizar el movimiento desde el talón hacia la lumbre (sin presionar en las zonas blandas). Los cuidados referidos a las patas de los caballos son los más importantes. Esto es así precisamente por el enorme peso que en su mayoría poseen, el cual es repartido entre sus cuatro extremidades de por sí bastante pequeñas en relación al resto de su cuerpo. Es importante chequear en cada lavada si la herradura se encuentra adecuadamente colocada y en su sitio. Las herraduras son como las suelas de los cascos, de allí la importancia de contar con un buen herrero que las coloque y así evitar el desgaste y deterioro de esta parte del caballo. La necesidad de herrar siempre depende del tipo de actividad a la que se verá sometido el equino.

Fuentes