Taranis

Taranis
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Deidad
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Taranis , era considerado en la mitología celta como el dios del trueno, la luz y el cielo, la rueda cósmica que simboliza el ritmo de las noches y de los días, el universo en su totalidad, era asociado con la noción de infinito.

Origen

Es considerado un dios principal de la mitología celta, también llamado el atronador cuyo culto se desarrolló sobre todo en la Galia, el país de los astures y la Bretaña romana. Se le atribuye además el nacimiento del muérdago mediante un rayo que cae en la rama de un roble, pasando a representar la unión entre el cielo y la tierra. Taranis, junto con Esus y Toutatis forman parte de una tríada sagrada, fue mencionado por el poeta romano [[Lucan] en su poema épico Pharsalia como una deidad celta a la que se le ofrecían sacrificios humanos.

Estaba asociado, al Brontes en la mitología griega, con la rueda cósmica. De este modo, se establece un vínculo entre las pequeñas ruedas como rituales de la Edad del Bronce y el Hierro con el caldero Gundestrup y con las representaciones de los Imperios. Se han descubierto siete altares dedicados a este dios, todos con inscripciones en griego o latín en toda Europa continental.

En la mitología celta, A veces se acompaña de animales: caballo, águila o serpiente Taranis dios del trueno, fue adorado principalmente en la Galia, Gallaecia, Gran Bretaña, Irlanda, pero también en las regiones de Renania y Danubio, entre otros.

Representación

Taranis al ser considerado un dios guerrero y protector, aparece representado en imágenes como un hombre con barba, a pie o a caballo. Aunque hay algunas Imágenes más expresivas de esta deidad donde se muestra con una rueda en la mano, como símbolo de la rueda cósmica. En la otra mano una pequeña vara que indica un pequeño rayo, con el poder de provocar rayos y truenos en las tormentas.

Sus primeras representaciones tomaron forma poco antes de la conquista romana.

Posición y culto

Esta deidad se encontraba dentro de la triada de dioses celtas junto a Esus y Teutates. Se refiere que los sabios de la época, conocidos como la clase sacerdotal y además grandes filósofos, ofrecían sacrificios a Taranis. Estos sacrificios tenían como propósito ganarse la gracia del dios y calmar su ira. Para este fin sacrificaban a personas que generalmente eran prisioneros de guerras.

Fuentes