Timidez en los niños

La timidez en los niños
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Concepto:La timidez es uno de los estados más complicados que afecta el universo de las relaciones personales en su normalidad. Se le considera una pauta comportamental limitadora del desarrollo social de quienes la experimentan, en las diversas áreas de su realidad cotidiana..

El principal problema de la timidez. Sin duda, es que el niño tímido suele ser una persona tranquila, callada, temerosa, que evita las interacciones sociales y que pese a que puede llamar la atención de padres, maestros y educadores no suele identificarse como una persona que cause o tenga problemas y, por tanto, tampoco susceptible de necesitar ayuda profesional.

Principales manifestaciones de la conducta tímida

  • Déficit o carencia de conductas interactivas

El niño tiene problemas para relacionarse con sus iguales o los adultos: No participa ni pregunta en clase, le cuesta iniciar conversaciones con otros niños o tomar la iniciativa en cualquier actividad. Se muestra reservado y distante. Pueden también estar presentes una pasividad excesiva, aislamiento, baja asertividad, escasa capacidad de expresión emocional, inseguridad, lentitud y sumisión al grupo. En definitiva presentan un escaso repertorio en habiliades sociales.

  • Conductas de temor, miedo o ansiedad

Suelen estar presentes las conductas de ansiedad (anticipatorias de la situación o en la propia situación), temores y miedos irracionales en el sentido de tener que expresar una opinión o efectuar algún acto en presencia de sus iguales o adultos. Acompañando a los temores se produce la activación psicofisiológica (ansiedad) que se manifiesta con temblores, rubor, tartamudeo, dolores estomacales, etc... Lo peor es la falta de autocontrol que puede experimentar el niño ante estos episodios lo que le puede llevar a evitar activamente situaciones concretas.

  • Problemas relativos a su auto-estima

El niño tímido es un niño que sufre y eso le puede llevar a problemas afectivos, de baja auto-estima y una tendencia a subestimarse e incluso a desarrollar ciertos sentimientos de inferioridad acompañados de indefensión, ocasionalmente depresión, hipersensibilidad, culpabilidad, atribuciones inexactas, ideas irracionales, etc... Es también probable que haya episodios de "rompimiento emocional" que se manifiesten en forma de llantos en momentos puntuales o también (según el niño) de conductas disruptivas en su entorno más próximo. Finalmente, también pueden darse quejas psicosomáticas (dolores de estomago, mareos, dolor de cabeza, etc.., en algunas ocasiones para evitar las situaciones temidas: colegio, etc...).

  • Otras manifestaciones

Otro factor relevante a tener en cuenta, es cuando la timidez se produce como consecuencia o síntoma de un trastorno orgánico o psicológico subyacente. Está muy bien descrita la timidez selectiva (para ciertas personas o situaciones) en algunos niños del espectro autista o de los T.G.D.(Trastornos Generalizados del Desarrollo), también en los casos de Retraso Mental.
Evidentemente estamos delante de un tipo de timidez bastante diferente a la de la población general pero que también cursa con dificultades para la integración social de estos niños.
En el caso del Síndrome de Asperger nos encontramos con niños con capacidades intelectuales conservadas pero con una problemática recurrente no tanto de evitar el contacto social sino de encontrar las herramientas adecuadas para hacerlo de forma eficaz. Estos niños no entienden los convencionalismos ni lo “socialmente correcto”, tampoco saben interpretar las claves emocionales. Ello les lleva a ser vistos como torpes o extraños lo que se traduce en un retraimiento de los mismos y a ser catalogados de “tímidos” en determinadas situaciones.

Evaluación de la timidez

La evaluación debe ser multimodal analizando diversas fuentes de información (familia, profesores, compañeros...), aplicando diferentes procedimientos (informes estructurados, observación directa, autoinformes...) y sondeando los diferentes contextos situacionales relevantes (escuela, familia, comunidad...).

Informes de iguales u otras personas

Se trata de procedimientos sociométricos diseñados para evaluar y describir la amistad, simpatía o la atracción interpersonal entre los miembros de un grupo y proporcionan información sobre lo querido, aceptado o rechazado que es un niño por sus iguales. Es una información valiosísima para el psicólogo ya que los compañeros basan sus opiniones en numerosas experiencias de interacción con el niño tímido y podemos conocer el alcance real de las mismas en situación de interacción.

Observación direrecta

Este procedimiento consiste en el registro de la frecuencia, magnitud, duración o calidad de determinadas conductas y habilidades sociales manifestadas por el niño en los contextos naturales donde se producen.
Los informes de iguales proporcionan una fuente de datos muy importante, sin embargo, debemos complementarlos con la información mediante la observación directa. Las situaciones o interacciones explicadas por las propias personas del grupo observado pueden introducir voluntaria o inconscientemente determinados sesgos en sus apreciaciones. Es por ello que la recogida de información directa debe ir orientada a contrastar y complementar la información recabada por otros medios.

Autoinformes

El Autoinforme es un procedimiento mediante el cual se recoge la información, observación e incluso valoración que hace el propio sujeto acerca de su comportamiento interpersonal.

Orientaciones de ayuda para el niño tímido

  • Es importante conocer en lo posible el origen de la timidez para tratarla con mayor eficacia. Las causas pueden ser mútiples: genéticas, ambientales, emocionales, de aprendizaje, etc... El niño tímido no lo es por capricho o mala educación. Detrás suele haber sufrimiento emocional y sentimientos de ser diferente.
  • Es importante no forzar nunca al niño ante situaciones nuevas. Primero hay que consolidar las que ya ha asumido con éxito.
  • No ridicularizarlo ni hacerle sentir diferente a los demás. No compararlo peyorativamente con otros niños. Lo que a él le sucede le pasa a mucha gente.
  • El niño debe saber que conocemos y comprendemos su problema y estamos dispuestos a ayudarle incondicionalmente.
  • Darle confianza y tiempo. Motivarlo a que vaya superando, conforme a su edad, nuevos retos pero sin agobiarle. Cada niño tiene sus propias estrategias para afrontar las situaciones estresantes y debemos potenciarle las que consideremos adecuadas.
  • Tratar el problema con naturalidad sin que vea en los padres una preocupación excesiva, eso podría suponer una carga adicional.
  • Vigilar y corregir (sin reprimendas) las verbalizaciones irracionales o exageradas (por ejemplo: "soy un inutil"; "nunca podré tener amigos"; "si me hacen hablar me desmayaré". Según la edad del niño se pude reflexionar acerca de estas ideas fatalistas.
  • Buscar un amigo (de su misma edad) de confianza para que le sirva de modelo puede resultar útil como parte de la estrategia de tratamiento.
  • La timidez no es una "enfermedad" sino una característica de nuestra personalidad. Un pequeño nivel de timidez puede ser incluso positivo, no obstante, cuando adquiere unos niveles que resultan molestos o incapacitantes para el niño que lo sufre hay que buscar ayuda profesional y actuar.
  • La timidez en niños debe ser contemplada dentro del curso evolutivo de los mismos. Hay etapas en las que el ser humano está más predispuesto (adolescencia) y se hace más evidente. Normalmente el que ha nacido tímido lo será toda la vida, sin embargo, con el aprendizaje de ciertas herramientas psicológicas, podrá ser más eficiente en sus relaciones interpersonales y, por tanto, gozar de una mejor salud emocional.

Fuente

  • www.psicologoniños.es
  • www.psicodiagnosis.cat