Vasíli Vereschaguin

Vasíli Vereschaguin
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Datos personales
Nacimiento26 de octubre de 1842
Novgorod, Bandera de Rusia Rusia
Fallecimiento13 de abril de 1904
Port Arthur, Bandera de la República Popular China China
OcupaciónPintor
Premios
 
  • Premio.
  • Premio.

Vasíli Vasílievich Vereschaguin. Pintor que conmocionó a Rusia y Alemania con sus cuadros bélicos, diseñados para provocar el horror a la guerra. En sus exposiciones en París, Viena, San Petersburgo, Londres, resaltó el lienzo, Apoteosis de la Guerra, considerado entre las 100 mejores piezas de la pintura mundial. Su exposición presentada en Nueva York en 1888 fue calificada de “intenso realismo, bien pensado, profundo”. Nominado al primer Premio Nobel de la Paz.

Datos biográficos

Nació el 26 de octubre de 1842, en el poblado de Cherepovets, provincia de Novgorod, región caracterizada por sus espesos bosques y sus vastas estepas, donde la familia había poseído propiedades durante varias generaciones.

Su abuela materna era una tártara de rara hermosura, casada con un terrateniente de noble estirpe, que la envió a buscar al Cáucaso, es por ello que Vereschaguin se complacía en decir que tenía tres cuartas partes de ruso y una de tártaro. Ciertos rasgos de su expresiva fisonomía revelaban su sangre de origen oriental.

Infancia

En su infancia y durante sus vacaciones, tanto en la aldea Petrovka, donde vivían sus padres, como en el poblado Liubiets de Cherepoviets, Vereschaguin fue testigo del trabajo esclavo de los sirgadores, hombres que tiraban de las carretas de los comerciantes.

Quedó conmocionado por la vida trágica de los pobladores, que ante una situación sin salida se veían obligados a convertirse prácticamente en animales. Expresó sus vivencias sobre la humillación y avasallamiento de la dignidad humana en la serie ‘’Personajes insignificantes’’, entre los que resaltan las imágenes de los sirgadores.

Carrera militar

Siendo aún niño se manifestó en él su afición al arte, pues dibujaba todo cuanto veía; pero su familia, considerando que dar al joven la carrera por él indicada sería rebajarse socialmente, a su modo de ver, resolvió destinarle a la marina. En consecuencia, con sólo 8 años fue enviado a una escuela náutica en Tzarkoie para su posterior ingreso en el cuerpo de cadetes del Zar. Es así como en 1853 ingresa en la Escuela de Guardiamarinas de San Petersburgo y realiza su primer viaje por mar en 1858. Mientras seguía su carrera militar, asistía a clases nocturnas de arte, que era lo que a él realmente le gustaba.

No tardó en distinguirse durante la carrera militar, pero sin dejar por eso de consagrarse a su estudio artístico en todos los ratos de ocio. Con la ayuda de su madre, pudo al fin vencer la oposición del padre, y aunque éste le aseguró que si se empeñaba en ser pintor no le daría jamás un centavo, los sentimientos generosos se sobrepusieron al fin a la severidad del padre, que de vez en cuando entregaba a su hijo sumas de no poca importancia.

Abandona su prometedora carrera militar para dedicarse a la pintura. Entretanto, el joven había ganado dos cursos en la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo, donde comenzó a disgustarle al pseudo-clasicismo; y aunque obtuvo medalla de plata por la composición presentada, "Ulises dando muerte al pretendiente de Penélope", inutilizó esta última después, asegurando que le era forzoso cambiar de escuela, porque siendo esencialmente amante del naturalismo estaba en completa oposición con lo antiguo. La educación académica se basaba completamente en el clasicismo y eso no satisfacía al joven por lo que dejó la Academia.

Dedicación a la pintura

Su éxito pictórico le sirvió, entre otras cosas, para reconciliarse con su familia, con la que había dejado de tener contacto tras su decisión de abandonar la carrera militar. Al cabo de poco tiempo, el instinto de Vereschaguin lo impulsó a viajar; y después de un rápido pero instructivo recorrido por París, Los Pirineos y Alemania, y buscando nuevos horizontes marchó al Cáucaso para estudiar en su fuente los asuntos orientales que le atraían mucho. Allí, realizo muchos dibujos y se dedicó a las costumbres y gentes locales, a la vez pasó una etapa como profesor de dibujo.

El Cáucaso, sedujo de tal forma a Vereschaguin, que redundó sustancialmente en su trabajo futuro. Su receptividad visual se acentúa, él trata de captar los tonos de la luz en dependencia del carácter y la fuerza de la iluminación. Realiza estudios en la mañana, durante el crepúsculo, a pleno sol y hasta en la noche. El carácter de sus bocetos es más variado. Es aquí donde Vereschaguin es más ingenioso en la transmisión de la luz, la factura, el volumen: experimenta libremente, prueba diferentes combinaciones de colores, diferentes densidades y audaces modulaciones. Su paleta finalmente se libera de la oscuridad condicional, el colorido adquiere una instrumentación más rica, el color, insignificante, antes que la candidez y el brillo.

Con la ayuda de su familia, se trasladó en 1864 a París. No tardó en aparecer en el "Tour du Monde" un relato muy gráfico, escrito e ilustrado por el propio Vereschaguin, dando cuenta de su primera excursión al Oriente, en cuyo texto demostró que era tan apto para manejar la pluma como el pincel. Tres álbumes llenos de acuarelas y de dibujos fueron el resultado de aquella visita.

En París, él se había presentado ante el pintor Jean-León Gérome, y con su habitual dinamismo, le solicitó que le admitiera para aprender. La franqueza del joven y sus obras le recomendaron ante el maestro, que accedió a la repentina petición. Jean-León Gérome era pintor y estuatario francés de estilo académico que había alcanzado fama en la pintura de historia, del cual Vereschaguin tomó su estilo y temas históricos y militares; así como su documentada interpretación de ambientes y personajes. A partir de ese entonces Vereschaguin trabajó dos años con él, y asistió al mismo tiempo a la Escuela de Bellas Artes (Ecole des Beaux-arts).

Así, fue el primero en emanciparse de las reglas tradicionales, y su energía con la que enfrentó a los que le criticaban hizo comprender a estos que no era un hombre común. Se opuso a copiar a los antiguos maestros; y también rehusó servirse de colores, alegando que él no se creía con suficiente aptitud para ello.

El nuevo artista no permaneció largo tiempo en París, comprendía que para su estudio no eran suficientes las escenas de una refinada civilización; en París la Academia seguía también los standards clásicos y la práctica de copiar obras maestras. Necesitaba el espacio libre, la naturaleza salvaje; y es así que en las vacaciones de 1865, saliendo de París se dirigió a las regiones caucásicas, bosquejando todo cuanto veía a su paso, con ardiente frenesí.

Reclutado por el ejército ruso

En el año 1867 terminó el aprendizaje de Vereschaguin, que continuó de nuevo en el ambiente poético del Oriente. Sólo necesitaba un empuje para lanzarse, una oportunidad para emprender la marcha, y afortunadamente no tardó en presentarse bajo la forma de una expedición rusa a las estepas del Asia Central con el objetivo de castigar a los merodeadores turcomanos, que cometían numerosas depredaciones. Se enroló voluntario en el ejército ruso en Turkestan y participó en acciones militares contra el Emir de Buhara.

El general Kaufmann acababa de ser nombrado jefe de las fuerzas expedicionarias, y Vereschaguin solicitó ser admitido como artista voluntario, lo cual se le concedió, nombrándosele alférez para facilitarle los medios. En aquel momento Vereschaguin tuvo una perspectiva un espacioso campo de acción, y pudo estudiar el Oriente como pocos pintores lo habían hecho antes, porque penetró con sus pinceles donde los demás habían pasado sólo con la pluma. Realiza investigaciones etnográficas en la región. Allí conoció la guerra a fondo mejor que ningún artista pudiese conocerla antes; por eso la ha representado con tanta verdad, desnuda del oropel y de los caprichosos accesorios con que las retrataban hasta ese momento los artistas, más aún que los historiadores; y también ha hecho ver cuan horrible, sangriento y repugnante es en realidad el espectáculo de esa lucha entre gobernantes-poderosos.

A partir de ese momento, el Vereschaguin combatiente, cada vez que conocía del inicio de una guerra de esta índole preparaba sus pinceles y pedía autorización para agregarse al Estado Mayor adonde se iba a realizar sus bocetos, pero no desde donde acostumbraban a hacerlo los oficiales de rango o corresponsales, que seguían con anteojos de larga vista los movimientos de las grandes masas de ejércitos, sino al natural, bajo el fuego enemigo, con un valor y una serenidad imperturbables. Mientras estuvo con el general Kauffman, Vereschaguin no se limitó a bosquejar y pintar, sino que también participó del combate.

Durante la defensa de la ciudad de Samarcanda, quedó sitiado junto a seiscientos cincuenta y ocho soldados entre los que se encontraba el pintor. La ciudad estaba cercada por una horda de feroces turcomanos y cuando los rusos comenzaron a desanimarse, el artista, olvidando sus pinturas al ver que el enemigo acababa de fijar su estandarte en las murallas, reunió a su gente en el momento crítico, con un arma en la mano amenazó a los que huían y les obligó a prepararse para la defensa. En la batalla, que duró ocho días, Vereschaguin actuó como un verdadero militar.

Por su valiente comportamiento en la defensa de Samarcanda Para recompensar el heroísmo del artista, se le concedió la Cruz de San Jorge, la más alta condecoración militar; pero Vereschaguin en un inicio rehusó a este honor, como siempre hizo con cuantas le ofrecieron, alegando que el arte es un estado libre y que cuando busca semejantes recompensas deja de ser digno de su alta misión. Posteriormente la aceptó y fue la única que llevó en su pecho durante toda su vida.

A su regreso a Turquestan

Cuando la herencia de sus padres se hizo efectiva, fue dueño de una inmensa fortuna que le hizo cambiar totalmente de vida. A su regreso del Turquestan, en 1871, se establece en Munich, donde compró una mansión, y construyó su primer estudio al aire libre: era una especie de habitación movible, montada en ruedas que se deslizaban, en forma circular, por unos raíles como los del tranvía.

El artista había tomado la idea de los instrumentos que se usan para las observaciones astronómicas; y en su nuevo estudio le era fácil colocar su modelo de modo que estuviese bien iluminado por la luz directa del día, mientras que él trabajaba en el interior con toda comodidad. Allí permaneció tres años trabajando con las notas y material recopilado durante sus viajes por el Turquestán y el Cáucaso.

Muerte

Muere el 13 de abril de 1904, en Port Arthur, República Popular China.

Su obra

De su obra se realizaron diversas exposiciones en Londres, Viena, Berlín, ciudad esta última donde tuvo una especial acogida por su tremendo realismo. Según algunos críticos de la época, lo que se mostraba era demasiado gráfico; el pueblo no tenía la necesidad de contemplar la barbarie de la guerra de un modo tan explícito. Se prohibió a los soldados que fueran a ninguna exposición del artista por motivos psicológicos.

Efectuó nuevamente viajes a Turquestán, India, Siria y Palestina, país donde recogió documentación para una serie de cuadros sobre el Nuevo Testamento. En esta época envió a Viena su obra ‘’Sagrada Familia’’, que fue calificada de blasfema; también fue tremendamente criticada, al año siguiente, su obra ‘’Resurrección’’, lo que provocó que el artista la destruyera. Protegido por el príncipe de Gales, futuro Eduardo VII, celebró una exposición donde exhibió las obras resultado de su viaje a la India. En 1893 expuso en Moscú algunas obras sobre la invasión de Napoleón en Rusia. Desde 1894 realizó otros viajes, esta vez a Arcángel, China y Port Arthur.

Su afán por representar la verdad acarreó muchos problemas al artista, que tuvo que romper y quemar algunos de sus cuadros por sentimientos patrióticos. Entre ellos se encuentra el titulado ‘’¡Olvidado!’’ que representa a un soldado ruso abandonado por sus compañeros en el campo de batalla. También publicó una ‘’Historia de la caricatura rusa’’.

La mayoría de sus obras se encuentra en los museos Tretiakov de Moscú y Alejandro III de San Petersburgo. Pese a las críticas, hay que considerarle como uno de los artistas que mejor han sabido representar la historia rusa.

Fuentes