1984 (Libro)
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1984. Considerada como una de las obras cumbre de la trilogía de las distopías de principios del siglo XX (también clasificadas como ciencia ficción distópica), junto a la novela de 1932 “Un mundo feliz” (Brave new world en inglés), de Aldous Huxley, y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Algunos consideran a ésta novela un plagio de la obra “Nosotros” escrita por Yevgeni Zamiatin en 1921. Por su parte Orwell reconoció la influencia de la misma en su novela.
Sumario
Sinopsis
Novela satírica que ofrece una descripción aterradora de la vida bajo la vigilancia constante del "Gran Hermano", en la cual existe una supuesta sociedad policial, el estado ha conseguido el control total sobre el individuo. No existe siquiera un resquicio para la intimidad personal: el sexo es un crimen, las emociones están prohibidas, la adoración al sistema es la condición para seguir vivo.
La policía del pensamiento se encargará de torturar hasta la muerte a los conspiradores, aunque para ello sea necesario acusar a inocentes. Winston y Julia, a pesar de ser miembros del partido y sabiendo que el Gran Hermano les vigila, se rebelan contra ese poder que se ha adueñado de las conciencias de sus conciudadanos. El camino que seguirán se convertirá en un peligroso laberinto hacia un final incierto.
Este libro es conocido por muchos como el modelo del programa de reality show "Gran Hermano", pero lo cierto es que 1984 no es una novela anticomunista, sino contra los totalitarismos de cualquier tendencia.
Argumento
La novela fue escrita por George Orwell bajo el título de trabajo de El último hombre de Europa (The Last Man in Europe en inglés). No obstante, los editores tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, en donde fue lanzado el libro de forma simultánea, cambiaron el nombre a Mil novecientos ochenta y cuatro por motivos comerciales. En ese año transcurre la acción narrada en el libro.
Publicado inicialmente el 8 de junio de 1949, el grueso de la novela fue escrito por Orwell en la isla de Jura en Escocia en 1948, aunque Orwell había estado escribiendo pequeñas partes desde 1945. El título 1984 es el resultado de intercambiar la posición de los dos últimos dígitos del año en el que se escribió el libro, 1948.
Tras años trabajando para el Ministerio de la Verdad, Winston Smith se va volviendo consciente de que los retoques de la historia en los que consiste su trabajo son sólo una parte de la gran farsa en la que se basa su gobierno, y descubre la falsedad intencionada de todas las informaciones procedentes del Partido Único. En su ansia de evadir la omnipresente vigilancia del Gran Hermano (que llega inclusive a todas las casas) encuentra el amor de una joven rebelde llamada Julia, también desengañada del sistema político; ambos encarnan así una resistencia de dos contra una sociedad que se vigila a sí misma. Juntos Winston y Julia creen afiliarse a la Hermandad, un supuesto grupo de resistencia dirigido por Emmanuel Goldstein —un personaje casi tan ubicuo y omnipresente como el propio Gran Hermano, el Enemigo del Pueblo y escritor de El Libro, el cual Winston lee hasta llegar a comprender los mecanismos del doblepensar, herramienta base de dominación del Partido—, y que es en realidad uno más de los instrumentos de control del Partido.
A través de una historia intrincada, con temas como el lavado de cerebro, el lenguaje, la psicología y la inventiva encaminados al control físico y mental de todos los individuos, la educación totalitaria de la juventud, etcétera, Orwell relata la historia trágica y aparentemente emancipadora de Winston Smith y Julia, quienes tratan de escapar de un sistema donde la intimidad y el libre pensamiento están prohibidos. Al descubrir que los presuntos "miembros de la resistencia" formaban parte también del mecanismo represor, los protagonistas son encerrados por la Policía del pensamiento y sometidos a tortura en el Ministerio del Amor. Winston es obligado a reconocer que un enunciado evidentemente falso como 2+2=5 es en realidad verdadero. Su fortaleza sorprende a los torturadores en la Habitación 101, pero todo no es más que parte de una alienada pesadilla.
Estructura del libro
En su estructura consta de tres partes repartidas en veinticuatro capítulos, con un total de 343 páginas más un pequeño compendio de los principios de neolengua. Esta obra ha sido adaptada al cine con el mismo título en dos ocasiones y en versión libre también en dos ocasiones, además existe una versión en ópera.
Fragmentos de la obra
Cualquier sonido que hiciera Winston superior a un susurro, era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del radio de visión de la placa de metal, podía ser visto a la vez que oído. Por supuesto, no había manera de saber si le contemplaban a uno en un momento dado. Lo único posible era figurarse la frecuencia y el plan que empleaba la Policía del Pensamiento para controlar un hilo privado. Incluso se concebía que los vigilaran a todos a la vez. Pero, desde luego, podían intervenir su línea de usted cada vez que se les antojara. Tenía usted que vivir y en esto el hábito se convertía en un instinto con la seguridad de que cualquier sonido emitido por usted sería registrado y escuchado por alguien y que, excepto en la oscuridad, todos sus movimientos serían observados.
El Ministerio de la Verdad, que en neolengua (la lengua oficial de Oceanía) se le llamaba el Minver, era diferente, hasta un extremo asombroso, de cualquier otro objeto que se presentara a la vista. Era una enorme estructura piramidal de cemento armado blanco y reluciente, que se elevaba, terraza tras terraza, a unos trescientos metros de altura. Desde donde Winston se hallaba, podían leerse, adheridas sobre su blanca fachada en letras de elegante forma, las tres consignas del partido:
- La guerra es la paz.
- La libertad es la esclavitud.
- La ignorancia es la fuerza.
Se decía que el Ministerio de la Verdad tenía tres mil habitaciones sobre el nivel del suelo y las correspondientes ramificaciones en el subsuelo. En Londres sólo habían tres edificios del mismo aspecto y tamaño, éstos aplastaban de tal manera la arquitectura de los alrededores que desde el techo de las Casas de la Victoria se podían distinguir, a la vez, los cuatro edificios. En ellos estaban instalados los cuatro ministerios, entre los cuales se dividía todo el sistema gubernamental. El Ministerio de la Verdad, que se dedicaba a las noticias, los espectáculos, la educación y las bellas artes. El Ministerio de la Paz, para los asuntos de guerra. El Ministerio del Amor, encargado de mantener la ley y el orden. Y el Ministerio de la Abundancia, al que correspondían los asuntos económicos. Sus nombres, en neolengua: Miniver, Minipax, Minimor y Minindantia.
El Ministerio del Amor era terrorífico, no tenía ventanas en absoluto. Winston nunca había estado dentro del Minimor, ni siquiera se había acercado a medio kilómetro de él. Era imposible entrar allí a no ser por un asunto oficial y en ese caso había que pasar por un laberinto de caminos rodeados de alambre espinoso, puertas de acero y ocultos nidos de ametralladoras. Incluso las calles que conducían a sus salidas extremas, estaban muy vigiladas por guardias, con caras de gorila y uniformes negros, armados con porras. Lo que ahora se disponía Winston a hacer era abrir su diario. Esto no se consideraba ilegal (en realidad nada era ilegal, ya que no existían leyes), pero si lo detenían podía estar seguro de que lo condenarían a muerte, o por lo menos a veinticinco años de trabajos forzados. El acto trascendental, decisivo, era marcar el papel. En una letra pequeña e inhábil escribió: 4 de abril de 1984.
Se echó hacia atrás en la silla. Estaba absolutamente desconcertado. Lo primero que no sabía con certeza era si aquel era, de verdad, el año 1984. Desde luego, la fecha había de ser aquélla muy aproximadamente, puesto que él había nacido en 1944 o 1945, según creía, pero, «¡cualquiera va a saber hoy en qué año vive!», se decía Winston. Y se le ocurrió de pronto preguntarse: ¿Para qué estaba escribiendo él este diario?, para el futuro, para los que aún no habían nacido.
Su mente se posó durante unos momentos en la fecha que había escrito a la cabecera y luego se le presentó, sobresaltándose terriblemente, la palabra neolingüística doble pensar. Por primera vez comprendió la magnitud de lo que se proponía hacer. ¿Cómo iba a comunicar con el futuro? Esto era imposible por su misma naturaleza. Una de dos: o el futuro se parecía al presente y entonces no le haría ningún caso, o sería una cosa distinta y en tal caso, lo que él dijera carecería de todo sentido para ese futuro. Es curioso: Winston no sólo parecía haber perdido la facultad de expresarse... Llevaba el «mono» cedido por una estrecha faja roja que le daba varias veces la vuelta a la cintura realzando así la atractiva forma de sus caderas y ese cinturón era el emblema de la liga juvenil antiSex.
En realidad, a Winston le molestaban casi todas las mujeres y especialmente las jóvenes y bonitas porque eran siempre las mujeres, y sobre todo las jóvenes, lo más fanático del partido, las que se tragaban todos los slogans de propaganda y abundaban entre ellas las espías aficionadas y las que mostraban demasiada curiosidad por lo heterodoxo de los demás. Pero esta muchacha determinada le había dado la impresión de ser más peligrosa que la mayoría. Una vez que se cruzaron en el corredor, la joven le dirigió una rápida mirada oblicua que por unos momentos dejó aterrado a Winston. Incluso se le había ocurrido que podía ser una agente de la policía del pensamiento. No era, desde luego, muy probable. Sin embargo, Winston siguió sintiendo una intranquilidad muy especial cada vez que la muchacha se hallaba cerca de él, una mezcla de miedo y hostilidad.
Los programas de los Dos Minutos de Odio variaban cada día, pero en ninguno de ellos dejaba de ser Goldstein el protagonista. Era el traidor por excelencia, el que antes y más que nadie había manchado la pureza del partido. Todos los subsiguientes crímenes contra el partido, todos los actos de sabotaje, herejías, desviaciones y traiciones de toda clase procedían directamente de sus enseñanzas. En cierto modo, seguía vivo y conspirando. Goldstein pronunciaba su habitual discurso en el que atacaba venenosamente las doctrinas del partido, un ataque tan exagerado y perverso que hasta un niño podía darse cuenta de que sus acusaciones no se tenían de pie, y sin embargo, lo bastante plausible para que pudiera uno alarmarse y no fueran a dejarse influir por insidias algunas personas ignorantes.
Insultaba al Gran Hermano, acusaba al partido de ejercer una dictadura y pedía que se firmara inmediatamente la paz con Eurasia. Abogaba por la libertad de palabra, la libertad de prensa, la libertad de reunión y la libertad de pensamiento, gritando histéricamente que la revolución había sido traicionada. Y todo esto a una rapidez asombrosa que era una especie de parodia del estilo habitual de los oradores del partido e incluso utilizando palabras de neolengua, quizás con más palabras neolingüísticas de las que solían emplear los miembros del partido en la vida corriente.
Datos del autor
George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (1903-1950), escritor británico políticamente comprometido que ofreció un brillante y apasionado retrato de su vida y su época. Nació en Motihari, India y estudió en el Eton College de Inglaterra gracias a una beca. Prestó sus servicios en la Policía Imperial India destinado en Birmania, desde 1922 a 1927, fecha en que regresó a Inglaterra.
Enfermo y luchando por abrirse camino como escritor vivió durante varios años en la pobreza, primero en París y más tarde en Londres. Como resultado de esta experiencia escribió un primer libro Sin Blanca en París y Londres (1933). Algunas de sus obras son: Días en Birmania (1934), La Hija del Reverendo (1935), Homenaje a Cataluña (1938),. El Camino a Wigan Pier (1937, Rebelión en la Granja (1945) y Así Fueron las Alegrías (1953), entre otras. Orwell murió de tuberculosis en enero de 1950.
Premios
- 1984: Prometheus Hall of Fame
- 1998: Encuesta Locus, 21ª mejor novela anterior a 1990.

