Edoardo Bellarmino

Revisión del 15:50 24 feb 2012 de Susana jc.bayamo7 (discusión | contribuciones) (Página creada con '{{Ficha Persona |nombre = |nombre completo = Edoardo Bellarmino Perroncito |otros nombres = |imagen = Perroncito.jpg‎ |tamaño = |descripción = |fecha de nacimiento = 10 ...')
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Información sobre la plantilla
260px
NombreEdoardo Bellarmino Perroncito
Nacimiento10 de marzo de 1847
Viale d'Asti

Edoardo Bellarmino Perroncito (1847 - 1936) En la extrema periferia turinesa, donde esta ya confina con Collegno, existe una pequeña calle que lleva el nombre del veterinario, patólogo y pasasitólogo Edoardo Perroncito. La humildad de tal recordación se ve mitigada de alguna manera si se considera que la calleja gemela y paralela a esta ha sido dedicada nada menos que aPasteur. Se encuentran así reunidos por la toponimia urbana dos científicos que, sin ser médicos, contribuyeron tan considerablemente a la medicina (el científico francés era químico y nuestro Perroncito, zoólogo), colaboraron uno con el otro e incluso fueron amigos.

Niñez y Juventud

Edoardo Bellarmino Perroncito nació en Viale d'Asti el 10 de marzo de 1847. Luis, su padre, era zapatero y Lucia, su madre, se desempeñaba como costurera. Edoardo tuvo cuatro hermanos varones y una hermana. Al término de sus estudios secundarios, realizados en Asti, ganó un concurso con el que pudo inscribirse gratuitamente en la Regia Scuola Superiore de Medicina Veterinaria de la Universidad de Turín.

A los veinte años de edad, obtiene brillantemente su licenciatura, y comienza a desempeñarse como veterinario municipal en Turín. Poco tiempo después ingresa, en calidad de asistente, en el Instituto de Anatomía Patológica y Patología General, dirigido por el Prof. Sebastiano Rivolta. En 1873 Perroncito gana por concurso el puesto de sucesor de Rivolta, quien había sido transferido a la Universidad de Pisa, y al año siguiente, a la temprana edad de 27 años, es nombrado profesor titular de la cátedra de Anatomía Patológica. Tal fue el esplendoroso comienzo de una larga carrera de docente e investigador en que, durante más de medio siglo, se desempeñó en la Scuola di Veterinaria de Turín.

Esta escuela, que había sido la primera en fundarse en Italia y la cuarta en el mundo, después de la Lyon,Alfort y Viena, ya había celebrado en 1869 su centenario. Complejas circunstancias habían provocado su traslado desde Venaria Reale a Chivasso y posteriormente a Fossano, pero en la segundad mitad del siglo XIX se estableció definitivamente en Turín, y bajo la dirección de personajes como Carlo Lessona, Felice Perosino y Giovanni Battista Ercolani, fue asumiendo cada vez mayor prestigio. Fue en este ámbito, ciertamente estimulante, donde Perroncito pudo comenzar sus investigaciones en el campo de la patología animal, que, al igual que las otras ramas de la ciencia, se encontraba en pleno desarrollo y evolución.

Investigaciones

Se presentaba al patólogo veterinario la oportunidad de abordar con técnicas nuevas y más precisas el estudio de las manifestaciones morbosas y sus causas. La actividad de Perroncito se orientó por un lado hacia estudios de anatomía patológica, y por el otro, hacia investigaciones de índole microbiológica y parasitológica.

La celebridad alcanzada mundialmente por el veterinario de Asti se vinculó principalmente con los resultados obtenidos en el campo de la parasitología. Sus investigaciones, su prestigio y su entusiasmo lo llevaron asimismo a ocupar, en 1879, la cátedra de Parasitología -primera en Italia- de la Facultad de Medicina y Cirugía de Turín. Este hecho, conmemorado en ocasión del primer centenario por el Prof. Balbo, marcó el surgimiento de la parasitología, como ciencia per se nacida de la colaboración entre la patología y la zoología.

En aquel mismo año 1879, efectivamente, se le solicitó que estudiara la enfermedad que aquejaba a numerosos obreros empleados en la construcción del ténuel del San Gottardo. Se trataba de una severa forma de anemia que ya había matado a miles de mineros y provocado la internación, en hospitales de Lombardía y Piamonte, de más de 5000 hombres.

La terrible situación ambiental del túnel del San Gottardo se caracterizaba en efecto por el constante estancamiento de las aguas, la elevada temperatura y la ttoal falta de medidas higiénicas. Durante la autopsia de un minero muerto de anemia, Perroncito pudo observar en el duodeno la presencia de más 1500 diminutos gusanillos adheridos a la mucosa. Se trataba de una especie de nematodos que si bien ya había sido descrita en 1843 por Angelo Dubini con la denominación de Ancylostonia Archivo:Duodenalis, nunca había sido relacionada directamente con la enfermedad que afectaba típicamente a mineros y a otras personas que trabajaban generalmente en lugares húmedos.

Aquello fue todo un éxito: con tal tratamiento todos los nematodos presentes en el duodeno, que ejercían una gravísima acción expoliatoria nutriéndose de la sangre extraída de los vasos de las paredes intestinales, eran expulsados, y en poco tiempo los pacientes recobraban un excelente estado de salud. Las investigaciones de Perroncito sugerían asimismo eficaces operativos de bonificación de las áreas infestadas y, muy especialmente, una prevención segura basada en el respeto de rigurosas normas de higiene.

Desde entonces, millares de enfermos, no sólo en Italia sino también en otras zonas mineras de Europa, como Francia, Bélgica, Alemania y Hungría, sanaron, y en pocos meses la enfermedad de los mineros se convirtió, como decía el propio Perroncito, en "una cuestión resuelta". La mejor confirmación del hecho fue, pocos años después, la total ausencia de la patología en las obras de construcción del túnel del Simplón. Si esta fue indudablemente la etapa más importate en la carrera científica de Perroncito, hubo otras no menos relevantes, en las que nuestro científico se desempeñó en los campos de la microbiología, la higiene y la profilaxis.

Retiro

La larga como intensa carrera del docente universitario concluyó cuando, en noviembre de 1923, se retiró por razones de edad. La merecida celebración del evento fue organizada por un comité al que adhirieron autoridades y científicos italianos y extranjeros. Participaron intensamente en ella alumnos y colegas, y el científico Perroncito recibió innumerables demostraciones de estima provenientes de todo el mundo. En tal ocasión, el Prof. Voronoff, de París, pronunció una conferencia sobre sus entonces famosas investigaciones en materia de rejuvenecimiento por medio de transplante de testículos, experimentos realizados con un ser humano y órganos de monos donantes.

Pero mucho tiempo antes de que, en ocasión de jubilarse, se hiciera merecedor de tales reconocimientos, Perroncito ya había recibido muchísimas muestras de consideración de parte de sus contemporáneos, cuya extensa lista se puede deducir de la lectura de las numerosas conmemoraciones que se realizaron en su honra después de su muerte. Perroncito fue presidente de la Accademia di Medicina de Turín, de la Reale Società ed Accademia Veterinaria Italina, fue presidente honorario de la Société Zoologique de Francia, la cual en 1902 dio un ágape en su honor, del que nos ha quedado el curiososo menú con un retrato de nuestro científico, coronado con una guirnalda de gusanos parásitos. Presidió asimismo numerosos congresos internaciones de medicina, veterinaria y apicultura.

Durante cuatro años, desde 1898 a 1902, fue también director de la Scuola Superiore di Medicina Veterinaria de Turín, donde desempeñó el cargo que años antes había pertenecido a su cuñado, el Prof. Giulio Bizzozero, célebre patólogo que dio su nombre a las placas sanguíneas y fue conmemorado, a su muerte prematura, en 1901, por E. Perroncito en la Academia de Agricultura. En 1882 recibió el premio Balbi-Vallier del Regio Istituto Veneto di Scienze e Lettere, y en 1931, como muestra de cuánta estima se le tenía todavía después de muchos años de retirarse de la vida académica, recibió el premio Montyon de la Academia de Ciencias de Francia, de la que era miembro correspondiente.

Francia le confirió asimismo la Legión de Honor y las Palmas Académicas. Recibió el título de doctor honoris causa de la Universidad de Modena, de la Universidad Reina Victoria de Manchester y, en 1911, de la Universidad Imperial de Viena. En esta última ocasión, se le concedió extraordinariamente que pronunciara su conferencia en lengua italiana.

Naturalmente, Perroncito también fue objeto de críticas, quizá no totalmente infundadas, sobre todo en lo que respecta los aspectos metodológicos de su trabajo. Escribía el Prof. Bertarelli al conmemorar a Camillo Golgi: "... un espíritu original y dotado de intuición, indudablemente genialoide, aunque mal formado en métodos rígidos -Edorado Perroncito- creaba ex novo nuestra parasitología".

Observaba el Prof. Leclainche: "La microbie le passionne autant que la parasitologie; mais sans doute pour n'avoir pas été initié d'emblée à ses techniques, il n'obtient que des résultats partiels" y lo saludó como a uno de últimos representantes de la "grande période" de la ciencia del siglo XIX. Se transluce asimismo un juicio negativo implícito acerca de la excesiva variedad de intereses de nuestro científico, sobreentendiéndose que la cantidad se daba en menoscabo de la calidad.

Consideramos oportuno, sin embargo, recordar las palabras escritas por el Prof. Mantovani en referencia al método: "La insuficiencia de medios técnicos a disposición de nuestro científico lo han llevado quizá a cometer errores interpretativos. No obstante, incluso en tales circunstancias, Perroncito siempre ha basado sus deducciones en una serie lo bastante grande de pruebas experimentales como para darnos hoy la posibilidad de concretar, a través de la lectura de los protocolos de experiencias, la verdadera intrerpretación de la naturaleza y el origen de un proceso morboso no percibido por nuestro científico".

Familia

La vida familiar le había deparado ciertos grandes sufrimientos: en 1890, muere Mario, su segundo hijo, de seis años, enfermo de tuberculosis, y en 1929, por la misma causa, muere Aldo, su otro hijo, a la edad de 45 años. Este último había realizado una rápida y brillante carrera universitaria que le había hecho obtener el cargo de titular de la cátedra de Patología General y convertirse en el sucesor, en la cátedra de la Universidad de Pavía, de Camillo Golgi, premio Nobel de Medicina, con cuya hija Anna se había casado.


Tras la muerte de su primera mujer, Perroncito se casó con una egipcia llamada Mirte, pero volvió a enviudar. Resulta curiosa y trágica la historia de la herencia que debía recibir Perroncito deespués de la muerte de su segunda esposa: el barco que transportaba a Italia los baúles que contenían, entre otras cosas, las preciosas acciones del Canal de Suez, naufragó y en el accidente pereció el joven abogado que había viajado a Egipto para ocuparse de la operación.

Otras Actividades

La multifacética personalidad de Perroncito se afirmó asimismo en otros campos de la vida civil y cultural de su época. Durante muchos años se desempeñó como alcalde de Viale d'Asti y llegó a ser el decano de los alcaldes de la Provincia de Alessandria, la cual hasta 1935 comprendía también el municipio de Asti. También se le eligió consejal municipal de Turín, fue mazón, y en 1918 presidió el comité para la erección del monumento a Mazzini de Turín.

En muchas ocasiones, dio pruebas de generosidad y nobleza de corazón: ofreció la Villa Pasteur de Cavoretto para albergar a los prófugos y heridos de los terremotos de Mesina y Avezzano, y durante la primera guerra mundial transformó dicha casa en refugio para hijos de llamados a las armas. De este acontecimiento nos queda el testimonio de un corto artículo, firmado por un tal Altea, aparecido en el número del 20 de agosto de 1915 de la revista "La donna", órgano de la obra femenina italiana par ala guerra. Acompañando dicho artículo, aparecen fotografías del profesor, con su característica barba larga y blanca, rodeado de niños y recibiendo en su villa un grupo de importantes visitantes. Recordemos asimismo que Perroncito sintió siempre un profundo amor por la litratura clásica, en particular por la obra de Dante, y fue presidente del comité de la sociedad Dante Alighieri de Turín.

Muerte

Perroncito murió hace setenta y dos años y sus restos reposan en el cementerio de Pavía, junto a los de su hijo Aldo. Pocas son las personas que actualmente aún guardan un recuerdo personal del científico y pueden, paralelamente a las memorias oficiales, describir con nitidez alguno de sus razgos humanos, como su apetito voraz o su costumbre de la que nunca desistió- de calzar en invierno, en cualquier ocasión que fuese, enormes zuecos de madera, o incluso el caracter agudo y por momentos casi infantil de un hombre que había vivido con intensidad una existencia realmente fuera de lo común.

Fuentes

  • VV. Le onoranze al Prof. Perroncito in "Giornale di Medicina Veterinaria", anno LXXI, 1923, pp. 665-680.
  • BALBO T., In memoria di Edoardo Perroncito nel centenario di fondazione della prima cattedra di parassitologia, "Parassitologia", vol. XXII, 1980, pp. 233-237.
  • BARILE C., Le onoranze a Edoardo Perroncito, "La Clinica Veterinaria", anno 45°, pp. 735-739.
  • BARILE C., Edoardo Perroncito, "Il Nuovo Ercolani", anno XLI, 1936, pp. 522-526.
  • Medicina Veterinaria di Torino", vol. XV, 1965, pp. 3-9.