Enrique Rodríguez Picaso
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Enrique Rodríguez Picaso. Revolucionario guantanamero, muerto el 4 de agosto de 1957 en la explosión accidental de una fábrica de bombas artesanales del Movimiento 26 de Julio. Como parte de este Movimiento, trabajó en la dirección y organización de algunas células clandestinas.
Sumario
Datos biográficos
Nacimiento
Nació el 26 de febrero de 1925 en Guantánamo en el seno de una familia proletaria y desde temprana edad quedó bajo la tutela de sus hermanos por la muerte de sus padres.
Infancia y juventud
Sus primeros estudios los cursó en la escuela católica conocida como La Salle (hoy Secundaria Básica Pedro Agustín Pérez), pero debido a la situación económica que afrontaba la familia parte para La Habana en busca de trabajo.
Logros, contribuciones y aportes
En la capital del país en el duro batallar por la existencia va comprendido que la situación de Cuba necesita un cambio, análisis que lo lleva a ingresar en la Juventud Ortodoxa. En 1955 regresa a Guantánamo y se incorpora al naciente Movimiento 26 de julio donde trabaja en la dirección y organización de algunas células. Su casa fue trinchera de la Revolución, refugio de perseguidos, almacén de armas y de pertrechos de guerra destinados a los frentes de combate y finalmente fábrica de artefactos explosivos.
Demostró gran valentía y capacidad organizativa. En uno de los trabajos que le fue encomendado accidentalmente perdió una pierna, pero aun así su espíritu no desmayó. Partió a La Habana donde le pusieron una prótesis y ya de regreso a Guantánamo continuó la lucha con el mismo ahínco.
Muerte
El 4 de agosto de 1957 Guantánamo se estremeció con la explosión de una fábrica de bombas clandestinas en una casa ubicada en la calle Aguilera, entre Santa Rita y San Gregorio, donde se encontraba Gustavo Fraga, quien murió instantáneamente junto a su compañero de lucha Fabio Rosell, mientras que Enrique Rodríguez, herido, fue asesinado en el trayecto al hospital. Acudieron a prestar auxilio Jesús Martín y Abelardo Cuza, quienes resultaron detenidos como sospechosos, y salvajemente torturados. Sus cuerpos sin vida aparecieron en la carretera que conduce a Santiago de Cuba.
Vigencia
En el mismo sitio donde ocurrieron los hechos acude cada año el pueblo de Guantánamo a recordar a los Mártires del 4 agosto, cita que deviene en especial momento patriótico para rememorar el suceso y jurar homenaje eterno a quienes ofrendaron sus vidas por un mundo mejor. Familiares de los caídos, combatientes de diferentes etapas de lucha, amas de casa, trabajadores, dirigentes se suman a la peregrinación hasta el obelisco que perpetúa la memoria de los caídos para entre versos y la canción militante rendirles el merecido tributo.