SARS-CoV-2
| ||||||||||||||
SARS-CoV-2. Tipo de coronavirus causante de la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19).
Sumario
Definición
Los coronavirus son virus con una apariencia exterior de corona. Son zoonóticos, es decir,pueden transmitirse entre animales (dromedarios, murciélagos, etc.) y humanos. El SARS-CoV-2 puede infectar las vías respiratorias superiores e inferiores.
Trasmisión
Se transmite principalmente por el contacto directo con las secreciones respiratorias (gotículas generadas con la tos o estornudos) o con mucosas de nariz, boca u ojo de una persona infectada. Es poco probable su transmisión por aire a distancias de más de 1 metro.
Manifestaciones clínicas
Tras un periodo de incubación de 1-14 días, COVID-19 (enfermedad por infección por SARS-CoV-2) cursa en la mayoría de pacientes con síntomas de infección respiratoria leve similar al resfriado común: fiebre, tos y dificultad para respirar, con posible diarrea y fatiga. En casos graves en grupos de riesgo (ancianos, con otras enfermedades, etc.), puede causar bronquitis o neumonía, síndrome respiratorio agudo y severo, fallo renal e incluso la muerte. La letalidad es baja, con una tasa en torno al 3,4%. Por ahora, no tiene tratamiento específico, ni vacunación. Se pueden tratar los síntomas y asegurar un adecuado soporte vital.
Inicio
Se detectó en la ciudad china de Wuhan en los últimos días de 2019, posiblemente en un mercado de animales y mariscos. Aunque no se ha esclarecido por completo el foco inicial de infección, se ha planteado que puede proceder de murciélagos.Posteriormente, ha tenido una rápida expansión. En un inicio, el brote epidémico afectó fundamentalmente a China, pero se ha extendido por numerosos países de todos los continentes, habiéndose detectado diversas áreas con evidencia de transmisión persona-persona en la comunidad.
Medidas preventivas
Para reducir el riesgo de exposición al virus se recomienda:
- Ventilación de interiores
- Evitar lugares con aglomeración de personas
- No realizar viajes a zonas afectadas
- Evitar contacto directo con personas que presenten tos o estornudos y mantener una distancia mínima de 1 metro
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o soluciones alcohólicas
- Cubrirse nariz y boca con pañuelos o ropa al estornudar o toser
- Emplear nasobuco al compartir espacios públicos
- Solicitar asistencia médica en cuanto se detecten síntomas de infección respiratoria.
La ciencia define
- El SARS-CoV-2 no es un virus artificial, sino que ha surgido por selección natural a partir de otros del género Betacoronavirus, dentro de la familia Coronaviridae. Su genoma (una cadena de ARN de unos 29 900 nucleótidos de longitud) muestra diferentes porcentajes de similitud de secuencia con respecto a los otros seis coronavirus humanos conocidos. Entre ellos hay dos que se hicieron tristemente famosos en los primeros años de este siglo: el SARS-CoV-1, causante de la epidemia del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en 2002, y el MERS-CoV, que produjo la epidemia del síndrome respiratorio de Oriente Medio en 2012.
Los análisis de las secuencias genómicas muestran que, como los demás coronavirus humanos, SARS-CoV-2 es también de origen animal. Representa un nuevo caso de zoonosis, es decir, una infección producida a través de un “salto de hospedador” del patógeno desde otra especie animal hasta la nuestra.
Un coronavirus muy similar al SARS-CoV-1, responsable de la epidemia de 2002, fue en su día identificado en civetas de palmera comunes (Paradoxurus hermaphroditus) de un mercado de animales vivos en Guangdong (China), así como en trabajadores del mismo mercado.
El nuevo SARS-CoV-2 no tiene al SARS-CoV-1 como el pariente más cercano. Los miembros del género Betacoronavirus más parecidos al virus causante de la COVID-19 se han encontrado en murciélagos (el virus llamado BatCoV RaTG13, que infecta a la especie Rhinolophus affinis) y en pangolines malayos (con varias secuencias detectadas en la especie Manis javanica).
La transmisión directa desde estos mamíferos a los humanos en épocas recientes es muy poco probable, dada la gran distancia genética entre dichos virus: el linaje del SARS-CoV-2 podría haberse separado de los coronavirus de murciélago conocidos hace al menos 40 años. Por tanto, se están buscando coronavirus más similares al SARS-CoV-2 en otra u otras “especies X” que hayan podido actuar como intermediarias en el salto definitivo hasta los humanos.
Otra opción es que, a partir de una transmisión lejana desde murciélagos o pangolines, este coronavirus haya evolucionado en nuestra especie durante mucho tiempo de forma asintomática, hasta que hace pocos meses aumentó su virulencia y comenzó a producir la enfermedad COVID-19.
Al analizar en detalle la secuencia de aminoácidos de la proteína que forma las características espículas de diferentes coronavirus, la del SARS-CoV-2 presenta algunas diferencias muy claras con respecto a las demás de la familia.
Dichas mutaciones, y sobre todo la inserción de cuatro aminoácidos en un lugar concreto de su estructura, no podrían haber sido predichas por ningún científico a partir de los datos genómicos previamente conocidos. De hecho, el genoma del SARS-CoV-2 ni siquiera contiene los “rastros” que dejarían atrás las técnicas usadas para hacer ingeniería genética en el virus.
Se ha comprobado que la interacción entre esta proteína de las espículas del SARS-CoV-2 y el receptor celular (nuestra proteína de membrana llamada ACE2) no se produce según sería esperable de un proceso “diseñado” para optimizar el contacto y, por tanto, para tratar de generar un virus más eficiente infectándonos.