Juan Pérez Olivera
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Su nombre completo es Juan Antonio Pérez Olivera y nació el 9 de enero de 1943, en Cacarajícara, término municipal de Pinar del Río. Fue hijo de Pablo Pérez días y de Ramona Olivera Peña, naturales del mismo lugar; tuvo cinco hermanos.
Bibliografía
Después de haberse iniciado el trabajo en las minas de manganeso, aquí en Charco Redondo y comenzando el apogeo de su explotación su padre, fue trasladado para acá, en el año 1945. Pablo, en realidad viene de las minas de Matahambre para acá porque el era comunista. Años más tarde, Juanito viene a vivir con su padre, y llega a Charco Redondo, en el 1952, cuando apenas tenía 9 años de edad.
Cuando Juan A. Pérez Oliver estaba en Cacarajícaras, realizó sus estudios hasta el curto grado. No pudo continuar estudiando, porque su familia tenía muchos problemas económicos.
Cuando ya se encuentra aquí en Charco Redondo, y como le llamaba mucho la atención, el oficio de panadería rudimentaria que había en este pequeño poblado. Aquella panadería pertenecía a Conrado Almeida, conocido por Chino Cuba. Allí estaba, cuando supo, el 24 de febrero de 1958, que su padre se había alzado para la Sierra Maestra, junto a compañeros que militaban en el Movimiento 26 de Julio (M-26-7). Lógicamente, esta motivación llega al adolescente que tenía en esos momentos 14 años, y no es raro observar en la vida de los héroes, hechos y determinaciones de relevante importancia, desde su temprana edad. Es así, que siguiendo el camino de su padre, lo visita varias oportunidades, con la firme decisión de incorporarse a las filas del Ejército Rebelde; pero siempre encontró la negativa de los jefes, por verle tan joven y no desear para él, las dificultades de esa lucha. Pero ese deseo, era más que una idea, era un firme propósito, es por eso que a Juancito, no le valía para nada las negativas, ni consejos, nada pudo influir para él, desistiera de esa idea.
Un vecino de esta localidad, el compañero Elier Duran Cánova (Beldi) jugaba con Juanito, cuando ambos tenían unos 9-10 años, y Beldi afirma que jugaba bola y trompo con él y que aquel niño tenía un carácter que lo llevaba a sentir simpatía por la Revolución, y que él no sabía donde se encontraba su papá en aquellos momentos. Que Juanito hablaba mucho de alzarse, porque quería ir para donde estaba su papá pensando que debía estar para pilón, cerca de Manzanillo. Cuando ya se había alzado, un día vino a las minas, con su escopetita de dos cañones.
- Afirma Beldi:
La realidad es que Pablo, el padre se había alzado para la Sierra Maestra, porque viene a cogerlo y se va en chancletas. Él se llevaba bien con Osmar Ginarte y Ramón Paz. Juancito se va para la Sierra porque le dicen que habían matado a Pablo, y lo cierto es que Pablo, su padre, estaba luchando; pero en la provincia de Pinar del Río.
Juan A. Olivera había sido aceptado en la Tropa de Osmar Ginarte, en abril de 1958, precisamente cuando la situación estaba más seria y se proyectaban las más serias acciones en el llano. Había sido reclutado, pero no se consideraba un soldado de fila, pues no lo dejaban participar en los combates y lo habían admitido, pero lo habían dejado de cuartelero, en el campamentote Rihito Chupadores. Un día, acierta a pasar por allí la tropa dirigida por el capitán Ignacio Pérez, y Juanito que se encontraba llorando porque no lo habían dejado ir a combatir, habla con el capitán. La respuesta del Capitán Ignacio Pérez fue: Tú lo que quieres es combatir pues vamos. Es de esta forma como logra unirse a las tropas del Capitán Ignacio Pérez, quien lleva en esos momentos la misión de tomar el pueblo de Jiguaní.
El 19 de diciembre de 1958, en horas de la madrugada, el ejército de la tiranía se da a la fuga. Era un mañana de mucha neblina y la cantando retirada, entablan combate los hombres del Cap. Ignacio Pérez, en los terrenos de San José del Retiro; (Actual Genético Manuel Fajardo), lugar escogido por los fugitivos, con casi 7000 soldados, para hacer su travesía hacia Bayamo, por los terrenos de esa finca y otros terrenos colindantes. El capitán Ignacio Pérez, y Juanito, que se encontraba llorando porque no lo habían dejado ir a combatir, habla con el capitán. La respuesta del capitán Ignacio Pérez fue: “Tú lo que quieres es combatir, pues vamos.” En esta forma como logra unirse a las tropas del capitán Ignacio Pérez, quien lleva unos momentos la misión de tomar el pueblo de Jiguaní.
Ya el oficial y los demás soldados de la tiranía, en aquella pequeña escaramuza en San José del Retiro, se habían rendido y el capitán Ignacio Pérez y los otros rebeldes iban a tomar sus armas y cogerlos presos, cuando ellos, repentinamente, a traición, abrieron fuegos contra los rebeldes.
En la parte final de aquellos acontecimientos, muere Juanito, al lado de su capitán y siete compañeros más. En aquellos momentos Juan Antonio Pérez Olivera (Juanito), solo tenía 15 años, y faltaban 21 días para que él cumpliera sus 16 años y unos once días para que triunfara la Revolución Cubana del 1 de enero de 1959.
Al morir, Juanito era prácticamente un niño todavía. Sus restos fueron velados en los corredores de varias casas de Jiguaní, muy cerca del Partido Municipal. El estaba junto a los demás caídos, en aquella acción.
A las 8 de la noche de aquel día, hizo su entrada a Jiguaní el Comandante Fidel Castro acompañado de su hermano Raúl y de varios oficiales del estado mayor, venían a rendirles guardia de honor a sus compañeros, y así lo hicieron. Después de rendir la guardia de honor, Fidel se retiró alrededor de las 10 PM. Quedaron allí, su hermano Raúl y otros compañeros más.
A las 11 de la noche el Ejército rebelde acompañado por el pueblo, conducía los cadáveres para el cementerio de Jiguaní.
La dramática marcha del múltiple cortejo en medio de la oscuridad, era sobrecogedora.
El comandante Raúl Castro les rindió el duelo, y se les rindieron honores militares…aquel homenaje póstumo adquiría dimensiones emocionantes.
Al referirse al Capitán Ignacio Pérez, Raúl expresó, su valor era extraordinario, que había sido él el primero de los hombres que se le unieron en la sierra Maestra. Cuando se refirió a Juanito, Raúl Castro expresó: que el niño Juan Antonio Pérez, que solo tenía 8 años cuando Batista dio el golpe de Estado, y que iba a cumplir 16 el 9 de enero de 1959, nadie pudo impedir que peleara siendo un niño, había dicho una vez, que si mataban a su jefe, el capitán Ignacio quería morir a su lado.
Más de cuarenta minutos duró aquella encendida y emocionante oración fúnebre, la que terminó jurando sobre la tumba de sus compañeros, que conquistarían la libertad o morirían todos en el empeño.
A las 12 y 15 minutos de la noche, abandonaron el cementerio, con todos a coro, nuestro Himno Nacional.
Un escritor de Jiguaní, al referirse a sus impresiones sobre aquellos últimos momentos, llegó a expresar, sobre Juan Pérez olivera.
* Su cuerpecito menudo e inmóvil, con sus finas fracciones, no parecía un guerrero muerto, sino un ángel ensangrentado que dormía, era el blanco jazmín de las negras canteras de Charco Redondo…
Fuente
Direción de la escuela Juan Pérez Olivera.
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