Club Revolucionario Juan Bruno Zayas

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Club Revolucionario Juan Bruno Zayas
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Institución con sede en Cuba Bandera de Cuba
Fundación:2 de diciembre de 1895
País:Cuba Bandera de Cuba
Dirección:Santa Clara

Club Revolucionario Juan Bruno Zayas. Club revolucionario masculino fundado en la ciudad de Santa Clara el 2 de diciembre de 1895. Estos patriotas auxiliaron materialmente con alimentos, medicinas, vestimenta y accesorios a las tropas mambisas de la región central de Cuba. Además, fueron soporte esencial para mantener las comunicaciones entre la manigua y la ciudad, para así poder alcanzar la independencia cubana del colonialismo español.

Antecedentes de la fundación de clubes revolucionarios en Santa Clara

En vísperas de la Guerra de 1868, las tertulias santaclareñas realizadas por sectores económicamente pudientes y participantes en el movimiento reformista de los años sesenta del siglo XIX, influenciadas por el definitivo alzamiento para la independencia de Cuba en La Demajagua, condujeron a la fundación de la Junta Revolucionaria de Santa Clara, en diciembre de 1868. Esta Junta es primer antecedente en el territorio de las asociaciones conformadas por patriotas independentistas para auxiliar moral y materialmente a las tropas mambisas para alcanzar la independencia cubana, lo que se llamaría a partir de la Guerra Chiquita: clubes revolucionarios.

Esta Junta poseía un principal objetivo durante la Guerra de los Diez Años: la preparación de un alzamiento en Santa Clara. Para ello realizaron una serie de actividades: en enero de 1869 comenzaron a ejercer la libertad de prensa, lo cual fue aprovechado por sus integrantes, quienes realizaron críticas al régimen colonial desde el periodismo santaclareño. Se hacía acopio de información acerca de las tropas españolas y los elementos integristas en la referida ciudad incorporaron a la Junta a los individuos detectados inconformes con el régimen colonial mediante conversaciones y discusiones[1] y se practicó el laborantismo. La organización estuvo en contacto estrecho con miembros de la Junta Revolucionaria de La Habana, Cienfuegos y Sancti Spíritus. Para la preparación de la lucha se dispuso todo un código de señales, toques de reconocimiento entre sus miembros y los de otras juntas.[2]

En espera del armamento que prometió enviar la Junta de La Habana, es frenado el movimiento de lucha en el territorio. Además, existía falta de organización y rezagos reformistas en algunos integrantes. Por fin, ante el inminente arresto de sus miembros, se alzan el 6 de febrero en el Cafetal González[3] y, posteriormente, ante las dificultades con los pertrechos en la región, algunos mambises villareños parten hacia Oriente, entre ellos la mayoría de los integrantes de la Junta de Santa Clara.

Luego de suceder esto, quedan para atender los trabajos de inteligencia Federico Jova, Luciano Santana, Francisco Casamadrid y Rafael Lubián, quienes sufrieron una delación en abril de 1869, lo cual provocó el correspondiente arresto y que fueran posteriormente sometidos a diversas penas. Ello obligó a la formación de la Segunda Junta Revolucionaria en Santa Clara, encargada de realizar varias acciones: “Envío y recepción de mensajes, información sobre la entrada y salida de las fuerzas españolas dislocadas en Santa Clara y acopio de armas, víveres y medicinas[4] .

Posterior al fracaso de la Guerra Chiquita, en Santa Clara se conspiraba desde las frecuentes visitas de Luis Lagomasino, enviado por la Convención Cubana durante la Tregua Fecunda. Desde la fundación del Partido Revolucionario Cubano y como parte de la necesaria extensión de las líneas del PRC al interior de la isla de Cuba, Gerardo Castellanos Lleonart en sus trabajo como comisionado estimula la conspiración entre varios santaclareños como: Francisco Martínez Pupo, Francisco López Leiva, José Braulio Alemán, Manuel García Garófalo y Rafael Lubián. Este último se unió a Diego Velasco y su hijo Silvio[5] para la conspiración en vísperas de la Guerra Necesaria.

Club Revolucionario Juan Bruno Zayas

En la Guerra de 1895 se hizo necesario extender la lucha armada hasta el Occidente y destruir las propiedades que brindaban apoyo económico a la metrópoli; con este objetivo se realizó la Invasión a Occidente, transcurrida desde el 22 de octubre de 1895 hasta el 22 de enero de 1896, comenzando en Mangos de Baraguá y hasta Mantua. Durante esta, dirigida por Antonio Maceo y Máximo Gómez, se efectuaron varios combates a lo largo de la Isla. Máximo Gómez llega a Las Villas el 30 de noviembre de 1895, luego del combate de Mal Tiempo, en Cruces, el 15 de diciembre, para permanecer en el territorio hasta los últimos días de diciembre de 1895.

Durante la invasión en Las Villas, el 2 de diciembre de 1895 es fundado en Santa Clara un club, declarado oficialmente en junio de 1896, y nombrándose en ese momento Juan Bruno Zayas, en homenaje al destacado general mambí. Quedó conformado de la siguiente manera:

  • Presidente: Rafael Lubián (Norte) [6]
  • Tesorero: Damián Silva (Sur)
  • Secretario: Julián Llera (Este)
  • Vocales: Diego Velasco (Macario), Silvio Lubián (Cubanicay), José Benítez Montalván (Cabo Acémila).

Esta membresía sufrió cambios, pues cuando Julián Llera se traslada a Cienfuegos, es sustituido por Enrique del Cañal. Al partir Damián Silva al extranjero añaden a la membresía a Agustín Anido. Además, varias fueron las personas que prestaron servicios en diversas tareas conspirativas al club Juan Bruno Zayas[7].

Acciones del Club Juan Bruno Zayas

En el contexto de la reconcentración de Valeriano Weyler y por la falta de una administración militar en el Ejército Libertador que le garantizara al soldado mambí de necesidades básicas para su subsistencia se hacia necesario la labor de los clubes revolucionarios en las ciudades al interior del país. Para suplir las necesidades de la impedimenta del Ejército Libertador le hacían llegar remisión de alimentos, armas, soldados, medicinas, vestimenta y otros utensilios para las tropas mambisas de toda la región central, correspondiente al Cuarto Cuerpo del Ejército Libertador[8].

Un problema muy serio de la lucha mambisa era solventar las dificultades de las comunicaciones entre la manigua y las ciudades; y la manigua y las emigraciones. Por ello, los clubes revolucionarios se ocuparon del correo entre los mambises y sus familiares y amigos. Además, hicieron llegar a los mambises los efectos remitidos a sus correspondientes seres queridos[9]. Entre los jefes insurrectos y los miembros de los clubes revolucionarios existieron regulares comunicaciones consistentes en pedir diversos suministros a los clubes revolucionarios y, de ambas partes, brindar elogios de patriotismo y el apoyo moral necesario para lograr la independencia de Cuba[10].

Los clubes revolucionarios representaron el vínculo comunicativo entre el exterior y la manigua; también entre esta y los poblados ocupados por los españoles. El vínculo ocurría desde la conspiración, por medio de claves y seudónimos, para que el gobierno español no poseyera información ni de las personas implicadas, ni de las tareas y planes abordados en las misivas. De igual manera le hacían llegar informaciones sobre las decisiones del gobierno español y norteamericano en la guerra de Cuba; los cambios de los capitanes generales; las noticias de la cercanía del fin de la guerra con la intervención norteamericana. En varias ocasiones los miembros de los clubes revolucionarios informaron sobre los movimientos y la organización de las tropas españolas, lo cual ocurría porque varios miembros del club eran empleados del ayuntamiento, ferrocarriles, u otras instituciones y establecimientos españoles.

Este es el caso del uso del ferrocarril en Santa Clara como punto de comunicación para trasladar los víveres, soldados, armas y correspondencia a la manigua mambisa. Por ejemplo, por el lugar conocido como Malezas, se buscaban regularmente los recursos y correspondencia, enviando José de J. Monteagudo a Ramón Cordovés y, en ocasiones, a Wilfredo Consuegra, quienes se ponían en contacto con los miembros del club Juan Bruno Zayas[11].

Los clubes revolucionarios de Santa Clara trasladaban los suministros y los patriotas a la estación de ferrocarril. Desde allí, los hermanos José y Quintín Pino, escudándose en cualquier motivo, se dirigían al apeadero de Trece Palmas, donde entregaban los recursos y los hombres que se unirían a las fuerzas a personas de su confianza. Estos los hacían llegar a la manigua o, en ocasiones, les esperaba una comisión de diez mambises, enviados por el general Monteagudo[12].

Además, se hacían intercambios de comunicaciones y recursos entre jurisdicciones como fue el caso de los patriotas Tomás Ríos Galvani y Luis Sed Gil (auxiliares del club Zayas), y José Rupiá y Julio González (miembros del club Panchito Gómez), eran los responsables de las comunicaciones en el ferrocarril entre Santa Clara y Cienfuegos. Los clubes Juan Bruno Zayas y Hermanas de Juan Bruno Zayas, de Santa Clara, y “Panchito Gómez” y “Esperanza del Valle”, de Cienfuegos, utilizaban este transporte terrestre para enviar los víveres y hombres a los ingenios Dos Hermanos y Parque Alto, pero el más asiduo era el San Francisco —su dueña era Marta Abreu y su administrador Eduardo Rodríguez Feo. De manos de este pasaban al poder de Abelardo Rodríguez del Rey, quien los distribuía entre las Brigadas de Santa Clara, Sagua la Grande, Cienfuegos y las tropas de la Segunda División[13].

Clubes revolucionarios en Santa Clara al final de la Guerra Necesaria

En el último año de la guerra, además de los clubes revolucionarios Juan Bruno Zayas y Hermanas de Juan Bruno Zayas en la ciudad de Santa Clara, existían el “Maceo” y el “Martí. El primero, se considera fue un club de negros y mulatos que homenajeaban la memoria de Maceo. El Club Martí fue creado después del “Juan Bruno Zayas” y algunos de sus integrantes fueron Manuel García Garófalo, Enrique del Cañal y Becalli, Julio Jover Anido, Florentino Martínez, Juan E. Valdés[14].

Durante la Guerra Necesaria, el club Juan Bruno Zayas fue el de mayor organización y auxilio a favor de alcanzar la independencia cubana del colonialismo español. Con el inicio de la intervención estadounidense en Santa Clara, varios de estos patriotas fueron elegidos para cargos públicos en el gobierno de la ciudad y realizaron varias acciones para consolidar el sentimiento de soberanía nacional entre el pueblo santaclareño.

Referencias

Fuentes

  • Alfonso García, Luis (1999): La inteligencia mambisa en Santa Clara. Ediciones Capiro, Santa Clara.
  • Cabrera Cuello, Migdalia (2005): La guerra del 68 en Villa Clara. Editorial Capiro, Santa Clara.
  • Castellanos, Gerardo (2009): Misión a Cuba. Cayo Hueso y Martí. Ediciones Especiales, La Habana.
  • Consuegra, Wilfredo (1928): Diario de campaña. Guerra de Independencia 1895-1898. Imprenta y almacén de papel, La Habana.
  • del Cañal, Enrique (1925): Memoria histórica del Club Juan Bruno Zayas. Quiñones Impresor, La Habana.
  • Lubián, Silvia (1961): El club revolucionario Juan Bruno Zayas. Dirección de Publicaciones Universidad Central de Las Villas, Santa Clara.
  • Mani, Adriana y Moya, Nereyda (2021): Los clubes revolucionarios en Las Villas Occidentales. Editorial Mecenas, Cienfuegos, p.48-49.
  • T. Trujillo, Carlos (1943): De la guerra y de la paz. Imprenta Úcar, García y Cía, La Habana.