Valeriano Weyler

Valeriano Weyler y Nicolau
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NombreValeriano Weyler y Nicolau
Nacimiento17 de septiembre de 1838
Palma de Mallorca, Bandera de España España
Fallecimiento20 de octubre de 1930
Madrid, Bandera de España España
TítuloMarqués de Tenerife y duque de Rubí
PadresFernando Weyler y Laviña

Valeriano Weyler y Nicolau, Marqués de Tenerife y duque de Rubí, grande de España . Militar, político y noble español. Gobernador de Cuba (1896-1897). Su mandato en Cuba, se caracterizó por el desarrollo de la Guerra por la independencia 1895-1898, que combatió sin éxito, y por sus medidas criminales, entre ellas la llamada Reconcentración.

Sus primeros años

Nació en Palma de Mallorca, Islas Baleares, España, el 17 de septiembre de 1838. Hijo del médico militar madrileño Fernando Weyler y Laviña, cursó estudios castrenses en la Academia de Infantería de Toledo, obteniendo la graduación de teniente a los veinte años después de haber vivido en el Real Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago de Granada. Diplomado en Estado Mayor, es ascendido a comandante con tan solo veinticuatro años y destinado a Cuba y posteriormente a Santo Domingo.

Operaciones militares en República Dominicana

El 16 de agosto de 1861, la República Dominicana solicitó la anexión a España, promovida por Pedro Santana. En 1861, después de encarcelar, silenciar, exiliar, y ejecutar a muchos de sus oponentes y por motivos políticos y económicos, el presidente dominicano Pedro Santana firmó un pacto con la Corona Española y revirtió la nación dominicana al estado colonial, el único país americano en hacerlo. Su propósito ostensible era proteger a la nación de otra anexión de Haití. Pero los opositores lanzaron la Guerra de la Restauración en 1863, dirigida por Santiago Rodríguez, Benito Monción, y Gregorio Luperón, entre otros. Después de dos años de lucha, España abandonó la isla en 1865.

Weyler fue condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando por su actuación en la acción del río Jaina, en Santo Domingo, donde al mando de una tropa de 150 hombres, defendió con éxito la posición durante tres días contra 500 asaltantes, retirándose finalmente sin abandonar muertos, heridos ni material.

En la guerra de Cuba

El 10 de octubre de 1868 se inició en Cuba el alzamiento por la independencia y ya el día 20 los revolucionarios cubanos habían tomado la ciudad de Bayamo, la segunda en importancia de la zona oriental de la isla, donde fundaron un gobierno en armas. El general Blas Villate, conde de Valmaseda, fue enviado a la región sublevada para enfrentar el movimiento, y su segundo al mando era el brigadier Valeriano Weyler.

Se trataba de dos militares derrotados en Santo Domingo, donde habían aprendido algo que conocieron muy bien: las dificultades irremontables de luchar contra un ejército irregular, apoyado por los campesinos, que servían al enemigo de informantes veraces y les suministraban alimentos, mientras respecto a los soldados de España actuaban como desinformadores y evadían toda ayuda. Frente a este tipo de guerra, las estrategias prusianas de moda en Europa carecían de valor.

Capitán general de Canarias, Cataluña, Vascongadas y Baleares

Entre 1878 y 1883 Weyler ejerció como capitán general de Canarias. En este periodo impulsó la construcción del edificio de la Capitanía General de Canarias con sede en Santa Cruz de Tenerife y la construcción del Gobierno Militar de Las Palmas de Gran Canaria. En 1878, a la edad de cuarenta años fue nombrado teniente general por sus servicios a la corona durante la última de las Guerras Carlistas. Estuvo al frente de las capitanías generales de Canarias, Cataluña, Vascongadas y Baleares.

Capitán general de Filipinas

Nombrado por Real orden de 15 de marzo de 1888, acudió a un territorio extenso y de difíciles comunicaciones, con régimen de monopolio. La presencia española en tan lejanas tierras fue siempre escasa. Apenas unas pocas de sus más de siete mil islas fueron ocupadas efectivamente. Los recursos de la administración civil y militar no superaron en ningún momento, en circunstancias normales, la cifra de unos cuantos cientos de funcionarios y soldados y unas ridículas dotaciones presupuestarias. Cesó en el gobierno de Filipinas en 1893.

Capitán general de Cuba

Fue nombrado capitán general de Cuba el 10 de febrero de 1896 por Cánovas del Castillo, sustituyendo al general Arsenio Martínez Campos. Al llegar a La Habana, enseguida declaró: "Tengo la misión de concluir la guerra". Y afirmó que pondría fin al conflicto en un término de dos años. Venía con órdenes de zanjar los intentos independentistas por la fuerza de las armas.

En el período que ocupó esta capitanía general solo consiguió frenar un tanto la lucha de los cubanos, y su mayor éxito fue la muerte del lugarteniente general Antonio Maceo, en una operación prácticamente casual. A pesar de esto los mambises cubanos siguieron siendo particularmente fuertes en el centro y el oriente de la isla, donde las largas campañas de verano destruyeron las fuerzas españolas al son de las enfermedades y las tácticas guerrilleras impulsadas por el general Máximo Gómez, jefe militar máximo de los independentistas.

Reconcentración

En un intento desesperado por frenar a los patriotas cubanos Weyler ordenó el encierro forzoso de la población rural del occidente cubano en campos de reconcentración, hecho conocido en la historia como la Reconcentración de Weyler. El plan de Weyler, al alejar a los campesinos de sus tierras, resultó en la pérdida de las cosechas, provocando una hambruna generalizada, que unida a las enfermedades provocadas por las pésimas condiciones de salubridad en los campos, terminaron diezmando a la población. La situación se complicaba a medida que avanzaba la guerra. Los sufrimientos y calamidades aumentaban por la irregular forma de vida en barracones, almacenes o refugios abandonados, durmiendo en patios o a la intemperie, en condiciones higiénicas deplorables, y sin acceso suficiente a alimentos.

Es difícil determinar con certeza la cantidad de personas reagrupadas como consecuencia de las órdenes dictadas por Weyler. Se estima que para diciembre de 1896 unos cuatrocientos mil cubanos no combatientes se catalogaban como reconcentrados en lugares escogidos o no con ese objetivo. Más difícil aún es establecer las cifras exactas de fallecidos, pero se estima que entre 300 000 y 750 000 cubanos murieron en los campos de concentración creados por Valeriano Weyler. Los muertos caídos en el campo de batalla, por las enfermedades y la reconcentración decretada por Weyler, ascendieron aproximadamente a la tercera parte de la población rural de Cuba.

Sobre los campos cubanos desolados por la reconcentración ordenada por Valeriano Weyler se había llevado a cabo una lucha que agotó los recursos españoles. España se había obligado a mantener sobre las armas a tantos soldados como hombres cubanos en edad militar.

Weyler fue retirado de Cuba el 31 de octubre de 1897, cuando en el gobierno español Práxedes Mateo Sagasta sustituyó al asesinado Antonio Cánovas del Castillo. La prensa norteamericana reclamaba la intervención en Cuba, presuntamente para acabar con la «matanza de civiles» aunque en verdad solo pretendían apoderarse de la isla, ignorando la lucha de los independentistas cubanos. Lo sustituyó en el mando Ramón Blanco y Erenas, Marqués de Peña Plata

Cargos posteriores y fallecimiento

Desde marzo de 1901 hasta diciembre de 1902, fue ministro de la Guerra en un gobierno presidido por Práxedes Mateo Sagasta, función que volvió a ejercer desde junio hasta diciembre de 1905 en el gobierno de Eugenio Montero Ríos y entre diciembre del año siguiente y enero de 1907. En julio de 1909, siendo capitán general de Cataluña, reprimió con dureza las protestas y altercados durante la Semana Trágica de Barcelona.

Ministro de Guerra en tres ocasiones, simultaneado en una de ellas con el Ministerio de Marina, fue senador vitalicio por designación real. En 1925 dimitió como jefe del Estado Mayor por su oposición a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, interviniendo en la llamada Sanjuanada contra el dictador, que lo detuvo pero no se atrevió a encarcelarlo, aunque lo condenó al ostracismo e hizo que desapareciese su nombre de las calles y plazas que le había otorgado tal distinción.

Valeriano Weyler falleció el Madrid, 20 de octubre de 1930.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Arcadio Ríos. La Agricultura en Cuba. Editorial Infoiima. La Habana. 2016. 374 p. Págs. 84-85.
  • Historia de Cuba. Dirección Política de las FAR. La Habana. Págs. 334-340.
  • Eduardo Torres-Cuevas y Oscar Loyola. Historia de Cuba. 1492-1898. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2001. Págs. 351-354.