Diferencia entre revisiones de «Ejército Libertador»

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'''Ejército Libertador'''. Brazo armado del [[República de Cuba en Armas|movimiento revolucionario cubano]] durante las diferentes etapas de la lucha por la independencia contra el colonialismo español iniciada el [[10 de octubre]] de [[1868]], hasta su disolución en [[Mayo]] de [[1899]], bajo la intervención militar de [[Estados Unidos]].  
  
 
== Surgimiento  ==
 
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Revisión del 18:54 30 jul 2011

Ejército Libertador
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
180px
El ejército en acción combativa.
Fundación:10 de octubre de 1868
Disolución:Mayo de 1899
Tipo de unidad:Organización Militar
País:Bandera de Cuba Cuba

Ejército Libertador. Brazo armado del movimiento revolucionario cubano durante las diferentes etapas de la lucha por la independencia contra el colonialismo español iniciada el 10 de octubre de 1868, hasta su disolución en Mayo de 1899, bajo la intervención militar de Estados Unidos.

Surgimiento

El Ejército Libertador Cubano fue la organización militar forjada en el Siglo XIX por los revolucionarios de Cuba para liberarla del coloniaje español. Su núcleo germinal surgió en la Guerra de los Diez Años (1868-1878).

Desde el comienzo de la insurrección y una vez instauradas las instituciones de Gobierno de la República de Cuba en Armas, hubo cierto consenso acerca de la necesidad de contar con un ejército disciplinado y con un mando centralizado. Sin embargo, el regionalismo predominante en la sociedad cubana de entonces, unido a diversos factores de carácter político, económico y social, fundamentalmente las contradicciones del sector radical de la clase terrateniente que dirigió la guerra hasta la etapa final, impidieron que este propósito se convirtiera en realidad.

Esas fueron las causas fundamentales que condujeron al trágico desenlace de aquella contienda con la capitulación del Pacto del Zanjón, después que los revolucionarios habían combatido heroicamente durante una década. La causa revolucionaria pudo ser salvada para futuros empeños gracias a la viril Protesta de Baraguá, protagonizada por el mayor general Antonio Maceo.

Cuando de nuevo los cubanos se levantaron en armas en 1895, la lucha se había preparado políticamente durante varios años bajo la guía de José Martí. La lección del 68 fue aprendida por los patriotas. El Ejército Libertador contó con un mando firme y con amplia independencia para conducir la guerra. El mayor general Máximo Gómez asumió el cargo de General en Jefe desde el comienzo de las hostilidades y permaneció ocupándolo hasta el final de la contienda.

Su organización

La organización del Ejército Libertador en 1869 quedo establecida de la siguiente forma.

Su organización por estados, distritos y jurisdicciones respondía a las posibilidades materiales y al conocimiento que los jefes militares y los dirigentes de la revolución poseían, en aquellos momentos, con respecto a la formación de las fuerzas armadas.

En el desarrollo de la contienda quedó demostrada la ineficiencia de esta ley, por lo que el 1 de diciembre de 1873 se promulgó otra. Posteriormente, en febrero y abril de 1874, y en marzo de 1875, fueron reformados algunos artículos de esta.

Desde el inicio, los jefes de las fuerzas revolucionarias fueron los líderes naturales de las diferentes regiones, de ahí que la ley militar de julio de 1869 fuera un reflejo de ello al dividir la isla en cuatro estados militares distribuidos en distritos que abarcaban una o varias jurisdicciones. Aunque la Constitución de Guáimaro estableció el mando centralizado en la persona del General en Jefe, ello no pudo lograrse de modo efectivo. Los pocos jefes que sucesivamente ocuparon dicho cargo –formalmente designados o no- encontraron múltiples dificultades en el desempeño de sus funciones y, de hecho, la máxima jefatura militar quedó vacante en a partir de 1871. Esta situación constituye una clara evidencia de las limitaciones que experimentó el Ejército Libertador para estructurarse y funcionar como una fuerza plenamente nacional a lo largo de la Guerra de los Diez años.

A mediados de 1871, quedaron formadas tres divisiones enmarcadas en igual número de departamentos militares: el primero comprendía desde Baracoa hasta el Río Jobabo; el segundo en Camaguey, y el tercero, todo el territorio de Cinco Villas, es decir, desde la trocha hasta la línea Colón-Zona Oriental de la Cienaga de Zapata. A finales de 1871, Cuba quedó dividida en cinco departamentos militares, en cada uno de los cuales operaba un cuerpo de ejército.

Por la Ley de Organización Militar del 1 de diciembre de 1873, Cuba se divide en dos departamentos militares: el de Oriente, que abarcaba el territorio de su nombre y la jurisdicción de Tunas, y el de Occidente, el cual comprendía el Camaguey y Las Villas.

Con posterioridad a la invasión a Las Villas se reestructuraron los artículos correspondientes a la división territorial y se estableció, en marzo de 1875, una estructura de tres departamentos militares con tres cuerpos de ejército. El de Oriente, primer cuerpo; Camaguey, segundo cuerpo y Las Villas y Occidente, tercer cuerpo.

Después de concluida la campaña de Invasión a Occidente en 1896, las fuerzas del Ejército Libertador quedaron organizadas en 6 cuerpos de ejército con 14 divisiones, 34 brigadas y 84 regimientos, de los cuales 34 eran de caballería y 50 de infantería y otras fuerzas. Esta estructura respondía a la distribución territorial más que a la cifra de efectivos, que alcanzó al final de la guerra alrededor de los 50.000 hombres, de ellos solo 25.000 armados.

El armamento

Las armas de mayor importancia fueron la infantería y la caballería y en menor grado la artillería.

En la Guerra de los Diez años se estableció que los batallones de infantería se compondrían de seis compañías de 65 hombres cada una. Para posibilitar el cumplimiento de misiones independientes, se dispuso la formación de una sección montada para el servicio de exploración y reconocimiento.

Cada regimiento de caballería estaría formado por cuatro escuadrones, con 96 hombres cada uno de ellos.

En la Guerra de los Diez años se dejó la constitución del arma de artillería para situaciones futuras, no obstante, la historia refleja el uso de los medios artilleros por los libertadores en múltiples ocasiones como durante la toma y defensa de Bayamo y en los territorios de Camaguey y Las Villas. Así mismo se tiene conocimiento del empleo de cañones rústicos construidos por los cubanos.

La carencia del armamento, y en especial de municiones, fue una constante en las guerras por la independencia de Cuba. El Ejército Libertador combatió siempre en condiciones de absoluta inferioridad en fuerzas y medios. Arrebatar las armas al enemigo fue un principio que se mantuvo vigente durante todo el periodo de lucha contra el colonialismo español. Varias fueron las vías utilizadas para lograrlo, entre ellas: en los combates, por pérdida o abandono del enemigo, asalto a convoyes y en la toma de fortines, poblados y ciudades fortificadas en las que, además, se requisaba el armamento de los pobladores.

En la Guerra de los Diez Años se empleó especialmente gran cantidad de armamento improvisado y construido por nuestros libertadores, tal como varas de cuaba o de yaya con puntas aguzadas, piedras arrojadizas, puñales de puya de jiquí, tridentes y horquetillas, entre otros más complejos como cañones de cuero o madera y minas terrestres. En general, se combatió hasta con toros para bloquear los caminos, colmenas de avispas y abejas, y el clima fue importante “arma” del Ejército Libertador.

El machete fue el arma por excelencia, este estaba profundamente enraizado en la cultura agraria y procedía de forjas de distintos países, entre ellos estaban los de hojas de toledanas, norteamericanas y alemanas.

Es indiscutible que desde que el mayor general Máximo Gómez Báez dio la famosa carga al machete en Tienda del Pino, esta táctica se convirtió en importante elemento de combate. Sin embargo, el machete alcanzó su verdadera dimensión cuando las unidades de caballería cubanas irrumpieron en las acciones combativas durante la Guerra de los Diez Años. El binomio machete-caballería se convirtió progresivamente en arma fundamental en los combates, batallas y campañas.

Funciones de servicio y retaguardia

Para el cumplimiento de las funciones de servicio y retaguardia se crearon las prefecturas militares, subordinadas según la ley a las autoridades civiles, pero en la práctica a los jefes militares de las zonas donde se encontraban enclavadas. Estas consistían en pequeños centros de producción agrícola y artesanal que servían a su vez como puntos de correos, hospitales y almacenes. Eran dirigidas por los prefectos, subprefectos, jefes de zonas de cultivo y jefes de salinas, que tenían capacidad y conocimientos para el mando de guerrillas auxiliares en el cumplimiento de misiones combativas especiales tales como: exploración, emboscadas, facilitar prácticas y elaborar planos, entre otras.

Además, en la organización militar se consideraron de forma elemental los cuerpos de ingenieros y jurídico, la sanidad militar y las comunicaciones.

La alimentación

La alimentación de los hombres del Ejército Libertados era heterogénea y ocasional, pues dependía del estado e intensidad de las acciones militares y de las características de las diferentes regiones del país.

Los campos del territorio insurrecto eran abundantes en frutos y viandas de cultivo y silvestres como naranja, limón, mango, coco, plátano, boniato, calabaza y yuca. Además existía gran cantidad de animales salvajes como la jutía y el puerco jíbaro, que servían como alimento a las tropas. En determinadas regiones del país se criaban algunos tipos de ganado de forma extensiva, lo que facilitaba su captura. Se debe señalar que la carne de caballo fue un alimento de primer orden para los Cambises. Para la conservación de los alimentos cárnicos se empleaba la sal. Eran cortados en pedazos, de acuerdo con la cantidad de personal de las unidades que los recibirían. En algunas regiones costeras se consumía el pescado salado. Un alimento muy importante fue la miel, la cual se consumía ligada con agua o servía para endulzar el café, por sus características nutritivas y su fácil obtención en los lugares intricados representó un importante reconstituyente.

Grados militares

Los grados militares en el Ejército Libertador estaban en correspondencia con los cargos y jefaturas desempeñados, avalados por la Ley de Organización Militar. Los grados superiores eran el de mayor general y el de general de brigada, cuyos distintivos eran dos estrellas doradas y una plateada, respectivamente, que se colocaban a ambos lados del cuello de la camisa. Los primeros oficiales: comandante, coronel, teniente coronel, usaban de una a tres estrellas plateadas y estaba establecido llevarlas en las hombreras; los subalternos portaban estrellas de menor tamaño.

Los grados de las denominadas clases eran: sargento de primera, sargento de segunda y cabo.

Su gesta

Casi sin recursos este ejército combatió, mediante métodos combinados de lucha con predominio de la irregular, contra el ejército más numeroso que potencia europea alguna enviara a América (250.000 efectivos), le ocasionó 71.000 bajas y dejó exhausta a la metrópoli, sin dinero, hombres ni energía para continuar la guerra. Para 1898 las tropas españolas solo conservaban el dominio de las ciudades, mientras las fuerzas revolucionarias eran dueñas de los campos y las comunicaciones interiores.

Intervención norteamericana

Estados Unidos escamoteó al Ejército Libertador la victoria que prácticamente había sellado sobre España. Es entonces cuando se produce de manera oportunista la intervención militar estadounidense. España fue derrotada en suelo cubano gracias a la activa participación de las fuerzas del Ejército Libertador a las órdenes del mayor general Calixto García.

El 1 de enero de 1899 se arrió la bandera española y se izó la norteamericana; Cuba se transformó de colonia española en semicolonia de Estados Unidos. La anexión no fue posible por la enérgica resolución de los patriotas cubanos. No obstante, se impuso un gobierno interventor militar que se mantuvo hasta el 20 de mayo de 1902, fecha en que se fundó la nueva república de los cubanos, solo que mediatizada por los designios de los Estados Unidos de América.

Bibliografía pasiva

  • Ibarra J. Historia de Cuba. Las luchas por la independencia nacional y las transformaciones estructurales 1868-1898.La Habana:Editora Política, 1996.

Véase también

Fuentes