Guerrilla de Carmenates

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Historia de una epopeya

La guerrilla dirigida por Marcos Carmenates fue reconocida y orientada por la dirección de la Revolución, desde la Sierra Maestra a través de los contactos con su jefe y segundo jefe primero y por Camilo Cienfuegos después durante su campaña en el llano, nombrando a este, Jefe de operaciones militares en el territorio antes de la apertura del IV Frente, todo el término municipal de Victoria de Las Tunas se mantuvo en pie de guerra y se desarrollaron diversas acciones combativas contra el ejército del dictador Fulgencio Batista.

A su paso por la localidad, en la columna invasora, Camilo Cienfuegos también reconoce al grupo de Carmenates y el de Concepción Rivero.

El cumplimiento de la orientaciones de Camilo y Fidel, respecto a la creación de la red de colaboradores, permitió que esta región tuviera ya las condiciones practicamernte creadas para la constitución del IV frente y especialmente la Columna 12 Simón Bolívar.

Integrado a dicha columna el Pelotón número 7 dirigido por Carmenates, junto a las restantes fuerzas cumplió importantes misiones y fue fiel a la orden dada por el líder de la Revolución de combatir día y noche en la Carretera Central para evitar el paso del enemigo hacia el interior de la antigua provincia de Oriente.

Contribuyó a decidir el triunfo revolucionario en el territorio apoyada por obreros, campesinos, y pueblo en general, que hicieron de esta una lucha de masas y un ejército rebelde popular.

Nacimiento de la guerrilla

En Jobabo y sus alrededores operaron varios grupos rebeldes como el de Agustín Aldana, Chichí Ortiz, Israel Castro], Ángel Salgado (El cojo), Rosendo Arteaga, los cuales de una u otra forma se subordinaron a la guerrilla de Carmenates primero y al pelotón No. 7 de la columna 12, la mayoría, después, otros se subordinaron directamente a la comandancia

Con posterioridad al día 15 de mayo de 1955, cuando Fidel y un grupo de compañeros moncadistas salieron de la cárcel, de Isla de Pinos, varios jóvenes del barrio de Ojo de Agua, comenzaron a tener inquietudes, y deseos de hacer algo en interés del Movimiento 26 de Julio, y se fueron nucleando con ese propósito.

Al carecer de contactos, inicialmente hicieron cosas sin la correspondiente autorización, principalmente relacionadas con los sabotajes, hasta que Carmenates comenzó a liderar el citado grupo, y todo comenzó a ser más organizado, y coherente, luego del combate de La Plata en 1957, en la Sierra Maestra, las inquietudes de los muchachos se incrementaban, y en la misma medida en que iban conociendo, sobre las actividades del Ejército Rebelde, aun cuando las noticias, que llegaban fueran fragmentadas, y a veces contradictorias.

El interés se redoblaba, así fue hasta que, por imperativo del grupo, se llevó a cabo una reunión en septiembre de 1957, en esta se acordó que Carmenates, por ser el jefe, el de mayor edad y por derecho propio, representando al pequeño colectivo fuera a la Sierra Maestra, con la misión de contactar con Fidel, con el propósito básico, de plantear el deseo de que fueran admitidos dentro del Ejército Rebelde, así el citado compañero emprendió el viaje.

Carmenates, a través de Pancho Tamayo, logró contactar con el Comandante Ernesto Guevara el que no aceptó que el grupo subiera a la Sierra Maestra, por falta de armas de guerra en aquellos momentos y le orientó regresar y comenzar a organizar la zona, llevar a cabo sabotajes, recogida de armas y otras medidas en preparación para la actuación futura de un grupo guerrillero.

Al regreso de Carmenates, de inmediato se reunió con el grupo que inicialmente los siguientes compañeros: Jesús Bermúdez Cutiño (Pipo), Walfrido Ávila Ávila (El Negro), Laureano Álvarez Rodríguez, Celesio Quiroga, Riverside Valdivia Figueredo (Patato), un tal Chepo y Manuel Naranjo (Manolo). La casa (bodega) de este último fue el lugar escogido, para llevar a cabo las primeras reuniones del grupo inicial, luego que Carmenates bajara de la Sierra Maestra.

Fue además el lugar donde se prepararon, los primeros cócteles molotov, u otros rudimentos, para la realización de acciones, y el lugar escogido desde el inicio para la recepción de los bonos del 26 de julio para posteriormente ser distribuidos a los encargados de venderlos.

Principales acciones combativas

Según testimonio de Carmenates las orientaciones, del comandante Ernesto Guevara para el desarrollo de las actividades fueron precisas:
1. Sabotajes
2. Recogida de armas
3. Contacto para venta de bonos, y como cuestión priorizada contactar, con el movimiento en Victoria de Las Tunas y ponerlo al tanto de las instrucciones, recibidas ya que a decir de Carmenates: ...el Che era contrario a las actuaciones sin previa organización.

Este grupo embrionario comenzó a recorrer todo el territorio tunero con el propósito de reclutar al personal que sería el encargado de comenzar las acciones orientadas, en cada zona. Los primeros, recorridos incluyeron la parte hacia el sur de la Carretera Central, entre otros lugares pueden citarse: San Joaquín, Cuatro Caminos, Dormitorio, El Níspero, El Grillo, Aguas Blancas, Las Pelonas, Ciruelito, Guaramanao, [[Yamaical], Las Arenas, Sirvén, La Reforma, San José de la Plata, Cañada de Palmas, Cañada de Yarey, Bejuco, Jobabito, entre otros. Hacia el norte de la Carretera Central, el Cerro de Caisimú, Dumañuecos, Las Nuevas de Manatí, Hambre Vieja, Bartle y otros.

Tanto la primera misión, como la segunda comenzaron a cumplirla de inmediato, en todo el territorio, aún cuando ya sobre la primera estaban trabajando, por la libre, desde 1955, aunque de forma bastante esporádica, y de lo que se trataba era de continuar aunque mas dirigida hacia elementos, concretos y superior en tanto que la venta de bonos requería de rudimentos organizativos, por ello previamente para comenzar, en cada lugar, visitado dejaron personas responsables de reclutar a otras, que tendrían la misión de llevar las ideas a la práctica.

En cumplimiento de la segunda misión, en todo el territorio asignado se recolectaron armas de fuego de diversos tipos y calibres; esta tarea se cumplió no sin dificultades, por cuanto no siempre fueron entregadas por sus poseedores de forma voluntaria y en más de una ocasión hubo que arrebatárselas, ejemplo de ello fue la resistencia de un propietario que trajo por consecuencia un intercambio de disparos, donde resultó herido Walfrido Ávila Ávila (El Negro)

Complicándose la situación, pues todas la noches había que trasladarlo hasta encontrar un lugar seguro, pues él no podía caminar, y todavía no estaban creadas las condiciones, infraestructurales, políticas e ideológicas, en las zonas rurales para dar aseguramiento, a la situación creada. Y todo se tornaba en extremo peligroso, sobre todo porque en los momentos iniciales, pululaban los chivatos.

Todo el armamento que se recogía era almacenado y custodiado por colaboradores en distintos lugares del territorio; en una ocasión Walter Santiesteban Guerra a nombre del 26 de Julio, según él, vino a contactar a fin de unificar esfuerzos y una noche asaltó junto con otros seguidores de esa fechoría uno de los almacenes de la guerrilla con el propósito de apoderarse de las armas, pero fue repelido valientemente por Rafael López (Felo) un destacado colaborador que fungía de custodio, resultando herido en una pierna.

El problema creado por Walter Santiesteban, fue llevado ante Camilo y ventilado en la Causa Número 10 en la Sierra Maestra, donde Bermúdez Cutiño, segundo de la guerrilla del Negro Carmenates, participó como testigo en el juicio.

Para el territorio constituyó, una gran experiencia que sirvió, sin dudas, para incrementar la simpatía de los vecinos hacia los revolucionarios. A partir de este momento, se abrieron las puertas de todos los campesinos hacia los rebeldes, actitud que seria demostrada una y otra vez, con la guerrilla que siguió operando en el territorio, así como con las fuerzas que posteriormente llegarían en composición de la columna 12 para constituir lo que seria el IV Frente Oriental.

El 2 de abril de 1958, unido a las acciones ya conocidas de la guerrilla, fueron elementos que contribuyeron, sobremanera, en la creación de condiciones políticas, ideológicas, en la población del territorio, y en correspondencia con lo que estaba sucediendo mas al oriente y concr

Paso por la localidad de las columnas invasoras número 2 y 8

El territorio también fue testigo del paso de las columnas de Camilo y el Che hacia el Occidente del país y para ello, la guerrilla llevó a cabo un conjunto de de acciones en apoyo al paso de estas, más bien destinadas a desviar la atención del ejército de Batista.

En su artículo “Camilo en el llano”, el Gen. Div (R) Jesús Bermúdez Cutiño comenta:
“Junto a Enrique Soto Vázquez, Jefe del M-26-7 en Las Tunas, a petición de Camilo nos trasladamos hacia El Caimito y en la casa de Picio Ramírez donde tenía la Comandancia, Camilo nos recibió efusivamente y casi de inmediato requirió de nuestro informe, o sea, primero Soto explicó todo lo relativo al cumplimiento de sus misiones en el territorio asignado en uno de los puntos.

Este se refirió a la visita que había realizado al campamento en la zona de Manatí, así como manifestó las favorables impresiones que tenía de nuestro actuar en la región, con sólo el inconveniente de los “desaguisados” que habían existido entre Concepción Rivero y el Negro Carmenates, donde el primero no aceptaba la subordinación al segundo, por cuanto quería ser un jefe independiente, razones por las que Carmenates y yo habíamos ido a contactar con Carlos Borja.

Este con la falta de autoridad conocida se mostró impotente ante el problema creado y decidió el viaje de Carmenates a la Sierra con el propósito de que fuera la Comandancia General del Ejército Rebelde quien decidiera sobre el mencionado contratiempo. Ante este hecho, me quedé al frente de la tropa y me correspondió informar en este momento de forma pormenorizada todo lo que habíamos realizado en el territorio a partir de las últimas indicaciones que personalmente se dieron tanto a Carmenates como a mi”.

“Este despacho con Camilo duró prácticamente toda la noche, con las interrupciones lógicas de un jefe como Camilo que atendía a todo el que venía a consultarle cualquier problema, ya se tratara de cuestiones relacionadas con la guerra o de situaciones sociales con la comunidad”.
“Hay que tener en cuenta que en esta zona todos conocían a Camilo Cienfuegos y también todos querían verlo para cualquier cosa”.

“Al otro día por la mañana, al despedirnos, después de negar la reiteradas súplicas que le hice para que me permitiese marchar con él hacia occidente, me entregó unas cuantas balas calibre 30.06 y repitió que hacíamos falta en aquel lugar donde quizás otras fuerzas completarían algo así como un frente de combate, aunque no fue éste exactamente el nombre que utilizó y me ratificó la condición de Carmenates como jefe de la guerrilla y la mía como su segundo; ya en esos momentos el negro regresaba de la Sierra y se incorporaba a su William Gálvez en su libro “Camilo Señor de la Vanguardia”, expresa:

“Todo el día 30 y 31 permanecimos en El Caimito; tomamos como centro la casa de Picio, donde Camilo se reuniría con los distintos compañeros que había mandado a buscar para informarse acerca de las actividades realizadas, dar nuevas instrucciones, efectuar los cambios pertinentes e intensificar la lucha. Recordamos la reunión con los compañeros Enrique Soto y Jesús Bermúdez”.

En correspondencia con el testimonio del compañero Bermúdez y lo plantado por Gálvez, Camilo al continuar el avance de su Columna, envía la siguiente carta al Comandante en Jefe:
“Fidel”.
“Le mando el caso del compañero Benigno González”.

“Ha llovido a consecuencia del ciclón y no se puede andar en carros, la marcha se hace lenta”.
Al Capitán Cristino Naranjo se le puede dar el chance de seguir operando, tengo la seguridad de que hará un buen papel”. Reciba un saludo de todos para todos.

El tiempo es corto, muy corto, me impide ser extenso. Lo primero: Borja; en el tiempo (2 meses) que estuvo en la Sierra, lo ha hecho todo al revés. He tenido que disolver campamentos con 80 y 100 hombres. Se han hecho decenas de cartas pidiendo dinero a mi nombre, cuando me lo informó días antes de yo bajar, ya circulaban las cartas”.
“La carta que escribió el hijo de F. Casas ( ) se perdió entre los otros papeles. El dice la dejó con las demás, cosa que no es cierto”.

“Como es natural yo no puedo tener a mi lado individuos semejantes, considerándolo un acto de traición al Movimiento, pensaba procesarlo en un tribunal militar pero eso se demoraría mucho tiempo, por eso se lo mando a usted”.
“Este Sr. nunca ha estado ni está de acuerdo con sus planes, tiene un complejo de superioridad pocas veces visto”.
“He dejado al Capitán Cristino, tipo de valor y honrado, al mando de los términos de Bayamo, Holguín y Tunas, reestructuré los mandos de Tunas y Bayamo. Estoy terminando”.

“Mandé a un hombre a Holguín. Me estoy demorando pero no pudiera dejar a mis espaldas tantos rollos”.
“Quedan dos grupos armados en Tunas, uno al mando del Teniente Carmenates, otro con el Teniente Concepción Rivero que al mismo tiempo llevarán aquí las acciones de sabotaje de chivatos y esbirros en Tunas, estos hombres están al mando de Cristino al igual que el otro grupo que opera en Holguín estando al frente el Teniente Peña con treinta hombres. Hay otro grupo que deberá seguir una orden militar, hacer contacto con el Capitán Naranjo para recibir instrucciones”.

“A Cristino le dejé: tres San Cristóbal, una Beretta, una Thompson, una ametralladora, un Garand, tres Springfield”.
“Ya el Che está aquí, me facilitó setecientos tiros 30.06”.
“No le mando dinero (conseguí seis mil pesos) pues con el camino será difícil buscarlo”.
“Le di al Che mil setecientos. Este dinero lo tenía Carlos

“Hasta pronto. Camilo”
Durante los días 7 y 8 de septiembre de 1958 la columna invasora #8 Ciro Redondo,
atravesó el actual municipio Jobabo. En horas de la noche acampó en Cuarenta pesos después de cruzar el río. Por el paso del aura. Se mantuvo en esta zona hasta el anochecer del día 8, que se internó en la región agramontina.

La guerrilla en la estructura de la columna número 12 “Simón Bolívar”

En octubre de 1958, la guerrilla de Carmenates se insertó en la columna no. 12 del Cuarto Frente Oriental, elemento importante en el proceso de integración de los frentes guerrilleros. Al respecto el General de División. (R) Jesús Bermúdez Cutiño relata:

Encontrándonos en Sao Guásimas, el 19 de octubre, llegó a nuestro campamento el Teniente Cabrera Avilés en busca de Carmenates, a quién el Comandante Eduardo Sardinas (Lalo) necesitaba dar algunas indicaciones.

A partir de ese momento comenzó para nosotros una nueva etapa, ya que el territorio militar que se encontraba bajo la mano del compañero Marcos Carmenates quedó dentro de la zona de responsabilidad del IV Frente Oriental Simón Bolívar y concretamente de la Columna 12 del mismo nombre a cuyo Comandante nos subordinamos de inmediato. Fue entonces que el núcleo principal del guerrilla diseminado en la mayor parte del territorio tunero, se convirtió en el Pelotón No.7 de la citada Columna.

En este Frente no existió el nivel de compañía y por tal motivo, algunos pelotones al final de la guerra llegaron a contar con varias decenas de hombres.

Nuestro llamado pelotón continuó además dirigiendo varios grupos que operaban en distintas regiones del municipio tunero. Precisamos a éstos las misiones a cumplir, con el fin de que se mantuvieran en sus respectivas zonas como puntos avanzados, protegiendo fundamentalmente los accesos hacia lugares de ubicación de las tropas principales, incluida la Comandancia.

Además debían realizar misiones relacionadas con la exploración, sabotajes, abastecimiento, enlace y otros.
Se cumplía de esta manera lo que en más de una ocasión le escuchamos a Camilo Cienfuegos, repetido por Osvaldo Herrera posteriormente: ...este territorio será otro Frente o parte de él, Tunas y Bayamo son la antesala de la Sierra Maestra...

No había sido fácil mantenernos durante todo ese tiempo en una zona despoblada prácticamente de vegetación y topográficamente hostil a la guerrilla, con pocos bosques donde refugiarnos, sin montañas y accesible al enemigo.

A ello debíamos agregar que un año atrás pululaban los chivatos y los incrédulos en el triunfo revolucionario.
Durante la permanencia de Camilo en el llano, en carta a Fidel le comenta:
Tengo algunos hombres que le han cogido terror al llano, ahora mismo Boldo, el primo de Lalo, me pide que lo licencie o lo deje preso o lo mande a la Sierra. Por lo menos él es sincero; ya me habían dicho que no podía seguir, pero hay otros que están esperando la oportunidad para no seguir aquí, poco a poco iré eliminando esos elementos”.

Realmente a muchos hombres les ha afectado el cambio de la loma aquí en el llano.
Si bien es cierto que tuvimos muertos y heridos no faltaron los errores ni estuvo ausente totalmente nuestra ineptitud para algo que aprendimos muchas veces sobre la base de los mismos reveses, pero el enemigo, mejor preparado desde el punto de vista militar, con más y mejor armamento, siempre en todos los combates, sufrió mayores pérdidas que nosotros, incluso en aquellos casos cuando caíamos en emboscadas tendidas y preparadas de antemano.

Todo esto fue posible gracias a la enseñanza de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y a las precisiones que sobre el particular hiciera el Comandante Ernesto Guevara en septiembre de 1957 al compañero Carmenates, cuando este acudió a su presencia, y por supuesto a las instrucciones impartidas por Camilo, ya sobre la base de sus experiencias de la lucha en el llano.

La movilidad constante (un solo día en cada lugar), el correcto aprovechamiento del terreno, el empleo de la noche para movernos y la discreción con que se planificaban las acciones y se decidían los movimientos así como el apoyo de la mayoría de la población rural con quienes hicimos contacto, fue decisivo.

Fuente: 

  •  Colectivo de autores: Imagen de Pueblo: Editorial Verde Olivo, La Habana, 1999.
  • Testimonio ofrecido por el hoy General de División Jesús Bermúdez Cutiño, el 15 de mayo del 2001 (Segundo Jefe de la Guerrilla de Carmenates y el pelotón # 7 de la Columna 12 Simón Bolívar)
  • Testimonio ofrecido por Agustín Grabiel Aldana Súarez, jefe de un grupo guerrillero en Jobabo, subordinado a Marcos Carmenates. (marzo del 2004)
  • Testimonio del Comandante Eduardo Sardiñas Labradas, Jefe de la Columna 12 Simón Bolívar. (mayo del 2004)
  • Testimonio "Encuentro con el ejército enemigo en el pueblo de Jobabo" Jefe de Pelotón, Capitán Juan Olivera Hernández.
  • Testimonio ofrecido por Ángel Sotomayor Mas. (mayo del 2004)
  • Testimonio ofrecido por Adalberto Blas Ruíz (Bulito) combatiente de la Columna 12 que estuvo bajo las órdenes de Lalo Sardíñas durante la Toma de Jobabo. (junio del 2004)
  • Testimonio ofrecido por Laudelio Reyes, Presidente de la comisión provincial (Las Tunas) para la elaboración dela historia del IV Frente Oriental.
  • Testimonio ofrecido por Blas Manuel Peralta Figueredo, integrante de la 3ra Escuadra del pelotón dirigido por Capitán Salvador Sosa. Columna 12 Simón Bolívar. (junio del 2004)
  • Testimonio ofrecido por José Evangelita García Verdecia, jefe de un grupo guerrillero de la Columna 13, dirigida por el Comandante Víctor Mora.
  • Esteban Felipe Yero Rosales, En el llano a toda Costa.Editorial Verde Olivo.2007