Heraclio Alfaro Fournier

Heraclio Alfaro Fournier
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Heraclio Alfaro Fournier
NombreHeraclio Alfaro Fournier
Nacimiento20 de septiembre de 1893
Vitoria, Bandera de España España
Fallecimiento10 de agosto de 1962
Álava Vitoria-Gasteiz, Bandera de España España
Causa de la muerteParkinson
NacionalidadAlavés
Ciudadaníaespañol
OcupaciónPiloto
Conocido porHeraclio Alfaro Fournier, el pionero de la aviación española
PadresJuan Bautista Alfaro
FamiliaresNieto de Heraclio Fournier, fundador de la famosa fábrica de naipes de Vitoria

Heraclio Alfaro Fournier. Fue un ingeniero aeronáutico, inventor y aviador español, uno de los pioneros de la aeronáutica.

Síntesis biográfica

Nació en Vitoria-Gasteiz, el 20 de septiembre de 1893 . Ingeniero aeronáutico. Era hijo de Juan Bautista Alfaro y nieto de Heraclio Fournier, el fundador de la famosa fábrica de naipes de Vitoria. Su hermano Félix continuó con el negocio familiar y fue procurador en las Cortes Españolas.

Estudios realizados

En el colegio de los marianistas de Vitoria, Heraclio recibió la influencia de Luis Heintz, que le encaminó hacia la aeronáutica. Continuó sus estudios en Francia y Lieja (Bélgica), donde entró en contacto con los avances de la aviación de principios de siglo, pilotando en 1910 el planeador ACA o monoplano Antoinette (escuela de aviación de Mourmelon le Grand), lo que le convertía en uno de los pilotos más jóvenes del mundo. No recibió el título de la Federación Aeronáutica Internacional hasta el año siguiente, cuando cumplió los 18 años. En 1913 fue profesor ayudante de la Escuela de Aviación de Vitoria (Lakua), una institución civil que acababa de crearse por el francés Leonce Garnier.

Trayectoria como aeronáuta

Heraclio Alfaro fue un gran inventor aeronáutico, uno de los dos -el otro es Juan de la Cierva- más grandes de toda España. Llegó, además, a gozar de una gran admiración social -pese a que residió gran parte de su vida en los Estados Unidos-, tanto aquí como sobre todo en su tierra natal. Detrás de esto se encuentra, sin duda, una capacidad inventiva y creativa que fue tan formidable -21 patentes en EE.UU, 6 en Canadá- como desconocida.

Nacido en el seno de una familia de gran distinción intelectual y creativa, el comienzo de su formación fue extraordinariamente cuidado. Estudió, primero, en el Colegio de los Marianistas de Vitoria, en donde tuvo entre sus profesores a Luis Heintz, gran aficionado a la arqueología y a la aviación; y más tarde en Francia y en Lieja (Bélgica), donde aprendió francés y, con ello, la posibilidad de conocer el auge de la aviación gala.

Desde joven destacó por su talento y pericia; al mismo tiempo que ingeniaba artefactos voladores -como el planeador ACA, en 1910-, aprendió a volar y se hizo piloto. Esto ocurrió en la escuela de aviación de Mourmelon le Grand, cerca de Reims, cuando contaba con sólo 17 años, lo cual le convertía en el piloto más joven de Europa y, quizá, del mundo.

De regreso a Álava, en 1913 ejerció de profesor ayudante en la recién inaugurada Escuela de Aviación de Vitoria, la primera de carácter civil en el Estado. Allí, en las campas de Lakua, trabajó para su fundador, el piloto francés Leonce Garnier, con quien se relacionó de modo especial, acompañándole en vuelos e, incluso, haciéndose cargo de la Escuela, durante sus ausencias. Allí, también, en junio de 1914, construyó un aparato que terminaría siendo un hito en la historia de la aviación: el Alfaro I, primer aeroplano fabricado y pilotado por el propio inventor en el Estado (se trataba de un monoplano tipo torpedo, con un motor de 7 cilindros y velocidad de más de 100 Km/h).

A pesar de reconocer las ventajas ofrecidas por el aeródromo de Lakua (posibilidad de vuelos, contactos con pilotos), el joven Alfaro consideró la experiencia vitoriana desde una actitud de superación y aprendizaje. El amplio eco de las proezas aéreas que ya realizaba en Madrid y Salamanca le sirvió de contraste para juzgar más objetivamente las limitaciones técnicas del aeródromo de Lakua. No es sorprendente, por tanto, que, en 1915, tras varias exhibiciones en el aeródromo de Cuatro Vientos, se trasladase a la Escuela de Vuelo de Getafe, donde trabajó durante tres años como Jefe Técnico, bajo las órdenes del capitán y acreditado piloto Alfredo Kindelán. Allí, además de efectuar vuelos, realizó el servicio militar, lo que le permitió familiarizarse con la aeronáutica militar. A través de Kindelán y de varios ingenieros militares -con quienes pilotó en Cuatro Vientos- entró Alfaro en relación con los Talleres Hereter de Barcelona, lugar en el comenzó a desarrollar su participación en la aeronáutica militar. Durante los próximos tres años (1917-1920), construyó cuatro aeroplanos para las fuerzas aéreas, al mismo tiempo que proyectaba el primer helicóptero Pescara y un avión de caza (en concurso organizado por el Ministerio de Guerra).

Se trataba de un campo especialmente idóneo para inventar y aprender de otras ciencias, de la ingeniería aeronáutica en especial. Esto es lo que hizo Alfaro, que cultivó la aeronáutica militar, en la meca de esta rama: los Estados Unidos.

En octubre de 1920, marchó a Ohio; estudió métodos de producción en Cincinnati y, más tarde, proyectó un avión de combate para la Dayton Wright Co. (por el que obtuvo un premio de 3.000 dólares). Tras una estancia de apenas dos años, regresó a España, si bien como representante de varias compañías aeronáuticas americanas. Se instaló en Madrid y siguió construyendo aeroplanos, como el Alfaro 11, un biplano monoplaza. En 1924, no obstante, sin duda movido por los contrastes vividos en ambos países, regresó a los Estados Unidos, país donde residiría hasta 1945. Su primer cargo fue el de ingeniero proyectista en la Glenn L. Martin Co. de Cleverland. Como sus obligaciones laborales no eran excesivas pudo simultanearlas con el estudio. En 1926 se graduó en ingeniería aeronáutica en el entonces ya prestigioso Massachussets Institute of Technology. Durante aquellos años trasladó el centro de sus actividades del diseño a problemas específicos ingenieriles. Este cambio se pone de manifiesto en la proyección de cuatro aviones; uno de ellos contaba con avanzadas prestaciones.

Muerte

Falleció en Vitoria-Gasteiz, 10 de agosto de 1962.

Aportes

Curtido en la proyección de aeroplanos, fue capaz de proyectar y construir un avión (el City of Peoria, dotado de un motor Wright; encargo del National Airways, en 1927) en el tiempo récord de 23 días, un trabajo que le llevó a figurar en las portadas de la prensa local y a alcanzar -en el ámbito de la opinión pública- la cima de su etapa norteamericana.

Nadie antes que Alfaro, construyó un motor diminuto y potente, de 23 Kg y 24 caballos de vapor, como lo fabricó él.

Acaso menos impactante, pero en modo alguno menos importante, se encuentra el espectacular progreso que experimentó el embrión del actual helicóptero: el autogiro. A lo largo del primer cuarto del siglo XX, tuvo lugar una extraordinaria invención que protagonizaría un ingeniero murciano de su misma edad, la patente de autogiro de Juan de la Cierva. Un ingenio que, por entonces, se encontraba en un estado de ingeniería poco desarrollado, además de ser casi un desconocido en numerosos países, entre ellos los Estados Unidos. En 1928, llegando a un acuerdo con Harold Pitcairn y con el propio La Cierva, Alfaro introdujo el autogiro en el país americano. Durante varios años desplazó el objeto de sus investigaciones del aeroplano al autogiro.

Se dio cuenta de que la técnica de la transmisión del starter mecánico se encontraba prácticamente en fase embrionaria y consiguió diseñar -y mejorar- el arranque mecánico para el rotor, logrando el despegue de un salto. De estos logros surgió, en 1930, su asociación con la Autogyro Co. of America, con el que proyectó un nuevo modelo que perfeccionaba notablemente el prototipo de La Cierva en todas sus partes. Posteriormente vendrían nuevos modelos y más mejoras técnicas, en aspectos específicos como el descenso vertical, resistencia del aire y arranque del rotor.

Entre sus publicaciones se encuentran:

  • 'Possible improvement of present day aircraft', Journal of the Society Automotive Engineers, 1929, 25 (3);
  • 'The Autogiro Rotor', Aeronautical Engine Magazine, 1932, 4 oct-dec.

Heraclio Alfaro en Norteamérica, fundó la Compañía Aircraft Developments Inc., en donde construyó hasta doce modelos diferentes de motores de aviación, uno de ellos, por encargo especial del Navy Department. La Civil Aeronautics Authority (C.A.A.), publica en enero de 1939 una revista técnica dedicada al llamado «Motor Alfaro»; dicho motor es construido en Aircraft Development Inc. (Boston-Massachusetts) por la compañía Bureau of Air Commerce (C.A.A.).

La originalidad y fama de sus modelos permitieron a Alfaro ocupar la cátedra de aeronáutica en dos prestigiosas universidades: la universidad Western Reserve , en 1929, y el Massachussets Institute of Technology, en 1932. Continuó sus proyectos de aeroplanos fundando, asimismo, la empresa Aircraft Developments Inc., firma que llegó a construir hasta doce tipos de motores diferentes. Tratando de reducir el peso de los motores, se dio cuenta de que los novísimos materiales en aviación le permitían construir un motor de gran significación para la aeronáutica norteamericana: el baby motor.

No obstante, cuando estaban en la cumbre tanto su labor investigadora como sus actividades inventivas, regresó a su tierra natal en 1942, enfermo de Parkinson dolencia que le duraría hasta su fallecimiento. Los diecisiete años escasos que le restaban de vida los pasó en Madrid, San Sebastián y Vitoria, manteniendo abundante correspondencia y colaborando con compañías norteamericanas y españolas. El Aero Club de Vitoria, que se fundó en 1953, lleva su nombre.

En 1953 la aviación española le dedicó un homenaje nacional, por ser el primer español constructor de aviones y uno de sus primeros pilotos, celebrándose en Vitoria-Gasteiz una gran exhibición aeronáutica así como el nombramiento de Socio de Honor del Real Aeroclub de España.

Fuentes