Diferencia entre revisiones de «Historia del municipio Trinidad (Provincia de Sancti Spíritus)»

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Revisión del 10:04 9 abr 2012

Historia de la Villa de Trinidad
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Concepto:Historia de Trinidad desde la etapa precolombina hasta la actualidad.

Historia de la Villa de Trinidad desde la etapa precolombina hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudorepública hasta llegar a la etapa revolucionaria.

Época precolombina

Asentamientos aborígenes en la zona de Trinidad.

Los primeros habitantes del territorio pertenecían a un grupo de origen arahuaco asentado en el cacicazgo de Guamuhaya, llamado Siboney, los que practicaban como forma de subsistencia la recolección, la caza, la pesca, así como una agricultura y una cerámica muy rudimentarias, empleando conchas marinas y huesos, además de muchos adornos y pinturas.

Colonia

Escudo de la ciudad de Trinidad.

Los archivos de la corona española testifican que el viernes 23 de diciembre de 1513 arribó Diego Velázquez de Cuéllar al río del Guaurabo cerca de Jagua en donde predijo fundar la Villa de La Trinidad. A finales de año Velázquez ordeno un reconocimiento de la zona y a principio de 1514[1], en las márgenes del río Arimao cerca de la bahía de Jagua, amplia rada cuyas bondades fueron altamente apreciadas por los conquistadores, se funda la villa de la Santísima Trinidad. La fundación de la nueva villa se realizó antes del 10 de febrero pues Velázquez en esa fecha envía unos barcos a cargar casabe para Trinidad[1].

Pero el asiento quedó distante de los ríos donde se establecieron los lavaderos de oro. A mediados de 1515[1] ya se encontraba en su actual emplazamiento, en la cercanía del poblado indígena de Manzanillo —en el que Diego Velázquez pasó la Navidad del año 1513 agasajado por el cacique Manatiguahuraguana— y que según el Fidalgo de Elvas era el mayor pueblo de indios de Cuba[1].

Al criterio del obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, el traslado fue motivado por acercarse a la aldea aborigen que

quedaba en el centro de los pueblos de indios situados en la comarca: todos habían de quedar sujetos a la nueva población (...)[2]

Trinidad era un asentamiento rico en oro, pero al agotarse este mineral se produce un gran despoblamiento como en el resto de la isla. A finales del siglo XVI solo quedaban seis familias españolas en la comarca. Con el descenso de la población nativa comienza la importación masiva de esclavos africanos.

Francisco Iznaga, fue un rico terrateniente de origen vasco asentado en la región oriental de Cuba durante los primeros años de la colonización de la isla. Fue elegido regidor de la villa de Bayamo en 1540 fundada en 1513 por Diego Velazquez, va a ser uno de los más prominentes hacendados de la villa.

Iznaga fue origen de un poderoso linaje que se asentó finalmente en la villa. Sus descendientes defendieron la causa autonomista y la anexión a los Estados Unidos en el siglo XIX.

Durante los primeros tres siglos de la colonia, la actividad económica fundamental fue el llamado "comercio de rescate", el contrabando con los corsarios y piratas del resto del Caribe, lo que provocó muchos problemas con el gobierno central de la isla.

En los finales del siglo XVIII, se acelera el desarrollo agrícola cañero debido al floreciente comercio con el resto de las islas de la región y la entrada de gran cantidad de esclavos a las plantaciones. Lo que genera la construcción de numerosos ingenios en los valles cercanos. Las ideas de la Revolución francesa y la independencia de el resto del continente tuvieron un gran impacto en Trinidad.

En el censo de 1827 se empadronan en Trinidad, sólo en el área urbana, 12.543 habitantes. En esta época comienza el auge de las grandes construcciones de diversos estilos (el Palacio de Borrell, el Palacio de Iznaga, el Palacio de Don Justo Cantero, el Palacio del Conde de Brunet y el Palacio de Bécquer). Diversos consulados se asientan en la villa y es visitada por gente del mundo entero.

Trinidad en 1840

El esplendor duró poco, pues se basaba en dos frágiles soportes: el trabajo esclavo, que constituye un freno para el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo, y por otra parte, la sobreexplotación de los suelos y de los recursos energéticos comenzaron a incidir pronto en los bajos rendimientos agrícolas e industriales, en momentos en que otras producciones azucareras como la remolacha de Europa comienzan a ocupar mercado mundial.

Se inicia así, a partir de la cuarta década del siglo XIX, la decadencia de la, hasta entonces, floreciente ciudad, que no puede ser evitada ni aún con el proceso de modernización que algunos potentados pretenden introducir en sus ingenios. Los terratenientes emigran hacia otras regiones más desarrolladas y de mayores perspectivas como Cienfuegos, Sancti Spíritus y Puerto Príncipe.

El descenso de los precios del azúcar en el mercado mundial genera una profunda crisis en el territorio. La ciudad se encierra en un estilo neofeudal y pierde los privilegios que había ostentado. A mediados del siglo XIX la Comandancia General del Departamento es trasladada a Puerto Príncipe.

Guerra contra España

Isidoro Armenteros, independentista trinitario fusilado por las tropas españolas en 1851.

Los grandes azucareros consideran anexarse a los estados esclavistas del sur de los Estados Unidos. Se producen alzamientos como el de Isidoro Armenteros, que es aplastado por las autoridades de la colonia. La Guerra de los Diez Años iniciada por Carlos Manuel de Céspedes, llega con seis meses de atraso a la ciudad fuertemente militarizada.

Las acciones independentistas durante esta primera etapa de la lucha se limitaron a la destrucción de cafetales y plantaciones. Debido a la fuerte custodia de la ciudad, esta permaneció en lo fundamental fuera del conflicto bélico. Después del Pacto del Zanjón, durante la Tregua Fecunda que precedió a la contienda de 1895 organizada por José Martí, en Trinidad se conspiraba con gran fuerza. En julio de 1895 se producen diversos alzamientos independentistas en la zona como los de los generales Juan Bravo y Lino Pérez.

Luego de quedar virtualmente destruida por la guerra, con la intervención norteamericana los principales centrales de los terratenientes arruinados son vendidos a compañías de los Estados Unidos, lo que hace a la ciudad totalemente dependiente del mercado de la nación del norte.

Etapa republicana

Parque Cespedes de Trinidad durante la República Neocolonial

Esta época marcó un aislamiento mayor para la ciudad debido a la carencia de caminos y carreteras que permitieran el acceso a través de las montañas que bordean la ciudad. Esto contribuyó a que, en el plano de la arquitectura, Trinidad permaneciera en una especie de congelamiento que la mantuvo lejos de las influencias del neoclásico y del Art Decó, estilos que inundaron La Habana o Santiago de Cuba. Debido a la pobreza, la ciudad se convirtió en una de las de mayor índice de emigración, tanto hacia otras regiones de la isla como hacia el extranjero.

En 1936 se inicia la construcción del sanatorio antituberculoso de Topes de Collantes y luego se inician las obras para comunicar Trinidad con las ciudades del resto de la región central. Las carreteras a Sancti Spíritus (inaugurada en 1950) y a Cienfuegos (1952), garantizaron la comunicación de la ciudad por vía terrestre con el Occidente y el Oriente del país.

Al llegar al poder Fulgencio Batista, se instaurará una dictaura militar. Comienza entonces la etapa de la subversión y de las grandes manifestaciones políticas. En 1957 se producen los primeros alzamientos de los jóvenes de la ciudad. Las acciones de las guerrillas dejan incomunicada varias veces a Trinidad con el resto del país por vía terrestre.

Revolución en el poder

La ofensiva final revolucionaria comienza el 28 de diciembre de 1958 comandada por Faure Chomón, que ocupa el aeropuerto y el ayuntamiento. Dos días más tarde se rinde la Cárcel Real, último bastión del ejército batistiano.

El dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo[3] organiza una invasión, que es derrotada por las fuerzas al mando de Fidel Castro. La acción transcurrió en el aeropuerto de la ciudad y fueron ocupadas numerosas armas y municiones.

Los planes para una invasión directa por mercenarios a la zona fueron conocidos años después como "Plan Trinidad". Esta supuesta invasión desembarcaría por la zona costera del sur. En ese momento se desencadenó en la montaña la lucha contra los bandidos, que no eran más que opositores a la Revolución financiados por la CIA. La invasión se produce, pero a más de 200km de distancia, en Bahía de Cochinos, cerca de Playa Girón. Las cordilleras del Escambray se llenaron de los llamados "bandidos", los que cometieron decenas de asesinatos a simpatizantes de la Revolución, entre ellos muchos alfabetizadores. Una vez erradicadas las bandas de las sierras, se potenciaron diferentes proyectos de desarrollo rural, se construyen nuevas carreteras, se realiza la reforma agraria, se inauguran escuelas, hospitales, tiendas.

En 1976, debido al proceso de institucionalización de la república, vuelven a fundarse los órganos locales del poder, que ahora cuentan con el adjetivo "Popular", como corresponde en este tipo de sistema. El desarrollo económico fue progresivo, orientado sobre todo a la mecanización de la agricultura amparados en los subsidios de la URSS, se acelera la producción mercantil en la región y se comienza a invertir en la minería. Desde la década de 1980 se comienza a prestar atención al turismo, con lo que empieza la restauración de las principales obras patrimoniales.

En 1988 el Centro Histórico de Trinidad y el Valle de los Ingenios son declarados por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. El Período Especial sorprende a Trinidad encaminada a la construcción hotelera y de servicios, por lo que solo afectó a la agricultura y a la producción mercantil, que disminuyó. El boom del turismo y la apertura llegaron en los años 1990, como en el resto de la isla. Se edificaron numerosos hoteles, restaurantes y centros de servicios especializados, el ecoturismo en las montañas cercanas despegó al final del decenio.

En 1998 se funda la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad, bajo la dirección de Roberto López Bastida, entidad con personalidad jurídica propia subordinada al Consejo de la Administración Municipal, que se apoya en el financiamiento de las diversas agencias turísticas-hoteleras y el resto de las empresas que radican en el municipio, lleva adelante los planes de restauración y conservación de la ciudad y el Valle de los Ingenios.

Referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 García Santana, Alicia y Larramendi, Julio :Las Primeras Villas de Cuba. Ediciones Polymita S.A., Ciudad de Guatemala (Guatemala), 2008. p.181
  2. La visita eclesiástica. Selección e introducción de César García del Pino, p. 44. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985.
  3. Conmemoran derrota de la invasión trujillista por Trinidad, publicado por la Agencia Cubana de Noticias. Consultado el 8 de abril de 2012.