Levantamiento del 26 de Julio de 1896 en Isla de Pinos

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Levantamiento del 26 de Julio de 1896 en Isla de Pinos
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Lugar:Isla de PInos
Ejecutores o responsables del hecho:
Jóvenes pineros


Levantamiento independentista pinero fue un alzamiento protagonizado por jóvenes pineros en la noche del 26 de julio de 1896. Tuvo gran significado para la historia de la Isla de Pinos (Cuba).

Cuando Cuba estuvo bajo el yugo colonial español, la Isla de Pinos fue utilizada como lugar de confinamiento de los llamados “indeseables”, dentro de los cuales se encontraban valerosos cubanos con inclinación independentistas y que habían participado en la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y en el principio de la Guerra Necesaria (1895-1898).

Para estos tiempos la isla se encontraba en el mejor momento para desarrollar un movimiento insurrecccional. La Campaña de Occidente dirigida por el general Antonio Maceo había revolucionado a todas las provincias de esta región y su influencia llegaba a los más amplios sectores sociales que allí habitaban, no quedaba excluido el territorio insular pinero, y por supuesto, los jóvenes radicados aquí, deportados y naturales que se encontraban organizados esperando el momento más favorable para el levantamiento armado ya proyectado desde enero de 1896.

Preparación del levantamiento independentista

El plan elaborado era: ‑ Secuestrar al Gobernador Militar José Bérriz y obligarlo a deponer las armas

‑ Ocupar el Cuartel de Caballería, tomar las armas y distribuirlas entre los complotados

‑ Capturar la cañonera que se encontraba en el muelle y con ella dirigirse a Pinar del Río.

Los conspiradores organizaron las fuerzas y distribuyeron las distintas misiones a realizar en la acción. El deportado Félix Arias Segrera, que fungía como Ayudante del Gobernador Bérriz, operaría como informante de los insurrectos, y el día del levantamiento sería el encargado de concertar el encuentro de este oficial con Evangelina Cossío.

En horas de la noche en su casa, una vez garantizado que el padre y la hermana de la patriota fueran trasladados al poblado de Santa Fe y de esa manera, asegurar la operación como estaba previsto.

Emilio Vargas con 10 hombres se encargaría del apresamiento del Coronel español, cuando este entrara a la casa de la joven motivado por la cita que antes se le había hecho llegar. Evangelina Cossío Cisneros, hija de un deportado cubano y hermosa mujer, de la cual el Comandante Militar de la Plaza se encontraba enamorado, se encargaría de estar esa noche en espera del oficial, para que los insurrectos lo apresaran y obligaran a firmar la capitulación.

Bruno Hernández Blanco, joven pinero, tenía la misión de entrar al frente de la caballería en Nueva Gerona y tomar el cuartel, mientras se efectuaba el apresamiento de Bérriz.

Para la ocasión fue escogido el 26 de julio, pues al igual que en otros lugares de Cuba, los pineros celebraban el día de la Santa Ana, y las festividades alcanzaban hasta altas horas de la noche lo que garantizaba el movimiento de hombres, incluso a caballos y en grupos, sin causar sospechas.

La noche del 26 de julio de 1896

Todo comenzó según lo planeado. Bérriz cayó en la celada y apenas abrió la puerta de la habitación de la joven Evangelina, se encontró con las pistolas y los hombres de Emilio Vargas, quienes le ordenaban que firmara el documento de rendición de la plaza; pero de inmediato este se abrazó a la joven cubana, dando gritos de forma tal, que los soldados que se encontraban fuera de la vivienda lo oyeron y derribaron la puerta de la misma, iniciándose un intenso tiroteo que obligó a los patriotas a retirarse a caballo.

En el momento que Emilio Vargas intentaba escapar fue herido y posteriormente capturado en una casa en la entonces calle Tejar (actual calle 22 entre 43 y 45), más tarde fue fusilado en el cementerio de Nueva Gerona. Bruno Hernández Blanco, al frente de la caballería mambisa, procedente de Santa Fe, logró entrar en Nueva Gerona por el puente del río Las Casas, dirigiéndose por la calle Río (actual 35) hasta la valla de gallos, enclavada en la esquina de la calle San Clemente (hoy 26), donde se encontraba reunido otro grupo de patriotas, para incorporarse a la tropa, tomar por esta última calle hasta Vives (hoy 37), y por ella llegar al edificio del Cuartel; momentos antes de arribar a Vives fueron sorprendidos por las tropas españolas, ya emboscadas y avisadas de los sucesos alrededor de la figura del coronel Bérriz.

El pinero Rosendo Betancourt logró escapar del edificio que radicaba en las calles San Clemente y Vives, desde cuyo tejado había hecho el disparo que sirvió de señal para que avanzara la tropa que dirigía Bruno. Posteriormente este lugar fue tomado por los españoles.

Una vez lograda tan importante posición estratégica, y ocupado ese ventajoso puesto en el escenario de la lucha, a la llegada de la avanzada mambisa se produce una descarga cerrada de fusilería, el joven jefe fue el primero y único en caer mortalmente herido en el combate; era la noche del 26 de julio de 1896, Bruno Hernández Blanco se convirtió en el primer hombre de esta tierra que derramaba su sangre por la independencia de Cuba.

En el documento que acredita la defunción del patriota se plantea:  "Núm. 53 En el pueblo de Nueva Gerona, Bruno Hernández Blanco Juzgado Municipal de Isla de Pinos, a las nueve de la mañanadel día veintisiete de julio de mil ochocientos noventa y seis D. Enrique González Sánchez; Juez Municipal de este término, asistido de Don Domingo Arencibia, Secretario.

Certifica: Que en la Sección de Defunciones del Registro Civil a cargo de este Juzgado no existen antecedentes que impidan la transcripción de los documentos siguientes. ‑Hay un sello‑ Brigada Disciplinaria,‑Fiscalía Militar‑ Ruego a Ud. se digne ordenar sea inscrito en el Registro Civil al paisano insurrecto Bruno Hernández y Blanco muerto en el encuentro tenido con las fuerzas rebeldes en la noche de ayer‑ Dios que a Ud. guarde‑ Nueva Gerona 27 de julio de 1896‑ el capitán Instructor Eduardo Alegre‑ Sr. Juez Municipal de esta localidad‑ Nueva Gerona 27 de julio de 1896.

Por recibida la anterior comunicación; procédase a hacer la inscripción que se interesa transcribiéndose en el acto dicho oficio y este auto y hecho, expidan la papeleta de enterramiento. Lo mando y firmo el Sr. Juez por ante mí de que certifico‑ Hay un sello que dice Juzgado Municipal de Isla de Pinos‑ Ante mí‑ Domingo Arencibia. Y en cumplimiento de lo dispuesto se extiende la presente y se hace constar en virtud de las noticias que han podido adquirirse; el finado era hijo legítimo de Don Bruno y Doña Belén, y que los documentos transcriptos quedan archivados en el Legajo de la Sección correspondiente, y firmo S.S. conmigo el Secretario de que certifica.Enrique González Domingo Arencibia Secretario.

El destino de los sobrevivientes

Un grupo de complotados pudo refugiarse en la finca San Juan, donde su propietario, Gilberto García del Prado los presentó con la seguridad de que les respetarían sus vidas, de igual manera actuó un hotelero de apellido Villalonga.

Otra parte de los patriotas pineros buscó abrigo en la finca La Concepción, administrada por un mayoral español que más tarde los entregó a las autoridades coloniales; entre ellos se encontraban tres hermanos de apellido Pimienta, deportados políticos de la región pinareña, los que fueron hechos prisioneros y asesinados a la orilla del arroyo de Los Muertos, enterrados en sus márgenes, a flor de tierra, lo que posibilitó fueran sepultados un tiempo después por dos leñadores que trabajaban en la zona, Dionisio Acosta y Andrés González.

El poeta repentista Juan Iturriaga fue hecho prisionero en un mangal en San Pedro, donde fue asesinado y mal enterrado, al igual que los Pimienta, en el sitio conocido como Tierra Hundida, en la zona comprendida entre Mal País y Los Almácigos, lo que propició fuera encontrado el cadáver por el campesino José Fonte, quien le dio adecuada sepultura.
Félix Arias Segrera no se presentó en ninguno de los lugares del levantamiento, según los protagonistas este se escondió en una de las casas del pueblo.

Evangelina Cossío encontró refugió en la panadería de la familia de Rosendo Betancourt (actual calle 26 entre 37 y 39) donde es detenida y luego recluida en el Vivac del Cuartel de Caballería, no se tuvo en cuenta su condición de mujer, fue maltratada y vejada por la soldadesca en la euforia represiva desatada, permaneció día y medio sin ingerir alimentos ni tomar agua, después fue trasladada a Batabanó junto con los demás prisioneros, en el barco “Protector”, aquí permanecieron otro día atados hasta que fueron llevados en tren hacia La Habana, los hombres a La Cabaña y la joven a la Casa de las Recogidas de San Juan Nepomuceno, prisión para mujeres.

La patriota fue condenada a 24 años de prisión a cumplir en la Cárcel de Mujeres de Madrid, aunque se le había solicitado la pena de muerte.

Repercusión del alzamiento pinero

Los acontecimientos del 26 de julio demostraron que las tradiciones patrióticas de la nación tuvieron una respuesta en los sentimientos independentistas del pueblo pinero, dada la incorporación de un gran número de jóvenes naturales de esta tierra, al levantamiento insurreccional. La relación de los enviados a La Cabaña por estos hechos es una prueba muy clara de ello.

Este levantamiento tuvo una gran repercusión en Cuba y llegó a los campos de combate del ejército mambí. El General José Miró Argenter escribió sobre estos hechos y los llevó a su libro Cuba: crónicas de la guerra (1945), relatando los principales sucesos acontecidos aquel 26 de julio en Isla de Pinos, así como una crítica a lo narrado por Brriz y publicado en la prensa madrileña de aquellos años.

Los hechos del 26 de julio salieron de las fronteras nacionales cuando los norteamericanos pusieron sus ojos en la figura de Evangelina Cossío, como posible instrumento para argumentar ante el pueblo de ese país los proyectos de intervención en la guerra que contra España ya venían preparando.

Diseñaron toda su maquinaria propagandística en función de ello y de pronto todos los norteamericanos conocieron la existencia de la Juana de Arco cubana, tal como la llamaron.

Los principales órganos de prensa de aquella nación lograron con sus campañas que la figura de Evangelina y su situación llegara hasta Europa y a los oídos del papa. La fuga de la heroína fue costeada con el dinero de William Randolph Hearst, propietario de una de las más importantes cadenas de periódicos de la Unión, lo que permitió su arribo a Nueva York, el 13 de octubre de 1896 en medio de un recibimiento espectacular.

Fuentes

  • Colectivo de autores. Con todo derecho Isla de la Juventud. Imprenta Pablo de la Torriente Brau. Isla de la Juventud. 1986.
  • De la Concepción, Pablo. Prisioneros y Deportados Cubanos en la Guerra de Independencia. (1895-1898) Imprenta P. Fernández y Cía. La Habana .1932.
  • Fernández de Castro, José A. Una heroína de carne y hueso: Evangelina Cossio y Cisneros. La Selecta, La Habana, 1938.
  • Mateo Domingo, Alfredo. Historia de la división político administrativo de la Isla de Cuba 1607-1976. Editorial Arte y Literatura. La Habana. 1977.
  • Medina Méndez, Waldo. Evangelina Cossío, heroína de leyenda. Revista Bohemia. La Habana. Año 41. No.12. 20 de marzo de 1949.
  • Núñez Jiménez, Antonio: “La Rebelión del 26 de julio de 1896”, Bohemia, a. 62, no. 21, 22 mayo de 1970, pp. 81-92. Esta fue la última entrevista hecha a Evangelina Cosío: falleció el mismo día en que comenzaba a circular ese número de la revista.