Lonja del Comercio

Lonja del Comercio
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Obra Arquitectónica  |  (Edificio)
Lonja del comercio.jpg
Edificio de La Habana Vieja, en el que resaltan elementos típicos de la arquitectura renacentista
Descripción
Tipo:Edificio
Estilo:Arquitectura renacentista
Localización:Plaza de San Francisco de Asís, La Habana Vieja, Bandera de Cuba Cuba
Uso actual:Arrendamiento de espacios como oficinas a firmas comerciales radicadas en Cuba
Datos de su construcción
Inauguración:Marzo de 1909
Otros datos
Arquitecto(s):Tomas Mur

Lonja del Comercio. Inaugurada en marzo de 1909. El proyecto pertenece al arquitecto y escultor valenciano Tomas Mur, ganador del concurso convocado con este fin en 1903. La compañía norteamericana Purdy and Henderson estuvo encargada de su ejecución. Fue levantada en un lugar habitual de reunión de comerciantes y propietarios, pues en esa área se ubicaba la Lonja de Víveres, fundada en 1878 cerca de la Aduana, y donde los comerciantes examinaban productos y acordaban precios.

La antigua Lonja o casa de Aróztegui

En 1907 las actividades económicas de la isla habían crecido de tal manera que se crea la Lonja del Comercio de La Habana, constituida como sociedad anónima y se decide levantar un edificio para tales menesteres, con un proyecto del arquitecto español Tomás Mur, quien contó con la colaboración del arquitecto cubano José Toraya Sicre. Los ejecutores de la obra fueron Purdy and Henderson.

La obra se hizo frente a la Plaza de San Francisco de Asís, en la calle Lamparilla No. 2 esquina a Oficios y ocupaba una pequeña manzana de 2,370 m², formada por las calles Lamparilla, Oficios, Baratillo y Obrapía, sobre la que construyeron cinco pisos con un área total de 11,851 m².

El edificio es de estructura de acero con entrepisos y techos de hormigón armado. En el frente se usaron bloques fundidos de cemento producidos por la Cuban Concrete Co.

La planta baja estaba destinada a almacenes y bolsa, el segundo piso a oficinas, el tercero a operaciones de la Lonja y los pisos cuatro y cinco fueron alquilados para agentes de aduana y casas importadoras. Tenía como remate una cúpula con una bella reproducción en bronce del Dios del Comercio "Mercurio", obra del escultor italiano Juan de Bolonia. Posteriormente, en el año 1939, se le añade otro piso, manteniendo sus atributos esenciales.

La moderna Lonja del Comercio de la Habana

En la década de los años noventa del siglo XX, la Oficina del Historiador de La Habana, asociado con la Corporación Bancaria Española "Argentaria" se unieron para recuperar el vetusto edificio y restaurarlo para su actividad mercantil. Los proyectos arquitectónicos y de ingeniería fueron realizados por las firmas españolas Eduardo Villegas, Javier González de Adalid y SERELAND y como director facultativo ejerció el arquitecto cubano Orestes del Castillo.

Las obras comenzaron en marzo de 1995 y se terminaron el 31 de julio de 1996. Mucho de lo original se conservó, aunque algunos cambios se tuvieron que introducir para actualizar tecnológicamente la instalación, que ahora dispone de unos 10 mil m² para oficinas. Los arrendatarios cuentan con varios servicios como son: cafetería, bar, tele correo internacional y un salón multifuncional.

El edificio tiene un ático sobre el último piso, separado de la fachada con paredes de doble encristalamiento; un atrio central terminado en cúpula, rematada por el Mercurio, remozado después de 90 años. Hay galerías de circulación a su alrededor, dos bloques de servicios sanitarios en cada piso y dos escaleras de emergencia. Además se instalaron cuatro ascensores panorámicos.

Para complementar los servicios de la modernizada Lonja, se rehabilitó el aledaño edificio de Casteleiro y Vizoso, de cinco plantas, ahora convertido en parqueo con 165 vallas y donde también se instalaron los depósitos de agua, el sistema de bombeo, la subestación transformadora, la pizarra general de distribución eléctrica y el mando del aire acondicionado.

La edificación ha sido dotada de algunos servicios "inteligentes". Una computadora controla el aire acondicionado, la iluminación de las áreas comunes, detección y extinción de incendios, así como la presencia de intrusos en áreas controladas.

Fuentes

  • Lonja del Comercio
  • De las Cuevas Toraya, J. 500 años de construcciones en Cuba. Edit. D.V. Chavín, Servicios Gráficos y Editoriales, S.L. Madrid. 2001.