Manuel Ascunce Domenech
Manuel Ascunce Domenech. Maestro cubano. Asesinado mientras alfabetizaba campesinos en las montañas del Escambray por bandas armadas al servicio de Estados Unidos.
Sumario
Primeros años de vida
Incorporación a la actividad revolucionaria
Campaña de Alfabetización
Muerte
Durante la estancia en casa de los Lantigua, se incrementó el ataque de las bandas contrarrevolucionarias a la zona, por lo que se recibió la orientación de evacuar prácticamente a los brigadistas de este lugar, pero Manuel insistió en mantenerse en su puesto, pues decía que debía terminar su trabajo para regresar como todos en su momento preciso. Siempre estuvo al lado de Lantigua en la defensa y custodia de la casa, de la familia, y los intereses de la Revolución.
El 26 de noviembre de 1961, en horas de la tarde, Mariana hizo para todos una colada de café recogido, cultivado y tostado en la propia finca, pero cuando ya se estaba repartiendo, no llegó ni si quiera a las manos de Pedro, pues fue sorprendido por presuntos milicianos, que después resultaron ser realmente, los bandidos. Mariana se percató de la simulación de los malhechores y salió en defensa de los suyos, quiso hasta hacer ver que Manuel era uno de sus nueve hijos. A la pregunta de quién era el maestro, Ascunce contestó: “¡Yo soy el maestro!” Lo que indignó a los bandidos y arremetieron contra él y Pedro de la forma más brutal y cobarde, además de llevarse con ellos a Pedrito.
Mariana los sigue y logra arrebatarles al hijo, saliendo en busca de ayuda y refuerzos pero, el estado del tiempo, la oscuridad de la noche y las dificultades propias del camino, no le permitieron evitar a tiempo el propósito de “los alzados”.
Mientras tanto los bandidos siguieron ensañados con ellos, mediante ofensas, amenazas, golpeaduras, punzonazos -14 en total-, luchas, forcejeos y torturas. Cuando ya los tenían medio moribundos, deciden ahorcarlos y los alzan en dos ramas de una acacia, a poca distancia de la vivienda, aproximadamente a las ocho de la noche. Así quedan exánimes los cuerpos de Pedro y de Manuel, por defender la obra de la educación y ser fieles a la causa de la Revolución.
El asesinato de Manuel se produjo en Limones Cantero, finca Palmarito, junto a su alumno Pedro Lantigua Ortega, a manos de los criminales, Quesada Braulio Amador Quesada (principal ejecutor), Pedro González Sánchez y Julio Emilio Carretero Escajadillo (jefe de una comandancia).
Sepelio
Sus cadáveres fueron traídos al poblado, donde campesinos y brigadistas les rindieron el tributo emocionado y merecido; más tarde el de Manuel fue trasladado a la capital, donde un mar de boinas verdes del Ejército Alfabetizador, confundidas con un pueblo todo, dio el último saludo al Maestro.
En el acto de despedida, el entonces Presidente Osvaldo Dorticós Torrado, expresó: “Al asesinar a este adolescente, se ha querido asesinar con él a una nueva generación que encarna el más lúcido y sano presente, y que anuncia para la Patria el más esclarecedor porvenir. Hoy hemos cavado una tumba para el héroe adolescente, pero con actos como este cava día a día, su tumba el imperialismo y el capitalismo.”
“Se trata, compañeros, de un joven, casi recién traspasada la infancia, arquetipo de la nueva generación que hoy se forma al socaire de nuestro proceso revolucionario. Se trata de un joven estudiante, amorosamente entregado al entusiasmo revolucionario, militante fervoroso de la más hermosa campaña y tarea que hasta hoy ha llevado a cabo nuestra Revolución”.
“Y quiénes son los respónsables de este crimen? Son, en primer término, los autores materiales, mercenarios o degenerados que realizaron el hecho con sus manos asesinas. Son responsables de este crimen los liderzuelos contrarrevolucionarios traidores que inducen -al crimen desde las playas veraniegas de Miami. Son responsables de este crimen los dirigentes del Imperialismo, que inspiran estas acciones criminales, arman las manos de los asesinos, financian con dólares sus acciones; responsables de este crimen y de los otros críme-, nes, son los dirigentes de Washington...; responsable de este crimen es en última instancia, el sistema imperialista y capitalista, que actualmente pretende sobrevivir en la historia, realizando hechos como este.”
Julio López Blanco, quien fuera decano del Colegio de Maestros y responsable de las brigadas Conrado Benítez en la antigua provincia de Las Villas, recuerda los emotivos momentos que vivió aquella época en La Habana, durante el encuentro del Comandante en Jefe Fidel Castro con los familiares de Ascunce en la funeraria donde yacían tendidos sus restos. Rememoró también el imponente cortejo fúnebre, el 27 de noviembre, encabezado por el Jefe de la Revolución, lo cual coincidió con el aniversario 90 del fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina, en 1871.
En el Cementerio de Colón, el director del Hospital Militar Finlay, el doctor Nicolás Monzón Pérez (Pompi), natural de Encrucijada, hijo del médico de igual nombre, expuso los resultados de la Autopsia, según la cual a las víctimas las ahorcaron con alambres de púa.
En la clausura del XI Congreso Obrero, Fidel anuncia: “En el día de hoy hemos recibido la noticia de que un joven brigadista alfabetizador, de 16 años de edad, fue asesinado por elementos contrarrevolucionarios en la fmca Palmarito, barrio Río de Ay, término municipal de Trinidad, Las Villas. El joven se nombra, o se nombraba y se seguirá nombrando: Manuel Ascunce Domenech.”
“Según el informe recibido de Las Villas, los hechos ocurrieron así: el campesino Pedro Lantigua fue un revolucionario de siempre. Por eso al advenir la actual Revolución se integró a ella totalmente. Pertenecía, además, a las Milicias Nacionales Revolucionarias. La tarde de los hechos —es decir, antier a eso de las seis, se presentó a la puerta del bohío un individuo que le dijo: “Tengo que hablar contigo, sal un momento”. El campesino salió al encuentro del que así lo requería, y tras él salió el brigadista, y después la esposa de aquel y un hijo de 14 años.”
“Al llegar todos fuera, vieron que había un grupo de individuos armados: El que había hablado con el campesino se dirigió ahora al brigadista y le preguntó quién era. Aunque la campesina, comprendiendo el peligro, trató de hacerlo aparecer como hijo de ella, este respondió que era el maestro. El facineroso entonces agregó: “Tú eres brigadista, ven también”.
“En estos momentos el campesino parece que intentó hacer uso de su arma, pero todo fue inútil por la superioridad numérica de los asaltantes, Emprendieron la marcha, y la campesina con su menor hijo, trató por tres veces de seguirlos. Una de las veces maltrataron al niño, y en la tercera la amenazaron con que si volvía le entrarían a tiros. La campesina esta vez permaneció un rato en la casa y una vez que se alejaron los asaltantes con los dos hombres de la casa, ella se dirigió al lugar de vivienda más cercano, a 2 ó 3 km y pidió ayuda narrando lo sucedido.”
“Al acudir vecinos del lugar al sitio por donde ella vio alejarse a los hombres, encontraron colgados de un árbol al campesino y al brigadista.”
“Qué puede haber sido la causa, el móvil de esa acción? ¿La irritación de los enemigos de la Revolución ante el hecho de que se hayan alcanzado las cifras de los cientos de miles de alfabetizados? ¿Qué los ha motivado? ¿La impotencia, la irritación y el odio? ¿O los ha movido el deseo de obstaculizar y perturbar el esfuerzo final, de sembrar el terror entre las decenas de miles de familias que tienen a sus hijos alfabetizando, a fin de debilitar y frustrar el tremendo esfuerzo de la última etapa de la Campaña?”
“Retirar a un solo joven es hacer lo que querían los asesinos! ¡Recoger a un solo joven es complacer a los asesinos de ese joven! Recoger a un solo joven sería en estos instantes una falta de solidaridad con los familiares del joven asesinado, sería una falta de solidaridad con todas las demás madres! Nosotros sabemos que las madres van a tener valor, que las madres van a confiar en la vigilancia de todo el pueblo y en el esfuerzo de la Revolución para evitar que vuelva a ocurrir, para evitarlo en la medida de las fuerzas de la Revolución, movilizando los recursos que sean necesarios.”
“Este hecho confirma nuestra concepción revolucionaria, comprueba lo que sabemos, lo que sabemos que es una Revolución como cambio profundo, que es escuela de luchas profundas, que es profundo antagonismo de intereses de clases. Y nos enseña lo que otras veces hemos afirmado: que la Revolución es una lucha a muerte entre La Revolución y la contrarrevolución, y que en esa lucha o la Revolución extermina a los contrarrevolucionarios, o la contrarrevolución extermina a los revolucionarios. Nosotros, ustedes, y todos, sabemos que es precisamente la Revolución la que exterminará a los contrarrevolucionarios”.
El 26 de diciembre de 1961 se develaron en la Secundaria Básica América, el busto y la tarja que la convirtieron en la escuela Secundaria Básica "Manuel Ascunse Domenech", en recordación de quien murió asesinado por enseñar a leer y a escribir.
Fuente
- Enciclopedia contra el Terrorismo.
- Archivo del Museo de Lucha Contra Bandidos de Trinidad.